jueves, 28 de marzo de 2019

Papel y Tinta

REIG, María (2019)
Papel y tinta
Suma, Barcelona, 784 pp. 
ISBN: 9788491293538

¿De qué serías capaz por cumplir tus sueños?
¿Qué tenía que hacer una mujer para lograr los suyos en la España de principios del siglo xx?
Madrid, primeras décadas del siglo pasado. Elisa Montero, aunque de origen humilde, es criada desde niña por su madrina, una adinerada y misteriosa mujer perteneciente a la alta burguesía madrileña. La sensación de no pertenecer a ningún lugar y de cierta rebeldía ante los designios que otros han trazado para ella será algo que marcará su vida.

Elisa no solo buscará liberarse de las limitaciones que le imponen su condición de mujer y su posición social para lograr convertirse en periodista, sino que intentará tomar las riendas de su destino y entregarse al verdadero amor. Como testigo, la rabiosa y convulsa actualidad de una España entre guerras que la acompañará en su lucha por conocerse a sí misma y sobreponerse a sus propios prejuicios.


Cuando vi la portada de este libro, cuando leí el titulo solo podía pensar: ¡Tengo que leerlo!.

No me preguntéis por qué, no tengo idea, pero me atraía irremediablemente.

Una mujer luchadora en una época convulsa y con todo en su contra… que más se puede pedir, solo me faltaba ver como resolvía la autora tan magna aventura.

Podría comenzar como siempre hago con las frases que me han encandilado, que me han hecho reflexionar y sobretodo sentir, pero voy a cambiar de tercio, por eso de salir de mi zona de  confort.

Cuando era pequeña, desde la escasa distancia geográfica, pero inmensa distancia temporal, que me separaba de la capital y de los autores, soñaba con las tertulias del Café Gijón que tan bien describió Camilo José Cela en La Colmena.

Al pasar la ultima pagina de Papel y Tinta, han quedado resonando en mi cabeza los ecos de las tertulias del Pombo, seguramente predecesoras de aquellas y de las que, confieso, no había sabido nada hasta ahora.

En estas tertulias y casi como rito iniciático los tertulianos recién llegados dibujaban un cerdo con los ojos tapados, podéis imaginar que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia. Pues es posible que eso mismo ocurra con lo que pretendo sea mi opinión sobre esta historia que aun resuena en mi cabeza y que se que lo hará durante mucho más tiempo.

En este baile de personajes ficticios y reales aparece un autor al que conocí tangencialmente en mis años de colegio y que con la apertura de miras  que me han dado los años,  considero un ESCRITOR, así, con mayúsculas, un genio,  capaz de condensar en una frase vidas completas con una sátira fina. Un trabajo de síntesis, un trabajo que parece baladí y que yo intuyo gigante.
No sé si seré capaz de plasmar lo mucho que he disfrutado esta novela, de la historia que cuenta y de la forma tan perfecta en que está contada, ni aun contando con la ayuda de Don  Ramón.

“Hay cosas que quisieran ser otra cosa que lo que son. Así, el calzador hubiera querido ser sacacorchos.”
Este  podría ser el centro de la novela. Elisa lucha, durante toda la historia por ser lo que no es, por ser lo que no se le permite ser.
Elisa es un personaje tan valiente, tan honesto a pesar de las mentiras que se ve obligada a pergeñar para conseguir sus sueños. Tan leal y tan consecuente con  sus pensamientos y  sus sentimientos. Tan valiente en una época en la que todo quedaba supeditado al honor y al buen nombre del que solo debía preocuparse el género femenino y del que los hombres, de una forma no tan distinta ni tan distante a la de nuestros días, están totalmente eximidos.  

“Escribir es que le dejen a uno llorar y reír a solas”.
La escritura es otro de los ejes centrales de la historia.
Un deseo irrefrenable que se convierte en pura necesidad, un sueño que a Elisa le resulta difícil de alcanzar. Un mundo, el del periodismo al que solo puede acercarse vistiendo sus ropas de mujer y desarrollando labores limitadas y muy alejadas de la escritura.

