viernes, 20 de julio de 2018

Mujeres Errantes


SANCHEZ VICENTE, Pilar (2018)
Mujeres Errantes
Barcelona, Roca Editorial, 367 p.p.
ISBN: 978-84-17092-39-9


Greta Meier, famosa escritora suiza afincada en Londres, retorna a su tierra natal en un último intento por detener la deriva de sus días. Sorprendida por la inesperada enfermedad de su progenitora, decide compensar sus prolongadas ausencias y aparcar los reiterados enfrentamientos, permaneciendo a su lado hasta el fatal desenlace.
Sin embargo, sus últimas palabras siembran una duda demoledora, dejando entrever en el último suspiro el gran secreto de la vida de Greta: ¿Quién era la mujer muerta, si no es su madre? Con la única compañía de sus cenizas, la autora emprende un viaje al pasado en busca de su propia identidad.
Siguiendo el único hilo disponible, localiza un punto en la costa norte de España y hacía allí se dirige. Pronto atisbará que la vieja rivalidad entre la Tiesa y la Chata, dos pescaderas ambulantes, esconde la clave de su origen, pero las preguntas se acumulan sin respuestas. Y el tiempo se acaba.



 “El mar” se dice tierra adentro; en Cimavilla, de siempre, se llamó “la mar”, en femenino, como la mujer. Las mujeres damos la vida y la mar nos proporciona el sustento. Los hombres la aman y la temen, mueren por ella. Es la madre pródiga, la madre colérica, nuestra diosa del bien y del mal.

Mujeres errantes  es uno de los libros más bonitos que he leído en los últimos años y es bonito aunque no narre una historia feliz, aunque sus personajes no sean precisamente hombres y mujeres felices ni centrados, especialmente.

Es bonito porque es un libro escrito con una sensibilidad y una maestría que hace tiempo no encontraba en una historia,  es bonito porque es una historia perfectamente tejida, porque se desarrolla en unos paisajes tan maravillosamente descritos que parece que estuvieras en ellos continuamente, porque tiene una, o mejor dicho, unas tramas maravillosas y sus personajes, los principales y los secundarios, son de los que se te quedan dentro.

Es uno de esos libros que narra magistralmente la realidad, una realidad ajena y desconocida, una realidad dura y cruel, tan alejada de nuestra vida “acomodada” y que sin embargo, al  pasar la ultima pagina, he sentido como propia.

Una trama cuyo epicentro se sitúa en Cimavilla, barrio pesquero de Gijón, pero cuyas ondas expansivas nos pasean por Zermat, Londres, Berlín, Santorini y Nicaragua. Con unas descripciones tan precisas y cuidadas que nos parece estar paseando por esas calles con nuestro cajón de pescado en la cabeza, por esos paisajes de postal, por esos barrios marginales y esos bares de moda de los 80. 
Esos puntos neurálgicos por los que la Chata y Greta nos llevan de la mano con sus recuerdos y que son vitales para entender su evolución, sus luces y sus sombras, su pasado y sobretodo su presente.

La Chata, es un personaje peculiar y único, una mujer con una vida durísima, una mujer que se te queda dentro, un personaje capaz, con sus refranes, su personalidad y su “playu”,  de sacarte una sonrisa aun en medio de la narración más escabrosa. 


Una mujer que desgrana su vida en cada palabra,  una vida mísera y desesperanzadora de la que sin embargo no abjura, narrándola sin victimismos ni sentimentalismos innecesarios. La Chata es la SUPERVIVIENTE por excelencia, esa que, como tantas mujeres antes y después de ella han vivido como han podido, bandeando los golpes que la vida les iba dando por la derecha y por la izquierda, esas que no conocen el significado de la palabra miedo, porque nunca han tenido ni el tiempo ni la oportunidad de temer, sólo de seguir adelante, aunque eso suponga vivir una guerra y tener que exiliarse siendo un niño a un país extraño, aunque eso signifique con unos años más dejar atrás familia y patria en busca de una oportunidad trabajando, de nuevo, en un país extraño, aunque signifique perder los bienes y la ilusión en amores que no son tales... 

La Chata es un personaje tan, tan grande, que era difícil que existiera en la novela otro que pudiera darle la réplica. Y ahí está Greta, esa otra superviviente, de otro tiempo, con otras aspiraciones, con muchísimas más oportunidades de tener una vida plena, regalada, feliz... pero los seres humanos somos inconformistas y Greta lo es.

