lunes, 26 de noviembre de 2018

La madre


Barton, Fiona (2018)
La Madre
Ed. Planeta, Barcelona, 543 pp
ISBN: 978-84-08-19346-3

Un escueto párrafo en el periódico anuncia el hallazgo de unos restos antiguos de un bebé en una zona en construcción de Londres. Muy pocos lectores siquiera le echarán un vistazo.
Para tres mujeres, sin embargo, la noticia es imposible de ignorar.
Para la primera, es el recuerdo de lo peor que le ha pasado en la vida.
Para la segunda, la peligrosa posibilidad de que su secreto más oculto sea revelado.
Para la tercera, la periodista Kate Waters, la primera pista en una carrera para descubrir la verdad.
Secretos guardados durante años, enterrados bajo tierra y en el fondo del corazón, saldrán a la luz para cambiar tres vidas para siempre.

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. Te lo dicen cuando has vivido algo terrible. Mi madre, Jude, siempre lo decía.
[…]
El problema es que, con el tiempo, un secreto puede cobrar vida propia. Antes creía que si no le daba más vueltas a lo ocurrido se marchitaría y acabaría muriendo, pero no ha sido así. Continúa viendo, envuelto por un embrollo cada vez mayor de mentiras e invenciones, como un moscardón atrapado en una telaraña. Si digo algo ahora, lo destrozaré todo. O sea que será mejor que me calle y lo proteja. Me refiero al secreto. Es lo que llevo haciendo todos estos años: mantenerlo a buen recaudo.

Todos tenemos secretos, algunos insignificantes, otros que nos avergüenzan y otros que de salir a la luz podrían cambiar el rumbo de nuestra vida, de la vida de nuestros seres queridos e incluso la vida de personas, que, a priori no forman parte de nuestro círculo, personas a las que ni siquiera conocemos.

Y los secretos son lastres, lastres que en función de su gravedad se arrastran con más o menos fortuna; a veces incluso sin darnos cuenta de que los guardamos y otras afectando a todos y cada uno de nuestros actos, a todos y cada uno de nuestros pensamientos, a todos y cada uno de nuestros sentimientos…

Así son los secretos que se ocultan en “La Madre”, secretos sepultados en el fondo de la conciencia y que una simple nota periodística es capaz de hacer emerger provocando un cataclismo de efectos insospechados.

La exhumación fortuita del esqueleto de un bebé provoca en cada una de las protagonistas de la novela una situación diametralmente distinta:

Para Emma supone la posibilidad de que se descubra un secreto que lleva años escondiendo.

La posibilidad de ese descubrimiento supone un pánico atroz y por otra parte su necesidad de  enfrentarse a un durísimo  pasado que le permitiría reconciliarse con su presente y sobre todo poder hacer frente a  su futuro.
Pero son demasiados años de fingir, demasiados años bajo la etiqueta de desequilibrada sin más y no es fácil la justificación de esta “locura”, ni ante los demás, ni ante sí misma.

Contarle a alguien lo que pienso, porque estoy hecha un asco, que hay en el fondo de todo esto. Eso significaría barrer el polvo suelto para luego excavar la gruesa capa de barro seco que envuelve mis recuerdos.

Para Ángela supone la esperanza perdida y reencontrada decenas de veces a través de los últimos años. Una esperanza que ella vive como un sueño por cumplir y su familia, mas bien, como una pesadilla de la que no son capaces de despertar.

No podía soportar el destello de pánico que aparecía en los ojos de él cuando se veía obligado a revivir ese día. Le parecía más considerado recordarlo ella sola.

Para Kate es la posibilidad de escribir una historia, que le permita asegurar su posición profesional, pero sobretodo, es la posibilidad de descubrir el quien, el cómo y el porqué. Preguntas que mueven, no solo su vida laboral, sino también, en muchos casos la personal.

Porque quiero saber lo que ocurrió, Joe. A esto lo llamamos “interés humano”. No todas las noticias tienen que estar protagonizadas por estrellas de culebrones o por políticos, y esta tiene todo lo necesario para convertirse en un buen reportaje. Lo noto en las tripas.

Una historia en la que conocemos presente y pasado de estas tres mujeres aunque solo una de ellas, Emma, nos hace partícipe de su historia desde su propia voz.

Cada una de las  protagonistas tienen su equilibrado peso en la historia, haciéndose protagonistas absolutas de cada capítulo encabezado por su nombre, nombres que se van simultaneando y que trenzan tres trayectorias vitales independientes que se van cruzando y enredando cada vez más a lo largo de los 11 meses en que se desarrolla la trama. Un espacio temporal, que podría parecer breve, pero en el que se producen cambios más que sustanciales en cada una de las protagonistas.

Las tres  protagonistas están acompañadas por una gran cantidad de secundarios a los que vemos a través de sus ojos, personajes que influyen en su vida y que son influidos por ellas, personajes que son vitales para el desarrollo y la comprensión de la historia.

Jude, la madre de Emma, es uno de esos personajes a los que odias nada más conocer, un personaje al que he sido incapaz de comprender, un personaje cuyas características no coinciden con lo que esperamos que debe ser, un personaje,  por desgracia, más común de lo que pensamos.  

Los personajes femeninos, fuertes y definidos acaparan prácticamente la totalidad de la obra, pero se ven complementadas por ciertos personajes masculinos a los que también cabe destacar.

