El Rincon de Alberto

martes, 16 de junio de 2020

La chica de nieve


Castillo, Javier (2020)
La chica de nieve
Suma, Barcelona, 512
ISBN ebook: 9788491293729

Nueva York, 1998, cabalgata de Acción de Gracias.
Kiera Templeton, de tan solo tres años, desaparece entre la multitud.
Tras una búsqueda frenética por toda la ciudad, alguien encuentra unos mechones de pelo junto a la ropa que llevaba puesta la pequeña.
En 2003, el día que hubiese sido el octavo cumpleaños de Kiera, sus padres, Aaron y Grace Templeton, reciben en casa un extraño paquete con algo inesperado: una cinta de vídeo VHS con una grabación de un minuto de Kiera, ya con ocho años, jugando en una habitación desconocida.
Miren Triggs, una estudiante de periodismo de la Universidad de Columbia, se siente atraída por el caso e inicia una investigación paralela que la lleva a desentrañar aspectos de su pasado que creía olvidados, y es que su historia personal, al igual que la de Kiera, está llena de incógnitas.


Siempre me había inquietado lo que sucede en el alma de alguien cuando una persona desaparece como si nunca hubiese existido.

Acercarme a un libro de Javier Castillo es para mí un valor seguro.
Sé que va a proporcionarme buenos ratos, que va a conseguir engancharme y que, quiera o no, va a acabar sorprendiéndome y va a obligarme a parar y a pensar en lo que me cuenta.
A priori la sinopsis ya me atraía y me repelía a partes iguales, supongo que ese miedo a que desaparezcan nuestros hijos, nuestros sobrinos, los hijos de nuestros amigos… es un miedo universal, un miedo que llena de angustia y de inseguridad cualquier actividad que se desarrolla en acontecimientos multitudinarios. Porque esa necesidad de proteger a nuestros pequeños se convierte en una culpa que estoy segura acompaña cada segundo de quien no ha sido capaz de hacerlo y eso esta novela lo describe de una forma tan precisa, tan detallada, que es imposible no estremecerse.

La desaparición de Kiera había pulsado el mecanismo de autodestrucción en la mente de ambos y las dos cabezas se encontraban buscando en cada comportamiento todos los momentos que pudiesen hacerles daño. Los momentos perdidos, los besos no dados, los días de trabajo, los castigos sin regalo.

Este es el arranque de la chica de nieve, una angustia inicial que va "in crescendo" a lo largo de la novela y que no te abandona hasta la última página.
Es, obviamente una novela negra, un thriller “trepidante” y demoledor, no hay ninguna duda, pero entre las páginas de la novela se cuela la parte más sensible del autor, con reflexiones profundas, con situaciones que bucean magistralmente en el espíritu roto de unos personajes torturados, de unos personajes sin esperanza y sin futuro, de unos personajes que nos enseñan, a menudo a través de las acciones equivocadas que nunca es tarde para volver a empezar, que siempre, de una u otra forma es posible seguir adelante.
 
Descubrió que al miedo se le combatía siguiendo adelante, saliendo del pozo y luchando por cambiar las cosas.

Tan sólidamente elaborados están los personajes que he sido capaz de empatizar con casi todos ellos (con alguno de ellos, los menos, no, hay límites que no se pueden sobrepasar), aun en los momentos más sórdidos, en los actos más oscuros, porque hay momentos en los que el corazón, lo queramos o no, consiguen controlar a esa razón que nos hace humanos.

La alegría te hace creer que estás acompañado, la tristeza; en cambio, que siempre estuviste sólo.

La lectura de la novela ha durado lo que dura un suspiro, la historia, la forma en que se narra, esas que son una trampa, porque al final esa frase que los lectores oímos en nuestra cabeza de “un capítulo más y lo dejo” hace que cada uno de ellos sea excesivamente corto y vas encadenando uno detrás de otro sin poder evitarlo. Los saltos continuos adelante y atrás en los que la investigación de Miren se alternan con su vida personal, con la presente y con la pasada, y con la bajada a los infiernos de los padres de Kiera, la investigación policial que se desarrolla a trompicones… Con todos estos ingredientes a los que hay que añadir, obviamente, una trama más que atractiva y un desarrollo más que solvente la novela se convierte en un visto y no visto que te lleva, casi sin pausa a un final a la altura de la trama.
sentencia rotundas al inicio de cada uno de esos capítulos cortos,
No voy a contaros nada mas sobre los personajes y menos aun sobre la trama, porque merece la pena acercarse a la historia sin ideas preconcebidas y disfrutar de una historia dura, que no macabra, y original. Y merece la pena descubrir a unos personajes que me han enamorado y horrorizado, a ratos, a partes iguales.

Hablar del dolor es un símbolo de fortaleza; y no hacerlo lo es de valentía, porque cuando callas se queda dentro, luchando contra ti.

2 comentarios:

  1. Lectura a tener en cuenta cuando los ánimos soporten alta tensión. Un besote Gema

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  2. Me alegra que lo hayas disfrutado aunque esta vez no termina de llamarme.
    Besotes!!!

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