A través de Greta, Pilar es capaz de describir fielmente las mieles del éxito y también sus hieles. 
Estremece la descripción que la autora hace de la bajada a los infiernos de Greta,  de esa caída en la que se acaba tocando fondo y consigue, sin imágenes morbosas, sin una sola coma de más, que vivamos la desesperación y la euforia, la flaqueza y la fortaleza del personaje  y esa huida hacia delante que ha marcado desde la infancia la vida de la protagonista.

Y la Tiesa, ese tercer vértice necesario para el triangulo perfecto, esa mujer que vive para que su hija tenga todo lo que ella no pudo tener, cuyo único afán es conseguirle las mejores oportunidades aún a riesgo, en algunos momentos, de perder el cariño de Greta. Esa mujer que, de forma diametralmente opuesta a la Chata, reniega de sus orígenes, de su pasado, para poder partir de cero, para poder labrarse un futuro en una tierra  que no es la suya, que aun siendo también hostil puede proporcionarles a ella y a Greta lo que España nunca podría darle.

Genara alimentó los sueños de su hija con la ilusión propia de cualquier madre conocedora de que existen mundos mejores y todos están dentro de este. Pero si los alcanzas, lo difícil es mantenerse en ello.

Y Guillermo, ese gran protagonista varón, entre tanta mujer errante, ese hombre errante a través de cuyas cartas descubrimos el lado más amargo de la Revolución Nicaragüense, esas cartas en las que descubrimos un país y unas costumbres muy alejadas de nuestro entendimiento y en las que la autora rinde un merecido homenaje a un personaje histórico fascinante, Gaspar García Laviana, sacerdote y poeta que se convirtió en guerrillero para luchar y morir junto a los sandinistas, en su afán por acabar con las desigualdades, la corrupción y la injusticia del régimen Somocista.

He de decir que el resto de personajes masculinos, no son precisamente de los que te gustaría tener como amigos, pero son personajes que encontramos, desgraciadamente a lo largo de nuestra vida, manipuladores, violentos, controladores….

Lo cierto es que en esta novela, todos los personajes son vitales, todos tienen su razón de ser y todos y cada uno de ellos son necesarios para la evolución de la historia.

Como ya conté en la crónica del encuentro con la autora, ésta es una novela de supervivientes, de sentimientos contrapuestos, de la generosidad total y del egoísmo más extremo, de vidas duras, de vidas reales, de esa vida que cada uno construimos en función de las circunstancias que nos toca vivir.

Y es una historia de homenajes, a los inmigrantes, a esa generación perdida que la droga nos robó en los 80, un homenaje a esas mujeres que “cargaban” con toda la familia, con los hijos, con los padres y los abuelos, porque era lo que tocaba, que vivían en medio de la violencia que genera la miseria y que viven como algo normal, llegando incluso a dulcificarlo en su memoria.

Es un homenaje al valor de nuestros mayores, de sus recuerdos y vivencias y es sobre todo un homenaje a las mujeres, a todas las mujeres que son capaces de vivir y sobrevivir a pesar de todos los pesares.

Es una historia, en definitiva, que no deberíais dejar pasar, porque a pesar de su crudeza, cuando acabas la lectura queda abierta la puerta a la esperanza.

Disfrute de la existencia sin conciencia de ser una privilegiada y sólo aquí me he dado cuenta de la dimensión relativa de los bienes materiales y el inútil vacio de los discursos solidarios si no son llevados a la práctica.

jueves, 5 de julio de 2018

Escrita en tu nombre

NOGUERA, Amelia (2017)
Escrita en tu nombre
Editorial Berenice,  Córdoba, 352 pp.
978-84-17044-91-6

El destino lleva a encontrarse a Omid, un músico iraní, y a Malena, una joven española; pero él es demasiado perfecto para ser de ella y ella demasiado insegura para creerse de él. Ambos viven atormentados: él siente que debería haber muerto cuando consiguió escapar de su país durante la cruenta guerra contra Irak, y ella está segura de que jamás podrá volver a amar a ningún hombre.