Joe, el becario de Kate, que no entiende la investigación periodística fuera de los límites de la red.
Nick,  el marido de Ángela, el que está, pero no acompaña.
Paul, en el  que Emma, consciente o inconscientemente, busca algo más que un compañero de vida.

Y junto a ellos, víctimas y verdugos, literarios y literales. Situaciones demasiado alejadas de nuestra realidad, que consiguen que las leamos con una mezcla de horror, indignación y miedo al ser conscientes de que se dan en nuestros días con más frecuencia de la que estamos dispuestos a admitir.

Es, en resumen, esta, una historia en la que cada quien lucha a veces incluso consigo mismo,  por preservar sus secretos, por esconder una vergüenza que objetivamente será mayor o menor, pero que a cada uno de ellos les determina para vivir y relacionarse y que para nosotros son  básicos pues suponen las piezas que encajan una a una para darnos la visión perfecta de esta historia que se va componiendo como si de un  puzle se tratara.
 
Una novela que te atrapa desde las primeras líneas, que te va sorprendiendo hasta llegar a la mayor de las sorpresas, un final inesperado y perfecto para una trama que mantiene la intriga hasta la última letra.

Fue la primera vez que me enfrenté a la revelación de que nunca podemos llegar a conocer a nadie del todo. Ni siquiera (o tal vez especialmente) a los que amamos.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Entrevista a Jordi Ledesma


El pasado jueves día 15 de Noviembre, en la Librería Arrebato, en el barrio de Malasaña, tuvimos la fortuna de acudir a la presentación de la última novela de Jordi Ledesma La noche sin memoria, cuya sinopsis podéis leer aquí.

Antes de la presentación, el autor tuvo la amabilidad de contestar a algunas preguntas, que tras conocer su obra y su trayectoria habíamos preparado.

Jordi es un hombre de semblante tímido y sonrisa permanente. Un hombre, en apariencia callado, pero del que brotan las palabras con facilidad cuando hablamos de libros, y no solo de los propios. Podéis conocerle un  poquito más en su blog..

En un artículo de El  Periódico te preguntaban por tus novelas negras recomendadas, ¿Sigues recomendando aquellas de las que hablabas? Si, sobre todo a los autores: Highsmith, Andreu Martín, Ricardo Piglia, Mario Puzo y Antonio Soler, que tal vez sea menos cercano al género negro, pero que me interesa por los paisajes marginales que retrata.

Escribió Claudio Cerdán en Zenda que tus novelas habían pasado desapercibidas por el auge de las novelas nórdicas en España, ¿has leído novela Negra nórdica?  No he leído mucha, la verdad, porque a mi me interesa la vertiente social y  no tanto el crimen en sí, que es en lo que se centra la nórdica.

Una de las criticas de tu novela “Lo que nos queda de la muerte” coloca tus novelas entre el género negro y el generacional, comparando esta con “El guardián entre el centeno”. ¡Qué honor!. Bueno, la verdad es que ese tránsito de la adolescencia a la primera juventud o a la edad adulta si que lo tiene, y ésta ultima novela, de alguna manera, también plasma ese mundo.

¿Ese es el mundo en el que a ti te resulta más cómodo moverte?. No solo en este, pero complementa de alguna manera.
Mis novelas pasan en los años 90 y tienen esa mirada al pasado que tan bien describió Mañas, y por eso está hoy aquí. Tienen ese poso de mirar atrás y reconocerte, o reconocer el tiempo en que viviste, sin ser yo el protagonista. (Risas)
Sí, claro, porque en los 90, tu aun eras muy joven para tanta experiencia, ¿no? Nací en el 79, a finales de los 90 tenia 18, 19 años, ya estaba en ese momento de transición.

Has escrito poesía, novela, relatos… Me llama la atención que tu primer libro publicado sea un poemario titulado Agua de Mayo. ¿En cuál de estos géneros te encuentras mas cómodo? En realidad he escrito siempre. Agua de Mayo son poemas que escribí en la adolescencia y que reescribí para esta publicación, los relatos, son, en general colaboraciones…

¿Y tienes alguna novela guardada en el cajón? Tengo dos o tres novelas que he escrito entre libros y que no se si alguna vez recupere alguna idea, pero eran más un trabajo de desintoxicación. ¿Escritas para ti? Si, al final no me han acabado convenciendo, tendría que desarmarlas, volverlas a escribir y no sé si alguna vez las publicaré.

¿Te ves en otro género, fuera del negro? Sí, bueno, mis novelas no son únicas, trascienden mucho. Creo que hago realismo, bastante de nivel social; de hecho hay quien dice que ya me he salido del género.
No sé, creo que las etiquetas  son mas para los libreros, para los editores y los lectores.
Bueno, para el lector, a veces es un incordio que cataloguen un libro o un autor. En el momento en que a un autor lo catalogan, por ejemplo, como romántico quien no lee este género lo deja fuera y a lo mejor, se está perdiendo libros fantásticos. De la misma forma, quien no lee negra o policiaca, igual se está perdiendo novelas que van más allá, que como tú dices tienen un  trasfondo. Las etiquetas no son buenas pero… tendemos a etiquetarlo todo. Todo lo que he leído sobre ti tiene una etiqueta y esa etiqueta es NEGRO. Y me siento cómodo, pero creo que hago un desarrollo más social que policiaco, lo que no hago es enigma.
Creo que en la novela policiaca la línea entre el bien y el mal está muy marcada y en mis novelas  es todo más difuso, los malos no son tan malos, ni los buenos son tan buenos, o dejan de serlo cuando les conviene.

