martes, 31 de marzo de 2020

El accidente de Lauren Marsh


Morales, Guillem (2020)
El accidente de Lauren Marsh
Plaza & Janes, Barcelona, 320 pp.
ISBN: 9788401023927

Lauren Marsh sale a correr, como cada mañana, y cae en un socavón mal señalizado en las obras de reforma de la urbanización Century Europa donde vive. Afortunadamente, la mujer no sufre heridas mortales, pero Cédric, el inspector de seguros encargado de la investigación, descubre indicios de que el accidente no ha sido fortuito. A partir de ese momento, se verán envueltos en una trama de misterio donde nada es lo que parece: sucesos sangrientos, vecinos que guardan secretos y una verdad oculta de la que es imposible salir indemne. Los accidentes en Century Europa no han hecho más que empezar...
El accidente de Lauren Marsh, la primera novela del director de cine y guionista Guillem Morales, es una reflexión sobre la soledad, la culpa y el aislamiento en una gran ciudad, con la forma de un original y demoledor thriller de ritmo absorbente, trama retorcida y un final sorprendente incluso para los lectores más avezados.

Todo seguía igual. El mundo se había congelado durante un año y se había vuelto a activar de nuevo esa misma mañana.

El accidente de Lauren Marsh no es una novela negra al uso; no es una novela de asesinos y asesinados, de hecho, no comienza, como tantas otras con una víctima terriblemente torturada, con un asesinato macrabro, ni con un asesino cruel y despiadado.
Es esta una novela de personajes rotos, devastados, desesperanzados. Unos personajes que se desmoronan como lo hacen los edificios de Century Europa, una decadente “ciudad” dentro de una Bruselas gris, lluviosa, oscura; un paisaje perfecto para esta trama absorbente y asfixiante. Una novela con un final impredecible, con un final épico, con el único final posible, porque la historia se desarrolla como en un embudo llegando al único punto al que podría llegar para resultar coherente, para resultar una historia redonda.

Century Europa se erigía como la absoluta demostración, el ejemplo fehaciente y la indiscutible constatación de que destruir era mucho más fácil que construir.

Pero no nos engañemos, que no haya muertos no significa que no haya victimas, que no haya   que no haya asesinatos no significa que esta sea una novela ligera. Al contrario, es una de las novelas más duras con las que me he topado, porque me ha hecho pararme a pensar, porque me ha hecho reflexionar sobre nuestra reacción ante acontecimientos inesperados de nuestra vida, ante esos accidentes que no somos capaces de controlar, que se escapan de nuestras manos como el propio devenir de nuestra existencia, esos instantes fugaces que cambian nuestra vida para siempre y paralizan nuestra mente en rememorar lo acaecido una y otra vez, en inventar uno y mil finales alternativos que cambien aquello que no dejará de atormentarnos.
asesinos no significa que no haya psicópatas,

Cedric recordó que una vez oyó a alguien decir que las historias mas tristes no se cuentan nunca porque se instalan en el corazón del que las escucha, muy adentro, y después es difícil librarse de ellas. Por eso, pensó, las historias mas tristes deben llorarse en silencio y recordarse en soledad, para que se acaben olvidando y así no entristezcan el corazón de nadie mas.

Cedric es un protagonista inusual, un inspector de seguros que aun no está preparado para volver a la rutina, un personaje empeñado en llegar al fondo de la verdad, cueste lo que cueste, un hombre empeñado en proteger a una victima que a veces parece no querer ser protegida. Y es que Lauren tampoco es un personaje usual es, como todos los personajes de esta novela un ser poliédrico, con mas sombras que luces, un personaje al que no llegamos a conocer del todo, porque todo en esta novela sucede a través de los ojos de Cedric y eso supone que la trama nos sorprenda tanto como le sorprende a él descubrir lo que se esconde tras la vida de Lauren, del Doctor Tremblay, de Emile, de Majewski, de la señora Dunkel.

Cada cosa que nos ocurre nos cambia un  poco, supongo.

Guillem nos cuenta una historia tremenda y angustiosa y trepidante, una historia directa que no se pierde en descripciones eternas,  que se centra en detallar claramente solo aquello que importa a la trama y que se desarrolla ante nuestros ojos como una película, y es que esta historia, sin duda, bebe de la experiencia como guionista de su autor.