Además de la suya, en "Escrita en tu nombre" se engarzan otras historias de segundas oportunidades, de superación y esperanza. En esta singular novela se muestra a seres humanos rebelándose, luchando contra la certeza de que todo lo que son, sus decisiones, sus anhelos y hasta sus nombres, está regido por un destino inexorable, sin que exista forma alguna de escapar a él. Sin embargo, en ocasiones sí que hay otra salida...

De la mano de Omid y Malena el lector visitará la Fontana de Trevi romana o la Little India londinense, conocerá la Estrella del Norte de Irán y transitará el madrileño barrio de Malasaña, en los convulsos años ochenta y en la actualidad. "Escrita en tu nombre" es una novela imposible de olvidar, que te hará reír y llorar, y que tal vez te descubra si tu destino está también escrito en tu propio nombre.


“La piel tiene memoria: si cierro los ojos, repite con precisión el recorrido de sus manos, grandes, pero extrañamente suaves. Que poco podía imaginarme que pudieran serlo tanto. Nunca antes nadie se había tomado la molestia de demostrármelo”


Los aficionados a la novela negra estamos acostumbrados al ritmo trepidante y el lenguaje directo de este género, los fanáticos de este género, necesitamos, intercalar entre nuestros “asesinos” una novela que nos ayude a “desengrasar”.

La que nos ocupa es una de esas novelas, una historia para leer despacio, con una prosa trabajadísima, cercana a veces a la poesía y plagada de  extensas descripciones.

Es esta una novela de sentimientos,  una novela que narra, en su eje central,  la historia de amor de una mujer, que por lo que le ha tocado vivir ha dejado de creer en el amor. Es una novela centrada en la vivencia del amor.

Una historia que nos cuenta en primera persona su protagonista absoluta; porque esta es sobre todo la novela de Malena, la de su pasado, su presente y su futuro, la del interior dividido que todos cargamos y que determina nuestras acciones en distintos momentos de nuestras vidas, la historia de sus miedos y a su vez la necesidad de superar una traumática experiencia que ha marcado irremediablemente su personalidad, su autoestima, y que determina la posibilidad de entregarse plenamente al amor, a la pasión...

Es una novela que habla del amor en todas sus vertientes la atracción física que prima en toda la narración, pues es esta una novela tremendamente sensual,  y la vertiente más  alta y sublime de este sentimiento, ya que la protagonista, se enfrenta permanentemente a esa dicotomía  necesidad-miedo  de entregarse mental y espiritualmente al otro gran protagonista de la historia, Omid.

A través de los ojos de éste, nos enfrentamos a la parte más dura de esta historia, nos enfrentamos al drama de la inmigración ilegal, al miedo, al desarraigo, a  la nostalgia infinita de la patria perdida. La aventura de Omid pone ante nuestros ojos, nos hace mirar de frente a un tema que está presente en nuestro día a día desde las pantallas de TV, pero que de tan cotidiana, a menudo nos inmuniza ante el drama que Amelia recrea de forma tan vívida.

“Hace mucho que me quedé sin dios. Quizás la repuesta sea que no creo en él, pero que me gustaría y, mientras lo consigo, lo busco en las personas y es a ellas a las que le agradezco cuanto soy.”

El resto de personajes conforman un coro que sirve para enmarcar la gran historia de amor que es el centro de esta novela, la obligadamente alejada familia de Omid, la familia de Malena, Laura y Juan, esos amigos incondicionales de la pareja y ese Mario, que sin llegar a hacerse presente en la novela la sobrevuela continuamente, porque vive en la memoria de la protagonista.

Estamos ante una novela en la que priman los personajes, los paisajes y escenarios que se describen profusamente a lo largo de toda la historia, un historia en la que la acción queda supeditada a todo lo anterior.

Y estamos sobre todo ante una historia que es un canto a la esperanza, a las segundas oportunidades, una oda a la capacidad del ser humano de sobreponerse a los reveses más duros que la vida nos infringe.


“Hace mucho tiempo que aprendí que la vida es demasiado corta y que apenas decidimos nada en ella. Solo las cosas as tontas, las menos importantes.”

martes, 3 de julio de 2018

Presentación El Médico.- El Musical


El próximo mes de Octubre en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid se llevará a escena el musical “El Médico”, una ambiciosa producción 100% española que seguro que hará las delicias de los fans de una de las novelas más vendidas y leídas del mundo.

