martes, 25 de junio de 2019

El último barco


Villar, Domingo (2019)
El último barco
Siruela, Colección: Nuevos Tiempos 424, Madrid, 712 pp
ISBN: 978-84-17624-27-9

La hija del doctor Andrade vive en una casa pintada de azul, en un lugar donde las playas de olas mansas contrastan con el bullicio de la otra orilla. Allí las mariscadoras rastrillan la arena, los marineros lanzan sus aparejos al agua y quienes van a trabajar a la ciudad esperan en el muelle la llegada del barco que cruza cada media hora la ría de Vigo.

Una mañana de otoño, mientras la costa gallega se recupera de los estragos de un temporal, el inspector Caldas recibe la visita de un hombre alarmado por la ausencia de su hija, que no se presentó a una comida familiar el fin de semana ni acudió el lunes a impartir su clase de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios.

Y aunque nada parezca haber alterado la casa ni la vida de Mónica Andrade, Leo Caldas pronto comprobará que, en la vida como en el mar, la más apacible de las superficies puede ocultar un fondo oscuro de devastadoras corrientes.


El inspector habría querido decirle que lo tendría de su lado cuando reclamara justicia y enfrente si buscaba venganza, pero no contestó

De nuevo gracias a la iniciativa #SoyYincanera he tenido la oportunidad de acercarme de nuevo a un autor al que hace demasiado tiempo tenía en la lista de pendientes y ha sido una grandísima experiencia que no debería haber tardado tanto tiempo en vivir.

El último barco no es una novela trepidante, es una novela pausada, de cadencia lenta, como la voz de su autor.

Una novela que, como las olas del mar, vienen y se alejan, sin prisa, pero sin pausa, una novela que, a pesar de su extensión, se desliza entre las manos sin apenas darnos cuenta.

Una historia sin circunloquios, una novela en la que el autor nos acerca a su realidad de forma concreta y certera.

Una trama en la que la vida de Caldas, acorde con el paisaje, gris y melancólica, influye y se ve influida por su labor profesional que le da muchos quebraderos de cabeza y alguna sorpresa más que agradable.

Junto a Caldas, ese galllego tan gallego, un maño con problemas caninos, que es un personaje de los de no olvidar, un hombre que no entiende el carácter, el clima ni, en muchas ocasiones, el proceder de los gallegos, pero que sería capaz de cualquier cosa por su jefe, un jefe al que le une una relación que va mas allá de lo profesional.

¿Usted no necesita pensar antes de responder?- pregunto, y Caldas noto que Estévez se ponía colorado por segunda vez aquella mañana


Dudamos con cada pregunta de Caldas y volvemos a dudar con cada respuesta hallada. Porque este es un puzle en el que siempre falta una pieza que debe forzarse para encajar, una pieza que es sustituida por otra de iguales características continuamente, una pieza que no es la correcta para mostrarnos el paisaje hasta apenas 20 páginas de llegar al final de la trama.

Una historia repleta de diálogos que junto a la brevedad de los capítulos hacen muy  ágil la lectura.
Esta agilidad  se ve frenada, a menudo, con las maravillosas descripciones que el autor hace de los paisajes gallegos, de la ría en la que mariscadoras y pescadores buscan su sustento, de las playas que invitan al paseo por la orilla, de las casas escondidas entre altas cañas, de los ferris que conectan el mundo bucólico con la ciudad moderna y cosmopolita que es Vigo hoy.
Un homenaje a lo que perdemos de nuestra historia buscando la comodidad, la modernidad…

¿Cuántas casas viejas de piedra se tiraron por aquí para hacer otras nuevas de ladrillo
que son verdaderos adefesios? Pero las de ladrillo tenían cámara aislante
y a la gente que había nacido en casas de piedra le daba igual si eran bonitas
o feas: progresas era dejar atrás el frio de la infancia.

Un homenaje a los maestros y a aquellos que respetan y transmiten  nuestro legado cultural, nuestra riqueza, esa que se nos escapa entre los dedos y las pantallas de nuestros Ipads, de nuestros ordenadores y de esos Smartphones de los que tan sabiamente reniega el padre de Caldas para quien el teléfono tiene la función para la que fue creado, comunicarse desde un lugar fijo.