Ha sido una magnífica lectura, una trama que me ha provocado angustia y desazón, y que me ha provocado también una profunda tristeza, por las vidas que se desmoronan, por el sufrimiento que provoca ese desmoronamiento, por la soledad buscada o impuesta de los personajes que pueblan sus páginas, por la culpa con la que cargan como un lastre, por la falta de empatía o la empatía mal entendida en esa existencia urbana que los obliga a vivir deprisa y aislados aun rodeados de gente y los lleva a  pasar por alto las cosas importantes de la vida, la lealtad, la amistad y la esperanza en un  futuro.

Y empezó a inundarle por dentro una calma paulatina, una serenidad que no había conocido hasta entonces, la que surge después del arrebato de la destrucción, cuando se llega a la inequívoca convicción de haberse roto tanto que ya no queda nada más para destrozar y la única alternativa es empezar a construir de nuevo.

martes, 24 de marzo de 2020

Un asesino en tu sombra


Rivera, Ana Lena (2020)
Un asesino en tu sombra
Maeva, Madrid, 360 pp.
ISBN: 9788417708634

La desaparición de una mujer involucrará a la protagonista en un crimen particularmente perverso.
La investigadora de fraudes a la Seguridad Social Gracia San Sebastián tiene entre manos el caso de un funcionario con bajas recurrentes por lumbalgia. Gracia ha descubierto que participa en triatlones, pero el presunto defraudador se presenta en el juzgado en silla de ruedas y con un diagnóstico de esclerosis múltiple. La protagonista no tiene más remedio que seguir investigando por su cuenta. En el ámbito personal, Gracia pasa por un bache en su matrimonio mientras su hermana Bárbara se estrena como madre.

Tu solo puedes decidir si quieres intentar ser feliz el resto de tu vida o pasarla amargada llorando por algo que no tiene solución. El mundo sigue, contigo o sin ti.
[…]
Comprendí que, en el mismo mundo, en el mismo momento e incluso en el mismo lugar, hay personas que viven en el paraíso, la mayoría en el purgatorio y otras, como yo entonces, en el infierno.

Hace casi un año tuve la suerte de descubrir a Gracia San Sebastián  en Lo que callan los muertos, fue una novela que me sorprendió y me divirtió a partes iguales y cuya reseña podeis leer aquí.
Unos meses después de su lectura, durante la feria del libro de Madrid tuvimos la ocasión  de compartir mesa y charla con Ana Lena y fue una experiencia igual de gratificante que mla lectura de su novela, asique, cuando este año se anunció la nueva aventura de la investigadora de fraudes financieros en #SoyYincanera no veíamos el momento de conocer las nuevas peripecias de Gracia. A principios de febrero tuvimos fortuna doble, leer la novela y poder charlar sobre ella con la autora frente a una maravillosa merienda asturiana con la que nos agasajó la editorial.
En Un asesino en la sombra nos reencontramos de nuevo con Gracia, con Sara, con Bárbara, con Geni, con Rafa, con Jorge y con la siempre magnifica Adela, esa madre que es el compendio de todas las MADRES y que aunque tiene menos peso en esta novela, tiene también escenas estelares en las que despliega esa sabiduría de siempre, y conversaciones  en las que sigue consiguiendo la carcajada dentro del drama de la trama.

Ya decía vuestro abuelo aquello de “No compres la burra coja pensando que sanará, que si la sana cojea, la coja, ¿Qué hará? Las personas no cambian con el tiempo, al contrario, empeoran.

Están los personajes de siempre, pero también nuevos personajes que se hacen un hueco en el devenir de la novela, algunos que ya sabemos que solo duraran esta entrega y otros que intuimos que seguirán con nosotros por su relación profesional y/o personal con la protagonista.

Si Lo que callan los muertos me encantó, Un asesino en tu sombra no lo ha hecho menos. La historia es igual de atractiva pero la he encontrado mucho más “madura”, más compleja, mas intricada y con mas vertientes que convergen para llegar a un final perfecto e inesperado, que es precisamente lo que esperamos los lectores de novela negra.

Los paisajes siguen teniendo el mismo fondo y el mismo aroma y sabor asturiano y la evolución de los personajes es patente, aunque a veces no de la forma que esperamos, Ana vuelve a bucear en la psicología de los personajes para ofrecernos un retrato completo, no solo de la trama sino de todo lo que es importante para entenderla.