Narcolepsia se publico en Méjico con otro título (Narcosis); ¿hiciste alguna modificación para esta edición o se publico igual que en España?. No, lo hicieron ellos, pero adaptaron solo giros del lenguaje.
Yo pensaba más en el ambiente, tu sitúas la novela en un lugar muy determinado. Si, en Barcelona y también en Méjico, todo eso quedó igual.

En un artículo publicado en Méjico sobre “Narcosis” decía que allí los narcotraficantes son como dioses a los que todos quieren emular; y tú defendías  que con tus novelas lo que buscabas era que “la gente vea lo que no tiene que ser”: En mi novela no quieres ser traficante de drogas, no.

En  Latinoamérica, especialmente en algunos países como Méjico o Colombia los traficantes, hasta el que está más abajo, están muy bien considerados. Claro, manejan dinero en estructuras sociales muy pobres, con mucha miseria, en los que el fin justifica los medios. Ven que les va bien, que tienen buenos coches, que siempre están de fiesta…
Bueno y aquí, hasta que les pillan. ¿Hasta que punto compensa vivir así, sabiendo que tienes detrás a la policía federal, a los americanos…? Claro, que después te encierran y tiran la llave.

Efectivamente, por eso creo que es importantísimo lo que tú querías transmitir. Creo que se nos pinta un mundo glamuroso y cuando te acercas a él es un mundo más bien cutre, en lugares periféricos muy  hostiles y luego, con todo el dinero que tienen,  fuera de allí no salen. Es lo que más llama la atención, se mueven agusto en sus barrios, tienen una tele como este salón pero fuera de esos entornos no saben desenvolverse; están cerrados en su hábitat y si tienes que vivir allí, mejor ser rico que pobre.
Pero bueno, este ambiente tiene poco o nada que ver con esta última novela.

Y, respecto a esta última novela, si tuvieras que definirla con una frase, ¿cuál sería?. (Jordi se ríe) Ya, ya sé que es complicado. Te diría que es una aventura. La novela trata de escribir una novela. Es un escritor que quiere escribir un libro.
Y en este punto tenía claro que quería que hubiera dos pasados, uno próximo y otro más lejano que es donde suceden los hechos y ambos se explican desde el presente siendo la novela que tu lees. (La novela que el autor está escribiendo es la novela que el lector está leyendo).
Definirla en una frase es muy difícil.
Entiendo que es complicado. De esta novela no he querido leer ni la sinopsis (a diferencia de todo lo leído sobre tus otras obras) porque además está Mañas para acompañarte en esta presentación y al estar planteada como una conversación es interesante esperar a ver qué es lo que él tiene que decir. Si, es que no me gusta hacer lecturas, extraer un párrafo descontextualizado a veces es hasta raro, porque todo tiene un principio y un final.
A veces me piden leer y siempre leo el principio, porque es donde abres.
La idea hoy es hablar de vida, de novelas, sobretodo de lo que significa él para mí, su universo de cuando yo era “chavalín” y ya quería escribir y como me influenció y, bueno, él no se qué va a decir. (Risas)
Nada malo, seguro. Espero.

Y aparte de Mañas, ¿qué más autores han influido en ti?. Muchos, muchísimos: Andreu Martin, Chirves, sobretodo en la edad adulta, porque hay novelas que realmente no estás preparado para leer con 20 años. Hay una serie de novelas que a mí sí me cambian, me cambian la perspectiva y mi manera de escribir. Como decía;  Chirves, Antonio Soler, Miguel Delibes, Jose Angel Mañas… establezco como mis referentes a emular. Siempre digo que los escritores lo que hacemos es coger el estilo de todos los autores que nos gustan y hacer un mejunje y así creamos nuestro estilo propio.
Los suelo nombrar a ellos, pero también están Higtsmith, Antonio Hortelano, Francisco Casadella, Andreu Martin, Carlos Zenon, David Llorente, compañero de editorial que está innovando mucho dentro del género, Alexis Ravelo…

Dentro del género negro hay muchas vertientes; lees una y otra y no tienen nada que ver, probablemente por lo que comentabas antes, por incidir, unos más en el ámbito policiaco, otras en el social… Si, en realidad a mi me interesa más denunciar, me interesa más lo que ocurre alrededor del crimen que el crimen en sí. Me interesa lo que despierta y sobretodo los por qués.

¿Por eso utilizas personajes más cercanos? Si, más cotidianos Eso nos acerca a la idea de que el protagonista puede ser cualquiera y eso facilita poder entrar en la novela y empatizar con esos personajes. Evidentemente si el protagonista es un toxicómano es difícil que empatices con él si tu no lo eres, excepto que el personaje esté muy bien montado. Bueno, todos hemos conocido algún toxicómano, es fácil entonces, entender cómo pueden llegar a eso.

Este libro lo leeremos en breve y luego habrá que leer los anteriores porque después de leer las sinopsis y las buenas críticas unánimes no vamos a tener más remedio que leerte.
Tus novelas no son novelones de 600 páginas (la extensión no es garantía de nada), pero me ha llamado la atención que más o menos todas tienen la misma extensión. La primera es la más larga y siempre digo que escribí una novela de 400 páginas a la que le sobraban 200. Y ahora has decidido que ya no pones lo que sobraba, ¿no? Creo que el reto es poder decir muchas osas en pocas palabras y estas dos últimas novelas explican muchas, muchas cosas.
A veces, este reto, me obliga a extenderme en una frase para ahorrarme un párrafo que viene a matizar lo que ya se ha dicho.
Hay un trabajo de reescritura muy importante que es mi mayor tiempo delante del ordenador, reescribir, buscar la concreción, la palabra que signifique lo que quiero decir, el adjetivo más adecuado y también encontrarle el sonido a la historia, que la novela tenga su musicalidad.

