sábado, 24 de abril de 2021

El buen padre

Díaz, Santiago (2021)

El buen padre

Reservoir Books, Barcelona, 416 pp.

ISBN: 9788417910990

 

Después de recibir una llamada de alarma, la policía encuentra en un chalé de una urbanización madrileña a un hombre manchado de sangre y un cuchillo con sus huellas junto al cadáver de su mujer.

Un año más tarde, un anciano se entrega a la policía afirmando ser el secuestrador de tres personas desaparecidas: el abogado defensor de su hijo, la jueza que le condenó y una joven estudiante que testificó en su contra en el juicio. Convencido de que los tres fueron sobornados, el hombre asegura que morirán, uno cada semana, hasta que detengan al verdadero asesino de su nuera y su hijo sea liberado.

La inspectora Indira Ramos, de una ética tan inquebrantable como su fobia a los microbios, solo tiene tres semanas para resolver el caso antes de que "el buen padre" lleve a cabo su macabro plan.

 


“Ella ha sido así desde que nació, le viene de serie una impopular rectitud que siempre le ha  causado problemas.“

 

Hace algo más de año y medio que leí Talión, la primera novela de Santiago Díaz, una lectura con la que disfrute y mucho más cuando, poco tiempo después pudimos reunirnos con el autor y el “hermano” del mismo, en un largo café en la Plaza de Oriente.

Gracias al buen gusto que me dejaros ambos, novela y autor, cuando en #SoyYincanera se propuso la Lectura Conjunta de #ElBuenPadre,  me fue imposible negarme, y no sabéis lo que he disfrutado.

Como en la novela anterior, la lectura ha sido más que rápida. La forma de escribir del autor que más que contar te hace vivir en cada párrafo lo que se está viviendo y esos recursos de “guionista” que nos sorprenden a cada paso, unido a la construcción de capítulos cortos, hacen que una lectura de más de cuatrocientas páginas, a mi me durara apenas dos días.

 

“Subieron por la escalera intentando recordar cuál era el protocolo en este tipo de situaciones.  Pero cuando de la teoría se pasa a la acción real,  uno se olvida de todo.”

 

Si de aquella primera novela destaqué en su momento a su protagonista, Marta Aguilera, por ser un personaje al margen de la ley, en esta debo destacar a Indira Ramos, que es justo lo contrario.

Santiago tiene un don para construir protagonistas atípicas, en estas dos novelas, mujeres y vaya mujeres… Indira es una inspectora de raza, con su más y sus menos, claro, como todos. Con un TOC que le perturba la vida a ella y a quienes la rodean y con un sentido de la rectitud que, en el mundo en que se mueve, donde está más que viene visto el corporativismo para proteger a los colegas, no hará sino acarrearle un montón de problemas. Un montón de problemas que comienzan por sus propios compañeros, que no entienden tanto celo entre los suyos, pero que si valoran el celo contra los “delincuentes” de la calle. Y esta fama de mujer incorruptible es la que hace que ese anciano que no busca, más que la “exculpación” de su hijo se empeñe en que sea ella quien lleve a cabo esa misión a riesgo de perder tres vidas ¿inocentes?.

 

“Cuando a una le han diagnosticado un TOC (un trastorno obsesivo-compulsivo que le impide tener un comportamiento medianamente normal), cualquier precaución es poca.”

 

El autor es una maravilla contándonos el día a día de la investigación y las implicaciones personales en cada uno de los protagonistas.

 

“- Lo único qué necesitas saber es que,  sí trabajas para mí, aquí dentro nadie te molestara.

- ¿Y si no?

- Si no… seré yo quien te moleste.”

 

Pero no lo es menos al narrarnos los episodios de la cárcel, ni el día a día de esos secuestrados desconocedores del tiempo o el final de su cautiverio.

 

“La incertidumbre de no saber por qué se está retenido es peor aún que la falta de libertad.”

 

Y si a e este cuadro añadimos la aparición de muertos en lugares icónicos, constructores a los que lo único que les importa son los rendimientos de sus inversiones, caiga quien caiga y algún, más que otro marido celoso, la novela se convierte en una historia imposible de dejar pasar.

 

“A muchos hombres todavía les escuece que sus mujeres ganen más  que ellos.”

 

La novela sorprende por su trama,  y por sus personajes. Un desarrollo intrincado en el que cada protagonista es parte del protagonismo de los demás, pero es, sobre todo una novela que sorprende por su final; un final que tira por tierra totalmente lo que has ido elaborando a lo largo de toda la lectura.