El pasado jueves, día 28 de Junio, en La librería La Central de Callao y gracias a la invitación de la editorial Roca, tuvimos el privilegio de asistir en un desayuno literario a la presentación que del mismo realizaron Iván Macías, compositor del musical, Félix Amador, escritor del libreto, José Luis Sixto, director de la obra y Michael Gordon, hijo del autor de la novela, Noah Gordon, y agente literario.

Iván comenzó intentando dar respuesta a lo que el mismo denominó la pregunta del millón, ¿Cómo se lleva a un musical un libro como El Medico? Difícil, pero apasionante empeño.

Este fue un libro que a Iván le impactó y emocionó y consideró su misión intentar que esa emoción  que sintió, que el lector siente al leer el libro, sobretodo en algunos pasajes, se trasladara al escenario con la música que, por ende, es el arte que más rápido llega, que más rapidez y más capacidad de emocionar posee. Y ese fue el primer paso, intentar, desde el respeto y la verdad, contar esta historia a través de la música, y el punto de partida comenzar a componer antes de tener un sí y  dos extractos que compartieron con el autor en su primera visita, una música en la que Noah fue capaz de reconocer la parte del libro que se estaba contando y una frase que llenó de satisfacción al equipo.
“Estoy oyendo mi libro”.

Y no es este un trabajo de un día ni solo de este equipo, es un trabajo que lleva tiempo forjándose y que seguirá haciéndolo hasta el estreno el próximo otoño. Se ha realizado una pequeña gira de presentación en la que se ha tomado el pulso al público, en la que se ha confirmado la emoción del publico al reconocer el libro en esa música.

Reconoce Félix que esta obra presentaba dos retos, el primero de ellos, como condensar un libro como este en 2 horas 35 minutos, aunque este era un reto menor, pues una buena historia puede contarse en 4 o en 800 folios y sobretodo, el enfoque de como contar  esta historia, y este enfoque era  un niño, ese niño con el que comienza la obra y que está presente a lo largo de toda ella,  la curiosidad del niño, esa mirada continua del  mundo y de la vida a lo largo de toda la obra, sin miedo, sin amenazas, solo curiosidad, ese es Rob.

El segundo reto era  ser fiel al libro y a los lectores, porque todos los lectores de El Médico tienen una huella emocional pues esta novela  cuenta una historia universal “cruzar el mundo para cumplir un sueño, sin tener la seguridad de que ese sueño se vaya a poder hacer realidad” y ese tipo de soñadores  conecta con los lectores y conecta con la historia del musical.
El deseo de tener una visión más amplia que la propia les llevó a realizar varias acciones: 2 workshops con lectores del libro en los que se les preguntó sobre los personajes, sobre las escenas que consideraban imprescindibles, en las que se les pidieron incluso adjetivos para definir a esos personajes. Se desarrollaron  mesas redondas, lecturas  con actores y cantantes de la Escuela de Teatro Musical del Liceo de Moguer, en  el que se cantaron algunos de los temas que ya estaban compuestos y se leyeron escenas, lecturas con el director de la obra, y con autores y posteriormente 3 workshops con actores, directores y músicos durante un mes en Madrid.
Todos estos talleres les dieron una visión aun más amplia de la obra y ayudándoles  a ser aún más fieles al libro y a los lectores.

Pero el trabajo aun no ha acabado; Sixto, el director del musical nos comentaba que  aparte de los wokshops,  la temporada de conciertos les ha brindado la oportunidad de recibir un feedback que ha permitido afinar, perfilar, corregir para crear el mejor musical posible y honrar a Noah Gordon. Es un trabajo que aun continúa, siguen las reuniones  para dotar  de más y mas dimensiones esta obra. Se está ultimando  la escenografía, el componente mágico, la escenografía, el vestuario… quedan muchos meses de investigación en la dramaturgia y la puesta en escena  que no acabará hasta el día del estreno.

Por su parte Michael nos explico cuales fueron los pasos que nos han llevado a estar aquí hoy.

