El Rincon de Alberto

jueves, 26 de diciembre de 2019

No hay luz bajo la nieve


Llobregat, Jordi (2019)
No hay luz bajo la nieve
Editorial Destino, Barcelona, 552 pp
ISBN: 9788423356027

Un hombre desnudo y maniatado, con los párpados cosidos con un alambre, ha sido encontrado sumergido en las aguas heladas de una piscina, durante las obras de la estación de esquí Vall de Beau en el Pirineo: la infraestructura más emblemática de la candidatura hispano-francesa para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno. La subinspectora de homicidios Álex Serra y el teniente de policía francés Jean Cassel serán los encargados de la investigación. Después de un tiempo apartada del cuerpo por un grave incidente en el que Serra disparó a un compañero, sus superiores la envían a las montañas a investigar el caso. Serra creció en un pequeño pueblo de la zona, al otro lado del valle. Nadie como ella conoce aquel lugar. Con su regreso, se reencuentra con todo aquello que creía haber dejado atrás: una montaña inmisericorde, un entorno opresivo dominado por los secretos y los recuerdos de un pasado que todavía no ha superado. Ahora, además, un asesino inteligente e implacable la pondrá a prueba. Este será solo el primero de una serie de crímenes que tienen que ver con una historia oculta durante décadas. Solo quien la conozca podrá resolver el caso y dar con el misterioso criminal. Mientras tanto, la tormenta de nieve más devastadora de los últimos veinte años está a punto de desencadenarse.


Si no se conoce el origen de las cosas difícilmente entendemos el final —a firmó el joven del otro lado de la línea con un tono más profesional que inquisidor.

Un titulo sugerente, una portada llamativa y una sinopsis inquietante… esto es lo que entra por los ojos de esta novela, la primera que me acerca a su autor; si a esto le añadimos lo que me he encontrado entre sus páginas solo puedo prometeros una lectura magnifica, llena de sobresaltos y a la que no le sobra ni le falta nada, absolutamente nada.

En la mayoría de las ocasiones, los recuerdos que alguien guarda lo definen mejor que cualquier otra cosa.

Este podría ser el resumen más certero de esta novela, una historia construida sobre recuerdos, sobre los propios y sobre los que construimos sobre lo que otros recuerdan.
Ya decía Gabriel García Márquez que “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.” Y aquí está el quid de la cuestión, la forma en que los recuerdos determinan nuestros actos.

Alex Serra, la protagonista por excelencia es una mujer marcada, determinada y acosada por sus
recuerdos, unos recuerdos lejanos que tienen mucho que ver con el paisaje en el que se mueve la trama y con el motivo de que ella sea asignada a este caso, en un momento, el suyo, muy delicado profesionalmente, fuera de su jurisdicción y obligada a trabajar con un compañero impuesto, desconocido y extranjero, con el que de entrada, no tiene ningún interés en colaborar.

La subinspectora había demostrado ser una mujer de fuerte carácter. Era una líder nata, muy perspicaz e intuitiva. El equipo funcionaba alrededor de ella. Se sorprendió pensando que le gustaba. Nadie parecía darse cuenta, pero tras toda esa capa de dureza, la subinspectora era una persona que sufría. Ser introvertido te hace ser observador, y él era muy introvertido.

De la mano de Jordi, acompañando a Serra y a Cassel, he paseado por los pirineos, he sentido el frío en el rostro y la dureza del terreno en mis pies. Y he disfrutado de su salvaje belleza y del silencio de la nieve en un inmenso paisaje blanco y frío. En un espacio que los hombres se han empeñado desde tiempos remotos en ganar terreno a las montañas. He conocido lugareños a los que el paisaje influye, casi tanto, como sus experiencias pasadas.

Cuando nieva, todo queda en silencio. Ante la expresión de desconcierto de Cassel, Álex rió. Ella misma se sorprendió al oírse. Se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no reía. —L os copos de nieve están compuestos por cristales microscópicos de hielo que forman estructuras geométricas. Esto sí lo sabrás... —Ante el asentimiento dubitativo de Cassel, continuó —. A medida que caen, los copos atrapan las partículas que flotan en el aire y amplifican las ondas sonoras, con lo que ambiente.

Esta novela no solo me ha entretenimiento sino que ha conseguido despertar mi curiosidad al descubrir esa línea P de la que nada sabía hasta ahora y esos lugares de "retiro y santidad" que se esconden entre árboles y recodos agrestes.