Un homenaje a los padres, a los que nuestra madurez nos hace ver,  a veces, como niños necesitados de protección.
Ese padre, el de Caldas,  es uno de los personajes más rotundos de la novela, un hombre que sabe muy bien lo que quiere y lo que no, que se ha ganado el derecho a vivir como quiere y donde quiere, que se ha ganado el derecho de gastar su tiempo en lo que desea gastarlo, un hombre difícil de cuidar de la forma en que Caldas desea hacerlo.

-Pero eres tu el que estas asustado, no yo- dijo el padre, sin apenas alzar la voz. Cuando
llamas por teléfono te interesas por si estoy acompañado o solo; ahora me
hablas de poner rejas… Tu eres policía Leo, es lógico que te preocupen
esas cosas, pero a mí me preocupa que las viñas arranquen
bien y que llueva lo que tiene que llover cuándo llegue
la primavera. Puedo convivir con el miedo a morirme, pero no con el  miedo a vivir.

Y ese otro padre que es la cruz de la moneda de la paternidad de la que nadie tiene libro de instrucciones, ese padre controlador y sobreprotector, ese padre que, como cada uno de nosotros hace lo que piensa que es mejor para su hija, un padre que piensa que es el mejor de los padres, aunque la imagen que transmite sea diametralmente opuesto a lo que espera.

Unos padres se alejan y otros proyectan sombras demasiado grandes sobre sus hijos

Y una madre dispuesta a todo lo que una madre está dispuesta por proteger a  sus hijos, sean como sean y hagan lo que hagan.

Todos esos padres que, para bien y para mal, marcan parte de lo que somos, determinan parte de nuestro futuro, determinan nuestras virtudes y, a veces, también nuestros pecados.

Una novela en la que Domingo Villar mira de frente a la realidad que nos rodea y la plasma con maestría en las páginas que nos enamoran y sobrecogen a partes iguales. La solidaridad aun a riesgo de convertirse en blanco de algún psicópata, la maldad de quien aprovecha su ventaja sobre niños y ancianos, la verdad de esos tres golpes que llevan a personas corrientes y también excepcionales a vivir en la calle a sobrevivir de la caridad de una sociedad cada vez más desnaturalizada.

Ese Napoleón es la prueba de que la sabiduría y riqueza navegan mares distintos

Una novela que nos muestra el miedo irracional a lo que no podemos controlar, a lo que desconocemos a lo que se esconde en la mente de quien está fuera de los cánones de lo  que se denomina “normal”, a quien es más fácil temer, culpabilizar, que empatizar con él, que intentar entenderlo.

Una historia que nos pone frente a la falta de escrúpulos de algunos medios de comunicación que viven de lo sórdido, del escándalo, del morbo, porque…

-La inocencia no vende periódicos

Esta novela es una obra maestra, no solo de la novela policiaca, sino de la vida en general, una obra maestra de la realidad, una radiografía de lo que nos rodea,  una novela difícil de clasificar en caso de que deseáramos hacerlo, porque os aseguro que no es solo una novela policiaca por más que el tema central sea la investigación policial de una desaparecida es una NOVELA, en mayúsculas, de esas que todo enamorado de las buenas historias debería leer.

Soy consciente de que me he dejado muchas cosas en el tintero y es que 700 páginas dan para mucho, mucho más, pero os aseguro de que será un placer descubrir las idas y venidas de esta historia y descubrir poco a poco todo lo que no os he contado.

Pues voy a tener que borrarlo de mi libro de idiotas- murmuró
-¡Pero si o lo conoces!
-Lo que conozco de él es por ti- le dijo el padre entrando en la casa-. Tú sabrás lo que me has contado.
El inspector permaneció de pie en el patio, consciente de que su padre tenía razón. Se había limitado a completar el cuadro a partir de los trazos que él había ido proporcionándole, como el niño que une los puntos con líneas para descubrir el dibujo oculto. Si la figura resultante había aparecido distorsionada, suya era en buena medida la responsabilidad

jueves, 13 de junio de 2019

Madera de savia azul


Gil Soto, Jose Luis (2019)
Madera de savia azul
EDICIONES B, Barcelona, 638 pp
ISBN: 978-84-666-6535-3