Fue en el año 2015  cuando Michael recibió uno de los tantos correos que recibe interesándose por una de las obras de Noah Gordon.
Tras varios correos y conversaciones entre Iván y Michael, se reunieron en Barcelona donde el equipo le facilitó 3 minutos del prologo que habían compuesto; nos comentaba el agente que le sorprendió esta muestra, en general, cuando alguien se interesa en adaptar obras de Gordon hablan mucho y ven poco y en esta ocasión, no solo estaba escuchando parte del proyecto sino que era una muestra de altísima calidad. Tanto que al escucharla fue consciente de su singularidad y de la seriedad del proyecto, por lo que decidió, fuera de su costumbre, concretar una reunión en Boston con la familia.
Michael define el musical como emocional, hasta el punto de confesarnos que cuando acude a algún acto referido al mismo le gusta visionar el video a solas en su oficina, pues siempre acaba llorando de la emoción y eso es como limpiarse por  dentro.

Este no es el primer proyecto para  llevar el médico a un musical, en Alemania se ha adaptado, pero de una forma totalmente distinta, ya que se ha representado en un festival y no con vocación de permanencia, como es el caso que nos ocupa.

Para Noah Gordon, con casi 92 años, este proyecto se ha convertido en un incentivo para vivir, pregunta continuamente por el avance del trabajo y tiene intención de acudir al estreno aunque eso dependerá, evidentemente de su estado de salud. Inicialmente no era su intención, pero tras ver el video y conocer al equipo sus intenciones variaron radicalmente.
Noah se ha involucrado en el proceso creativo, aportando ideas, queriendo dejar su huella en el musical, aportando líneas y sobretodo ideas de concepto, su visión y su propia intención cuando escribió la novela y que desea ver plasmada en el musical.

Era inevitable preguntar que influencia ha tenido la película sobre el musical y nos comentaba Félix que   así  como la película tiene sesgos y omisiones que dan una visión parcializada del libro ellos han preferido beber de la fuente, utilizando técnicas que les permiten narrar la totalidad de la novela.

Hablamos sobre el elenco confirmado de los actores que darán vida a los protagonistas de El Médico; Adrian Salzedo como Rob, Sofia Escobar, protagonista del Fantasma de la Opera en Londres, está preparando el papel de Mary y  Alain Damas dará vida y voz singular al Sha de Persia.
Nos hablaron sobre el trabajo que Lorenzo Caprile está llevando a cabo en cuanto al vestuario y sobre la forma de encajar la escenografía que ha dibujado Alfons en el escenario del teatro Apolo.
Sobre  tres  escenarios diferentes; Inglaterra,  el desierto e Ispaham y cada uno  de ellos con un lenguaje diferente  pretenden  que el espectador vaya viajando con Rob a cada paso que da, siendo todo igual de nuevo para el espectador como lo es para el protagonista.
Tratan de conseguir ese equilibrio  entre las tres culturas que plantea Noah en  la novela, la cristiana, la judía y la árabe y la fascinación que se siente y el eje de querer transmitir que si hay un conocimiento entre las tres culturas todos tendríamos mucho que aprender.

A la respuesta de si este es el proyecto más ambicioso al que se han enfrentado, a estas alturas han asumido que no es un musical lo que tienen entre manos, que obviamente utiliza un lenguaje musical, que no es una ópera, aunque pudiera acercarse a ella, en ciertos aspectos, pero que obviamente no es un musical al uso.

El proceso creativo parte de seleccionar las partes que definen emocionalmente a los personajes  y a partir de ahí se hace la escaleta,  en los tres actos se crea la música conociendo el argumento  y escribiendo la letra al mismo tiempo. Se dota a cada personaje de su leit motiv, de su emoción y por ello, cada uno de ellos  tiene su propia voz, su propia música, su propia melodía siendo casi imposible decidir cuál es el mejor de todos ellos.

La productora está comenzando su exportación a otros países, sobretodo al mercado Anglosajón, donde se grabará la banda sonora con la Orquesta Sinfónica de Londres.

Fue un encuentro maravilloso que anticipa lo que seguro que será una experiencia inolvidable, ver y escuchar “El Medico”; tuvimos la oportunidad de charlar unos minutos más con los protagonistas de esta presentación confirmando su entusiasmo por este gran  proyecto y su cercanía y generosidad posando con nosotras para la posteridad.

Próxima parada de El Médico, 17 de Octubre, Teatro Nuevo Apolo.

lunes, 2 de julio de 2018

Homenaje a Ana María Matute


Coincidiendo con el cuarto aniversario de su muerte y con la Edición conmemorativa de su gran obra, el pasado lunes 25 de Junio, en la librería Rafael Alberti, la Editorial Destino celebró un homenaje a la gran Ana María Matute.

