jueves, 30 de abril de 2020

El recuerdo del olvido


Peralta, Karen (16/4/2020)
El recuerdo del olvido
Roca Editorial, Barcelona, Epub
ISBN: 9788418014475

Tras una muerte inesperada, Luciana se ve obligada a cumplir con la última voluntad de su abuela: localizar a tres mujeres y devolverles objetos personales de gran valor sentimental; una alianza matrimonial, un relicario y un anillo de compromiso. Para lograrlo, deberá revolver un pasado que no es el suyo y, al hacerlo, moldeará su presente y transformará su futuro. Ayudada por el diario de su abuela y las pericias de un investigador local, Luciana descubrirá a las voluntarias: cuatro mujeres que se atrevieron a desafiar al destino, entregando sus vidas al servicio de otros, como enfermeras de la Cruz Roja, en tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

Amores como el nuestro no se acaban con la muerte. Nuestro amor por ella siempre sobreviviría.

Este es uno de los libros más bonitos que he leído este año, y no porque sea uno de esos libros que ahora llaman "feelgood", sino, porque después de tanta novela negra y del confinamiento y las noticias de muertes y contagios y las redes destilando odio, tal vez era el momento de leer una historia así, una de esas que te reconcilian con el género humano. Tal vez era el momento, pero lo que es seguro es que es una novela que merece la pena leer.

No osaron pronunciar palabra, pues sabían que no hay alivio ni expresión o vocablo capaz de curar una memoria rota que registra por primera vez las injusticias de la guerra.

Pero volvamos al principio que me lío y las ideas deben seguir un orden o se me despistarán.
Cuando inicié el libro pensé que no iba a ser capaz de acabarlo, mi costumbre de no leer las sinopsis me hizo creer, erróneamente que la historia se centraría en el trabajo de las enfermeras en la Cruz Roja y no tenía yo el cuerpo para más miserias.
Lo cierto es que, a pesar de que la trama, o más bien una de las tramas se centran en la labor de médicos y enfermeras en la Segunda Guerra Mundial no es ese el meollo de la historia. Esta es una historia de mujeres, de lealtades, de amistad, de lazos que se refuerzan en momentos de dificultad, trata de cómo mujeres fuertes en su desgracia, de cómo mujeres  que no teniendo nada en común, a veces ni siquiera el idioma, son capaces de encontrar un nexo común  en medio del horror más grande de todos los horrores, de la guerra.
Ya me he vuelto a despistar, vuelvo al principio.
La historia comienza con la muerte de la nonna, la abuela de Luciana, Lu, y un encargo postmorten
que en principio da la impresión de ser imposible de realizar.

De Lu, de la quinta protagonista, en realidad, la protagonista fundamental de la historia, de su voluntad y de su suerte depende todo el desarrollo de la novela. Lu es una profesional exitosa que tiene, sin embargo, una vida personal desastrosa, marcada por su inseguridad y enmarañada en una historia que no le conviene nada, y ella lo sabe. Una mujer que, al morir la abuela, su pilar en la vida, la mujer que mejor la conoce y a la que ella mejor conoce pierde pie y, sin embargo, es ella, la que desde su carta de despedida consigue cambiarle la vida y el destino o consigue, mejor dicho darle el empujón que ella necesita, en ese momento exacto de su vida, para darle la vuelta a su existencia, para buscarle un sentido más allá de la rutina de su día a día  y de un amor que no la da más que desvelos.

No era fácil para mí enfrentarme a las situaciones engorrosas de mi vida. Siempre fue complicado lidiar con la decepción. No es que no sintiera, es que no quería sentir ciertas cosas.

Y esta es la primera lección de la novela, nunca conocemos a nadie tanto como creemos, sabemos de los otros, hasta de los más cercanos solo lo que ellos quieren que conocozcamos y los demás conozcan de nosotros apenas lo que nosotros queremos mostrar.
Junto a Lu, una madre controladora, sobretodo de los sentimientos y de su expresión, una hermana perfecta y un padre que es más un convidado de piedra que otra cosa, a los que oculta, hasta que no queda más remedio que poner las cartas sobre la mesa de la misión vital que le ha encomendado la abuela.

El peor de mis demonios era el amor. Desde que nacemos lo apreciamos y lo reconocemos, sabemos cuál es su sabor y su olor en otros, sin embargo, somos incapaces, a veces, de encontrarlo dentro de nosotros mismos, de entregarlo sin condición, de esperarlo sin recibir nada a cambio. Yo no sabía mucho del amor, aquello que aprendí de él me lo enseñó mi nonna; cuando mi madre no tenía suficientes brazos y caricias para dos niñas y un marido, cuando las horas del día no le alcanzaban para acurrucarme a mí también. Alicia siempre fue la más demandante, la que necesitó más de los brazos de mamá, la frágil, la enfermiza, la testaruda, la caprichosa.

Karen va compaginando el presente de Lu, la vida de las cuatro protagonistas y lo que les llevó a la
Cruz Roja y el momento en que todas ellas coincidieron en las trincheras de esa guerra que marcaría su presente y su futuro para siempre.
Y esta es la segunda lección, la novela es, también una historia de solidaridad, de darse a los demás, sin importar quién sea el otro, pero una solidaridad que para nuestras protagonistas, a veces,  no es un acto de altruismo, es una huida hacia adelante, una huida de un presente insufrible a un futuro incierto. Gia, Sarah, Marie y Mary Anne son mujeres que cargan con un pasado más que doloroso y con un presente amenazador y cada una de ellas, desde su perspectiva, desde su distinta realidad, desde su propia motivación, llegan a un mismo punto, hacerse enfermeras, con todo lo que ello implica.
Y en ese lugar común en que se encuentran las enfermeras llega la tercera lección de la historia, la
amistad, la lealtad, que va mas allá de clases e ideologías, que va mucho mas allá de los bandos, que se basa única y exclusivamente en el cariño y que hace que cada una de ellas se redima, de una u otra manera de ese pasado que les sigue pesando como una losa.

