lunes, 30 de diciembre de 2019

Antes mueren los que no aman


Plana, Ines (2019)
Antes mueren los que no aman
Editorial Espasa, Barcelona, 512 pp.
ISBN: 978-8467056402

En las Navidades de 2009, con un país aplastado por la crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julián Tresser, teniente de la Policía Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce años que desapareció misteriosamente dos años atrás.
Desde entonces, Tresser ha buscado desesperadamente a esa niña que no es su hija pero que debería serlo. No imagina que la pequeña ha escapado del sórdido mundo de la prostitución en la que la habían confinado. El azar la lleva a esconderse en una casa en un pueblo perdido donde dos mujeres parecen ocultar un secreto inconfesable que podría arruinarles la vida. Luba debería pedirles ayuda, puesto llega herida hasta allí, pero los abusos que ha sufrido le impiden confiar en nadie. Esas circunstancias, caprichosas y crueles, no se lo van a poner fácil al teniente, pues, a la vez que busca a la niña, deberá elegir entre la responsabilidad que conlleva su oficio y la fuerza de los vínculos de sangre.
Tras el éxito de Morir no es lo que más duele, Inés Plana sumerge al lector en una trama vertiginosa por la que transitan personajes atormentados y complejos y en donde el teniente Tresser se someterá a un dilema moral que pondrá a prueba sus convicciones.

Convivimos con más monstruos de los que imaginamos.

En mi reseña anterior os hablaba sobre Morir no es lo que más duele, hoy me centro en esta segunda novela de Inés Plana que podría considerarse una segunda parte de aquella. No hay duda de que son novelas que pueden leerse de forma independiente, pero para captar toda su esencia os aconsejo acercaros a la primera.

Y esto lo digo porque en esta historia Inés lleva a los personajes un paso más allá. Los personajes de la primera novela evolucionan ante nuestros ojos, algunos de ellos a pasos agigantados, otros, que en aquella fueron secundarios, de lujo, eso sí, cobran en esta un protagonismo innegable.

Julián comienza a mostrarnos esa parte vulnerable que le hace humano, aunque siga conteniéndose consciente o inconscientemente dentro de esa coraza de profesionalidad que sigue primando en su día a día y que a veces le pesa como un lastre.

Estaba emocionado y no recordaba haberlo estado nunca, al menos de ese modo, tan acostumbrado siempre a mantener el control de la situación y a no soltar el amarre de sus sentimientos, como un barco eternamente atracado en el puerto.

Coira, al contrario que su superior, se ve obligado a controlar sus sentimientos familiares, atar sus afectos en pro de su faceta profesional, sin poder evitar que ambos ámbitos se enreden sin remedio.

Adelaida reaparece con una fuerza distinta a la que le llevó su intervención en la primera novela, si en esta vimos la parte profesional de esta psiquiatra comprometida, en esta vemos sus propias zozobras y como estas afectan a una vida personal y familiar que, en muchas, la mayoría de las ocasiones se niega siquiera a permitir existir.

Me obligarás a esperar tu llamada y detesto el control sobre mí. Además, si un día no puedes hacerlo, me preocuparé por si te ha pasado algo. Vives rodeado de malos.

Y si a los protagonistas les lleva un paso más allá no hace menos con los lectores. Inés ha compuesto una novela que se nutre de muchas historias, una novela en la que las tramas evolucionan y se encuentran para construir una imagen difícil de ver en las primeras paginas.

La autora vuelve a adentrarse de manera magistral en la psicología rota de los personajes, porque todos ellos son personajes, hombres, mujeres y niños tan destrozados que parece imposible que los pedazos en que ha quedado convertida su vida vuelven a encajar para darle una segunda oportunidad de vivir.

Nos obliga a mirar de nuevo de frente al mal más absoluto, ante el de quienes lo sufren, al de quienes
lo infligen, ante el mal institucional, al terrorismo… pero también a ese instinto de supervivencia que todos guardamos en nuestro interior.

Los débiles se vuelven fuertes cuando el fuerte se vuelve débil. Entonces aprovechan y se comen sus despojos.

Vuelve a sumergirnos en las relaciones familiares, en las relaciones personales, en las mentiras que somos capaz de inventar y de creernos para escapar de una realidad que se nos vuelve insoportable, de los secretos que somos capaces de guardar aun a costa de nuestra tranquilidad, de nuestra propia salud mental.

Inés hace una crítica social intensa a lo largo de toda la novela, a la crisis económica y a quienes la provocan dejando indefensos a quienes la sufren de manera indirecta en sus carnes, a la corrupción continua que impera en las cloacas del estado, a la cosificación de las mujeres y las niñas que hace millonarios a los que viven de su infierno, al maltrato a las mujeres, al acoso…

Ha sido, una lectura intensa, asfixiante, agotadora… pero también esperanzadora… una historia que nos muestra que aún hay vida después de experiencias que matan la mente aunque no consigan matar el cuerpo.