Me invadió la melancolía por todo lo que había perdido y por lo poco que lo disfruté mientras lo tuve.
Soy feliz a veces, otras no, yo también tengo días de mierda, ero procuro que sean los menos. Intento hacer lo que me gusta y pasármelo bien. No tengo más expectativas.

Y la historia no es solo una investigación sobre un asesinato y un fraude, es también y sobretodo una crítica a esta sociedad en la que nos ha tocado vivir, nos pone ante los ojos nuestra forma de tratar a los enfermos crónicos, la trata de personas, la corrupción de los poderosos…

-¿Sabes lo que no me parece bien? Que cuando una persona sufre una desgracia como esta, una enfermedad degenerativa o un accidente que la incapacita para trabajar y necesita toda la ayuda que podamos darle como sociedad, se encuentre con que la declaran discapacitada y se queda, en muchos casos, con la mitad de lo que cobraba o mucho menos, pero sus gastos no solo siguen ahí, sino que se incrementan. Cuando necesita fisioterapeutas que le alivien, adaptar su casa para su nueva situación e incluso apoyo psicológico, ¿Qué descubre? Que la mayor parte de esas cosas son privadas y que tiene menos dinero que antes para costearlas. Como si no tuviera bastante con el dolor físico y la desesperación por la nueva situación. Eso por no hablar de la carga que supone para su familia.
 
Ha sido una lectura fantástica, de las que desas acabar y a la vez quieres alargar, por suerte, en breve tendremos ocasión de conocer nuevas aventuras de Gracia San Sebastian y seguro que tan bien acompañada como hasta ahora.

Comprendí que, en el mismo mundo, en el mismo momento e incluso en el mismo lugar, hay personas que viven en el paraíso, la mayoría en el purgatorio y otras, como yo entonces, en el infierno.

jueves, 12 de marzo de 2020

La granja

Ramos, Joanne (12-03-2020)
La granja
Roca Editorial, Barcelona, 352 pp.
ISBN: 9788417541040

La granja Golden Oaks está lista, o así lo cree su gerente empresarial, Mae Yu, para convertirse en el nuevo y gran avance de la economía de la fertilidad. Allí, la progenie de los súper ricos inicia su vida en el útero con lo mejor de lo mejor: dietas equilibradas a base de alimentos orgánicos, listas de reproducción seleccionadas en base a su placer auditivo… y matrices jóvenes, sanas (y optimizadas con cortisol) donde gestarse. A sus portadoras –es así como se llama a estas madres sustitutas- se les ofrecen contratos de arrendamiento de nueve meses, y así ganar grandes cantidades de dinero que les puede permitir cambiar la trayecotria de sus vidas a menudo difíciles, siempre y cuando se mantengan lejos de cualquier problema y den a luz a recién nacidos saludables.
A través del punto de vista de cuatro mujeres –Jane, Ate, Reagan y Mae-  La granja ofrece un planteamiento radical, de raíz, sobre la maternidad, el dinero y la sociedad meritocrática, planteando preguntas cruciales sobre las concesiones que hacen las mujeres para fortalecer su futuro y el futuro de aquello que aman.



Los americanos adoran el éxito cuando pueden identificarse con él

Lo cierto es que mi conocimiento sobre la maternidad subrogada no va mas allá de lo que he visto en las películas americanas que se exhiben en las sobremesas televisivas de sábados y domingos y que en la mayoría de los casos tienen que ver con el arrepentimiento o la culpa.

Es un tema que me resulta lejano y del que, por supuesto, tengo una idea sesgada. Me parece, en todo caso,  por sí mismo,  un tema espinoso y con innumerables implicaciones éticas y no niego que antes de comenzar el libro pensé que me iba a encontrar con alguna historia lacrimógena del tipo de las
películas a las que me he referido anteriormente.

Nada más lejos de la realidad.  