¿Cuánto tiempo tardas en escribir una novela? Entre 8 meses y un año.
El "picaje", escribir la idea son unos 3 o 4 meses; el resto es trabajar la escritura.

(Interviene otra de nuestras compañeras) A mi me ha entrado una  curiosidad: cuando dices que no te llama la atención la novela nórdica, porque te interesa más el tema social ¿Has leído a Mankel? Sí, he leído alguna. Se centra más en la imagen de una sociedad, la analiza y creo que ese es el secreto del género. Sí, porque leyendo a este autor, me di cuenta de que tenía idealizados a los suecos.  Si, y son tan crudos como nosotros e incluso peores.
La idiosincrasia de cada país es única. Ellos nos tienen idealizados a nosotros; somos paella, sol, toros y fiesta. Y eso puede darse en ciertos lugares, pero te vas a un lugar como el extrarradio de Barcelona o la Cañada Real y tienen de  todo menos fiesta, paella y toros.
Exportas lo mejor de ti, lo que más vende. Y los Nórdicos tienen, tal vez, esa vertiente más “gore” que es la que venden.


Finalizamos la entrevista agradeciendo a Jordi su generosidad y su tiempo y pasamos a la presentación de La noche sin memoria en la que acompañado por José Ángel Mañas y arropado por lectores y  compañeros de profesión: Paco Gómez Escribano, Enrique Llamas, Francisco Bescós,  asistimos a un interesante diálogo sobre el “Universo Kronen” y el Universo de Jordi Ledesma y como se había visto influido por el primero.

Tras la presentación trasladamos el intercambio de opiniones frente a unas cervezas y en un ambiente tan distendido que nos olvidamos incluso de las fotos que inmortalizaran el momento y de la firma de nuestros ejemplares. Esta es, una razón más para  volver a encontrarnos con este autor que aún tiene mucho que contar.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

La Isla de las últimas voces


SANTIAGO, Mikel (2018)
La isla de las últimas voces
EDICIONES B, Barcelona, 554 pp.
ISBN: 9788466664097


Una isla perdida en el mar del Norte.
El temporal se cierne sobre St. Kilda y casi todos han huido en el último ferry. No quedan en la isla más de cincuenta personas, entre ellos Carmen, una mujer española que trabaja en el pequeño hotel local, y un puñado de pescadores. Serán ellos quienes encuentren un misterioso contenedor metálico junto a los acantilados.
Una extraña caja traída por las olas.
A través de unos personajes llenos de matices y secretos, atrapados en el corazón de la tormenta, Mikel Santiago nos plantea la pregunta que sobrevuela cada página de la novela...
¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir?


BIENVENIDOS A SANTA KILDA
Como un  regalo del mar. Así recibieron aquella misteriosa caja los habitantes de Santa Kilda, un islote en la costa norte de Escocia. Luego llegó la gran tormenta que dejó completamente aislada a la pequeña comunidad de pescadores. Los teléfonos dejaron de funcionar, algunos lugareños comenzaron a comportarse de un modo extraño y otros, a su vez, se fueron sumiendo en una especie de letargo…

Desde que descubrí a Mikel hace ya cuatro años, he leído todas las historias que ha tenido a bien contarnos. He disfrutado cada una de ellas, pero esta será la primera de la que dé mi opinión.

En esta última novela me he reencontrado con el autor que me fascinó y me sorprendió enormemente en “La última noche en Tremore Beach” y ha vuelto a fascinarme y a sorprenderme en “La Isla de las últimas voces”.

Con unos paisajes perfectamente dibujados y la atmósfera opresiva de las pequeñas comunidades en las que todos se conocen pero todos guardan secretos  inconfesables, Mikel nos lleva de la mano por una historia claustrofóbica que va ganando intensidad en cada una de las paginas sin decaer en ningún momento.

Al autor se le ha llamado “El Stephen King Bilbaino” y esta historia tiene todos los ingredientes para que este apodo siga vigente.

Mikel construye la trama en un paraje invernal inhóspito, en medio de una gran tormenta,  alrededor de una caja de cuyo origen y contenido nada se sabe a priori, pero que intuimos tendrá efectos inesperados.

En este contexto se mueven un buen número de personajes, cada uno de ellos inquietantes, a su manera, que vamos conociendo a lo largo de la trama.

Carmen es una mujer española que ha aterrizado en Santa Kilda huyendo de una pesadilla personal que no consigue dejar atrás.

Nunca olvidaría el momento en que vió la isla aparecer a lo lejos, sola en aquel vasto océano, y la sensación de que aquel era el sitio adecuado para ella. Perdida. Lejos de todo.

Amelia, una viuda  anclada a la isla y a su pequeño hotel rural, a quien une con Carmen una relación que va más allá de lo profesional.

“Me quede viuda hace un año- Mi compañero durante cincuenta y cuatro años se marchó de pronto, sin avisar. Se fue de manera rápida y elegante, pero a mí me hizo la mayor cabronada de mi vida. Me ha dejado sola, artrítica y helada en un  hotel de dos plantas. No me oirás llorar, pero a veces suelo maldecir a Frank en voz alta”

Charlie Lomax, un investigador, a quien en la isla ven como un enemigo enviado por un gobierno demasiado lejano que les ningunea y Carmen, como la oportunidad de arriesgarse de nuevo a VIVIR.