Cerramos círculos de cariño y solidaridad constantemente.

La autora vuelve a llevarnos de la mano por Uvés, pero también por Galicia y esa costa que es capaz
de dar la vida y también la muerte, y nos lleva por esos paisajes nevados e inhóspitos de los paisajes castellanos de la mano de personajes ya conocidos y otros que nos invita a conocer. Personajes con un importantísimo punto en común, todos actúan, todos mienten por obligación o por afición, pero todos, ninguno se libra, tienen algo que esconder, algo que estará velado a lo largo de la historia y que nos será desvelado, poco a poco a lo largo de la trama.

Como la anterior esta me ha resultado una magnífica novela, mucho mas compleja en la trama que la anterior, pero como aquella, igual de bien resuelta. Si queréis una novela que os haga pasar un buen rato y que, a la vez, os haga reflexionar, si disfrutáis de una buena trama, bien hilada y bien narrada, no puedo más que recomendaros leer a Inés Plana, os aseguro que no os dejará indiferentes. Por mi parte, espero y deseo, volver a reencontrarme con Tresser y lo que desee contarme.

Le molestaba exponer tanto su vulnerabilidad cuando él se había construido a sí mismo como un ser rocoso, esculpido en piedra, invulnerable, sin pensar que el agua, con su insistencia, era capaz de horadar las rocas más resistentes.

Morir no es lo que mas duele


Plana, Inés (2018)
Morir no es lo que más duele
Editorial Espasa, Barcelona,  448 p.p.
ISBN: 9788467051490

Un hombre aparece ahorcado en un pinar a las afueras de Madrid, con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se halla un papel con el nombre y la dirección de una mujer: Sara Azcárraga, que vive a pocos kilómetros del escenario del crimen. Frágil, solitaria, bebedora de vodka en soledad, Sara rehúye cualquier contacto con las personas y trabaja desde casa. El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso, asistido por el joven cabo Coira, que se enfrenta por vez primera a una investigación criminal, una investigación difícil, sin apenas pistas, con demasiados enigmas. A medida que el teniente Tresser avance en sus indagaciones, descubrirá unos hechos que darán un trágico vuelco a su existencia y le conducirán a un viaje a los infiernos que marcará su vida para siempre.
Extraordinaria novela con una trama hipnótica encajada como un puzle y unos personajes con alma que se debaten entre el bien y el mal.

A veces lo que queremos ver oculta lo que realmente es.

Ahora que Inés Plana publica su segunda novela,  Antes mueren los que no aman, yo, por fin, he podido leer su primera novela Morir no es lo que más duele. Una novela a la que tenía muchísimas ganas, y que estaba esperando su turno en la estantería desde que mi amiga Loreto me lo regalo allá por febrero del 2018, apenas recién publicada, pero el tiempo es lo que tiene, que no es posible alargarlo, que, por desgracia, es finito y que no siempre permite que lo dediquemos a lo que realmente deseamos.
 
He tardado, pero ha sido un verdadero placer acercarme a esta novela, tanto, que ya he empezado con la siguiente.

Es esta una historia original, fuera de lo que he leído hasta ahora y ha sido mucho. Estamos ante una
novela claramente policiaca, pero nos encontramos, sobretodo frente a thriller psicológico, frente a una novela de personajes.

“No existe el crimen perfecto, sino la investigación imperfecta”. Coira no dejaba de repetirse aquella sentencia tantas veces escuchada a sus profesores de la academia.


Inés entra de lleno en la psicología quebrada de los personajes, porque en este elenco ninguno se salva. En mayor o menor medida son personajes marcados a los que la autora dota de una  credibilidad,  de una humanidad que te hace sentir como propia su tristeza, su ira, incluso su locura… Unos personajes que despiertan la empatía, en algunos casos de forma  inmediata y en otras, y otros a los que, de ninguna manera eres capaz de entender porque sus actos son los más crueles, los más detestables, los más abyectos.

Tras las verdades que se proclaman bajo el cielo brillante y azul se ocultan mentiras  sucias que habitan en grutas malolientes llenas de orines.

La autora nos presenta a personajes débiles a primera vista, pero terriblemente fuertes, nos muestra la fragilidad y a la vez la fortaleza de nuestro cerebro, ese que es capaz de enterrar en lo más profundo de nuestro subconsciente los traumas mas terribles para permitirnos vivir, para permitirnos sobrevivir,
aunque eso, a veces sea peor que la propia muerte.

La locura es peor que la muerte.