El destino de un niño.
Erik tiene apenas cuatro años cuando pierde a su madre en el gran terremoto que destruye Waliria, la capital de Ariok. Su padre, el carpintero Bertrand de Lis, y Astrid, la humilde viuda de un herrero, no pueden imaginar que la catástrofe no solo cambiará sus vidas para siempre, sino que, sin quererlo, les hará dueños de secretos que nunca hubieran querido tener que guardar.
El viaje hacia un reino de leyenda.
Tras el desastre, y alentado por una profecía, el rey decide emprender con su pueblo un peligroso viaje hasta tierras del sur. Una gran caravana se pone en marcha. La esperanza, el miedo y la ambición viajan con ellos.
La búsqueda de un padre.
A Bertrand solo le queda su hijo, y su única preocupación es cuidarle, pero un hecho inesperado cambia el rumbo de sus vidas. Así, quien era solo un hombre bueno y sencillo, se convertirá en protagonista de una aventura épica, impulsada por el profundo amor a su hijo y su deseo de volver a reunirse con él.

Los agoreros dijeron luego, cuando ya había sucedido el desastre, que los dioses no permiten a los hombres vivir placenteramente durante demasiado tiempo y que su ira se vierte conisentica furia tanto si los humanos abrazan el mal  como si experimentan demasiado gozo

De no ser por la iniciativa de lectora #SoyYincanera probablemente esta novela hubiera pasado por mis ojos pero nunca por mis manos y me habría perdido conocer una gran historia y disfrutar de una magnífica novela.

Si buscáis una historia de fantasía desbordante con dragones, magos y mazmorras, estáis muy lejos de encontrarla, por más que muchos se empeñen en catalogar esta historia dentro del género de la fantasía.

Madera de savia azul tiene de "fantástico" el reino de Ariok y hasta ahí.

Está novela es una historia de superación, una historia de personajes obligados a buscar una nueva vida cuando todo se ha perdido.

Es una historia de aventuras, si lo es, pero es, sobre todo una historia de personajes, de sentimientos, de todo lo que el ser humano tiene de bondad y de maldad, de lo que aflora de nosotros cuando las cosas van bien pero sobre todo cuando las cartas vienen mal dadas.

Esta no es una novela corriente y por lo mismo esta no será una reseña corriente.

No voy a extenderme en los personajes porque son muchos y complejos y no se entenderían fuera de esa trama en la que tampoco voy a ahondar porque resumir tantas páginas, tantos matices en unas líneas, me parece casi irrespetuoso.

Lo que puedo aseguraros es que descubrir a estos personajes en sus circunstancias y en sus lugares, en sus vidas, es una verdadera delicia, una sensación que estoy segura de que disfrutareis.

Porque la historia esta urdida de forma tan coherente, que todo su desarrollo es verosímil, que cada paso dado por los personajes nos dirigen indefectiblemente a un final inesperado, pero en absoluto forzado, un final sorprendente que cierra con broche de oro una historia redonda.

José Luis es capaz de describir como nadie el dolor de la pérdida de los seres queridos y la necesidad de sobreponerse, de seguir adelante, de sacar fuerzas de flaqueza, de sonreír aun cuando no se pueden contener las lagrimas.

Es fiel cuando describe la perdida de las raíces, la necesidad de abandonar lo que, a priori, no son más que bienes materiales, pero que son mucho más, que son los cimientos de una vida, que son un pasado que es necesario dejar atrás y enfrentarse al miedo a lo desconocido, a un futuro que se sustenta en una verdadera utopía.

Pero sobretodo el autor transmite con sus palabras los SENTIMIENTOS, así, en mayúsculas.

Los más sublimes y los más ruines, porque esta historia es una historia de buenos muy buenos y de malos muy malos, terriblemente malos.
Dos polos totalmente opuestos, el bien y el mal, el blanco y el negro que representan Bertrand y Barthazar y entre los que existe una amplia gama de grises que visten a un gran elenco de personajes, grandes y viles hombres y también grandísimas mujeres  que acompañan a estos dos tremendos protagonistas.