Las aseguradoras se pusieron tiesas ante el alud de reclamaciones, y entonces el pueblo se unió para enviar un SOS a Edimburgo esperando una flota completa de helicópteros, ayuda humanitaria, ingenieros y camiones cargados de regalos. Pero todo lo que llegó fue Charlie Lomax, un joven ingeniero con la misión de evaluar los daños, actualizar unos cuantos mapas y medidas del islote y emitir un informe. Y digamos que no fue precisamente aplaudido a su llegada. La gente se lo tomo casi como un insulto, Charlie Lomax era la encarnación del desprecio que la capital sentía por los remotos isleños del norte.


Bram, un excéntrico artista local, al que le gustaría contar algo más en la vida de alguna de nuestras protagonistas.

Harían falta más de dos líneas para describir al bueno de Bram Logan. “el chamán” (como le llamaba Amelia) que vivía en un cotagge en las faldas de Bealach Ba.


Didi la gerente del café Moore, lo más parecido a una amiga que Carmen tiene en Santa Kilda y que, como buena “mesonera”, está al tanto de los tejemanejes de la zona, una zona, cuyo objetivo es abandonar en pos de sus sueños Camboyanos.

-Yo me he enterado porque Lowry se lo ha contado a su mujer en mis narices esta mañana…
“Radio Didi” siempre empezaba medio disculpándose por enterarse de todo.


Dave, quien se erige como verdadero protagonista de la trama desde la primera línea, el personaje alrededor del cual pivota toda la historia.  El Sargento, Cabeza de Chorlito,  Dave Dupree, un aguerrido militar, acostumbrado a obedecer sin hacer preguntas y a sobrevivir, pase lo que pase. El único que nos cuenta su historia en primera persona y del que la novela nos acaba ofreciendo un  retrato psicológico perfecto.

En el más absoluto dolor, tanto que se confundía con  el vacío, podía escuchar mi respiración, lenta, muy lenta. ¿Estaba vivo? ¿Cómo se puede estar vivo en esa cámara de dolor rojo?

Cierran este “coro de personajes” un grupo de beatas, encabezadas por  una fanática Theresa Sheeran, un grupo de pescadores que nos mantendrán angustiados hasta la última página, tres hermanos en quienes la  empatía brilla por su ausencia y un sheriff y un alcalde en continua dejación de sus funciones de protección y orden.

El peso de la trama se reparte entre los abruptos paisajes y la mente de estos habitantes de Santa Kilda  en cuya mente va adentrándonos el autor de manera magistral y cuyo comportamiento va desconcertándonos a cada párrafo leído.

Es una novela que te atrapa desde el primer momento, que te arrastra y que a ratos no te deja respirar, una novela, que hará las delicias de quien disfruta del género negro con tintes fantásticos, como es mi caso. Una novela de la que he disfrutado de la primera a la última línea, una novela, que, una vez más, aumenta mi deseo de seguir leyendo las historias que seguro nos seguirá regalando Mikel Santiago.

-¿Crees que superaremos esto?
Carmen no respondió a eso. No lo sabía. Aunque tenía la vaga noción de que era posible. La muerte siempre estaba ahí para destrozarlo todo, para acabar con las cosas preciadas en menos de un instante, Pero la vida era… tan terca. Siempre volvía a intentarlo. Una y otra vez.

martes, 13 de noviembre de 2018

La hija del relojero


Morton, Kate (2018)
La hija del relojero
Suma de Letras, Barcelona, 648 pp
ISBN: 9788491292166

En el verano de 1862, un grupo de jóvenes artistas, guiados por el apasionado y brillante Edward Radcliffe, viaja a Birchwood Manor, una casa de campo en Berkshire. Tienen un plan: vivir los siguientes meses recluidos y dejarse llevar por su inspiración y creatividad. Sin embargo, cuando el verano toca a su fin, una mujer ha muerto de un disparo y otra ha desaparecido, se ha extraviado una joya de valor incalculable y la vida de Edward Radcliffe se ha desmoronado.

Unos ciento cincuenta años más tarde, Elodie Winslow, una joven archivista de Londres, descubre una cartera de cuero que contiene dos objetos sin relación aparente: una fotografía en sepia de una mujer de gran belleza con un vestido victoriano y el cuaderno de bocetos de un artista en el que hay un dibujo de una casa de dos tejados en el recodo de un río.

¿Por qué ese boceto de Birchwood Manor le resulta tan familiar a Elodie? ¿Y quién es esa hermosa mujer que aparece en la fotografía? ¿Le revelará alguna vez sus secretos?

Narrada por varias voces a lo largo del tiempo, La hija del relojero es la historia de un asesinato, un misterio y un robo, una reflexión sobre el arte, la verdad y la belleza, el amor y las pérdidas. Por sus páginas fluye como un río la voz de una mujer ya libre de las ataduras del tiempo y cuyo nombre ha caído en el olvido: Birdie Bell, la hija del relojero, la única persona que vio todo lo sucedido.


Todos se han ido. Todos se han ido hace mucho tiempo. Y las preguntas siguen siendo mías. Nudos que ya no podrán deshacerse. Pensadas y repensadas una y otra vez, olvidadas por todos salvo por mí. Pues yo no olvido nada, por mucho que lo intente.



