Sánchez-Garnica, Paloma (2019)
La sospecha de Sofía
Editorial Planeta, Barcelona, 656 pp
ISBN: 9788408205623
En una Europa dividida por un muro insalvable,
dos hombres y una mujer buscan desesperadamente su destino.
La anodina vida de Sofía y Daniel cambia
radicalmente cuando él recibe una carta anónima en la que se le dice que
Sagrario, a la que venera, no es su verdadera madre y que si quiere conocer la
verdad de su origen debe ir a París esa
misma noche. Intrigado, pregunta a su
padre por esta cuestión y él le recomienda que lo deje pasar, que no remueva el
pasado. Sin embargo, hay preguntas que necesitan una respuesta y esta búsqueda
desencadenará una sucesión de terribles acontecimientos y encuentros
inesperados de infortunado desenlace que trastocará su vida y la de su mujer,
Sofía, para siempre. Madrid, París y su mayo del 68, el muro de Berlín, la
Stasi y la KGB, los servicios de contraespionaje en la España tardofranquista y
tres personajes en busca de su identidad son las claves de esta fantástica
novela con el inconfundible sello de Paloma Sánchez-Garnica.
Y de repente la franja, el Muro, la frontera bien
definida entre una ciudad y otra que las separaba como una peligrosa serpiente
en reposo, latente, conminatoria a cualquiera que osara encararla, por algo se
la conocía como la «franja de la muerte"
Sofía es el prototipo de la mujer bien española de finales
de los años 60.
Una mujer de su casa, esposa y madre perfecta, encerrada con
las niñas y con la nana, encerrada entre las cuatro paredes de una buena casa
del barrio alto de Madrid, una mujer hecha a su tiempo, una mujer común. Mas o
menos, porque Sofía tiene estudios y sueños, sueños que ha ido aparcando en pos
de la familia y de la opinión de su marido.
Menos mal que tiene un padre y una amiga que la obligan a
enfrentarse a la realidad, que la obligan a no dejar demasiado atrás el futuro
que aun podría tener.
… todo estaba listo cuando Sofía llegó a la
vida de Daniel, todo hecho cuando entró por primera vez al piso. Ella tan solo
tuvo que colocar su ropa en los armarios y las cosas de aseo en el baño, lo
demás había sido decidido de antemano. Por eso, cuando entró la primera vez en
aquella casa, se sintió en un lugar ajeno; incluso ahora que irremediablemente
se había convertido en su hogar, seguía sintiendo que aquello no era suyo del
todo, que estaba allí como de prestado
Pero nada es eterno, ni inamovible y Sofía acaba saliendo de
su espacio, de su zona de confort, no porque quiera sino porque la sacan a
bofetadas. Primero su suegra, esa mujer débil en apariencia, luego su marido,
que se empeña en no aparecer y por último Monique, una mujer alejada de su
mentalidad patriarcal, de su clásica moral, de su vida burguesa.
—La gente que lee puede ser muy peligrosa para aquellos
que pretenden el pensamiento único. La lectura es el germen de toda revolución
—dijo Monique satisfecha.
Daniel es hijo del franquismo,
hijo del bando ganador y por tanto con las ventajas que esa situación incluye.
Daniel es un buen hijo, uno de esos que admiran y odian a su padre a partes
iguales y que vive la vida con miedo a defraudarle, a no estar a su altura. Uno
de esos que adoran a su madre por encima de todas las cosas, que la
sobreprotege y la antepone a todo y a todos, incluida su propia familia, su
mujer y su hija.
Daniel vive una vida cómoda,
regalada, la vida que le toca por ser quien es en el lugar y el espacio en que
le toca vivir.
Todo el mundo tiene su prurito de vanidad en esto de
anunciarse al mundo, pero aquello era una guerra perdida con su padre; había
perdido ya unas cuantas, entre otras el hecho precisamente de ser letrado.
Pero nada es eterno, ni inamovible y Daniel acaba saliendo de
su espacio, de su zona de confort, no
porque quiera sino porque lo sacan a trompicones.
Primero una carta sin remite y luego una verdad incomoda que nunca habría tenido
que ser descubierta ni confirmada.
Y en este viaje fuera
de un entorno conocido, Sofía nos lleva de la mano por las calles del Paris del
Mayo del 68.Y en este periplo, la autora, ayudada de Sofía y de unos
secundarios de lujo, aprovecha para hacer una radiografía de la Francia de los
60 y de esa distancia moral e ideológica de España, que estando tan cerca,
estaba tan lejos en aquellos años.
Los estudiantes están empezando a despertar de la modorra
que proporciona el excesivo bienestar, de esta sociedad que nos acomoda
hasta el hastío. La gente joven es la que debe y puede cambiar el mundo. Si no
lo hacemos nosotros nadie lo hará en nuestro lugar.
Y en este viaje fuera
de un entorno conocido, Daniel nos lleva de la mano a un lugar inhóspito, a un
lugar lejano en la distancia pero cercano
en la ideología, por más que hablemos de dos ideologías contrapuestas, la
dictadura de Franco y el comunismo de la Europa del este.
De la mano de Daniel conoceremos Berlín y ese muro de la vergüenza
que tardo demasiado en caer. Y en este periplo, la autora, ayudada de Daniel y
de unos secundarios de lujo, y cuanto
menos peculiares, Klaus, Gloria, Bettina, Hanna… nos lleva a conocer las
cloacas de la Stasi y lo que un estado es capaz de hacer “por el bien” de sus
ciudadanos.
El jefe le dejó hablar, regocijándose con el miedo que
Klaus exudaba por cada poro de la piel. Aquellos momentos eran los que más
disfrutaba, ese olor a miedo que desprendía el detenido, el acusado, el
sospechoso. El poder sobre la vida y el destino ajenos engordaba su vacua
vanidad.
Paloma nos ofrece una magnifica recreación histórica y política
de la convulsa Europa de los 60, pero nos regala, sobretodo un magnifico
catalogo de personaje, creíbles, fuertes, incluso en su debilidad, unos
personajes imborrables por sus ideas y por lo que por ellas son capaces de
perder y de ganar, por lo que por sus ideas son capaces de luchar. Por lo que
son capaces de hacer por mantenerse con
vida o por conseguir que lo sigan aquellos a los que aman.
La autora nos habla del pasado, pero vuelve a un tiempo mas cercano para
cerrar un círculo que consigue reconciliarnos, al menos en cierta medida de las
injusticias vividas por algunos de sus personajes, que nos reconcilie, al menos en parte, con las
injusticias que tuvieron que vivir los vencidos de una guerra
injustificable, que nos haga sentirnos orgullosos, un poco, al menos, de lo que las mujeres hemos
avanzado desde los 60 hasta hoy.
Solo
se gana su libertad quien la conquista de nuevo cada día.
GOETHE,
Fausto
La sospecha de Sofía es una novela para leer con calma, para
paladear., para disfrutar. De los personajes, de la historia y de la prosa
elegante y ligera que consigue que la más de 600 páginas que conforman esta historia se deslicen entre
los dedos y ante nuestros ojos a la velocidad de la luz.
Y de repente la franja, el Muro, la frontera bien
definida entre una ciudad y otra que las separaba como una peligrosa serpiente
en reposo, latente, conminatoria a cualquiera que osara encararla, por algo se
la conocía como la «franja de la muerte"