De repente, allí tumbado sin lograr atisbar gran cosa de la obra del maestro, una inexplicable sensación de haber vivido ya aquel instante se apoderó de él. En principio lo atribuyó a esos momentos en que de vez en cuando se tiene la impresión de estar viviendo por segunda vez una misma experiencia, pero pronto descubrió, para su asombro que no se trataba de un segundo tiempo de idéntica vivencia, sino del embargo intenso que le producían aquellos aromas, la cercanía de la madera y sus tonos cambiantes al compas e los nudos y las vetas.

Las precisas descripciones te llevan a recorrer caminos y llanuras inmensas, a perderte en los bosques frondosos, a sentir el olor de la muerte en los campos de batalla, a pasear por bellos palacios… y todo ello a través de un lenguaje preciso, de una prosa cuidada, de los diálogos precisos y las palabras justas.  Y si, digo las palabras justas, aunque os pueda parecer una locura decir esto cuando hablamos de una novela de casi 700 páginas, pero es que a esta historia no le sobra ni una coma.

Cuando os acerquéis a la novela, y lo haréis si estáis buscando una lectura que, como a mí, os saque de vuestra zona de confort, no esperéis encontrar una historia bonita, pero estad seguros de que vais a encontrar una magnifica historia.

Hay cosas que suceden porque han de suceder y no merece la pena detenerse a pensar que pasara el día en que esa sucesión mágica se rompa. Y tal vez, por esa tendencia natural del hombre a pensar que lo que ha sido siempre, siempre seguirá siendo, crecía el desconcierto en cada uno de ellos sin que ninguno se atreviese a manifestarlo para no alarmar al prójimo.

jueves, 6 de junio de 2019

El aspecto del diablo


RUSSELL, Craig (Fecha de Publicación 06-06-2019)
El aspecto del diablo
Roca, Barcelona, 432 pp.
ISBN: 9788417305888

1935. Mientras Europa se prepara para una guerra funesta, seis homicidas dementes, conocidos como «Los Seis Demonios», se encuentran confinados en un manicomio en un castillo de una zona rural de Checoslovaquia. Cada uno de estos pacientes tiene su propia historia que contar, todas ellas tan oscuras como perturbadoras. Utilizando nuevas técnicas revolucionarias, el doctor Viktor Kosárek, un joven psiquiatra, tiene la misión de desentrañar los secretos de sus asesinatos.

Al mismo tiempo, un asesino en serie apodado «Delantal de cuero» en los periódicos va dejando un reguero de asesinatos por toda Praga. Eludiendo continuamente a sus perseguidores, todo parece indicar que estos perversos crímenes los hubiese cometido el mismo Diablo.


 “Entonces fue cuando se dieron cuenta de que el diablo es Dios vestido de noche “

Cuando tuve esta novela entre manos no sabía muy bien lo que esperar.

Se suponía que era una novela negra, con tintes de policiaca, pero la portada inducía a pensar en una novela del más puro terror y si a eso unimos el titulo, la duda estaba servida.

Comencé a leerlo sin expectativas ya que es la primera obra que leo del autor y al pasar la última página os puedo asegurar que no será la última.

En las primeras páginas comienza el autor paseándonos por una Praga fría, húmeda e inhóspita, llevándonos de la mano a una estación de tren en la que nuestro protagonista empieza a ejercer su oficio antes de tomar posesión de su puesto de trabajo.

El autor describe de una forma tan minuciosa y certera que es  tan capaz de hacerte sentir el frio que cala hasta los huesos, como la angustia de no poder ayudar a quien sabemos que necesita ser ayudado.

Caminamos junto a él por los pasillos de un castillo lleno de sombras y leyendas, nos roza la fría piedra y nos ciega la blanca luz, las inmaculadas paredes de esas salas reconvertidas en algo que no son. Sentimos la claustrofobia que transmiten los muros de ese castillo que parece encogerse alrededor del protagonista amenazando con aplastarlo  y salimos al bosque intentando llenar de aire los pulmones,  solo para descubrir que la opresión entre su vegetación es,  por extraño que parezca es aún mayor.

Craig consigue que la tensión continúe en lo más alto página tras página, párrafo, tras párrafo, no da un minuto de respiro.

Los asesinatos de mujeres que Smolak, nuestro inspector,  debe resolver  se solapan con el estudio de la mente de los criminales más abyectos que el doctor Kosarek, con sus teorías “revolucionarias” pretende conocer y aprehender.