Estos personajes se mueven, viven y sufren entre Uvés (Madrid) y Hoyo de las Aguas (Ávila). Y este es otro de los puntos de la novela que me han ganado, su telón de fondo, unos lugares que han salido de la imaginación de la autora pero que podemos reconocer en cualquier ciudad dormitorio de los alrededores de Madrid y en cualquier pueblo de la sierra de Gredos.

Mi ciudad, mi provincia, mi tierra se convierte en un  personaje más de la novela, los paisajes naturales, los ríos en los que aun es posible bañarse y que constituyen pequeñas playas en sus riveras y mis murallas… esas que se vislumbran desde la cristalera de esa cafetería que he querido identificar.

Esta historia nos coloca ante la maldad humana en grado superlativo, una maldad encarnada en personajes que se esconden tras nombres de aves rapaces, nos coloca ante la hipocresía de una sociedad que se empeña en mirar hacia otro lado, en la que se esconden los que aún no tienen la libertad de vivir su vida como desean hacerlo, nos coloca frente a la soledad de nuestros mayores, nos hace mirar de frente la vergüenza y la culpa que nos lastran por lo que vivimos o por lo que otros hicieron o por lo que nos hicieron creer que hicieron, nos obliga a plantearnos que haríamos nosotros si viviéramos algo así.

Por experiencia sabia que precisamente son las personas mas metódicas y transparentes a los ojos de los demás los que mejor ocultan lo que requiere ser ocultado. Lo insertan entre sus férreas rutinas hasta que se confunden con ellas, y es tan difícil identificarlo como distinguir un par de calcetines de color azul oscuro en un cajón lleno de calcetines negros: hay que sacarlos a la luz para diferenciar bien los unos de os otros, pero lo mas habitual es que no se haga y uno se ponga los azules pensando que son negros.

Julian Tresser es el protagonista perfecto. Un guardia civil solitario por elección propia, atormentado por pesadillas cuyo origen no consigue descifrar. Casi perfecto en su labor profesional, pero un perfecto desastre en sus relaciones personales en las que a su pesar se cuela el cabo Coira, un gallego que se ha ganado mi corazón desde la primera aparición y cuya vida también da también un giro inesperado. El  Capitán Díaz Visedo, la doctora Mabrán,  doña Amelia Castañar, una madre que muchos años atrás dejó de ejercer como tal y cuyas razones no alcanza a entender nuestro protagonista hasta muy avanzada la novela y Greta, una gata a la que no tiene más remedio que aceptar en su rutina por ese sentido de la culpa, por ese chantaje emocional que algunos saben ejercer mejor que otros.

Junto a ellos, las víctimas de esta historia, las directas y las colaterales… Sara Azcárraga, Tomas Garcia Huete, Gherardu, Marija y Luba, todo un descubrimiento.

La novela no decae en ningún momento, te mantiene pegada a sus páginas sin descanso, manteniendo
la tensión hasta la última línea, una trama construida como una perfecta obra de ingeniería en la que toda pieza es necesaria para el funcionamiento de la trama.

Ha sido una gran lectura y un magnifico primer acercamiento a esta autora de cuya “maestría” sigo disfrutando en “Antes mueren los que no aman”  y de la que espero hablaros en breve, en cualquier caso, os aconsejo empecéis a disfrutar de Inés Plana y sus historias sin más dilación, os aseguro que no os arrepentiréis.

El ser humano es demasiado frágil  frente a las poderosas e imprevistas  embestidas de la psique contra sí misma.

jueves, 26 de diciembre de 2019

No hay luz bajo la nieve


Llobregat, Jordi (2019)
No hay luz bajo la nieve
Editorial Destino, Barcelona, 552 pp
ISBN: 9788423356027

Un hombre desnudo y maniatado, con los párpados cosidos con un alambre, ha sido encontrado sumergido en las aguas heladas de una piscina, durante las obras de la estación de esquí Vall de Beau en el Pirineo: la infraestructura más emblemática de la candidatura hispano-francesa para los próximos Juegos Olímpicos de Invierno. La subinspectora de homicidios Álex Serra y el teniente de policía francés Jean Cassel serán los encargados de la investigación. Después de un tiempo apartada del cuerpo por un grave incidente en el que Serra disparó a un compañero, sus superiores la envían a las montañas a investigar el caso. Serra creció en un pequeño pueblo de la zona, al otro lado del valle. Nadie como ella conoce aquel lugar. Con su regreso, se reencuentra con todo aquello que creía haber dejado atrás: una montaña inmisericorde, un entorno opresivo dominado por los secretos y los recuerdos de un pasado que todavía no ha superado. Ahora, además, un asesino inteligente e implacable la pondrá a prueba. Este será solo el primero de una serie de crímenes que tienen que ver con una historia oculta durante décadas. Solo quien la conozca podrá resolver el caso y dar con el misterioso criminal. Mientras tanto, la tormenta de nieve más devastadora de los últimos veinte años está a punto de desencadenarse.