Es cierto que la novela se centra en este aspecto y se desarrolla en su practica totalidad en esa granja donde se cosifica la maternidad, donde el embarazo es un bien en si mismo, donde se reduce a las portadoras a simples números al servicio del bien mayor que supone llevar en su vientre a los futuros “lideres” de esa América triunfadora que tan bien describe Joanne.  Pero creo que esa subrogación le sirve a la autora, principalmente, para diseccionar a una sociedad donde la diferencia entre ricos y pobres es insalvable, le sirve a la autora para poner en valor la lucha de quienes llegan a la “tierra prometida” buscando un futuro mejor, persiguiendo unos sueños que en algunos casos se cumplen pero que,  en muchos otros, se transforman en pesadillas que se viven entre literas compartidas, entre pluriempleos mediocres y mal pagados, alejadas de los seres queridos a los que pretenden ayudar, a costa, incluso, de tener que abandonarlos para poder ayudarlos.

La novela, además, ahonda en las motivaciones de las protagonistas, no solo de las portadoras, también de las clientas, de esas mujeres que, desde el anonimato, desde los informes y las videoconferencias se hacen parte de un proceso que culminará con el hijo que desean, un proceso que no pueden o no desean vivir por sí mismas, un proceso que como muchas otras cosas en su vida, el dinero les permite comprar.
Porque en Norteamérica lo único que tienes que saber es como ganar dinero. Y el dinero consigue todo lo demás.

La autora nos pone ante los ojos la realidad de esas mujeres que anteponen sus carreras, su belleza o su comodidad, sin más, a un embarazo que supondrá, sin duda, cambios en su vida, cambios que estas mujeres no desean aceptar.

Has de intentar entender a este tipo de padres, Jane. Ellos están acostumbrados a controlarlo todo. Es eso lo que el dinero les proporciona. Pero cuando llega un hijo, ¿Qué ocurre? Escogen el día para inducir el parto, el padre se toma el día libre; colocan una sillita libre en el coche; dejan la ropita muy bien doblada… Y entonces empieza el parto y nace el bebé. Y de repente, ¡paf! ¡Se acabó el control! La criatura llora y no saben por qué. No se agarra al pecho. ¿Por qué? ¿Cómo forzarla? ¡Pero es que no se puede forzar! Vomita, se hace caca, no hace caca, tiene una erupción, tiene fiebre, no duerme…. ¡no hay motivo, no hay control!

Me ha resultado lejana la realidad de las clientas y la gerente de La Granja, mujeres multimillonarias, hechas a sí mismas o meras “esposas de”, mi realidad no me ha permitido identificarme con la suya, me ha resultado mucho más sencillo hacerlo con las portadoras, o al menos con algún aspecto de cada una de ellas. Todas ellas son mujeres fuertes aun en su debilidad, mujeres fuertes aun en su desgracia, mujeres que buscan una salida, emocional o económica, mujeres que se mueven por dinero, por ideales o porque no encuentran una salida  mejor, mujeres, en todo caso que se enfrentan a una realidad con las cartas marcadas, porque ninguna de ellas conocen la verdad, sino verdades y mentiras parciales y son meras marionetas en manos de una organización que gestiona la vida como si de una fabrica se tratara.

Para ella es importante conocer bien los antecedentes familiares de las portadoras potenciales antes de contratarlas, ya que eso da forma, inevitablemente a sus motivaciones y a su concepción del mundo, que son factores determinantes para saber si una joven resulta adecuada para gestar el bebe de un cliente.

Ha sido, no solo una lectura entretenida, sino reflexiva, una historia que enfrenta la realidad de las mujeres de una forma magistral y antagónica, que refleja lo mejor y lo peor de nuestro genero, de una parte, lo que somos capaces de conseguir en un mundo de hombres y por otro lado, de todo aquello a lo que somos capaces de renunciar, todo aquello a lo que podemos quedar reducidas, empujadas, en muchos casos por otras mujeres, por la familia. Nos hace pensar, en todo caso en todo aquello que somos capaces de lograr.
Una novela que, sin duda, va más allá de la propia historia, una novela que merece la pena leer.