“Donde el tiempo está más unido al polvo es en las bibliotecas”
 La autora nos lleva de la mano por las calles de Madrid de los años 20. Los que conocemos la ciudad a día de hoy reconocemos las calles y añoramos los lugares que fueron y que ya no están… Y también nos lleva de paseo por lugares que parecen haber quedado suspendido en el tiempo como esa maravillosa Biblioteca del Ateneo.

“El pianista se calienta los pies en los pedales”
Elisa trata de calentar sus pies  y enfriar su cabeza, cada vez que se ve relegada a ser un simple entretenimiento, una especie de hilo musical que sirve de fondo a  conversaciones en las que no se la permite intervenir, ni antes, ni después de pensar que su vida va a cambiar. Unas conversaciones a las que no le da derecho su condición de mujer, una condición que no le permita, ni siquiera, elegir la partitura que interpretarán sus dedos.

“El amor nace del deseo repentino de hacer eterno lo pasajero”
Elisa ama, Benedetta ama, Catalina ama, incluso Manuela Montero es capaz de amar.
No se reniega en estas páginas del amor, del de conveniencia, del que se desborda por la pasión, del clandestino, del prohibido  y sobre todo del socialmente establecido en una época en la que la mujer, para poder serlo plenamente debía serlo del brazo de un hombre, no a su lado, sino “bajo su amparo”.
Todas las mujeres de esta historia, y muchos de los hombres luchan por su libertad para amar, como y a quien quieran, luchan por hacer eterno lo pasajero y  en algunos casos, hasta lo consiguen.

“La cabeza es la pecera de las ideas.”
Hay tantas ideas encerradas en estas páginas… Hay tantas ideas ficticias y tantas ideas reales que han conseguido que podamos vivir hoy en el mundo que conocemos.
María nos presenta personajes inquietos, con ideas propias, con aspiraciones y sueños que realizar.
Nos permite escuchar conversaciones en tertulias culturales, nos sumerge en debates candentes en la residencia de señoritas. Nos hace compartir espacio en los cafés con los habitantes de la Residencia de estudiantes… Trenza de manera magistral  el discurrir de personajes que habitaron estas calles en el pasado con personajes que comenzaron habitando solo su cabeza  y que ahora  y para siempre también habitan la mía.

“Lo más aristocrático que tiene la botella de champaña es que no consiente que se la vuelva a poner el tapón.”
Hay mucha aristocracia en estas páginas, hay mucha vida burguesa, muchas puestas de largo y muchas veladas relajadas, inundadas de opíparas comidas y mucho derroche.
Y frente a estos lujos, a esta vida regalada, conocemos la pobreza, la dureza de  un paisaje desolado, un campo extremeño en el que el trabajo de sol a sol es la única esperanza, no de progresar, sino de  sobrevivir.


Seguro que se me han quedado un montón de temas en el tintero, porque si algo tiene esta novela es que no le falta de nada, tiene historia, tiene intriga, tiene amor y tiene lo que se llama “arte”.
Quienes ya la habéis leído seguro que estáis de acuerdo conmigo y los que no lo habéis hecho aún, seguro que me dais la razón cuando paséis la última pagina y os despidáis pesarosos de Elisa Montero.

Tampoco fui nunca nadie de quien quisiera sentirme orgullosa. Es la historia de alguien que sobrevivió. Que sobrevivió cometiendo todos los pecados imaginables por los que, estoy segura, arderé en los infiernos por la eternidad.




miércoles, 6 de marzo de 2019

Sorteo


Los blogs: Negro sobre blanco, La coleccionista de libros y este blog, hemos organizado un interesante sorteo, gracias a la colaboración de La esfera de los libros.

Como podrán apreciar en el banner que acompaña a esta entrada, sortearemos tres ejemplares en formato papel de «Quién mueve los hilos» de Lorena Franco.