Si no se conoce el origen de las cosas difícilmente entendemos el final —a firmó el joven del otro lado de la línea con un tono más profesional que inquisidor.

Un titulo sugerente, una portada llamativa y una sinopsis inquietante… esto es lo que entra por los ojos de esta novela, la primera que me acerca a su autor; si a esto le añadimos lo que me he encontrado entre sus páginas solo puedo prometeros una lectura magnifica, llena de sobresaltos y a la que no le sobra ni le falta nada, absolutamente nada.

En la mayoría de las ocasiones, los recuerdos que alguien guarda lo definen mejor que cualquier otra cosa.

Este podría ser el resumen más certero de esta novela, una historia construida sobre recuerdos, sobre los propios y sobre los que construimos sobre lo que otros recuerdan.
Ya decía Gabriel García Márquez que “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla.” Y aquí está el quid de la cuestión, la forma en que los recuerdos determinan nuestros actos.

Alex Serra, la protagonista por excelencia es una mujer marcada, determinada y acosada por sus
recuerdos, unos recuerdos lejanos que tienen mucho que ver con el paisaje en el que se mueve la trama y con el motivo de que ella sea asignada a este caso, en un momento, el suyo, muy delicado profesionalmente, fuera de su jurisdicción y obligada a trabajar con un compañero impuesto, desconocido y extranjero, con el que de entrada, no tiene ningún interés en colaborar.

La subinspectora había demostrado ser una mujer de fuerte carácter. Era una líder nata, muy perspicaz e intuitiva. El equipo funcionaba alrededor de ella. Se sorprendió pensando que le gustaba. Nadie parecía darse cuenta, pero tras toda esa capa de dureza, la subinspectora era una persona que sufría. Ser introvertido te hace ser observador, y él era muy introvertido.

De la mano de Jordi, acompañando a Serra y a Cassel, he paseado por los pirineos, he sentido el frío en el rostro y la dureza del terreno en mis pies. Y he disfrutado de su salvaje belleza y del silencio de la nieve en un inmenso paisaje blanco y frío. En un espacio que los hombres se han empeñado desde tiempos remotos en ganar terreno a las montañas. He conocido lugareños a los que el paisaje influye, casi tanto, como sus experiencias pasadas.

Cuando nieva, todo queda en silencio. Ante la expresión de desconcierto de Cassel, Álex rió. Ella misma se sorprendió al oírse. Se dio cuenta de que hacía mucho tiempo que no reía. —L os copos de nieve están compuestos por cristales microscópicos de hielo que forman estructuras geométricas. Esto sí lo sabrás... —Ante el asentimiento dubitativo de Cassel, continuó —. A medida que caen, los copos atrapan las partículas que flotan en el aire y amplifican las ondas sonoras, con lo que ambiente.

Esta novela no solo me ha entretenimiento sino que ha conseguido despertar mi curiosidad al descubrir esa línea P de la que nada sabía hasta ahora y esos lugares de "retiro y santidad" que se esconden entre árboles y recodos agrestes.

“La línea P, cuya denominación oficial fue Organización Defensiva de los Pirineos, se levantó durante la dictadura del caudillo entre 1937 y mediados de los años cincuenta. Son un conjunto de búnkers a lo largo de la cordillera montañosa que se construyeron con el fin de impermeabilizar los límites entre España y Francia ante una hipotética invasión, bien de los republicanos exiliados o los maquis y sus aliados, tras la conclusión de la Guerra Civil.”

“La Abadía de San Martín de Canigó, se encuentra ubicada en Francia a lo más alto de la villa de Casteil, por la comarca del Conflet, en los Pirineos Orientales,  está levantada tras un pico rocoso a más de 1055 metros de altura. Se encuentra colgada en pleno macizo del Canigó, rodeado de verde, tranquilidad y paz, al que solo es posible, acceder a pie, tras 40 minutos de subida desde el pueblo de Casteil.”

Estos son los paisajes reales en los que el autor se inspira para desarrollar esta compleja y completa novela, y no son las únicas realidades, pues  el autor construye su trama sobre la base de la historia,  la mitología y  la literatura, a las que hace continuas e importantes referencias a lo largo de toda la novela.