Ella no lo entiende, simplemente: no puede entenderlo. Nunca se ha acercado al borde del abismo ni ha mirado a la muerte a la cara. Ella no reconoce que la vida, el hecho de vivir, es algo extraordinariamente valioso…. Y también quebradizo. Basta con que se parta una ramita en el bosque. Basta una célula mutante.

jueves, 5 de marzo de 2020

El último verano de Silvia Blanch


Franco, Lorena (2020)
El último verano de Silvia Blanch
Ed. Planeta, Barcelona, 320 pp.
ISBN: 9788408221715

Un amor prohibido siempre arrastra mentiras.
Un crimen siempre deja huellas.
La última persona que vio a Silvia Blanch, desaparecida sin dejar rastro el verano de 2017, está muerta. Silvia era joven, guapa y estaba destinada al éxito. Alex, una joven periodista, será la encargada de ir hasta el pueblo de Montseny, donde vivía Silvia y donde se le perdió la pista, para hablar con su familia y escribir un artículo cuando se cumple un año de la desaparición.
Una vez allí, empieza a desempolvar todos los detalles de la desaparición en busca de respuestas. Rodeada de secretos y mentiras, no tardará en notar que su presencia molesta a los habitantes del pueblo. Sobre todo a uno de los principales sospechosos, por quien Alex se sentirá irremediablemente atraída a pesar de lo que parece esconder.
Con una escritura vibrante y en una novela donde nada es lo que parece y en la que todos mienten, Lorena Franco nos acompaña de la mano a lo más profundo del bosque con El último verano de Silvia Blanch.

Nadie está exento de que le ocurra algo malo incluso en un pueblo como este, sosegado, pacífico, envuelto en un halo de paz, donde la vida va más lenta en comparación con las grandes ciudades.

Leer esta novela ha resultando tan gratificante como lo fue leer Ella lo sabe y Quien mueve los hilos.

Me he reencontrado con ese estilo personal de la autora plasmado en su forma de contar la historia, en la maravillosa descripción de los paisajes y en esos personajes a los que tan bien disecciona psicológicamente. Esos personajes tan reales, tan consistentes, tan fuertes en sus debilidades, hombres y sobre todo mujeres, esas mujeres que son protagonistas indiscutibles de las historias de Lorena. Hasta ahora, ninguna de sus protagonistas me ha dejado indiferente.

Lorena elabora, como en anteriores ocasiones, una trama compleja en la que nada es lo que parece, en la que las verdades están plagadas de mentiras y en las que, como le indican a la protagonista “Todos mienten”. Una trama que te mantiene en vilo hasta el final, en la que todas las certezas que consigues ir construyendo a lo largo de la lectura se desmoronan como un castillo de naipes que cae ante nuestros ojos dejando a la vista una verdad, perturbadora, pero lógica. Un cierre perfecto a una historia magníficamente hilvanada, un cierre que me ha hecho sentir, de nuevo, que la autora es una maestra jugando con las alternativas posibles, es una maestra jugando con nuestras elucubraciones, es una maestra manteniendo la incógnita hasta el momento preciso en el que ella misma decide desvelarlo.

La lectura me ha durado un suspiro, los capítulos cortos, en algunos casos de menos de una página y la alternancia de los distintos personaje, que unas veces nos narran sus vivencias en primera persona, otras a través de conversaciones de las que desconocemos el interlocutor y otras a través de whasapps , ayudan a que te plantees lo de “solo un capítulo más” y cuando te quieres dar cuenta han volado sobre tus manos 200 páginas.

La historia se desarrolla en apenas tres años, en las que Alex, nuestra protagonista, pasa de ser una periodista que asume un encargo que no le entusiasma a tener un éxito que no espera… y ninguna de las dos posiciones la reconforta, ella solo quiere desentrañar un  misterio con el que, en principio no tiene nada que ver, pero en el que va involucrándose profesional y, sobretodo, personalmente hasta un punto sin retorno.

He vivido a su lado el miedo y la pasión y sobretodo, he vivido con ella la incertidumbre y la desconfianza.  

Las apariencias engañan y, a veces ofuscados, vemos lo que deseamos ver, obviando lo que no tenemos intención de querer saber.

Junto a ella he conocido a unos padres destrozados por la incertidumbre de saber si su hija está viva o
muerta, si desapareció por voluntad propia o la hicieron desaparecer, he conocido la ira de una hermana que piensa que la policía no ha hecho lo que tenía que hacer, la pena de un novio que soñaba una vida feliz al lado de su media naranja… porque una desaparición es una muerte en vida para los que esperan y cada uno lo vive o lo sobrevive a su manera.

Algunos de los desaparecidos son encontrados vivos o muertos. Después de todo, las desapariciones suelen tener una explicación.