Desde que leí El jardín olvidado hace ya ocho años he esperado impaciente cada nuevo libro de Kate Morton. Una tras otra he disfrutado de cada una de las historias que nos ha contado, de sus tramas, de sus personajes y sobre todo de su forma de narrar. Había pasado demasiado tiempo desde El ultimo adiós y acercarme a esta historia ha sido un placer aun mayor por el largo tiempo de espera.

Comenzamos la novela escuchando la voz de la protagonista, una mujer de nombre olvidado que narra su historia, una historia que va ligada a la que siento como la otra gran protagonista de la novela, Birchwood Manor, una casa en el alto Tamesis, una casa solitaria enclavada en un paraje bucólico, una casa que será el referente al que volveremos página tras página, una casa que al final de la novela he sentido casi como propia.


Este boceto estaba más trabajado que los otros, más acabado. Era una escena en un rio, con un  árbol en primer plano y un bosque distante que se veía al otro lado de un prado. A la derecha, detrás de un bosquecillo, se veía el tejado doble de una casa, con ocho chimeneas y una elaborada veleta con el sol, la luna y otros cuerpos celestiales.


La autora nos lleva de la mano por los bajos fondos y por el “alto Londres” hipócrita y pacato de la época victoriana, nos sumerge en la ideas del movimiento prerrafaelista, nos imbuye en los avances de la revolución industrial, nos muestra la crueldad y los estragos de la guerra en ese Londres devastado por las bombas, y nos muestra, en todas y cada una de estas situaciones,  la necesidad del ser humano de sobrevivir sean cuales sean las circunstancias, y las pérdidas irreparables. Nos lleva de viaje como si de una máquina del tiempo se tratara a lo largo de más de 150 años, volviendo, una y otra vez a esa casa y a ese paisaje alrededor de los cuales orbita toda la historia.  

Y esa casa es vívida y vivida de una manera distinta por cada uno de los personajes que la moran  a lo largo de ese tiempo. Personajes todos ellos con un denominador común, todos arrastrando una pesada carga, todos ellos victimas del abandono temporal o permanentemente, fortuito o forzoso.

Cada uno es diferente de quienes vinieron antes, pero en el corazón de cada visitante había una pérdida que los unía. He llegado a comprender que las pérdidas dejan un  agujero en las personas y que los agujeros hay que llenarlo. Es lo natural.

Thurston, Félix, Adele… quienes la moraron en el verano de 1862 para sumergirse en los postulados artísticos de su Hermandad Magenta.

Lucy, Ada, Margaret, May… quienes fueron proyectora y proyecto de “Señoritas” en una escuela creada exprofeso para transmitir conocimientos y no solo modales.


Leonard, que encontró refugio en el estudio de un personaje para escapar del shock postraumático de haber sobrevivido a la gran guerra en la que perdió mucho más que su juventud y su esperanza.

Juliet, Beatriz, Tip y Fred que encontraron en Birchwood un hogar con el que sustituir al que perdieron en los bombardeos de la otra irracional guerra.

Lauren, el mito inmortal que quiso poner fin a un cuento de que nunca tuvo un “y fueron felices para siempre”.

Elodie, que recorrió vidas ajenas para encontrar a alguien que le ayudara a cerrar el círculo en el paisaje de un cuento que le acompañó toda la vida.

Junto a estos personajes uno que no llega a habitar la casa y, que sin embargo, es origen, punto de partida y nexo de unión: James Stratton, y otros como la Señora 
Mack, Martin o el Capitan, que  son capaces de sobrevivir a costa de lo que sea y de quien sea.

Todos son personajes atormentados, que se mueven en una atmosfera triste, a veces oscura y siempre rodeada por un aura de misterio,  personajes necesarios para entender todas las aristas de esta historia, personajes a los que amamos u odiamos, pero a los que, aun a nuestro pesar, acabamos comprendiendo.

La historia se estructura en cuatro partes perfectamente definidas, en cada una de las cuales prevalece un momento concreto y sobresale alguno de los personajes, pero la autora, con su maestría habitual, nos lleva adelante y atrás en continuos flash backs, entremezclando  historias y personajes de distintas épocas y cuyas andanzas conocemos siempre a través de la atenta mirada de la mujer sin nombre.

Ese nombre de mujer que, a pesar de la patina de crímenes,  misterio y dolor, a pesar del olvido con que fue cubierto, alguien aun recuerda y nos susurra al oído, solo una vez muchos  años después de que haberle sido impuesto a esa voz que nos acompaña a lo largo de toda la lectura.
Kate Morton es especialista en esparcir hilos de todas las tonalidades y  trenzarlos de forma precisa para que, como en un telar, aparezca ante nuestros ojos el paisaje completo que solo puede contemplarse cuando acabamos de tejer, y de esta forma, palabra tras palabra,  frase tras frase, solo somos capaces de conocer la historia completa al volver la última página.

Es una buena historia, sobre la verdad y el honor y los niños valientes que hacen justicia; es una historia poderosa.
La gente da importancia a las piedras relucientes y los amuletos de la suerte, pero olvidan que los talismanes más poderosos son las historias que nos contamos   a nosotros mismos y a los demás.



lunes, 12 de noviembre de 2018

Five Nights al Freddy's


CAWTHON, Scott (2018)
Five Nights al Freddy's
Los otros animatrónicos
Roca Editorial, Barcelona, 303 pp
ISBN: 978-84-17305-41-3

Personajes: Charlie (personaje principal y mayormente el narrador de esta historia), Jessica (amiga de Charlie), Clay  (sargento del pueblo), John (amigo de Charlie), Sammy (hermano gemelo de Charlie).