- Hay muchas historias, pero mi preferida dice que Hércules se dirigía a enfrentarse a Gerión, un monstruo gigantesco formado por la unión de tres cuerpos. En el camino pidió alojamiento al rey Bébrix, padre de la princesa Pirene. Hércules bebió más de la cuenta y sedujo a la princesa prometiéndole matrimonio, aunque no pensaba cumplir su promesa. Tras pasar la noche con ella, Hércules se marchó, abandonando a la chica y olvidándola. Meses más tarde, Pirene dio a luz una serpiente. Aterrorizada, la joven abandonó el palacio y huyó a un bosque cercano. Allí la devoraron las fieras. Al volver de derrotar a Gerión, Hércules encontró los restos de la princesa. Los enterró, levantó sobre la tumba un inmenso mausoleo de piedra y bautizó todas las montañas con el nombre de la muchacha desgraciada. —E s decir, los Pirineos nacieron a partir de una desgracia. - ¿ No es así como empiezan todas las historias hermosas? —Tiene razón, sin tragedia no hay redención posible.

Jordi nos regala una novela ágil, rápida, vertiginosa, una historia que en el presente se desliza como los skis sobre la nieve y que de repente nos hace frenar con los retazos del pasado que nos regala Raquel.
Raquel, esa  mujer que se pasó la vida huyendo, que nunca tuvo, a la que nunca dejaron tener ningún control sobre su vida, que vivió o sobrevivió a la vida que le tocó jugar con las cartas marcadas que le tocaron en la partida.

—Yo no he pedido estar aquí —dije al borde de las lágrimas. —Nadie lo hace —suspiró —. Cuanto antes comprendas que esta es tu nueva vida, mejor será para ti y los tuyos y mi trabajo será más fácil —explicó abriendo la puerta. De repente, el tono de su voz se volvió más hosco —. Pónmelo difícil y sabrás lo que es sufrir un verdadero infierno.

Es esta una novela extensa, en la que el paisaje es determinante, en el que la historia gana en protagonismo en los distintos momentos que se narran y que es, sobre todo, una novela que ahonda en las pasiones, en las miserias de los personajes, que se centra en la maldad, sin paliativos.

Una novela que va ganando en intensidad a cada página que pasamos, que nos trae y nos lleva por el camino que marca el autor, que nos muestra una solución, para demostrarnos al minuto siguiente el error en que nos encontramos y que nos  dirige con maestría hacia un final vertiginoso y oscuro, fundido a negro, porque No hay luz bajo la nieve.

Aún no terminaba de entenderlo por completo, le recordaba a un estereograma. Aquel juego óptico le encantaba de pequeña. Era necesario desenfocar la vista para captar las distintas perspectivas de la imagen. A simple vista no tenía ningún sentido. Poco a poco, a medida que te acercabas, se revelaba la imagen oculta.


jueves, 5 de diciembre de 2019

Infamia


Costas, Ledicia (2019)
Infamia
Ediciones Destino, Barcelona, 288 pp
ISBN: 9788423356409

Emma Cruz es abogada y profesora de derecho penal. Se traslada al pequeño pueblo gallego de Merlo para impartir clases en la universidad, sin saber que ese lugar está marcado por la desgracia.
Su llegada coincide con el veinticinco aniversario de la desaparición de las hermanas Giraud, a quien parece que se las haya tragado la tierra. Así, Emma descubrirá que los habitantes de Merlo guardan secretos inconfesables. ¿Qué fue de las hermanas Giraud? ¿Están muertas? Y si es así, ¿quién fue el responsable?¿y por qué nunca encontraron sus cuerpos?
Infamia es un thriller psicológico donde nada es lo que parece. Una novela de un ritmo vibrante que agarra el lector y lo conduce a los límites de la condición humana. Una historia de amor, de odio y de locura.

Emma había comprendido que, en Merlo, como en su propia vida, moraba una bestia que se alimentaba de los secretos. Acabaría devorándolos a todos ellos si no la detenían a tiempo.

Infamia es una de esas novelas que te dejan sin respiración y no precisamente porque sea un thriller trepidante, no porque sea una lectura especialmente dinámica, sino por la dureza de los temas que abarca y que disparan directos a nuestra línea de flotación.
Tras el misterio de la desaparición de dos hermanas 25 años atrás, la autora nos enfrenta a lo peor del ser humano, nos enfrenta cara a cara a esas personas que ostentan el poder y que se arrogan el poder de destrozar la vida de otros. Aquellos que deben proteger y que sin embargo destrozan todo lo que tocan.

El concepto de presunción de veracidad lo colocaba en una posición bastante cómoda. Solía comportarse como si fuese impune. Abusaba siempre que podía de su posición de superioridad y lo hacía con plena conciencia. Pero es que el mundo no estaba pensado para los pusilánimes, y él no era responsable de eso. La vida era una selva.