Tal como en sorteos anteriores, nos negamos a hacer una lista de Schindler con una serie de requisitos que solo marean a los concursantes. Este sorteo es muy sencillo y solo vas a tener un requisito multiplicado por tres.  Me explico:

Para participar deberás seguir a los tres blogs. No vale con que digas que nos sigues, ni que comentes en medios sociales diciendo que lo haces. Los comentarios solo se aceptarán en los blogs en el que debes poner «ME APUNTO». Los antiguos, por lo menos yo, los tengo controlados. Los nuevos, deberán poner el número de seguidor que da Blogger y el nombre con que el que nos siguen. 

Y por último, es necesario compartir esta entrada e invitar a tres amigos.

Los amigos invitados, si quieren participar en el sorteo, deberán seguir los mismos pasos señalados anteriormente.

Como estamos en España, es un sorteo solo para España. Ya veremos la manera de hacerlo internacional más adelante.

¿Te parece difícil? Créeme, en la blogosfera hay cientos de sorteos con cientos de requisitos. En nuestros blogs, lo tienes muy fácil, así es que no te queda más que seguirnos y compartir.

El plazo comienza a partir de hoy y se cierra el próximo miércoles 20 de marzo. El jueves 21 daremos a conocer a los ganadores.

¡Tres ejemplares en juego, tres ganadores! ¡Participa!

¡Muchísima suerte!

lunes, 4 de marzo de 2019

RETO LECTOR 2019.- FEBRERO.- Un libro que siempre quisiste leer

WOOLF, Virginia (1925)
La Señora Dalloway
Lumen Editorial (2ª Ed. 2003), Barcelona, 267 pp
ISBN 10: 8426413374 / ISBN 13: 9788426413376
Título: LA Señora Dalloway

Publicada en 1925, La señora Dalloway, la primera de las novelas con que Virginia Woolf revolucionó la narrativa de su tiempo, relata un día en la vida londinense de Clarissa, una dama de alta alcurnia casada con un diputado conservador y madre de una adolescente. La historia comienza una soleada mañana de 1923 y termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día suceda un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra con la mente perturbada-, lo verdaderamente esencial de la obra estriba en que los hechos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo. Casi ochenta años después de su aparición, La señora Dalloway conserva intactas la oscura belleza y la originalidad que le permitieron ingresar en la restringida familia de los clásicos del siglo XX.

Su único don era conocer a la gente, casi por instinto, pensó, mientras proseguía su camino. Si se la ponía en una habitación con alguien, arqueaba la espalda como un gato o ronroneaba.

Lo reconozco, este mes me ha pillado el toro, y no con la lectura que acabé en fecha, sino con la reseña, pero ya se sabe eso de que “ el hombre propone…” Y es que, entre que este mes es más corto que los demás, que hay que ver como se notan dos o tres días. Y que las dos últimas semanas no he hecho carrera de mi tiempo, entre visitas a los cirujanos y nuevos inicios laborales… pues eso, que he llegado tarde a contaros lo que me ha parecido la lectura que me propuse para febrero.

Virginia Wolf era una asignatura pendiente desde hace muchos años, tanta frase leída aquí y allá, tanta cita acompañada de su rostro… y poco más.

Hace años me regalaron “La Señora Dalloway”, una novela que siempre había querido leer pero para la que nunca había encontrado el momento… hasta ahora.

Para ser sincera la lectura me ha dejado un gusto agridulce.

He de reconocer que es una novela adelantadísima a su tiempo, una novela en la que la autora, nos dibuja un fiel retrato del Londres posterior a la primera guerra mundial, a la gran guerra.

Una novela en la que nos sumerge en las consecuencias psicológicas que la gran guerra suponía para los supervivientes y para sus familias.

Las personas que más nos aman no nos convienen, cuando estamos enfermos. Pero no estaba loco ¿verdad? Sir William dijo que jamás hablaba de “locura” a esto lo llamaba “no tener sentido de la proporción”.

Una novela en la que nos presenta la vida de la burguesía Londinense, a través de un día en la vida de una mujer de clase alta, una mujer de vida regalada, cuya única preocupación es la preparación de una fiesta en la que conseguir apoyos a su marido.