Santiago fue un autor al que prometí seguir tras la lectura de Talión y tras #ElbuenPadre, me declaro fan absoluta de sus historias y estoy deseando que llegue una nueva aventura, tenga a quien tenga como protagonista, porque sé que, sea quien sea, dejara en mí la misma impresión que han dejado Marta Aguilera e Indira Ramos, aunque me temo que de esta última, aun nos queda mucho por descubrir.

Si aun no habéis leído a este autor, la verdad es que no se a que estáis esperando; da igual que

comencéis por una u otra novela, porque lo que es seguro es que cuando acabéis con la primera iréis irremisiblemente a buscar la segunda.

 

“- Muy normal no eres, no voy a engañarte.  Pero las personas más interesantes nunca lo son. De hecho, los genios suelen ser gente muy peculiar.”

jueves, 8 de abril de 2021

Los muertos no saben nadar

Lena Rivera, Ana  (2021)

Los muertos no saben nadar

Maeva, Madrid,  480 pp.

ISBN:     978-84-18184-24-6

 

UNA NUEVA INVESTIGACIÓN DE GRACIA SAN SEBASTIÁN, QUE AHORA COLABORA CON LA POLICÍA.

La tercera novela de la autora de Lo que callan los muertos, ambientada entre Oviedo y Gijón.

Una nueva investigación de Gracia San Sebastián, que ahora colabora con la policía.

En pleno mes de diciembre, en la playa de San Lorenzo de Gijón un niño encuentra el brazo amputado de un hombre en el agujero del muro donde guarda sus tesoros. El brazo pertenece a Alfredo Santamaría, que estaba siendo investigado en la comisaría central de Oviedo por una presunta estafa piramidal. El jefe de la Policía del Principado asigna el caso al comisario Rafael Miralles. Gracia San Sebastián, investigadora de fraudes contratada por la policía para indagar en las finanzas de la víctima, tiene que desentrañar un complejo entramado de blanqueo de dinero en el que interviene un poderoso grupo de mafiosos rumanos sin escrúpulos. En su vida personal, la relación con Rodrigo sigue viento en popa para disgusto de su exmarido, Jorge, que viene de visita desde Estados Unidos para gestionar un ambicioso proyecto empresarial.

 

“La forma más fácil de librarse de un delito es que parezca que no lo es.”

 

Estamos ante la tercera entrega de la investigadora Gracia San Sebastián, nuestra vieja y querida protagonista de “Lo que callan los muertos”  y “Un asesino en tu sombra”.

Ha sido una  verdadera sorpresa encontrase con ese inusual caso financiero, que, en este caso, se mezcla con la nueva calidad de experta externa  de la policía con la que Gracia cuenta en la actualidad y que tampoco gusta a otro de sus clientes, Rodrigo, el abogado de la Seguridad Social al que conocimos en la novela anterior.


“No había blanqueo real posible sin pago de impuestos: camuflar su origen y pagar impuestos es lo que convierte el dinero negro en dinero legal. Si daban caza a Costica, las mafias encontrarían quien blanqueara  su dinero fuera de Rumanía y la recaudación iría a las arcas de otro país.”

 

Ha sido aun más maravilloso encontrarnos de nuevo con la presencia de Doña Adela, esa "madre" que tanto nos sorprendió en la primera novela y a la que tanto añoramos en la segunda entrega.

 

“- Tiene mucho que ver, hija,  porque no se puede tener todo en esta vida; que si quieres que te traten como una princesita a la que hay que proteger para que no se rompa, encontrarás a alguien que lo haga, pero ten cuidado y no vayas a terminar guardada en una vitrina. Si quieres una relación de igual a igual no puedes ser la cenicienta del cuento. Y me da la sensación de que, tal como lo cuentas, Rodrigo puede ser ese tipo de hombre con el que te cueste lidiar si es que os llegáis a casar.”

 

Estamos ante una novela mucho más madura, una novela en la que la investigación fiscal es mucho más profunda y compleja y de la que se desprenden varios hilos argumentales que complican mucho más la trama. Y ante un enredo más en la vida de Gracia.

Gracia es una mujer analítica y perfectamente “preclara”, pero lo es tanto para su vida profesional  que parece que todo queda volcado en ella y que en su defecto, en su vida personal, parece a veces, demasiado “pazguata”, que decían en mi tierra.

Es cierto que según aumenta su estatus profesional parece que su  estatus personal va flaqueando, lo que no es extraño, porque esta mujer, tan bien rodeada de personajes femeninos, no lo está tanto de los masculinos.

