El Rincon de Alberto

lunes, 2 de marzo de 2020

El Alano (Las cenizas de Hispania 1)

Hernández, José Zoilo (2019)
El Alano (Las cenizas de Hispania 1)
Barcelona, Ediciones B, 544 pp.
ISBN: 9788466665698

La apasionante historia de Attax, un bárbaro en el ocaso de la Hispania romana. Hispalis, año 438 d. C. Ante la alarmante aparición de una horda sueva dispuesta a asolar sus tierras, Attax, un bárbaro alano, decide unirse al ejército de un viejo amigo para luchar por la defensa de su gente. La gloria que él espera, desaparece al ser hecho prisionero y vendido como esclavo.
Tras 11 años de servidumbre, Attax debe emprender una nueva vida tras el asesinato de su amo, con la compañía del hijo de este, Marco. Attax se sumergirá en un intenso viaje por la moribunda Hispania, que le llevará a comprender el valor de la amistad y el amor, así como el precio de perder ambos. Un recorrido hacia la madurez que despreció en su juventud.
Suevos, vándalos y alanos cobran vida en el escenario de una Hispania convulsa y decadente, abandonada a su suerte por un imperio romano que se desvanece.

Los campos, las semillas, los frutos y los hombres que los obtienen son importantes, y la sangre de los guerreros dispuestos a defenderlos también lo es, de algún modo, completa el ciclo. Por lo menos, en los tiempos en los que nos ha tocado vivir.

Hacía tiempo que no me sumergía en una novela histórica, pero cuando escuché a José Zoilo hablar de su criatura en el Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda tuve claro que era una aventura que no me podía perder y la experiencia ha superado las expectativas con creces.
Dió, además, la casualidad de que durante su lectura tuve que preparar mis exámenes de febrero y una de las partes de la Historia del Derecho Español, era precisamente la presencia de los Romanos y los Bárbaros en suelo de Hispania.
No suelo prodigar mucho las lecturas mientras estudio, pero en este caso la novela, ademas de ayudarme a desconectar, me ayudó a asimilar términos que en el libro de texto resultaban confusos y sin duda mucho mas aburridos que en la vida de Attax. 
A través de la mirada del alano descubrimos la vida en Hispania durante la época más decadente del Imperio Romano, una época marcada por las luchas y las coaliciones obligadas entre pueblos que no tenían nada en común, pueblos que se traicionaban y aprovechaban las debilidades del otro  a la mas mínima oportunidad.

Ni siquiera hoy sé explicar porqué siempre he tenido un sentimiento paternalista tan marcado hacia aquellas personas que, sin buscar la lucha, se ven obligados a tomar parte en ella. Desde la perspectiva de mi pueblo, o de los vándalos, la guerra se considera un arte noble, para el que nos preparamos desde la cuna. Pero los civiles romanos entienden que son otros los encargados de defenderles. Son como un panal de abejas: cada uno tiene su misión, y así lo harán aunque les cueste la vida. Y cuando las circunstancias les obligan a asumir la responsabilidad de proteger lo que tienen y a los que quieren, campesinos y esclavos mal pertrechados y peor alimentados, contra otros campesinos y esclavos forzados a tratar de defender desesperadamente lo que es suyo, su esquema del mundo salta en pedazos. Pienso que se requiere cierta suerte de valor para levantarse después de tan duras lecciones. Y puede que incluso, algún día, lleguen a reconocer que nosotros, los bárbaros, teníamos algo de razón.

Attax es uno de esos personajes que despierta las simpatías desde el primer momento, al menos ese ha sido mi caso. Es un Bárbaro de manual, un término que utilizamos peyorativamente en nuestro día
a día, pero que en su acepción histórica reunía una amalgama de pueblos radicalmente distintos a los “ordenados” romanos.
Attax es un hombre acostumbrado a luchar por lo que necesita o desea para vivir, un hombre que en un momento determinado hizo de la conquista su forma de vida, un guerrero que, es capaz de adaptarse a las duras condiciones pero también a las pequeñas alegrías que en cada momento la vida le depara.

Las personas con las que convivía nunca dejaron de recordarme mi origen, y probablemente sea “bárbaro” el apelativo con que más frecuentemente se hayan dirigido a mí. Reconozco que esa diferencia me gustaba: mi superioridad física, así como la presunción de que mi naturaleza salvaje me llevaría a encontrar placer en la violencia, me conferían un utilísimo poder de intimidación, que siempre me ha divertido ejercer, además de una capacidad real para hacer daño.