Clarissa tenía que verlo todo a través de los ojos de Dalloway, lo cual es una de las tragedias de la vida matrimonial. Dotada de criterio propio, tenía que citar siempre las palabras de Richard, ¿Cómo si uno no pudiera saber, al pie de la letra, lo que Richard pensaba gracias a leer el Morning Post por la mañana!. Estas fiestas, por ejemplo, estaban íntegramente dedicadas a él, a la idea  que Clarissa tenía de él (para hacer justicia a Richard, sin embargo, era preciso reconocer que hubiera sido mucho más feliz dedicándose a cultivar la tierra en Norfolk.

Y a través del presente de Clarissa y también de sus recuerdos del pasado, la autora aborda temas
nada comunes en aquella época, y mucho menos escritos por una mujer.


Aborda el amor, el amor entre mujeres, el amor adolescente y también el amor maduro…

Lo raro ahora, al recordarlo, era la pureza, la integridad, de sus sentimientos hacia Sally. No eran como los sentimientos hacia un hombre. Se trataba de un sentimiento completamente desinteresado, y además tenía una característica especial que solo puede darse entre mujeres, entre mujeres recién salidas de la adolescencia. Era un sentimiento protector, por parte de Clarissa; nacía de cierta sensación de estar las dos acordes, aliadas, del presentimiento de que algo forzosamente las separaría (siempre que hablaban de matrimonio, lo hacían como si se tratara de una catástrofe, lo cual conducía a aquella actitud de caballeroso paladín, a aquel sentimiento de protección, más fuerte en Clarissa que en Sally)


Analiza la lucha entre la razón y el corazón y la supremacía inevitable de la primera entre las clases más acomodadas de la sociedad en pos de alcanzar una determinada posición… y mantenerla.

Y a través de todos estos aspectos realiza una censura de  la situación de la mujer de su época, una reivindicación de la validez de las mujeres, de su necesaria presencia en todos los ámbitos de la vida política, profesional y social, de la que el máximo exponente es Mrs Bruton y una feroz crítica pagina tras pagina de esa clase a la que pertenece Clarissa Dalloway.

Hubiera preferido mucho mas ser una de esas personas como Richard, quien hacia las cosas por ellas mismas, en tanto que, pensó, esperando el momento de cruzar, la mitad de las veces ella no hacía las cosas simplemente, no las hacía por sí mismas, sino para que la gente pensara esto o lo otro; lo cual le constaba era una perfecta estupidez (y ahora el guardia levantó la mano), ya que nadie se dejaba arrastrar ni siquiera durante un segundo.

Y hasta aquí la parte dulce, una historia con numerosas aristas y múltiples personajes que nos muestran la realidad desde su propio punto de vista, una historia que fue novedosa en su época y que sigue siéndolo en nuestros días.

Y esta parte dulce es la que me ha resultado a la vez amarga.

Una novela plagada de personajes a los que hay que ir descubriendo sin que exista en ningún momento diferenciación entre ellos. La autora escribe saltando de uno a otro, del  pensamiento de un personaje a otro, de la vida de uno a otro e incluso del presente y el pasado de algunos de ellos. Todo ello sin capítulos, sin pausa posible, lo que, hace difícil y lento entrar en la historia.

Si a esto añadimos el lenguaje “florido de la autora” y una prosa cargada de descripciones, la lectura se ralentiza en algunos momentos hasta límites insospechados… y sin embargo, esto también tiene su parte dulce, porque es un verdadero placer disfrutar de tanto ingenio.

La paz envolvió a Clarrisa, la calma, la satisfacción, mientras la aguja, juntando suavemente la seda de elegante caída, unía los verdes pliegues y los cosía, muy lentamente, a la cintura. De la misma manera que en los días de verano las olas se juntan, se abalanzan y caen; se juntan y caen; y el mundo entero parece decir:  ”esto es todo” con mas y mas gravedad, hasta que incluso el corazón en el cuerpo que yace al sol en la playa también dice “esto es todo”.