Categoría: TERROR/ACCION.

Resumen:
Charlie tiene recuerdos de los sucesos ocurridos en Freddy Fazbear’s Pizza pero eso no es su mayor problema;  su mayor problema son los sueños que tiene sobre Sammy (su hermano perdido), siente como su presencia está ahí pero no consigue llegar hasta él.

Mientras tanto descubren un cuerpo cerca de su universidad con marcas de resortes (piezas de dentro de un animatronico) a lo que sigue el descubrimiento de dos cuerpos más con marcas similares entonces Charlie comprueba donde fueron los asesinatos y llega a la conclusión de que van a por ella.
¿Llegaran hasta ella? ¿Ella y sus amigos sobrevivirán?

Opinión personal:
Me gusta porque Scott Cauwthon escribe de una manera muy visual pero a la vez muy cercana. Hace que te imagines todo y es capaz de manipular tu mente.
Creo que al ser el creador de una serie de videojuegos tiene más fácil hacer que veas las cosas.
Es un  poco enrevesado a la hora de contar las cosas,  pero en cuanto a los personajes están muy bien desarrollados, los escenarios son muy detallados, el autor intenta que los escenarios y los personajes sean lo más cercano y realista posible. Le doy un 10/10 

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Encuentro con Fernando Aleu


El pasado 25 de Octubre la editorial Roca nos propuso un encuentro con Fernando Aleu, autor cuya primera novela El Intercambio saldrá a la venta mañana día 8 de Noviembre.


Este caballero de penetrantes ojos azules nos recibió en el hotel Villa Real con una sonrisa radiante y el cariño con que uno se reencuentra con los amigos largamente anhelados.

Afincado en Estados unidos hace más de cincuenta años Fernando habla con el tono pausado de quien tiene que pensar lo que quiere decir, de quien elige las palabras exactas para construir un discurso cuidado salpicado de anglicismos.

La pregunta obligada era si nunca se había planteado escribir y su respuesta fue que había escrito textos técnicos y una colaboración en la Vanguardia Americana que le propuso su amigo Javier Godó y en la que relataba aspectos no tan corrientes de los Estados Unidos; actos alejados de las grandes urbes y de los grandes acontecimientos como fue El Pow-wow (un gran encuentro de tribus nativas de Norteamérica donde nativos americanos y no indígenas se reúnen para cantar, bailar y hacer vida social, en honor a la cultura india americana) que se celebró en Utah y cuya emoción consiguió transmitirnos. 


Este hombre, neurólogo de profesión, discípulo de Severo Ochoa a quien conoció durante sus estudios en el New York University, pasó del ejercicio de la neurología, en la que la curación esta en unos niveles muy bajos, a la perfumería en la que encontró la oportunidad de escapar de la frustración de tener que enviar una factura a un enfermo por el que no había podido hacer nada…
 
Si alguien quiere comprar un perfume  que cuesta una fortuna, no  vale para nada y pasa de moda en dos años, es  problema de cada cual, no pasa nada, pero si una persona tiene una esclerosis múltiple y el profesional se  involucra y comprueba que no hay mejoría y aún así debe mandar facturas, ese si es un problema.

A Fernando siempre le fascinó el poder evocador de una fragancia y ocurrió que coincidió con uno de los Hermanos Puig y decidieron montar una compañía en Estados Unidos. Comenzaron con una pequeña empresa en la que buscaban evocar el lujo y el glamour, la elegancia y la moda que Manolo Pertegaz representaba en aquel momento, tras haber llevado a cabo la presentación en el stand español en la exposición de Nueva York.

Le propusieron crear un perfume y llamarlo Pertegaz, pero él decidió que se llamara Diagonal de Pertegaz y  este fue el principio, el primer perfume que fue un gran éxito en Estados Unidos, vendiéndose en las mejores tiendas, pero que nunca fue  vendido en España. Despues llegaría  Paco Rabanne para hombre, que fue el gran espaldarazo.

Su desencanto del sistema sanitario americano,  unido a la ambición de los 30 años y a su alianza con los Puig,  propiciaron  que se embarcase en aquella aventura, que compagino con la medicina durante 4 años.

De esta experiencia perfumistica nació, además,  el Olfactory Research Fund, donde se llevan a cabo estudios que puede resultar útiles para ciertos casos de alzhéimer al vincular los recuerdos con la vía olfativa.

Nos decía Fernando que “Uno tiende a justificar lo que hace,  a  buscar excusas para sus decisiones,  y lo que has escogido se hace imprescindible y piensas, mira que bien, porque haces lo que quieres y eso es lo que hice. Y ahora he escrito un libro y lo he pasado muy bien.”

Nos expone esta frase con humildad y nos pide que seamos críticas duras, algo inusual en los escritores, cuando además intuyes que es una petición sincera.
Hablamos con Fernando de los protagonistas de la historia; en cuyo personaje principal intuíamos un alter ego del autor. Hablamos de una novela coral en sus personajes, con tres hombres potentes y una mujer extraordinariamente fuerte, cruel, sexi, erótica, traidora, fiel, leal, incrédula y que busca redención.

Fernando, ha construido una novela visual, con capítulos cortos, poco dados a la descripción porque quiere poner el foco en lo que pasa y no tanto en  cómo pasa.  Y esto lo consigue llevando el peso a los diálogos, concretos y muy presentes a lo largo de toda la novela.