La autora realiza una crítica feroz al silencio culpable y al silencio cómplice, una crítica a la cobardía
de enfrentar nuestros actos y los actos que admitimos en otros, con la excusa del miedo, con el temor de seguir el mismo camino de aquellas victimas a las que nadie protegió. Una crítica al caciquismo moderno que aún persiste en nuestra sociedad, ese caciquismo que dirige los destinos de los demás, que pervive, sobretodo, en ciertos lugares de nuestra geografía, en ciertas comunidades que aún viven aisladas en su propia realidad.
 
Infamia es una historia de secretos, de esos que todos, en mayor o menor medida, cargamos como un lastre, esos secretos que determinan nuestra vida, nuestras acciones y sentimientos y nuestras reacciones, nuestra forma de relacionarnos o no hacerlos con los demás.

Supongo que llega un punto en que no hacer nada ya no sirve. Quedarse quieto también es tomar una decisión, y él hace mucho que está así, inmóvil.

Emma es una mujer atormentada, por su infancia y lo que perdió en ella y por su pasado, el que la persigue a pesar de esa huida hacia adelante que la lleva a Merlo. Emma intenta reinventarse comenzando una nueva vida, intentando enterrar sus problemas centrándose en los problemas ajenos; empeñada en encontrar respuestas a preguntas que nadie excepto ella está interesada en desvelar, unas respuestas que la llevaran a granjearse mas enemistades que amistades y que no le pondrán nada fácil vivir esa nueva vida que ansía.

Refugiarse en el drama ajeno era una manera de huir de ella misma y de una vida que por momentos la superaba.

Junto a Emma, Mario, Sara, Noel, David, Rubén, Salva, Lucas, Cloe…. elementos, personajes necesarios y vitales para construir una novela sólida y coherente, una novela que se ramifica como lo hace la propia vida.
Infamia es una historia que me ha hecho sufrir, que no le ha dado tregua a mi dolor, que me ha rodeado de la misma niebla que cubre Merlo y el corazón de sus gentes. Una novela llena de dudas, llena de preguntas, algunas respuestas las encontramos entre las páginas de la historia, otras quedan al libre albedrío de la mente del lector o tal vez no, tal vez encontremos respuestas en un futuro...
Una novela con una historia que son muchas historias, con muchos hilos que te ahogan poco a poco,
una historia que va cortando todos los flecos hasta llegar al final... un final que tendréis que descubrir por vosotros mismos, así como la compleja trama de esta historia que os recomiendo no dejéis pasar.

Qué difícil resulta a veces comprender las razones que nos empujan a cometer determinados actos. Hay episodios tan demoledores que son capaces de romper una vida para siempre. De nada sirve tratar de fingir que no pasó. La persona suele seguir una pauta de comportamiento lógica: se esfuerza en continuar con sus rutinas como si todo fuese igual que antes, pero eso no es posible porque ya tiene el diablo dentro. El subconsciente empieza a colocar losas para sepultarlo, avanzan los días con esa parte del cerebro centrada en bloquearlo. Y cuando parece que ya está, que pese a todo es posible seguir viviendo con cierta dignidad, el diablo lo revienta todo y vuelve a manifestarse con más fuerza, surgiendo en medio de los escombros. A veces se aparece en sueños y te despiertas gritando de madrugada, con el cuerpo empapado en sudor. El día siguiente suele ser difícil de llevar. Con el ánimo tan tocado, no existe forma de levantar cabeza. Él está dentro de tu cerebro y toca las fibras exactas para que no puedas parar de darle vueltas y más vueltas al problema. Te habla al oído y te recuerda lo sucedido con una precisión insoportable. De ahí los refugios para sobrevivir: el alcohol, las drogas, los antidepresivos... Cada cual busca amparo donde puede, ignorando que está emprendiendo un camino sin retorno hacia la autodestrucción.

martes, 3 de diciembre de 2019

Un certamen con mucha historia


Hace dos años que  #SoyYincanera llegó a mi vida, en un momento en que esta se encontraba patas arriba, en la que estaba empezando a reconstruirla a partir de los pedazos dispersos. #SoyYincanera fue un soplo de aire fresco y una fuente de experiencias impagables, un motivo por el que recuperar la ilusión.

Con esta, y gracias a esta iniciativa de @Ana_ Kayena y @detintaenvena  he vivido momentos inolvidables y este ha sido, sin duda, uno de los mejores.

Acudir al Certamen de Novela Histórica Ciudad de Ubeda era una asignatura pendiente desde hace tiempo y este año, por fin tuvimos la oportunidad de vivirlo desde dentro.

Desgraciadamente los compromisos profesionales y familiares, así como la distancia al lugar del
certamen no nos permitieron vivirlo desde el primer día, el 12 de Noviembre y tuvimos que conformarnos con comenzar nuestra aventura el viernes por la tarde.