En este momento de su vida, Gracia, que parece abocada a rehacer su vida, se encuentra de repente con la aparición de su todavía marido, que con sus idas, sus venidas y sus secretos, no hace más que desequilibrarla.

Es cierto que Jorge es un personaje que nunca acabo de caerme muy bien y que en esta novela no está muy claro hacia donde se mueve  y también es cierto que Rodrigo es otro personaje que me ha provocado tener que parar en algunos momentos y chillarle a Gracia,  “pero bueno, es que no te enteras”… y no es un mal personaje, al contrario, es un PERSONAJAZO, porque cualquier personaje que te mueva por dentro  es uno de esos personajes a tener en cuenta. Y si la autora sabe de algo es, precisamente, de crear personajes.

 

“-            Hijo, si no conoces a la persona de la que te enamoras,  es que te estás enamorando de alguien que no existe. Y esa chica no pude conocerte si no la dejas. Debes contarle lo que ocurrió.”

 

Si hablamos de los personajes femeninos, estos también sufren una pequeña o gran evolución, depende de los casos. Sara, la mejor amiga de Gracia, alérgica a los compromisos, parece estar cambiando de idea, lo que, a la situación de absoluto despiste de Gracia, le añade un poco más de desconcierto.

Su madre, a la que ella considera tan chapada a la antigua, le guarda más de una conversación que es capaz de sacarla los colores. Por suerte, Geni y su hermana siguen siendo tablas firmes a las que agarrarse. 

 

“-            Bueno, mira tú por dónde sales ahora. Tan moderna para  unas cosas y tan atrasada para otras. ¡Eso para las mujeres de vuestra generación no tiene ninguna importancia! Seguro que a Sarah le parece bien.”

 

Como en las anteriores entregas, la explicación de la trama financiera se hace, a pesar de su, presumible dificultad, perfectamente clara a través de las explicaciones de Ana, que es capaz de traer a nuestra vida diaria algo, que al menos  en mí día a día me pilla demasiado lejos.  Y si a esto añadimos unos cuantos delincuentes de los bajos fondos, unos más que pérfidos sicarios, alguno que pasaba por allí  y un policía empeñado en boicotear la labor de Gracia en la policía, ayudado, sin saberlo por ese novio que no quiere compartirla con nadie, y no por celos, sino porque está empeñado en que la integridad de la protagonista puede estar amenazada en según qué situaciones y un final digno de dejarnos con la boca abierta de par en par,  la trama queda redonda.

 

“Mario había sido educado por sus padres para abrir la puerta a las mujeres y ser amable con ellas, no para detener sospechosos en su compañía y mucho menos para confiarle su vida en situaciones de peligro. Esa era la razón por la que frenaba el ascenso de las inspectoras que estaban en la lista de sucesión para el puesto de comisario y evitaba así que, durante su mandato, una mujer llegase a comisaría del Principado. No consideraba que estuviera haciendo nada incorrecto: no se sentía cómodo trabajando con ellas y debido a su posición tenía la opción de elegir.”

 

Hay muchos personajes nuevos, evidentemente, personajes sólidos que sostiene la trama de la novela y que, como ya he comentado la hacen mucho más profunda. Pero si hay algo que me gusta de esta serie es su protagonista, o mejor dicho, sus protagonistas, porque en esta novela, a pesar de ser Gracia la protagonista, el resto de las mujeres no se quedan a la zaga.

Acabé el libro en dos sentadas, y ya estoy deseando que la autora nos vuelva a regalar otra aventura de esta investigadora que va más allá de la investigación fiscal.

 

“-            No me pierdas a los que sigo en twitter ni a los contactos de Facebook, ¿eh?- advirtió mi


madre.

-              No, mamá, eso no está en el iPad,  está en tus cuentas.

Mi madre me miró suspicaz.

-              Pero yo los veo en el iPad- insistió poco conforme.

-              Ya,  pero no están ahí almacenados.

-              Bueno, por si acaso, tú no me los pierdas,  que está el tema de la Casa Real interesantísimo y no quiero perderme ni un solo tweet .”


La última aventura de La Pimpinela Escarlata

Ulled, Jesús (8-4-2021)

La última aventura de La Pimpinela Escarlata

Roca Editorial, Barcelona, 287 pp.

ISBN: 9788418417245

 

La última aventura de la Pimpinela Escarlata.

Una intrigante trama de ficción en la que nada ni nadie es lo que parece.