Este acto se estableció como una conversación a tres voces entre los autores Loreto Sesma, Lorenzo Silva y Lea Vélez, que, moderados magistralmente por Inés Martin Rodrigo, hablaron de la autora y de su obra, sobretodo de “Olvidado Rey Gudú”, la obra reeditada.
Comenzaron los autores comentándonos como se habían acercado a Ana María y por extensión a su obra.

Loreto Sesma, la más joven de los ponentes y, tal vez, por ello la más alejada de la autora, nos expuso como fue la editorial y la preparación de este acto quienes le habían acercado a ella.

Lorenzo Silva comentaba que él conocía apenas el nombre de la autora que aparecía en los libros de literatura de su época de estudiante junto a Carmen Laforet y poco más, pero que no había leído nada de ella hasta que en el año 96, cuando recibió el Premio Nadal y Ana María Matute era parte de ese jurado, le dió cierto apuro no haber leído nada suyo y lo primero que encontró en la librería fue Olvidado Rey Gudú, cuya lectura le sorprendió al leerla tanto como ahora al releerla;  ya que la imagen  que de  Ana María y su obra tenía,  era de novelas oscuras, novelas de provincias, grises… y se encontró con una historia de corte fantástico, pero en el fondo no un cuento para niños, sino la misma historia de la humanidad.
Lea comparte con Lorenzo esa especie de prejuicio sobre la oscuridad de las novelas de Ana María Matute y en Rey Gudú se ha encontrado con un universo que refleja todo  el imaginario de la humanidad, definiendo esta obra,  por una parte como  La Odisea y por otra como El  Cid. La lectura de esta novela ha sorprendido a Lea  produciéndole una apertura fantástica a una autora que conocía, pero cuyas letras siempre habían sido desconocidas para ella.

Loreto comparaba esta obra con las novelas actuales que son parte de su día a día como Juego de Tronos,  centrándose en señalar que el libro está lleno de emociones escondidas en un cuento épico.
Lorenzo, por su parte, indicaba que, esta novela, que por el titulo la gente puede identificar con una historia para niños, encierra una violencia extrema, mostrando los ángulos oscuros de la vida, sin que haya nada sobreactuado, una novela que continuamente señala el mal, una historia alejada de los cuentos de hadas tradicionales. Una historia fantástica en la que existe además, un profundo conocimiento de la Edad Media que se refleja continuamente en la historia, e incluso en ese magnífico material inédito que aparece en la novela y que confiere un marco creíble  y un armazón solido a toda la narración.

Inés hablaba de la valentía de Ana María Matute, tercera mujer en entrar en la RAE y primera mujer en salirse de los cánones con la escritura de este libro, al que ni la sociedad ni la industria literaria de la época estaban acostumbrados, se atrevió a escribirlo o por mejor decir, a publicarlo, sencillamente porque era lo que a ella le gustaba.

Esta afirmación, la ratifica Lea Vélez, indicando  que, efectivamente esa satisfacción en la narración rezuma en cada palabra. Nos hablaba Lea de lo aterrador de no saber cómo van a reaccionar los demás a lo que escribes, cuando no tienes referencia, cuando no hay nada con lo que compararse. Habla Lea desde su propia experiencia, desde el su escribir sobre lo que quiere escribir. Resalta la autora la presencia permanente de la nostalgia de la infancia en el libro, de la perdida de esa infancia, de la tristeza de abandonar ese mundo.

Inés hablaba sobre la superstición de Ana María, algo que había oído y que suponía que cuando un autor acababa su gran obra, moría, tal vez por ello, por su falta de deseo de morir, Olvidado Rey Gudú la acompañó durante 25 años de su vida, llegando a vender en su año de edición 2000000 ejemplares, muy por encima de los previstos en el informe inicial de ventas.

Estos 25 años que acompañaron a la autora las páginas de su obra Magna, las comprende Lea muy bien, pues  ella siente que  mientras el libro está abierto está vivo, que acabarlo es como perder un amigo, confesaba que a ella misma, cuando le gusta mucho un libro que esta escribiendo, cuando éste consigue “abrirle los poros del alma”, la cuesta acabarlo, alatgando este momento lo máximo posible; por ello no le costaba  imaginar a Ana María viajando con esas cajas que guardaban los folios que la acompañaron mientras la obra estuvo siendo creada.