Úbeda nos recibió azotada por la ola de frío polar que asolaba media España esos días. Nos recibieron sus calles estrechas y oscuras de noche cerrada a pesar de ser sólo las 7 de la tarde, con el tiempo justo de dejar las maletas en nuestras habitaciones y salir presurosas al encuentro de Pablo Lozano, director del certamen y quien nos trasladó al lugar donde íbamos a disfrutar de nuestra primera actividad literaria.

Este certamen no es un certamen circunscrito a un lugar único y concreto,  como su nombre indica involucra a toda una ciudad y por ello, las presentaciones del viernes se desarrollaron en la Librería Libros Prohibidos.

Llegamos casi al final de la charla que Pedro Uceda estaba teniendo con Claudia Casanova, autora de Historia de una Flor, a la que escuchamos hablar de Alba, la protagonista de su novela y de su día a dia como escritora y como editora. Una vez finalizada su intervención y mientras esperábamos la siguiente tuvimos la oportunidad de charlar con ella en “petit comité” e inmortalizar esta primera experiencia en el certamen.

A las 8 y cuarto teníamos una nueva cita, sin movernos de ese espacio siempre mágico de las librerías y los libreros, en la que nuestra amiga y compañera Eva Martin, administradora del Blog, La historia en mis libros, ejerció de maestra de ceremonias en la presentación de Las cenizas de Hispania de José Zoilo Hernández González.

Eva introdujo al autor y  su obra, porque las cenizas de Hispania no es una novela, sino una trilogía de la que en Junio vió la luz la tercera entrega “El dux del fin del mundo”  y en Mayo la segunda “Niebla y acero”.

José Zoilo se reveló un gran comunicador, capaz de transmitir su entusiasmo, no solo por su novela, sino por lo que la escritura y, sobretodo la historia, significan en su vida.

Con gran generosidad compartió con nosotros sus primeras andanzas en esto de la escritura y de la publicación y nos habló largo y tendido de Atax, el alano, protagonista de esta trilogía que nos ha permitido conocerle.

Fue una presentación amena y enormemente interesante, una presentación que se nos hizo escasa en el tiempo pero extensa en su interés. Por suerte, tuvimos la suerte de compartir mesa y mantel durante la cena con él y con Ester, esa precisa media naranja de sonrisa abierta y perenne.

El sábado amaneció un día luminoso, una mañana limpia que me recordó a las de mi tierra,  días en los que brilla el sol, pero en las que en el momento que este se esconde, aunque sea momentáneamente, arrecia el frío.

Este sería nuestro día central, ese en el que tendríamos 24 horas para disfrutar 100% del certamen, y a eso nos dirigimos.

El Hotel Palacio de Úbeda era la sede del grueso de los actos y allí estábamos a las 10 de la mañana.

En el primer acto, la entrega del VIII Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda y la posterior  presentacion de La segunda expedición, introducido por David Yagüe pudimos conocer  a Alan Pitronello, el joven escritor de origen Chileno que nos ganó con su visión reconciliadora de la conquista de América, en un momento en que la reconciliación, en general, es tan necesaria.
presentación de la ganadora

Tuve la oportunidad de charlar con calma después de la presentación mientras firmaba mi ejemplar y confieso que me ganó con la humildad y el agradecimiento con que recibía las alabanzas de todos aquellos que se acercaban. Fue un verdadero placer mantener esta conversación con él y estoy segura de que será un  enorme placer leerlo, lo que espero hacer en breve y compartir mi opinión con quien quiera conocerla.

El tiempo de espera hizo que me perdiera parte de la presentación de Ateniense de Pedro Santamaría, y por lo que viví a partir de mi entrada en la sala, fue una lástima. Pedro contagia su entusiasmo en cada una de las palabras que pronuncia y disfruta compartiendo lo que le apasiona.  Es un hombre arrollador, con una simpatía apabullante y una gracia que tuvimos la suerte de disfrutar a última hora del día, o primera hora de la noche, depende de cómo se mire, cuando volvimos al hotel tras un rato de esparcimiento y relación social entre cervezas y alguna copa…

Paseamos con calma por las calles, disfrutando de la belleza del día y de los edificios para dirigirnos a la reconstrucción histórica, uno de los actos que más despertaban mi interés después de haberla vivido a través de los ojos de mis compañeros en otras ediciones.

Llegamos a una plaza ya engalanada para lo que vendría a continuación, las armas preparadas, el campamento británico en un momento de descanso y los espectadores, que cada vez éramos más, esperando ansiosos el inicio de la batalla prometida.

