martes, 3 de diciembre de 2019

Un certamen con mucha historia


Hace dos años que  #SoyYincanera llegó a mi vida, en un momento en que esta se encontraba patas arriba, en la que estaba empezando a reconstruirla a partir de los pedazos dispersos. #SoyYincanera fue un soplo de aire fresco y una fuente de experiencias impagables, un motivo por el que recuperar la ilusión.

Con esta, y gracias a esta iniciativa de @Ana_ Kayena y @detintaenvena  he vivido momentos inolvidables y este ha sido, sin duda, uno de los mejores.

Acudir al Certamen de Novela Histórica Ciudad de Ubeda era una asignatura pendiente desde hace tiempo y este año, por fin tuvimos la oportunidad de vivirlo desde dentro.

Desgraciadamente los compromisos profesionales y familiares, así como la distancia al lugar del
certamen no nos permitieron vivirlo desde el primer día, el 12 de Noviembre y tuvimos que conformarnos con comenzar nuestra aventura el viernes por la tarde.

Úbeda nos recibió azotada por la ola de frío polar que asolaba media España esos días. Nos recibieron sus calles estrechas y oscuras de noche cerrada a pesar de ser sólo las 7 de la tarde, con el tiempo justo de dejar las maletas en nuestras habitaciones y salir presurosas al encuentro de Pablo Lozano, director del certamen y quien nos trasladó al lugar donde íbamos a disfrutar de nuestra primera actividad literaria.

Este certamen no es un certamen circunscrito a un lugar único y concreto,  como su nombre indica involucra a toda una ciudad y por ello, las presentaciones del viernes se desarrollaron en la Librería Libros Prohibidos.

Llegamos casi al final de la charla que Pedro Uceda estaba teniendo con Claudia Casanova, autora de Historia de una Flor, a la que escuchamos hablar de Alba, la protagonista de su novela y de su día a dia como escritora y como editora. Una vez finalizada su intervención y mientras esperábamos la siguiente tuvimos la oportunidad de charlar con ella en “petit comité” e inmortalizar esta primera experiencia en el certamen.

A las 8 y cuarto teníamos una nueva cita, sin movernos de ese espacio siempre mágico de las librerías y los libreros, en la que nuestra amiga y compañera Eva Martin, administradora del Blog, La historia en mis libros, ejerció de maestra de ceremonias en la presentación de Las cenizas de Hispania de José Zoilo Hernández González.

Eva introdujo al autor y  su obra, porque las cenizas de Hispania no es una novela, sino una trilogía de la que en Junio vió la luz la tercera entrega “El dux del fin del mundo”  y en Mayo la segunda “Niebla y acero”.

José Zoilo se reveló un gran comunicador, capaz de transmitir su entusiasmo, no solo por su novela, sino por lo que la escritura y, sobretodo la historia, significan en su vida.

Con gran generosidad compartió con nosotros sus primeras andanzas en esto de la escritura y de la publicación y nos habló largo y tendido de Atax, el alano, protagonista de esta trilogía que nos ha permitido conocerle.

Fue una presentación amena y enormemente interesante, una presentación que se nos hizo escasa en el tiempo pero extensa en su interés. Por suerte, tuvimos la suerte de compartir mesa y mantel durante la cena con él y con Ester, esa precisa media naranja de sonrisa abierta y perenne.

El sábado amaneció un día luminoso, una mañana limpia que me recordó a las de mi tierra,  días en los que brilla el sol, pero en las que en el momento que este se esconde, aunque sea momentáneamente, arrecia el frío.

Este sería nuestro día central, ese en el que tendríamos 24 horas para disfrutar 100% del certamen, y a eso nos dirigimos.

El Hotel Palacio de Úbeda era la sede del grueso de los actos y allí estábamos a las 10 de la mañana.

En el primer acto, la entrega del VIII Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda y la posterior  presentacion de La segunda expedición, introducido por David Yagüe pudimos conocer  a Alan Pitronello, el joven escritor de origen Chileno que nos ganó con su visión reconciliadora de la conquista de América, en un momento en que la reconciliación, en general, es tan necesaria.
presentación de la ganadora

Tuve la oportunidad de charlar con calma después de la presentación mientras firmaba mi ejemplar y confieso que me ganó con la humildad y el agradecimiento con que recibía las alabanzas de todos aquellos que se acercaban. Fue un verdadero placer mantener esta conversación con él y estoy segura de que será un  enorme placer leerlo, lo que espero hacer en breve y compartir mi opinión con quien quiera conocerla.

El tiempo de espera hizo que me perdiera parte de la presentación de Ateniense de Pedro Santamaría, y por lo que viví a partir de mi entrada en la sala, fue una lástima. Pedro contagia su entusiasmo en cada una de las palabras que pronuncia y disfruta compartiendo lo que le apasiona.  Es un hombre arrollador, con una simpatía apabullante y una gracia que tuvimos la suerte de disfrutar a última hora del día, o primera hora de la noche, depende de cómo se mire, cuando volvimos al hotel tras un rato de esparcimiento y relación social entre cervezas y alguna copa…

Paseamos con calma por las calles, disfrutando de la belleza del día y de los edificios para dirigirnos a la reconstrucción histórica, uno de los actos que más despertaban mi interés después de haberla vivido a través de los ojos de mis compañeros en otras ediciones.

Llegamos a una plaza ya engalanada para lo que vendría a continuación, las armas preparadas, el campamento británico en un momento de descanso y los espectadores, que cada vez éramos más, esperando ansiosos el inicio de la batalla prometida.

