GALLLARDO, Juan y AVENDAÑO, Rafael (2018)
423 COLORES
Ediciones Versátil, Barcelona, 336 pp
ISBN: 978-84-17451-24-0
En la Siria de 2011 la vida se desarrolla con toda la intensidad, la
pujanza y el colorido de unos ciudadanos esperanzados en su futuro. Ghada, la
protagonista de esta historia, tiene apenas ocho años y es ciega de nacimiento.
Una noche, su padre la despierta con urgencia; tienen que ponerse a salvo
porque un feroz dragón sobrevuela los tejados de la ciudad.
Narrada desde el rebosante universo sensorial de Ghada, que intenta
comprender el mundo sin entender lo que es la luz ni el color ni los peligros
que la rodean, 423 Colores es la conmovedora historia de un padre para proteger
a su hija de una de las guerras más cruentas y tenebrosas de la era moderna, un
tour de force de la imaginación para transformar una huida del horror en una
emocionante aventura.
El perfume me la devolvía, resplandeciente, rodeada de aquel sinfín de
fragancias, como si todos los aromas que habitaban aquella perfumería la
rodearan y la admiraran. Mamá como una aparición y los demás perfumes bailando
gozosos en círculos a su alrededor
El universo de Ghada no es usual, no se rige por el
sentido que, queramos o no predomina en los que los tenemos todos intactos.
Ghada no puede describirnos lo que ve, pero
describe a través del resto de los sentidos lo que piensa, lo que siente y eso
llena la historia de maravillosas metáforas que nos hacen vislumbrar, lo que, a
menudo, nos perdemos por sobrevalorar lo
que no va mas allá de nuestra mirada.
Yo no puedo verlas, porque no puedo ver nada. Me dicen que soy ciega. Yo
pienso
que no ver no determina lo que soy,
no ver significa que no veo,
no que sea algo diferente
Estamos ante una novela que cuenta mucho más que
una historia.
Una novela que pone ante nuestros ojos una realidad
que sólo nos roza tangencialmente, en el mejor de los casos, unos míseros
segundos de algún telediario. Una terrible realidad que, de tan cotidiana, pasa
casi desapercibida.
En esas noticias se nos muestra un drama humano,
una verdad incomoda que nos pilla muy lejos, una realidad a la que nos es fácil
dar la espalda desde la comodidad de nuestros sillones y nuestros países en paz.
Y eso que para nosotros no son más que imágenes,
esconden las historias, los dramas de
miles de familias, de hombres, mujeres y niños que se encuentran atrapados en
una situación en que la única salida es la huida. Y si no es fácil abandonarlo
todo buscando una vida mejor, es infinitamente peor tener que abandonarlo para
buscar seguir viviendo, aunque en ese viaje puedas encontrar la muerte de la
que huyes desesperadamente.
No estamos ante una novela bonita, porque no nos
enfrentamos a una ficción, no es una historia fácil de leer, porque te atenaza
la angustia de las bombas, de los heridos, ,os muertos y los desaparecidos, de
la guerra y de la huida, porque te puede
la impotencia y la indignación porque siga existiendo esa necesidad de escapar
de los conflictos que generan los de arriba desde la seguridad de sus despachos
y sus altas esferas y sufren los de siempre, los de abajo, los que ya nada
tienen que perder más allá de su propia vida.
Es una novela dura, difícil de leer. Es una
realidad que genera tristeza, indignación, rabia…
Pero es también una historia que narra la lucha, el
instinto de supervivencia y, sobre todo, el instinto de protección de un padre,
el amor infinito…
Una novela que nos narra cómo vive Ghada esa vida
con sus limitaciones, esa vida que se ve obligada a abandonar en un bote en el
que le acompañará el recuerdo de su madre, la férrea protección de su padre y el
calor de Dobie, su perro.
Pero también nos cuenta la visión de Khaled, ese
padre que lleva a cuestas una visión mucho más fiel
de la realidad, una
vivencia de la misma que su pequeña no es ni siquiera capaz de imaginar, un
hombre que se ha enfrentado a la muerte de su mujer, a las consecuencias que
tiene el no comulgar con las ideas de los que mandan, sean quienes sean, un
hombre comprometido, un hombre que tiene la responsabilidad de criar solo a una
niña, un hombre que tiene la obligación de velar por ella, de proteger su vida
y salvaguardar la suya para poder darle a ella una oportunidad de futuro. Un
hombre que se obliga, no solo a proteger a su hija frente a viento y marea,
sino a conseguir que sea feliz, que tenga una visión de la vida lo más alejada
posible de la cruel realidad que les toca vivir.