Pero el diablo en el que creo no es un ser sobrenatural: es una fuerza viva en todos nosotros, y más viva en los dementes violentos. Y como el diablo se esconde en el lado oscuro de la identidad, a menudo se niega su existencia. Por eso tantos pacientes psicóticos no recuerdan sus actos violentos.-Viktor volvió a hacer un gesto a su alrededor-. Y por eso estoy aquí. Creo saber donde se oculta el diablo. Y he descubierto la forma de llegar a él y sujetarlo.

Los crímenes son violentos y crueles como en toda novela negra y los “pacientes” cargan a sus espaldas con crímenes no menos horrendos.  Esos asesinos, sus actos, dan pavor, pero lo verdaderamente terrible es como el autor nos enfrenta a un miedo muchísimo mayor, como nos pone cara a cara frente al MAL, en mayúsculas, el que habita en cada uno de nosotros, el que  todos llevamos dentro aunque, por suerte no todos dejemos salir a la superficie.

Así que, entre usted y yo hay una intersección de teorías: si su teoría de la naturaleza diabólica es correcta, entonces la enfermedad está presente (es omnipresente en todos nosotros), a la espera de un  detonador que la desencadene. Todos estamos infectados con una locura o maldad potenciales, pero solo las personas psicológicamente débiles desarrollan la enfermedad

La novela relata los hechos y lo hace colocándolos en una época en la que la locura también campaba
a sus anchas por el centro de Europa, en la época en la que comenzaban a extenderse las ideas delirantes del mayor enemigo que judíos, gitanos y deficientes han tenido en toda la historia de la humanidad.

Judita inspira ese aire viciado que empieza a respirarse, ese ambiente prebélico que muchos se negaban a ver.

-La historia me interesa. Me ayuda a comprender el presente. Y, cómo no, los buenos y sencillos campesinos de entonces no eran contrarios a quemar algún judío. La verdad es que a los checos nunca les preocupó demasiado la caza de brujas, a excepción de Bobling, en el norte de Moravia, y aquella tuvo mas que ver con la Austria católica que intentó suprimir a los protestantes checos con cargos falsos. La caza de brujas llegó a Bohemia en el siglo XVI. La trajeron los alemanes. Tal como he dicho, la historia me ayuda a conocer el presente.

La labor de documentación es inmensa, traspasa cada una de las palabras impresas, el momento histórico, el lugar, los paisajes y los edificios…. Y la mitología, esa mitología en la que se funden fantasía  y realidad, esa mitología arraigada en todos los pueblos del mundo, pero más presente si cabe en el día a día de ciertas comunidades, sobre todo las más aisladas, una mitología que es tan distinta y a la vez tan similar en culturas que, en principio, poco o nada tiene en común.
Pero los miedos, las dudas y la búsqueda de una respuesta racional  a aquello a  lo que no le encontramos razón, es universal.

El doctor Jung me dijo que la que la psiquiatría consiste en responder a la pregunta que es cada mente. Y que la más difícil de responder es la propia. Imagino que tenía razón.

No voy a hablar del argumento, porque lo podéis leerlo un poco más arriba, no voy a centrarme en los personajes porque sería desvelar lo que seguro deseareis descubrir por vosotros mismos y no voy a hablaros del final, porque sin duda os sorprenderá de la misma forma que me ha sorprendido a mí.

Pero para llegar a ese final magnifico e inesperado agradeceréis recorrer el camino que os permita conocer  los paisajes de Centroeuropa y el camino, mucho más tortuoso, que desciende a los infiernos de las mentes enfermas.

Un thriller, una historia negra, una novela policiaca, un ameno estudio sobre mitología, un tratado de psicología Jungiana, una gran lección de historia… Todo eso y mucho más es “El aspecto del diablo”, una novela que no podéis perderos si os gustan las buenas tramas bien tejidas que no se quedan en la superficie de contar una historia, que se sumerge y  que te arrastran al fondo,  que consiguen traspasarte, quedársete dentro y obligarte a  plantearte mil y una preguntas de las que, no necesariamente, te gustaran las respuestas.

“Aquí estoy y aquí permanezco, porque el mal reside aquí. Aquí estoy y aquí permanezco porque el diablo se oculta aquí”