martes, 31 de marzo de 2020

El accidente de Lauren Marsh


Morales, Guillem (2020)
El accidente de Lauren Marsh
Plaza & Janes, Barcelona, 320 pp.
ISBN: 9788401023927

Lauren Marsh sale a correr, como cada mañana, y cae en un socavón mal señalizado en las obras de reforma de la urbanización Century Europa donde vive. Afortunadamente, la mujer no sufre heridas mortales, pero Cédric, el inspector de seguros encargado de la investigación, descubre indicios de que el accidente no ha sido fortuito. A partir de ese momento, se verán envueltos en una trama de misterio donde nada es lo que parece: sucesos sangrientos, vecinos que guardan secretos y una verdad oculta de la que es imposible salir indemne. Los accidentes en Century Europa no han hecho más que empezar...
El accidente de Lauren Marsh, la primera novela del director de cine y guionista Guillem Morales, es una reflexión sobre la soledad, la culpa y el aislamiento en una gran ciudad, con la forma de un original y demoledor thriller de ritmo absorbente, trama retorcida y un final sorprendente incluso para los lectores más avezados.

Todo seguía igual. El mundo se había congelado durante un año y se había vuelto a activar de nuevo esa misma mañana.

El accidente de Lauren Marsh no es una novela negra al uso; no es una novela de asesinos y asesinados, de hecho, no comienza, como tantas otras con una víctima terriblemente torturada, con un asesinato macrabro, ni con un asesino cruel y despiadado.
Es esta una novela de personajes rotos, devastados, desesperanzados. Unos personajes que se desmoronan como lo hacen los edificios de Century Europa, una decadente “ciudad” dentro de una Bruselas gris, lluviosa, oscura; un paisaje perfecto para esta trama absorbente y asfixiante. Una novela con un final impredecible, con un final épico, con el único final posible, porque la historia se desarrolla como en un embudo llegando al único punto al que podría llegar para resultar coherente, para resultar una historia redonda.

Century Europa se erigía como la absoluta demostración, el ejemplo fehaciente y la indiscutible constatación de que destruir era mucho más fácil que construir.

Pero no nos engañemos, que no haya muertos no significa que no haya victimas, que no haya   que no haya asesinatos no significa que esta sea una novela ligera. Al contrario, es una de las novelas más duras con las que me he topado, porque me ha hecho pararme a pensar, porque me ha hecho reflexionar sobre nuestra reacción ante acontecimientos inesperados de nuestra vida, ante esos accidentes que no somos capaces de controlar, que se escapan de nuestras manos como el propio devenir de nuestra existencia, esos instantes fugaces que cambian nuestra vida para siempre y paralizan nuestra mente en rememorar lo acaecido una y otra vez, en inventar uno y mil finales alternativos que cambien aquello que no dejará de atormentarnos.
asesinos no significa que no haya psicópatas,

Cedric recordó que una vez oyó a alguien decir que las historias mas tristes no se cuentan nunca porque se instalan en el corazón del que las escucha, muy adentro, y después es difícil librarse de ellas. Por eso, pensó, las historias mas tristes deben llorarse en silencio y recordarse en soledad, para que se acaben olvidando y así no entristezcan el corazón de nadie mas.

Cedric es un protagonista inusual, un inspector de seguros que aun no está preparado para volver a la rutina, un personaje empeñado en llegar al fondo de la verdad, cueste lo que cueste, un hombre empeñado en proteger a una victima que a veces parece no querer ser protegida. Y es que Lauren tampoco es un personaje usual es, como todos los personajes de esta novela un ser poliédrico, con mas sombras que luces, un personaje al que no llegamos a conocer del todo, porque todo en esta novela sucede a través de los ojos de Cedric y eso supone que la trama nos sorprenda tanto como le sorprende a él descubrir lo que se esconde tras la vida de Lauren, del Doctor Tremblay, de Emile, de Majewski, de la señora Dunkel.

Cada cosa que nos ocurre nos cambia un  poco, supongo.

Guillem nos cuenta una historia tremenda y angustiosa y trepidante, una historia directa que no se pierde en descripciones eternas,  que se centra en detallar claramente solo aquello que importa a la trama y que se desarrolla ante nuestros ojos como una película, y es que esta historia, sin duda, bebe de la experiencia como guionista de su autor.

Ha sido una magnífica lectura, una trama que me ha provocado angustia y desazón, y que me ha provocado también una profunda tristeza, por las vidas que se desmoronan, por el sufrimiento que provoca ese desmoronamiento, por la soledad buscada o impuesta de los personajes que pueblan sus páginas, por la culpa con la que cargan como un lastre, por la falta de empatía o la empatía mal entendida en esa existencia urbana que los obliga a vivir deprisa y aislados aun rodeados de gente y los lleva a  pasar por alto las cosas importantes de la vida, la lealtad, la amistad y la esperanza en un  futuro.

Y empezó a inundarle por dentro una calma paulatina, una serenidad que no había conocido hasta entonces, la que surge después del arrebato de la destrucción, cuando se llega a la inequívoca convicción de haberse roto tanto que ya no queda nada más para destrozar y la única alternativa es empezar a construir de nuevo.

2 comentarios:

  1. Se nota que lo has disfrutado al máximo. Si se cruza, no voy a dejarlo pasar.
    Besotes!!!

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  2. Hola. Pues has despertado mi curiosidad para leer El accidente de Lauren Marsh. Me lo anoto. Gracias por la reseñas. Un saludo.

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