“La línea P, cuya denominación oficial fue Organización Defensiva de los Pirineos, se levantó durante la dictadura del caudillo entre 1937 y mediados de los años cincuenta. Son un conjunto de búnkers a lo largo de la cordillera montañosa que se construyeron con el fin de impermeabilizar los límites entre España y Francia ante una hipotética invasión, bien de los republicanos exiliados o los maquis y sus aliados, tras la conclusión de la Guerra Civil.”

“La Abadía de San Martín de Canigó, se encuentra ubicada en Francia a lo más alto de la villa de Casteil, por la comarca del Conflet, en los Pirineos Orientales,  está levantada tras un pico rocoso a más de 1055 metros de altura. Se encuentra colgada en pleno macizo del Canigó, rodeado de verde, tranquilidad y paz, al que solo es posible, acceder a pie, tras 40 minutos de subida desde el pueblo de Casteil.”

Estos son los paisajes reales en los que el autor se inspira para desarrollar esta compleja y completa novela, y no son las únicas realidades, pues  el autor construye su trama sobre la base de la historia,  la mitología y  la literatura, a las que hace continuas e importantes referencias a lo largo de toda la novela.

- Hay muchas historias, pero mi preferida dice que Hércules se dirigía a enfrentarse a Gerión, un monstruo gigantesco formado por la unión de tres cuerpos. En el camino pidió alojamiento al rey Bébrix, padre de la princesa Pirene. Hércules bebió más de la cuenta y sedujo a la princesa prometiéndole matrimonio, aunque no pensaba cumplir su promesa. Tras pasar la noche con ella, Hércules se marchó, abandonando a la chica y olvidándola. Meses más tarde, Pirene dio a luz una serpiente. Aterrorizada, la joven abandonó el palacio y huyó a un bosque cercano. Allí la devoraron las fieras. Al volver de derrotar a Gerión, Hércules encontró los restos de la princesa. Los enterró, levantó sobre la tumba un inmenso mausoleo de piedra y bautizó todas las montañas con el nombre de la muchacha desgraciada. —E s decir, los Pirineos nacieron a partir de una desgracia. - ¿ No es así como empiezan todas las historias hermosas? —Tiene razón, sin tragedia no hay redención posible.

Jordi nos regala una novela ágil, rápida, vertiginosa, una historia que en el presente se desliza como los skis sobre la nieve y que de repente nos hace frenar con los retazos del pasado que nos regala Raquel.
Raquel, esa  mujer que se pasó la vida huyendo, que nunca tuvo, a la que nunca dejaron tener ningún control sobre su vida, que vivió o sobrevivió a la vida que le tocó jugar con las cartas marcadas que le tocaron en la partida.

—Yo no he pedido estar aquí —dije al borde de las lágrimas. —Nadie lo hace —suspiró —. Cuanto antes comprendas que esta es tu nueva vida, mejor será para ti y los tuyos y mi trabajo será más fácil —explicó abriendo la puerta. De repente, el tono de su voz se volvió más hosco —. Pónmelo difícil y sabrás lo que es sufrir un verdadero infierno.

Es esta una novela extensa, en la que el paisaje es determinante, en el que la historia gana en protagonismo en los distintos momentos que se narran y que es, sobre todo, una novela que ahonda en las pasiones, en las miserias de los personajes, que se centra en la maldad, sin paliativos.

Una novela que va ganando en intensidad a cada página que pasamos, que nos trae y nos lleva por el camino que marca el autor, que nos muestra una solución, para demostrarnos al minuto siguiente el error en que nos encontramos y que nos  dirige con maestría hacia un final vertiginoso y oscuro, fundido a negro, porque No hay luz bajo la nieve.

Aún no terminaba de entenderlo por completo, le recordaba a un estereograma. Aquel juego óptico le encantaba de pequeña. Era necesario desenfocar la vista para captar las distintas perspectivas de la imagen. A simple vista no tenía ningún sentido. Poco a poco, a medida que te acercabas, se revelaba la imagen oculta.


2 comentarios:

  1. Aún tengo la anterior novela del autor pendiente, pero me dejas claro que tengo que leer también ésta.
    Besotes!!!

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  2. todavía no he leído a este escritor, y tengo ganas de estrenarme con este libro. Porque hablais muy bien.
    Un abrazo

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