Hablaron los autores de su experiencia con los plazos de entrega, de sus propias vivencias, comparada con esa anécdota de Ana María cuando se decidió la publicación,  prácticamente encerrada por la editora hasta la entrega de Olvidado Rey Gudu con la compañía de una secretaria que ejercía no solo como tal, sino también como una especia de guardiana.  Lorenzo rememoraba esos años en que se escribía a mano y luego se pasaba lo escrito a  máquina para corregir sobre lo escrito y vuelta a la máquina de escribir y se centraba en esa intensa actividad correctora de Ana María que puede verse en ese material añadido a la obra.

Llegando al final de la charla, les pedía Inés a los autores que recomendaran a los jóvenes  lectores esta obra de Ana María Matute.

Loreto Sesma indicaba que es un libro que ha conseguido “dejarla colgada” y que es una de esas obras que seguro va a releer con el paso de los años, porque está segura de que descubrirá, en esa relectura aun más de lo que ha encontrado en ésta.

Lorenzo por su parte hablaba de esa generación lectora a la que no hay nada que recomendarle y de aquellos a los que les cuesta un poco más y a los que debe advertir que la mayor dificultad de esta novela es presentar una prosa densa, lejos de la prosa a la que están acostumbradas las nuevas generaciones, una prosa sin profusión de diálogos, con páginas completas de párrafo, con presencia, incluso de oraciones subordinadas; y que intentaría  provocarlos indicándoles que están reverenciando, por vía audiovisual algo que es mucho mas esquemático que esta obra, algo mucho más simple que la obra que nos ocupa, una novela en la que en todas las paginas pasa algo.

Lorenzo recomienda como forma de acercamiento a Ana Marial leer la entrevista que ABC ha recuperado y que podéis leer en este enlace.


Y Lea por su parte, recomienda, que los padres lean a sus hijos este libro, aunque no sea completo, aunque sean páginas, para enganchar a los niños con esa riqueza del lenguaje que presenta Olvidado Rey Gudú, sin un solo cliché, pero referenciando todos esos cuentos infantiles que todos conocemos.

Los tres autores coinciden en la calidad de esta novela, la gran obra de la vida de la autora,  una obra que, como señalaba Lorenzo Silva, solo es capaz de publicar, un autor consagrado, que ya está de vuelta de todo,  o alguien que comienza, con ese desconocimiento, con  esa inconsciencia, de lo que es el mundo literario.

Finalizó Inés la exposición haciendo referencia a esa entrevista que se realizo hace 22 años y que, a pesar de ello, sigue de rabiosa actualidad, a dos preguntas y dos respuestas que dibujan a la autora.

-¿Mejor, entonces, ahora que en los años cincuenta, cuando usted frecuentaba las tertulias del café Gijón?
Quita, quita. Yo no iba al Gijón: me llevaban arrastrada. Mire: yo soy una mujer que no se aburre nunca, lo he pasado muy bien y muy mal, pero nunca me he aburrido... excepto en las tertulias del café Gijón. ¡Aquellos vociferantes señores que no decían nada! Horroroso. Y es que la posguerra fue muy triste, muy sórdida. Había una envidia, ¡madre del corazón, qué envidia! Se destrozaban unos a otros, no se podían ver. Yo no hablaba, ni me conocían la voz. Cuando me hacían una entrevista era mi marido el que me contestaba.
-¿Qué le gustaría hacer en la Academia? ¿Qué cree que es lo más urgente?
(Gesticula con los brazos mientras sus labios dicen «nada» sin emitir un sonido). Pues... no tengo experiencia. Creo que lo primero que habría que hacer es procurar que entraran más mujeres. Yo no me puedo quejar, pero que en trescientos años sólo hayan entrado en la Academia tres mujeres es un poco fuerte, ¿no?

Este encuentro ha servido para recordar y homenajear a una autora que para mí, personalmente, es un referente de la literatura española junto a Carmen Martin Gaite y ha servido, aparte de para  pasar una agradable tarde literaria escuchando a autores consagrados, para aumentar mi deseo de releer no solo Olvidado Rey Gudú, sino esa última obra que se publicó inacabada tras su muerte y que me pareció pura delicia, “Demonios Familiares”.

Os dejo, porque lo considero un verdadero tesoro, este documental que realizo RTVE sobre Ana María Matute.