-¿Cómo es un arcoíris, papá? Papá tardó un poco en responder. —Imagina un
helado de fresa, de melocotón, de pistacho, de albaricoque, de mango y de
sandía, todos esos sabores a la vez, juntos en tu lengua. Pues así es un
arcoíris, princesa, todos los colores se despliegan como las hebras de tu pelo
al cepillarlo, y puedes ver cada uno de ellos como puedes acariciar con tus
dedos cada uno de los hilos de agua que caen de la ducha. Los colores como
sabores
Y eso que
estamos ante un grupo de privilegiados, de esos pocos que tienen el dinero
necesario, que no es poco, para pagar un “pasaje” aunque este obviamente no sea
un crucero de lujo, aunque sus dólares alimenten a las mafias que se aprovechan
de los “pudientes”, de los que tienen al menos la suerte de contar con una
oportunidad.
Conocemos a los personajes en su huída, pero también antes
de ella, en lo que fueron antes del peligro de morir por fuego cruzado, por
armas químicas, por torturas, o simplemente por el hambre y el frio, los
conocemos en sus pérdidas y en sus huidas anteriores, conocemos sus dramas y
sus pequeños logros. Y a veces los conocemos apenas de soslayo, porque hay
personajes que aparecen, tienen su pequeño papel y no se vuelve a saber de
ellos.
Ghada, Ahmed, Khaled, Esmail, Adnan…
No esperéis una
novela de lectura ágil, esperad más bien una lectura que os obligue a
reflexionar, que os encoja el corazón y que os haga derramar 423 lágrimas en
una explicación inesperada de ese título lleno de colores.
No esperéis una
historia bonita, esperad una historia necesaria, pero sobretodo, no dejéis de
leerla porque esta historia se repite todos los días aunque los protagonistas
tengan otros nombres.
Sufro por lo
ocurrido y también por lo que no ocurrió
Es uno de esos libros que te dejan impactada tanto por su dureza como por su belleza. Me ha gustado saber más acerca de ese país que buscaba la libertad.Ghada es un personaje inolvidable.
ResponderEliminarBesos
Por desgracia esta novela se repite día a día en la vida de otros protagonistas, tienes razón, y estamos tan acostumbrados a oír estos casos de pasada en los telediarios que casi no les damos importancia. Hacen falta más historias como la de Ghada para remover conciencias; al menos creo que su historia ha movido las nuestras. Creo que vamos a tener esta historia en nuestro recuerdo durante mucho tiempo. Buena reseña, se nota que has disfrutado con la historia.
ResponderEliminarBesos.
Sí, me queda claro que no tengo que dejar pasar esta lectura. Gran reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Una novela que despierta sentimientos y emociones muy fuertes, tardaré mucho en poder olvidarla, si es que lo consigo alguna vez. Un beso
ResponderEliminarEste libro se te queda marcado para siempre. Es duro pero lo triste es que es real. El libro está muy bien y ayuda a remover la conciencia que para eso también sirve la literatura
ResponderEliminarMe quedo en que es un libro para reflexionar, para acercarnos a una realidad que tenemos que mirar de frente. Buena reseña
ResponderEliminarMuy dura, pero ayuda a remover conciencia. Estamos tan acostumbrados a las malas noticias, que ya no nos afectan... nos hemos vuelto de hielo. Cuando no nos afecta directamente algo, parece que no nos importa. La historia que se cuenta en esta novela es una realidad a la que debemos prestar atención, porque en cualquier momento de la vida, quién sabe, si no nos vemos en la misma situación. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarsí que lloré con la explicación al final; es un libro duro que nos tira a la cara una cruel realidad pero que sirve para remover las conciencias y los corazones. Nada peor que los horrores de la guerra descritos desde la inocencia de una pequeña y el amor infinito de su padre.
Besos!
No sé si ahora mismo estoy para leer una historia así, pero seguro que me animaré con esta novela algún día.
ResponderEliminarUna novela que me dejó muy inquieta, porque la historia se repite una y otra vez, no tan solo un país árabe del que poco oímos hablar, sino en otros puntos del planeta también. El egoísmo y el ansia de poder, poco tienen que ver con el pueblo y sus necesidades. La verdad es que me ha resultado lectura de la que se debería aprender, en que la ficción se queda corta con respecto a la realidad.
ResponderEliminarHola. Desde luego que nos encontramos el grupo de los privelegiados, se puede decir que lo tenemos todo. Pero eso no debería de aislarnos y no saber lo que ocurre en otras partes del mundo, pero lo hacemos. 423 Colores es una novela que abofetea de una triste realidad, y nos lo ofrece con la muestra del un puro amor de un padre y una hija, lo que convierte la lectrura en una autencia belleza. Que me gusta leer tus reseña. Besos.
ResponderEliminarHola! Una dura lectura. Yo creo que no solo ha remover conciencias, sino ha de hacernos no olvidar y ser conscientes que el horror y la barbarie continúan aunque las noticias que llegan, pasen a un segundo lugar. Como bien dices, la indignación, la rabia y el dolor son sentimientos que se despiertan en uno al leerla. También he de decir que tiene una parte muy tierna y es descubrir los sentimientos de Ghada a través de los olores. Las descripciones que nos relata, emocionan y mucho.
ResponderEliminarMuy buena reseña! Un besazo