Hablamos con Fernando del proceso de documentación, que ha realizado casi completamente por internet y utilizando la base de datos digitalizada  de la Vanguardia.

Tuvimos ocasión de hablar de nuestras vidas y sobretodo de hablar largo y tendido de la interesantísima vida de este escritor, una  vida que daría para escribir varias novelas y que en esta, recoge  un episodio del que fue testigo casual en su infancia en su Barcelona natal.

Y hablamos de la presentación que Fernando realizará de esta novela y que yo de vosotros no me perdería, porque conocer a Fernando y oírle hablar es una verdadera delicia.

A continuación podéis conocer un  poco más a Fernando y su novela:

domingo, 4 de noviembre de 2018

Encuentro con Fiona Barton



 
El pasado 9 de Octubre, la Editorial Planeta invitó a un grupo de #SoyYincanera al encuentro organizado para charlar con Fiona Barton sobre su última novela “La Madre”.
Para conocer a la autora y sus obras podéis leer el siguiente enlace.



Aquella desapacible tarde de lluvia nos dimos cita en Mama Framboise, muy cerca del centro de Madrid, donde Ana Turón nos recibió con su habitual sonrisa y con un detalle que cada uno de nosotros encontró en su asiento; una pequeña bolsa de tela con unas hojas de hiedra, como las que aparecen en la portada de la novela y una nota con una pregunta: “¿Hasta qué punto estarías dispuesto a guardar un secreto?”.

Esta pregunta bien podría resumir el argumento de la historia sobre la que íbamos a tener la oportunidad de disertar con su autora.

Comenzó Miriam Vall  presentando a Fiona y destacando el éxito cosechado con la viuda, su primera novela. Intentó encuadrar las novelas de la autora dentro de un género que ella definió como de “arenas movedizas”, ya que la literatura de la autora se mueve entre la novela negra, la novela psicológica y también en lo que se ha venido a llamar “Domestic Noir”; un tipo de novela  que sucede en el entorno más próximo y del que cualquiera de nosotros podríamos ser protagonistas.

A continuación teneis el video de esta introducción que realizó Miriam y que fue grabado por nuestra compañera de #SoyYincanera, Maria Loreto Navarro.

 

Antes de pasar a la ronda de preguntas Fiona nos explicó el origen de esta historia, que como en la novela, parte de una pequeña noticia que leyó en un periódico y que en la realidad tuvo una resolución mucho más rápida y sencilla que en su novela.

La autora decidió que en esta nueva entrega volviera a ser Kate Waters el eje vertebrador de la novela porque tras acabar de  escribir “La viuda” en la que esta intrépida periodista también fue protagonista, Kate se quedó con ella y decidió hacerla protagonista de la Madre porque además de ser un personaje al que tenía cariño, el hecho de ser periodista le permite no tener que plegarse a reglas tan estrictas como un policía y además carecer de esa obligación de encorsetarse en una burocracia llena de papeleo.

Cuando le preguntamos a Fiona porque es Emma quien narra en primera persona, nos comentó que fue su voz la que escucho la primera y por eso le dió ese protagonismo.

La autora tiene muy en cuenta quien le habla en cada momento, lo que determina también su proceso de escritura que no es lineal, sino que escribe en función de la voz que escucha al despertar; lo que supone que a veces escriba escenas que aun no “tocan” por el punto narrativo  en que se encuentra, pero que siente necesidad de contar.

Y es que, además de “escucharlos”, la autora siente con los protagonistas definiendo su creación como emotiva, lo que la afecta realmente al escribir ciertas escenas, realmente duras y difíciles de plasmar que podéis encontrar en la novela.

Porque los personajes de La Madre no son sencillos, son complejos, pero fascinantes.

Las mujeres, sobre las que pone el foco, son personajes fuertes y diversos, personajes que no cumplen, como en muchas novelas del genero papeles secundarios de esposa, novia… de los protagonistas, sino que se erigen en verdadero centro de la historia, no siempre positivas y bondadosas, pero sí un reflejo del universo femenino que a ella le fascina.

Y los hombres, que aun teniendo menos peso también son importantísimos en la historia y a los que no pretende hacer villanos.

Ambos, tanto ellas como ellos pretenden (y lo son, no os quepa duda) ser personajes realistas y verosímiles, personajes con los que sea posible empatizar.

Le preguntamos a la autora porque ese centro de atención en los niños y su respuesta es contundente; los niños, son nuestra debilidad, nos llevan a hacer cosas para protegerlos que no haríamos por nadie más. Y le interesa, además, ahondar en las relaciones madre/hijo y en que estaríamos dispuestos a hacer por proteger a nuestros hijos, incluso, en algunos casos dando nuestra propia vida.

Y en este punto hablamos de los distintos títulos que a esta novela se le ha dado en los distintos países y que podría parecer que cambia el foco de atención.

El título original “The Child” es un titulo que, en castellano, obligaría a decidir un género para el niño o la niña, lo que tal vez daría demasiadas pistas sobre la trama. En todo caso, para que exista un hijo es necesario que haya una madre y por ello se consideró adecuado este título en castellano.
Y este título dio pie a interrogar a Fiona sobre una posible tercera entrega y quien seria protagonista de la misma.

Solo os adelanto que Kate seguirá presente, pero que estará “al otro lado de la noticia” y yo estoy deseando que esa nueva entrega llegue a mis manos porque sé que me fascinará tanto como lo ha hecho la lectura de “La Madre”.