El Rincon de Alberto

miércoles, 14 de octubre de 2020

La muerte es mía

Sánchez Vicente, Pilar (15/10/2020)

La muerte es mía

Roca Editorial, Barcelona, 352 pp.

ISBN: 9788417968076

 

El nuevo tanatorio Memento Mori, se constituye como una empresa puntera en servicios funerarios y construye sobre el antiguo tanatorio una pirámide que cambiará la faz de la ciudad. Todo en su interior está automatizado, en un alarde de modernidad sin límites.

Hasta que empiezan a suceder extrañas muertes…

Claudia ha sido la primera mujer tanatopractora del país y es una autoridad mundial en el ámbito funerario, aunque su profesión no le ha facilitado las relaciones personales. Firme defensora de la eutanasia, el hashtag #LaMuerteEsMía le servirá para orquestar una campaña de inesperadas consecuencias. Y lamentará que sus deseos se hayan hecho realidad…

Rita es una mujer espectacular acostumbrada a los retos, por eso, cuando le ofrecen la posibilidad de dirigir Memento Mori, se da cuenta de que tiene entre sus manos una oportunidad única para consolidar su posición estelar.

Jaime, el hijo del fiscal, un hombre que vive obsesionado con los trenes y el cosplay, es el director del nuevo tanatorio y cree que en él podrá llevar a cabo sus sueños secretos.

La muerte es mía es una novela coral llena de personajes e intereses contrapuestos.

 

Yo me consideraba fuerte y no comprendía como alguien podía encontrar suficiente valor para matarse. [...]

Vivir es más que respirar, y muy difícil si no se intuye, aunque sea lejana, la felicidad.


Hace muchos años, mi profesión me llevo a conocer al primer y último tanatopractor con el que trabajado en mi vida. Mi predisposición negativa hacia aquella profesión, fruto, probablemente de mis prejuicios, de mi educación y/o de esa idea clara que yo defendía de ser  incinerada para no ser expuesta después de muerta, fue tornándose menos negativa a medida que él me hablaba de la tanatopraxia, una profesión que adoraba, respetaba y defendía férrea mente. Una profesión de la que se había formado durante largos años en Francia porque en España tal formación, regulada, era impensable.

En la novela que hoy nos ocupa, su protagonista, esa mujer, la primera tanatopractora de nuestro país, que nos cuenta su historia desde sus vivencias, en primera persona, comparte mucho del argumentario y todo el respeto y el amor hacia los que abandonan la vida que yo aprendí de aquel tanatopractor.


- No existe como tal por lo menos en nuestro país pero creo que se ha confundido este es un trabajo para hombres.

- En el anuncio no especifica que sea para hombres o mujeres, sería anticonstitucional.


No se puede decir que el escenario en el que se desarrolla la historia no sea original. No cabe duda de


que desarrollar una novela en un tanatorio no es algo demasiado usual, pero lo es menos aún, plantear toda la trama sobre una disyuntiva ética tan a la orden del día como la "Buena Muerte", la "Muerte Digna", la eutanasia. Esa palabra que, con solo ser pronunciada despierta pasiones encontradas, esa eutanasia cuya tramitación como ley ha costado tantos esfuerzos, tantos dolores y sufrimientos  y tantos años... y es que el título de la novela lo dice todo y es un título preciso y acorde con todo lo que la autora defiende a lo largo de las poco más de 350 páginas que se me han hecho tremendamente cortas.

 

Los contrarios a la legalización de la eutanasia no eran muchos, pero si muy ruidosos y poco dados al raciocinio. La reacción fue salvaje. Su objetivo se basaba en contrarrestar cualquier evidencia científica con teorías conspiranoicas. En las redes desencadenaron un bombardeo incesante de tres o cuatro mensajes falaces, repetidos hasta la saciedad en memes y vídeos, que básicamente se reducían a uno: Eutanasia=Genocidio

 

Es una historia compleja, compacta sólida y coherente, una historia en la que el protagonismo recae, como en " Mujeres errantes", en las protagonistas femeninas que fagocitan casi exclusivamente la trama.

Claudia  y Rita, dos extremos de un mismo continuo,  han monopolizado mi atención.


Claudia por haber hecho de la muerte su forma de vida, no solo en lo que a "adecentar" los cadáveres se refiere, sino en el estudio de los ritos funerarios y en su férrea defensa de una muerte tan digna como la propia vida.


No se trataba ya sólo de innovar, había llegado el momento de remover conciencias, de actuar, tras tantos años de parálisis. Y yo estaba en el epicentro de la movida. Creo que nunca me había sentido tan entusiasmada.

En el otro extremo, Rita, una mujer para la que la muerte sólo es un negocio que hacer rentable, a la que la muerte le importa lo justo si obtiene beneficios. Una mujer a la que lo único que le importa es medrar en la vida y que tiene claro que su físico es la vía para poner en práctica su inteligencia.

 

El mecanismo era simple y Rita lo entendió a la primera: el sexo era el motor del mundo. Ella descartaba tener hijos, pero gozaba de innumerables atractivos sexuales para su especie y de tanta o más inteligencia que muchos machos dominantes. Una vez asumidas las reglas del juego, guardo su currículum en el cajón y desplegó sus alas. Dispuesta a llegar a lo más alto. Era una hembra alfa.