Attax se ve acompañado a lo largo de esta historia de grandísimos personajes, enemigos y amigos, personajes odiosos y personajes que despiertan nuestra ternura y que consiguen despertar en el Bárbaro un sentimiento cercano a la humanidad, alejado del deseo de venganza que es el motor de su existencia. Balbo, Tulio, Quinto, Medulio, Aspasia, Anderico, Gelimer, Marco, Issa, Galieno, Silvia…, son tantos y tan magníficos y necesarios que cada uno de ellos merecería su hueco, pero esta reseña se haría eterna. Baste decir, que no es bueno encariñarse demasiado con ninguno de ellos en los tiempos convulsos en los que discurre su vida.

Junto a todos ellos, descubrimos el valor de la lealtad, de la amistad, de la solidaridad… y con ellos sufrimos las perdidas mas dolorosas, porque si algo nos enseña esta novela es que la existencia en el siglo V era imprevisible y la vida dependía, en la mayoría de las ocasiones de estar en el sitio correcto en el momento adecuado o, mejor dicho, de no encontrarse en medio de una de las múltiples batallas que se sucedieron a lo largo de esta época, o no tener la mala suerte de cruzarse en el camino de los salteadores que no eran capaces de proteger ni los siervos, ni los muros, en la mayoría de los casos.

No se lucha bien cuando se está más preocupado por la suerte de otros que por la de uno mismo.

José consigue transmitir fielmente la angustia de los esclavos desconocedores de su futuro, la tranquilidad de la vida sedentaria, la incertidumbre antes de la batalla y consigue meterte de lleno en el campo de batalla, sufrir las heridas, oler la sangre… debo reconocer que estas escenas, que no suelen ser “santo de mi devoción” las he disfrutado a lo grande en este relato.
El autor te mete en la historia y te arrastra sin pausa por estas casi seiscientas páginas que se hacen cortas, muy cortas, que te dejan con ganas de más,  de más aventuras, de más victorias y derrotas, de más vida.

Por suerte no habremos de esperar mucho para volver a encontrarnos con el protagonista, os aconsejo que os acerquéis al Alano, porque Attax ha llegado para quedarse.


Es curioso como el destino juega con nosotros. Ha sido algo que a lo largo de mi vida me he repetido muchas veces: estamos inmersos en una rueda caprichosa, en la que se alternan reveses y alegrías, y en la que lo que en un instante nos parece de importancia pronto empalidece ante nuevos retos a los que no habríamos esperado tener que enfrentarnos.s.

9 comentarios:

  1. 600 páginas tenía? Se me hicieron como 60. Muy buena reseña Gema. Y qué bonita tu cabecera XD. Me gusta leer contigo, y más libros estupendos como El Alano; nos vemos en la siguiente. Besote

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  2. Hola. Pues si, Attax enamora desde la primera página. Todos quien le rodea tiene su riqueza por estar junto a él. Es una novela muy entretenida que nos tiene en tensión la mayoría del tiempo. Me enamora leer tus reseñas. Saludo.

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  3. ¡Una reseña estupenda! Mil gracias, y qué bien que además te haya servido para Historia del Derecho 😊😉

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  4. Nos deja Attax con gana de más, ¿verdad?
    Besotes!!!

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  5. Attax es un gran personaje de esos que sabes que vas a cogerle cariño desde el principio, que lo tiene todo y del que espero saber más en breve. He disfrutado mucho con este libro

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  6. Una lectura impresionante, me ha sorprendido y encantado, y lo mejor es que nos tenemos más... Tu reseña magnífica. Besos

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  7. Hola!
    Para ser un libro tan largo, no lo parece en absoluto, al contrario, se pasa todo en un momento y te quedas con ganas de más.
    Besos!

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  8. Este libro tiene magia y se percibe en muchos de sus recovecos. No sé si es el protagonista, el resto de secundarios, ese oler la sangre y sentir las heridas o la mezcla de todo. Pocas veces una novela histórica fue tan amena ¿verdad?

    Un beso.

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  9. Haces bien en decir que conviene no encariñarse con algunos personajes en una etapa tan convulsa. Afortunadamente, Attax es mucho Attax y gracias al buen hacer del autor y sus descripciones nos quedaron ganas de leer nuevas aventuras, así que si se cruzan en mi camino los dos libros siguientes, seguro que los devoro. Ha sido un buen acercamiento a esta etapa no tan conocida de nuestra historia. Besos.

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