Franco, Lorena (03/03/2021)
Todos buscan a Nora Roy
Planeta, Barcelona, 384 pp.
ISBN: 9788408237198
Nadie sabe qué fue lo que impulsó a Nora Roy, una paciente del centro psiquiátrico Vera de la Cruz, a asesinar a su psiquiatra y a una de las enfermeras. Nadie entiende cómo fue capaz de encerrarlos en el sótano, matarlos y huir sin ser vista.
Mientras todos buscan a Nora, Eva alquila una habitación a
Charlotte, una parisina extraña y discreta. Una noche, Eva coincide en una
discoteca con Adrián, un hombre al que apenas conoce, y terminan en su piso lo
que parece una prometedora cita.
A la mañana siguiente, Adrián no está y Charlotte ha
desaparecido dejando tras de sí las paredes salpicadas de sangre y la vida de
Eva perturbada de manera irremediable.
Con su estilo altamente adictivo, Lorena Franco nos sumerge
en una trama impredecible y llena de giros que te lleva hasta un final
sorprendente e inesperado.
“Me puse a pensar en la milenaria leyenda oriental sobre el hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse sin importar tiempo lugar o circunstancias. Un hilo que se puede estirar, contraer o enredar pero que nunca podrá romperse.”
Esta
es la cuarta vez que me adentro en una historia de Lorena Franco, una autora en
la que confió ciegamente para que me regale una buena novela negra, muy negra.
No ha
sido distinto en este caso, en el que además, he de añadir, que esta historia fue
una magnifica forma de evadirme de una situación personal a la que era
preferible no darle demasiadas vueltas.
Pero
vamos a la historia que es lo que cuenta en este caso.
Nuestra
protagonista, salvando el propio de la nombrada en el título Nora Grey es Eva,
una joven tanatopractora que no pasa por sus mejores momentos y que está
comenzando una nueva vida después de sufrir dos abandonos, alguno de ellos
irreparable.
“Todo lo que esté
relacionado con la muerte asusta, y lo entiendo. Soy la primera en impedir que
mi vida pierda luz a causa de mi trabajo, de tantos cadáveres sobre una mesa de
metal a la espera de que les dé un mejor aspecto, pero esa palabra que nos da tanto miedo,
”muerte”, es lo único garantizado que tenemos. Todos, tarde o temprano,
terminaremos en una camilla fría cubiertos por una sábana blanca, a la espera
de que un profesional nos deje presentables para que nuestros seres queridos se
despidan de nosotros, en ocasiones sin atreverse a cruzar el cristal que nos
separa de su mundo. Después de haber trabajado con tantos muertos, de haber
visto tantos rostros de personas cuya esencia real jamás conoceré, me pregunto
quién será el encargado o encargada de darme una mejor apariencia a mí cuando
me llegue la hora.”
Pues
bien, esta mujer, joven y que debería estar viviendo la vida loca, hace justo
lo contrario. Con escasas relaciones de amistad mas allá de Natalia, la antigua
cuidadora de su abuela en la residencia, y su compañera de trabajo Lola, pocas
ganas de comenzar relaciones con el sexo opuesto, adicta al tabaco y a las
series y viviendo sola, su vida se limita a ir y volver del trabajo, hasta que
decide compartir una de las habitaciones en lo que supone le supondrá compañía y
un aumento en su economía. Y a partir de este momento todo se precipita, porque
está claro, hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos.
“Los medios solo
enseñaba lo que el verdadero asesino nos quería hacer ver. Todo estaba
manipulado. Todo. Y la prensa sensacionalista sin escrúpulos, más preocupada por los datos de audiencia que
por la información contrastada, se lo creyó.”
Esta
alternancia de personajes y la escasa longitud de los capítulos hacen que las
paginas vuelen entre tus manos haciendo la lectura muchísimo más ágil y desde
mi punto de vista mucho más atractivo.
No os
voy a hablar más de la trama, porque entre la sinopsis y lo que os he contado
hasta aquí, creo que puede deducirse que Lorena ha hecho un verdadero ejercicio
de arquitectura en el que las tramas que desarrolla encajan para construir un
puente que te lleve del crimen al crimen peor, porque lo malo no es el
asesinato que presuntamente ha cometido
Nora Grey, sino las razones que han llevado a dichas muertes.
Una
novela negra en el que la autora se sumerge en los problemas mentales y en las
instituciones que deberían ayudarnos a superarlos. Una novela que bucea en los
abusos, la muerte y la venganza, una novela en la que no puedes dejar de sufrir
el horror de las múltiples victimas que van apareciendo para explicar ese
porque.
Desde
un lenguaje claro, directo, llamando a las cosas por su nombre y bajo un ímprobo
ejercicio de encaje que me ha parecido maestro, la autora vuelve a regalarnos
una de esas novelas que te mantendrán pegado a las paginas, no solo durante el
tiempo que te dure esta novela entre las manos (que seguro que no serán muchas),
sino mucho más allá, porque los personajes que ha construido son de aquellos
que te sorprenden y se quedan dando vueltas en tu cabeza durante mucho, mucho
tiempo.
“Pero ella, a
diferencia de mí, no solía hablar de los temas que le preocupaban o le dolían,
se lo iba guardando todo, y eso no es bueno. Cuanto más reservada es una más
posibilidades tiene de estallar el día menos pensado.”
Del
final, obviamente no os voy a hablar, deberíais descubrirlo por vosotros
mismos, y es que, a pesar de que en algún momento las pistas sobre quien puede
ser el culpable parecen claras, lo que no lo es tanto es la razón de que así
sea y esa si es la verdadera sorpresa de la novela ese ¿POR QUÉ?, así, escrito
es mayúsculas.
“La vida se va complicando a medida que cumples años. El paso del tiempo no perdona, avanza como si nada, sin importarle cuánto duele a veces. Los papeles se invirtieron y, al final, fui yo la que terminó cuidando de naná. La miraba a los ojos, esos ojos de color azulado que iban perdiendo su brillo, y recordaba cada cuento que me leía por las noches en mi niñez, cada beso en la frente, cada pastel preparado con cariño, cada riña adolescente… Los años parecían haberse congelado. Y yo me esforzaba en recordar, pese a lo mucho que algunos recuerdos hieran, porque ella había perdido esa capacidad. Y solo cuando perdemos algo de manera irremediable comprendemos lo mucho que significaba.”
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