La Recreación de la Batalla de Isandlwana (1879) no solo fue una sorpresa por la profesionalidad con que había sido preparada y el concurso de muchos de los asistentes al certamen,  sino porque Pablo Lozano, ejerciendo de maestro de ceremonias, convirtió a todos los espectadores en un improvisado ejército Zulú. No fue nada fácil liderar a este ejército  amateur a veces duro de oído y mucho más a menudo sobrepasado por los disparos de las armas y cañones del ejército enemigo pero consiguió llevarlo a la victoria ocupando el campamento enemigo.

“La batalla de Isandlwana tuvo lugar el 22 de enero de 1879 en el contexto de la guerra anglo-zulú. Fue la primera gran batalla de la guerra entre el imperio británico y el Reino Zulú. Once días después de que los británicos comenzaran la invasión del territorio zulú en Sudáfrica, un ejército nativo formado por unos 20.000 soldados atacó a una columna del ejército británico compuesto por 1800 hombres.
La batalla fue una victoria decisiva para los zulúes y significó la derrota de la primera invasión británica de su territorio. El Ejército Británico sufrió la mayor derrota contra una fuerza indígena armada con una tecnología militar muy inferior”

Tras la comida en el mismo Hotel Palacio de Úbeda disfrutamos de un agradable café y un nuevo paseo por los rincones de esta preciosa ciudad hasta llegar a la última presentación del día, Constantinopla de Baptiste Touverey, que dirigió con maestría y salvando las dificultades del idioma de manera más que sobresaliente Javier Velasco de Todoliteratura.

Acabada la cena tuvimos la oportunidad de departir en un ambiente más lúdico con algunos de los asistentes y fue una suerte, porque por fin surgió una conversación que podría haber sucedido en Madrid, en cualquiera de los muchos eventos en los que coincidimos, pero que nunca se dió. Hubo intercambio de opiniones, complicidad, intercambio de idiomas, “frangles”, “espanglish” y hasta lenguaje de signos “sheep with horns”. Disfrutamos muchísimo  de estos momentos, de la charla con Oana, con Javier, con Eva, con Sebastián, con Javier y de los que nos brindó  volver al hotel que compartíamos y poder charlar con calma con Pedro Santamaría y con Javier.

Cumpliendo los peores pronósticos el domingo amaneció un día frio, gris, lluvioso… y mi cabeza, tal vez contagiada por el clima, amaneció igual. Una terrible migraña me obligó a volver a descansar tras el desayuno inacabado en el que tuvimos la oportunidad de conocer a Mercedes Santos, autora de Sitiadas, y perderme el acto de entrega del premio Los Cerros de Úbeda y la presentación  de la novela ganadora Valkirias de I. Biggy y os aseguro que lo sentí,  porque tuve la oportunidad de charlar con él antes de la última presentación del certamen y me hubiera encantado escucharle hablar de su novela.

La última presentación fue, sin lugar a dudas el colofón, un broche de oro para cerrar un espectacular fin de semana literario. La presentación de Tiempos de esperanza de Emilio Lara, una charla a tres entre Sebastián Roa, Jesús Úbeda y el propio autor resultó estimulante, entretenida y tremendamente instructiva. La conversación trascendió la propia novela para convertirse en una verdadera “master class” sobre literatura, sobre historia, sobre el futuro editorial, sobre la profesión del escritor y también, un detalle realmente magnifico, sobre la forma en que las compañeras de los escritores viven la profesión de estos.

La lluvia no daba tregua y eso obligó, desgraciadamente, a suspender las recreaciones preparadas para el último día del certamen como colofón del mismo.

Teníamos la intención de compartir aun la comida con la organización y los participantes del
certamen pero el tiempo no mejoraba y cuando salimos a dar el último paseo por estas calles que tan bien nos acogieron fuimos conscientes de que la lluvia arreciaba y de que una densa niebla estaba comenzando a cubrir la ciudad por lo que decidimos, con una tristeza infinita, eso sí, adelantar nuestra partida.
Salimos de Úbeda con lluvia y esta nos acompañó hasta nuestra llegada a
Madrid, nos trajimos el agua, pero nos trajimos sobre todo una experiencia inolvidable y un montón de maravillosas sensaciones, conversaciones, risas y el deseo compartido de poder volver a disfrutar el próximo año de unos días tan magníficos como los vividos.

Gracias a los escritores por su cercanía y generosidad, gracias editores,  compañeros blogueros y periodistas, gracias Ana, Carmina, Angela, Eva, por llenar estos días de momentos inolvidables, gracias por las risas y las conversaciones, gracias por hacerme crecer con vuestra experiencia y vuestras generosas aportaciones y gracias, sobre todo, a la organización del certamen y a Pablo Lozano, por su implicación, por su profesionalidad y porque sin su invitación, sin su entusiasmo y sin su saber hacer nada de toda esta experiencia llena de magia hubiera sido posible.


3 comentarios:

  1. Se nota muchísimo que disfrutasteis del certamen y la experiencia. Esta crónica hace que los que la leemos casi hayamos estado presentes. Dais mucha envidia, más de uno habría querido compartir la experiencia y los paseos por la ciudad con vosotras. A ver si es posible la próxima vez una representación más grande de #SoyYincanera como ya le dije a Ana. Me alegra que lo disfrutaras. Besos.

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  2. Pero qué envidia!!! Qué bien lo tuvisteis que pasar! Estupenda crónica. Desde luego dejas con unas ganas tremendas de ir para la próxima.
    Besotes!!!

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  3. Estos encuentros tienen que ser de lo más interesante, me alegro de que lo disfrutaras tanto y gracias por la crónica que así las que no hemos podido asistir nunca nos hacemos una idea.

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