 

Ambas mujeres, fuertes, valientes, decididas... no serían,  tan relevantes, sin ese ramo de personajes femeninos, cada una con su personalidad y su función en la historia, que las acompañan y las hacen brillar. Inés, la madre divorciada acuciada siempre por llegar a fin de mes, luchando contra dos hijos adolescentes y un ex marido manipulador. Rosa, la soltera, solitaria y depresiva. Martha, el cerebro comunicador. Laura la psicóloga retornada, Sara una policía judicial cuyo concurso es vital hacia el final de la novela y Bethina, un personaje que ha enamorado, una mujer sin complejos que me ha arrancado más de una sonrisa con sus estilismos y su segunda actividad. Una mujer leal y fiel de las que siempre es bueno tener cerca.

Este es un país racista, machista y clasista, como tantos otros. No es lo mismo un moro de mierda, con perdón, que un jeque árabe, ni una negra muerta de hambre que una rica, y ya no te digo si además es famosa. Piensa en Naomi Campbell, Oprah Winfrey, Beyoncé...


Los personajes masculinos, por su parte, no salen demasiado bien parados. Unos por ser pusilánimes y fácilmente manipulables como Alfonso o Jaime y otros por viles manipuladores, viciosos y corruptos de la peor calaña. Pocos hombres se salvan de la quema más allá de Víctor, que acaba alejándose de la primera impresión positiva que ofrece, don Abelardo, el maestro  y don Olegario ese jefe-padre de los que ya escasean en el mundo empresarial actual.

En este escenario y con estos personajes Pilar construye una historia que se te escapa entre los dedos, que te engancha y no te suelta hasta que llegas al final. Una lectura fascinante no solo por la trama negra llena de muertes, intrigas, engaños y corruptelas sino por ese trasfondo ético del que os hablaba al principio y que me ha llevado a la reflexión en muchos momentos.

 

Hay un sociólogo, Wilson, especialista en hormigas y feromonas, que lo expresa muy bien: tenemos emociones del paleolítico, instituciones medievales y tecnología propia de un dios. Y eso es altamente peligroso por nuestra falta de control.

 

Una historia que a pesar de la seriedad del tema que aborda y el respeto con el que lo hace, la autora impregna de un carácter vitalista y ligero, aderezado, con medida, con un "humor negro" que a mí me fascina. Una historia que es un canto a la dignidad y un homenaje la propia vida.

 

En Roma y en otras culturas el suicidio era considerado el máximo exponente de la dignidad humana. ¿Puede haber algo más triste que el vacío de no encontrar sentido a la propia vida? ¿Para qué esperar el fin durante años cuando se está hastiado de vivir? Para el psicoanálisis, la tendencia suicida es inherente al ser humano y...

 

Y es además una historia en la que la autora no evita meterse en todos los charcos, por si no fuera suficiente el posicionamiento sobre la muerte "elegida".

No le duelen prendas en ahondar en la corrupción política a todos los niveles, en los fraudes al fisco, en
el acoso y derribo de la competencia, en las infidelidades, en los chantajes y los abusos... En todo eso que sucede a nuestro alrededor y que a base de hacerse corriente ha dejado de escandalizarnos. Y es que, en estos tiempos, en estos mundos de corruptelas, tan importante es tener a quien te haga el trabajo sucio para no manchar te las manos, como contar con alguien que te eleve a los altares  en esta sociedad mediática y mediatizada qué hace que acabemos dando por cierta sin apenas oposición, cualquier proclama que se repita un número incesante de veces a través de los medios ya sean más media o redes sociales, aunque sea una completa majadería.


El padre de Jaime y el recién elegido presidente del Gobierno autonómico eran grandes amigos, afines en lo ideológico y socios de los mismos clubs de caza y golf. El nuevo mandatario fue el primer asombrado, sabía que lo habían puesto de relleno y, aunque hizo una buena campaña, no contaba con el tirón final. Casualmente, la semana antes de las elecciones el fiscal jefe ordenó varias detenciones entre los cabezas de lista de la oposición, acusando les de corrupción. Convenientemente expuesto y aireado, la campaña mediática se recrudeció y aquel candidato puesto para perder, consiguió el tan ansiado sillón.

Y el padre de Jaime fue postulado para fiscal superior. Esta vez con los votos necesarios.


La autora nos regala una historia con la que me ha vuelto a sorprender, con la que me ha obligado a reflexionar y, sobre todo, con la que me ha hecho disfrutar.

Una novela que os recomiendo no dejéis escapar, porque ni los personajes, ni la historia, ni el trasfondo van a permitir que quedéis indiferentes.

 

Euripides decía que a los muertos no les importan sus funerales, las exequias suntuosas se realizan para satisfacer las necesidades de los vivos. Y sobre estas, Rita sabía mucho.

1 comentario:

  1. Pues tiene muy buena pinta y no me sonaba de nada. Apuntado queda.
    Besotes!!!

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