La Recreación de la Batalla de Isandlwana (1879) no solo fue una sorpresa por la profesionalidad con que había sido preparada y el concurso de muchos de los asistentes al certamen,  sino porque Pablo Lozano, ejerciendo de maestro de ceremonias, convirtió a todos los espectadores en un improvisado ejército Zulú. No fue nada fácil liderar a este ejército  amateur a veces duro de oído y mucho más a menudo sobrepasado por los disparos de las armas y cañones del ejército enemigo pero consiguió llevarlo a la victoria ocupando el campamento enemigo.

“La batalla de Isandlwana tuvo lugar el 22 de enero de 1879 en el contexto de la guerra anglo-zulú. Fue la primera gran batalla de la guerra entre el imperio británico y el Reino Zulú. Once días después de que los británicos comenzaran la invasión del territorio zulú en Sudáfrica, un ejército nativo formado por unos 20.000 soldados atacó a una columna del ejército británico compuesto por 1800 hombres.
La batalla fue una victoria decisiva para los zulúes y significó la derrota de la primera invasión británica de su territorio. El Ejército Británico sufrió la mayor derrota contra una fuerza indígena armada con una tecnología militar muy inferior”

Tras la comida en el mismo Hotel Palacio de Úbeda disfrutamos de un agradable café y un nuevo paseo por los rincones de esta preciosa ciudad hasta llegar a la última presentación del día, Constantinopla de Baptiste Touverey, que dirigió con maestría y salvando las dificultades del idioma de manera más que sobresaliente Javier Velasco de Todoliteratura.

Acabada la cena tuvimos la oportunidad de departir en un ambiente más lúdico con algunos de los asistentes y fue una suerte, porque por fin surgió una conversación que podría haber sucedido en Madrid, en cualquiera de los muchos eventos en los que coincidimos, pero que nunca se dió. Hubo intercambio de opiniones, complicidad, intercambio de idiomas, “frangles”, “espanglish” y hasta lenguaje de signos “sheep with horns”. Disfrutamos muchísimo  de estos momentos, de la charla con Oana, con Javier, con Eva, con Sebastián, con Javier y de los que nos brindó  volver al hotel que compartíamos y poder charlar con calma con Pedro Santamaría y con Javier.

Cumpliendo los peores pronósticos el domingo amaneció un día frio, gris, lluvioso… y mi cabeza, tal vez contagiada por el clima, amaneció igual. Una terrible migraña me obligó a volver a descansar tras el desayuno inacabado en el que tuvimos la oportunidad de conocer a Mercedes Santos, autora de Sitiadas, y perderme el acto de entrega del premio Los Cerros de Úbeda y la presentación  de la novela ganadora Valkirias de I. Biggy y os aseguro que lo sentí,  porque tuve la oportunidad de charlar con él antes de la última presentación del certamen y me hubiera encantado escucharle hablar de su novela.

La última presentación fue, sin lugar a dudas el colofón, un broche de oro para cerrar un espectacular fin de semana literario. La presentación de Tiempos de esperanza de Emilio Lara, una charla a tres entre Sebastián Roa, Jesús Úbeda y el propio autor resultó estimulante, entretenida y tremendamente instructiva. La conversación trascendió la propia novela para convertirse en una verdadera “master class” sobre literatura, sobre historia, sobre el futuro editorial, sobre la profesión del escritor y también, un detalle realmente magnifico, sobre la forma en que las compañeras de los escritores viven la profesión de estos.

La lluvia no daba tregua y eso obligó, desgraciadamente, a suspender las recreaciones preparadas para el último día del certamen como colofón del mismo.

Teníamos la intención de compartir aun la comida con la organización y los participantes del
certamen pero el tiempo no mejoraba y cuando salimos a dar el último paseo por estas calles que tan bien nos acogieron fuimos conscientes de que la lluvia arreciaba y de que una densa niebla estaba comenzando a cubrir la ciudad por lo que decidimos, con una tristeza infinita, eso sí, adelantar nuestra partida.
Salimos de Úbeda con lluvia y esta nos acompañó hasta nuestra llegada a
Madrid, nos trajimos el agua, pero nos trajimos sobre todo una experiencia inolvidable y un montón de maravillosas sensaciones, conversaciones, risas y el deseo compartido de poder volver a disfrutar el próximo año de unos días tan magníficos como los vividos.

Gracias a los escritores por su cercanía y generosidad, gracias editores,  compañeros blogueros y periodistas, gracias Ana, Carmina, Angela, Eva, por llenar estos días de momentos inolvidables, gracias por las risas y las conversaciones, gracias por hacerme crecer con vuestra experiencia y vuestras generosas aportaciones y gracias, sobre todo, a la organización del certamen y a Pablo Lozano, por su implicación, por su profesionalidad y porque sin su invitación, sin su entusiasmo y sin su saber hacer nada de toda esta experiencia llena de magia hubiera sido posible.