De la mano de Alex he recorrido parajes boscosos y calles empedradas de un pequeño pueblo del pirineo catalán, un pueblo en el que todos saben o creen saber con mayor o menor fortuna lo que ocurrió el verano que despareció Silvia, un pueblo en el que todos tienen secretos que guardar, pero los secretos, a menudo, acaban, de una u otra forma, saliendo a la luz.

El secreto mejor guardado conlleva el irremediable deseo de ser revelado. Dejar de sentir vergüenza, pudor o inhibición por aquello que sentimos, hicimos o dijimos. Que nuestras luces devoren a nuestras sombras. Liberarnos, al fin, del saco de los remordimientos. Y, sin embargo, todos estamos hechos de esa materia que nos empuja a ocultar partes de nuestra vida; la impureza que encerramos para siempre en nuestro interior, con la perversa intención de permanecer intactos en nuestro exterior y seguir adelante con nuestras vidas que suponemos felices, aunque infantilmente irreales.

Esta es sin duda, una novela de secretos, de los de los que busca y de los de  aquella a quien se busca, 

Silvia Blanch, el misterio más cerrado de la novela, a la que conocemos a pinceladas, la perfección
hecha mujer si nos atenemos a lo que todos dicen de ella, pero ya se sabe, se tiende a ensalzar las virtudes de los que nos abandonan, tal vez sea solo una forma de autoprotección, quedarnos con lo bueno y olvidar, o intentar enterrar, lo malo.

Una novela que entretiene, angustia y sorprende a partes iguales, una novela que no deberíais dejar pasar.

Las apariencias engañan y, a veces ofuscados, vemos lo que deseamos ver, obviando lo que no tenemos intención de querer saber.

lunes, 2 de marzo de 2020

El Alano (Las cenizas de Hispania 1)

Hernández, José Zoilo (2019)
El Alano (Las cenizas de Hispania 1)
Barcelona, Ediciones B, 544 pp.
ISBN: 9788466665698

La apasionante historia de Attax, un bárbaro en el ocaso de la Hispania romana. Hispalis, año 438 d. C. Ante la alarmante aparición de una horda sueva dispuesta a asolar sus tierras, Attax, un bárbaro alano, decide unirse al ejército de un viejo amigo para luchar por la defensa de su gente. La gloria que él espera, desaparece al ser hecho prisionero y vendido como esclavo.
Tras 11 años de servidumbre, Attax debe emprender una nueva vida tras el asesinato de su amo, con la compañía del hijo de este, Marco. Attax se sumergirá en un intenso viaje por la moribunda Hispania, que le llevará a comprender el valor de la amistad y el amor, así como el precio de perder ambos. Un recorrido hacia la madurez que despreció en su juventud.
Suevos, vándalos y alanos cobran vida en el escenario de una Hispania convulsa y decadente, abandonada a su suerte por un imperio romano que se desvanece.

Los campos, las semillas, los frutos y los hombres que los obtienen son importantes, y la sangre de los guerreros dispuestos a defenderlos también lo es, de algún modo, completa el ciclo. Por lo menos, en los tiempos en los que nos ha tocado vivir.

Hacía tiempo que no me sumergía en una novela histórica, pero cuando escuché a José Zoilo hablar de su criatura en el Certamen Internacional de Novela Histórica Ciudad de Úbeda tuve claro que era una aventura que no me podía perder y la experiencia ha superado las expectativas con creces.
Dió, además, la casualidad de que durante su lectura tuve que preparar mis exámenes de febrero y una de las partes de la Historia del Derecho Español, era precisamente la presencia de los Romanos y los Bárbaros en suelo de Hispania.
No suelo prodigar mucho las lecturas mientras estudio, pero en este caso la novela, ademas de ayudarme a desconectar, me ayudó a asimilar términos que en el libro de texto resultaban confusos y sin duda mucho mas aburridos que en la vida de Attax. 
A través de la mirada del alano descubrimos la vida en Hispania durante la época más decadente del Imperio Romano, una época marcada por las luchas y las coaliciones obligadas entre pueblos que no tenían nada en común, pueblos que se traicionaban y aprovechaban las debilidades del otro  a la mas mínima oportunidad.