Nadie diría que el elegante y seductor Simón Sinclair, graduado "cum laude" en Oxford, políglota, deportista destacado en varios registros, teniente condecorado por su valor durante la campaña de Siria de la Guerra del 14, es también un consumado ladrón. Heredero de una considerable fortuna y de uno de los más prestigiosos comercios de antigüedades de Londres, donde se formó al lado de su padre, que hizo de él un experto en todo tipo de obras de arte, es también el último representante de la Liga de la Pimpinela Escarlata, una organización secreta cuyos miembros -todos aristócratas- se han dedicado a robar a los ricos para ayudar a los más necesitados. En la actualidad reparte su tiempo entre la capital inglesa y la bulliciosa Barcelona de la postguerra, donde está permanentemente atracado su yate "Esmeralda". Un excelente lugar para planear sus actividades y donde se verá inmerso en una trama de espías alemanes y pistoleros locales.

La última aventura de la Pimpinela Escarlata es una novela de espionaje magistralmente narrada que comienza como un thriller, pero que poco a poco se va decantando hacia una trepidante novela de aventuras.

 

“Has de entender  que nadie exhibe una obra de arte sí es notoria que ha sido robada. Se trata de verdaderos apasionados que disfrutan en solitario del placer de contemplarlas y,  por consiguiente, las ocultan en  escondites qué solo conocen ellos.”

 

Estamos ante una verdadera novela de aventuras.

Es cierto que para mí la Pimpinela Escarlata es uno de “esos personajes” que soy capaz de vislumbrar en mi más tierna infancia a través de las pantallas del cine y la televisión, pero como lectura, este género no se encontraba dentro de mis géneros preferidos, siempre fui más de género negro, de novelas policiacas y de asesinos convulsos, pero poco de ladrones. Y menos aun de los que no roban por necesidad, sino por repartir entre los pobre en un ejercicio de extraña hipocresía, ya que ellos mismos serian, entre los suyos, una víctima más de sus propios robos.

Nunca he sido, como digo, lectora de este género de “aventuras” y sin embargo, debo confesar que he disfrutado muchísimo de esta historia.

Una historia que, centrada en las antigüedades, la riqueza y la buena vida que sus protagonistas viven a través de yates y helicópteros, recorriendo el planeta de uno a otro confín, viviendo fiestas sin fin en lugares exóticos y  con todos los lujos debidos, se mezcla, en algunos momentos con los malos momentos vividos en la primera guerra mundial, pero estos son los menos y, como ya sabemos que quien tiene padrino se bautiza, hasta estos malos momentos sirven de aliciente para aquellos que tienen “posibles”.

Esta historia se mueve además de por el dinero, por el “amor” y por la tercera pasión que a todos nos mueve, aunque a veces pensemos que no es así, la venganza. Y esa venganza incluye también la solidaridad entre ladrones, que, en ciertas circunstancias, más que ejercer la competencia utiliza sus mutuos conocimientos y sus amplias redes para llegar a un bien común.

 

“- Ya te dije una vez qué solo creo en mi propia justicia. Este canalla merecía la muerte y  tú no ibas a ser capaz de matarle.”

 

Estamos ante una novela que ensalza ciertos sentimientos “románticos”, como si los protagonistas emularan al clásico Robín Hood; como si su única necesidad fuera vivir y disfrutar de la vida.

Estamos ante una novela bonita, que cuenta una historia que se desarrolla sin apenas sobresaltos y que te hace disfrutar de una trama llena de elementos hermosos, una trama que comienza y acaba en el amor, pasando por todos los datos intermedios, incluido el “uso y abuso” que mujeres y hombres (sobretodo estos últimos) llevaban a cabo para poder conseguir una vida mejor.

 

“Aquí, tener una amiguita es cuestión de status: cuanto más guapa y más enjoyada, mejor.  Por eso la exhibe, aunque siempre acompañada de ese joven con aires de poeta romántico qué es un chevalier servant de su entera  confianza porqué es homosexual y, además, depende de lo que cobra cómo profesor de música de su hija.”

 

Es una novela breve y muy entretenida, una novela con la que evadirse y disfrutar, una novela llena de objetos hermosos y codiciados. Una novela que es un homenaje a la pimpinela escarlata y a algún que otro celebre ladrón que tendréis que descubrir por vosotros mismos a través de la lectura de esta novela con la que yo tanto he disfrutado.  

 

“Esmond contestó sin apenas sopesar las consecuencias, pero experimentó la absoluta placidez que

sigue a la toma de una decisión difícil. Desaparecieron de súbito las dudas y los miedos que le habían atenazado cada vez que contemplaba el icono bizantino, que parecía devolverle una mirada irónica desde su biblioteca. Y supo que, por primera vez después de semanas, conciliaría el sueño con facilidad sin que le asaltaran pesadillas aterradoras.”