Ni siquiera hoy sé explicar porqué siempre he tenido un sentimiento paternalista tan marcado hacia aquellas personas que, sin buscar la lucha, se ven obligados a tomar parte en ella. Desde la perspectiva de mi pueblo, o de los vándalos, la guerra se considera un arte noble, para el que nos preparamos desde la cuna. Pero los civiles romanos entienden que son otros los encargados de defenderles. Son como un panal de abejas: cada uno tiene su misión, y así lo harán aunque les cueste la vida. Y cuando las circunstancias les obligan a asumir la responsabilidad de proteger lo que tienen y a los que quieren, campesinos y esclavos mal pertrechados y peor alimentados, contra otros campesinos y esclavos forzados a tratar de defender desesperadamente lo que es suyo, su esquema del mundo salta en pedazos. Pienso que se requiere cierta suerte de valor para levantarse después de tan duras lecciones. Y puede que incluso, algún día, lleguen a reconocer que nosotros, los bárbaros, teníamos algo de razón.

Attax es uno de esos personajes que despierta las simpatías desde el primer momento, al menos ese ha sido mi caso. Es un Bárbaro de manual, un término que utilizamos peyorativamente en nuestro día
a día, pero que en su acepción histórica reunía una amalgama de pueblos radicalmente distintos a los “ordenados” romanos.
Attax es un hombre acostumbrado a luchar por lo que necesita o desea para vivir, un hombre que en un momento determinado hizo de la conquista su forma de vida, un guerrero que, es capaz de adaptarse a las duras condiciones pero también a las pequeñas alegrías que en cada momento la vida le depara.

Las personas con las que convivía nunca dejaron de recordarme mi origen, y probablemente sea “bárbaro” el apelativo con que más frecuentemente se hayan dirigido a mí. Reconozco que esa diferencia me gustaba: mi superioridad física, así como la presunción de que mi naturaleza salvaje me llevaría a encontrar placer en la violencia, me conferían un utilísimo poder de intimidación, que siempre me ha divertido ejercer, además de una capacidad real para hacer daño.

Attax se ve acompañado a lo largo de esta historia de grandísimos personajes, enemigos y amigos, personajes odiosos y personajes que despiertan nuestra ternura y que consiguen despertar en el Bárbaro un sentimiento cercano a la humanidad, alejado del deseo de venganza que es el motor de su existencia. Balbo, Tulio, Quinto, Medulio, Aspasia, Anderico, Gelimer, Marco, Issa, Galieno, Silvia…, son tantos y tan magníficos y necesarios que cada uno de ellos merecería su hueco, pero esta reseña se haría eterna. Baste decir, que no es bueno encariñarse demasiado con ninguno de ellos en los tiempos convulsos en los que discurre su vida.

Junto a todos ellos, descubrimos el valor de la lealtad, de la amistad, de la solidaridad… y con ellos sufrimos las perdidas mas dolorosas, porque si algo nos enseña esta novela es que la existencia en el siglo V era imprevisible y la vida dependía, en la mayoría de las ocasiones de estar en el sitio correcto en el momento adecuado o, mejor dicho, de no encontrarse en medio de una de las múltiples batallas que se sucedieron a lo largo de esta época, o no tener la mala suerte de cruzarse en el camino de los salteadores que no eran capaces de proteger ni los siervos, ni los muros, en la mayoría de los casos.

No se lucha bien cuando se está más preocupado por la suerte de otros que por la de uno mismo.

José consigue transmitir fielmente la angustia de los esclavos desconocedores de su futuro, la tranquilidad de la vida sedentaria, la incertidumbre antes de la batalla y consigue meterte de lleno en el campo de batalla, sufrir las heridas, oler la sangre… debo reconocer que estas escenas, que no suelen ser “santo de mi devoción” las he disfrutado a lo grande en este relato.
El autor te mete en la historia y te arrastra sin pausa por estas casi seiscientas páginas que se hacen cortas, muy cortas, que te dejan con ganas de más,  de más aventuras, de más victorias y derrotas, de más vida.

Por suerte no habremos de esperar mucho para volver a encontrarnos con el protagonista, os aconsejo que os acerquéis al Alano, porque Attax ha llegado para quedarse.


Es curioso como el destino juega con nosotros. Ha sido algo que a lo largo de mi vida me he repetido muchas veces: estamos inmersos en una rueda caprichosa, en la que se alternan reveses y alegrías, y en la que lo que en un instante nos parece de importancia pronto empalidece ante nuevos retos a los que no habríamos esperado tener que enfrentarnos.s.