Se transformaron en versiones dinámicas de mujeres que habrían deseado y tenido otros destinos. Se rebelaron en lo profesional y en lo personal, mostrándole al mundo lo que eran capaces de lograr, y el cambio fue sorprendente.

Y en esa redención surge la tercera lección de la historia, porque si de algo nos hace participes la autora es del derecho a las segundas oportunidades, a las que tuvieron las protagonistas una vez finalizaron su labor y la que tiene Lu, la que la nonna y su encargo han puesto ante sus ojos.

Me aterraba finalizar mi misión, pues, con ella, la partida de mi abuela sería una certeza.

Karen ha escrito una novela para disfrutar en cada línea, una novela que te hace vivir más allá de los muros de las casas donde estamos obligados a transitar estos días, una novela que nos lleva de viaje de Buenos Aires a Italia, a Escocia, a Canadá, a Estados Unidos, una novela que nos permite conocer mujeres extraordinarias en un momento muy complicado de la historia, una novela que me ha llevado a recordar a las mujeres y hombres extraordinarios que también ahora, libran su propia batalla contra la pandemia, que luchan arriesgando su propia salud por todos y cada uno de nosotros.  Os aconsejo encarecidamente que no perdáis la oportunidad de conocer a Karen Peralta, su historia y su deliciosa forma de contarla, estoy segura que os resultará tan gratificante como me ha resultado a mí.

Y es que así son las despedidas: trozos de nosotros mismos que a veces se entregan y a veces se recogen cuando se dice finalmente adiós. Así ha sido la vida, repleta de encuentros y despedidas, algunas saben bien, son necesarias y hasta se agradece la ruptura, otras, sin embargo, son penosas, amargas, insufribles e injustas.

martes, 28 de abril de 2020

Dócil


Sainz de la Maza, Aro (2019)
Dócil
Ed. Destino, Barcelona, 496 pp.
ISBN: 9788423356782

El lunes al amanecer un joven se presenta en comisaría. Va empapado de sangre de pies a cabeza. «Todos están muertos», balbucea, y acto seguido se desmaya. El análisis de sus ropas constata que la sangre pertenece, como mínimo, a tres personas. ¿Se encuentran ante una víctima más, un superviviente? Pero, entonces, ¿por qué guarda silencio cuando recupera el conocimiento? Cabe otra posibilidad: que se trate de un asesino múltiple. Sin embargo, todo su entorno lo define como un chico dócil, incapaz de matar a una mosca. ¿Qué es en realidad Lucas Torres?
Milo Malart, policía judicial de los Mossos, vuelve a su puesto después de unas vacaciones forzadas. El caso con el que se enfrenta será uno de los más sanguinarios y complicados de su carrera y el principal sospechoso es un joven que esconde muchos secretos.
Una historia donde se mezclará la investigación, una ciudad convulsa, los problemas familiares y sus demonios interiores.

Detesto a los investigadores que se basan en la intuición, que tratan de ponerse en la piel del asesino y todas esas bobadas. Sois la peste, lo contrario al rigor y el peso de las pruebas.
[...]
—Pero a vosotros se os escapa el contexto emocional, y es clave para comprender. La ciencia no llega a todas partes. Hay algo que ni todos los laboratorios del mundo juntos podrán jamás esclarecer: el comportamiento humano. —Está claro, nos basamos en mundos opuestos. Tú buscas el porqué; yo, el cómo, el qué y el quién. —¿Y qué hacemos con el dónde y el cuándo? ¿Nos repartimos su custodia? —También son cosa mía, pero no quería parecer acaparado.

Hoy os traigo la reseña de uno de los libros que he leído durante el confinamiento, un libro que llevaba tiempo esperando su turno entre los ejemplares digitales y que se adelanto a la primera posición cuando comenzaron los días de encierro obligado y necesitaba algo que me hiciera abstraerme de esta funesta realidad que nos está tocando vivir.
En Dócil la trama no desmerece, es original, vertiginosa y absorbente, pero si por algo me ha conquistado ha sido por los personajes, potentes, enormes todos ellos, desde los protagonistas a los secundarios y los cuasi secundarios, y permitid que me pare en uno de estos últimos, uno que a pesar de estar presente durante todas las páginas de la novela, de sobrevolar continuamente la trama, sólo tiene una escena, Hugo, ese hermano que hace que Milo sienta pena, culpa, vergüenza, miedo y también e irremediablemente amor fraternal, un personaje al que no se si la enfermedad vuelve un  capullo, o es simplemente un  capullo que está enfermo.

Pero volvamos al principio. Reconozco que no conocía al autor, no había oído hablar de Milo Malart y que me vi arrastrada a leer esta novela animada por los muchísimos comentarios positivos que iba leyendo sobre ella, comentarios, no sinopsis, ni reseñas, una manía que tengo, la de no leer ni las unas ni las otras de las novelas que me interesan. No me gusta determinarme con opiniones ajenas, prefiero acertar o darme el piñazo bajo mi única responsabilidad. En este caso el acierto ha sido pleno, ya os lo digo. Lo dicho, que este ha sido mi primer acercamiento a Milo Malart al que creo que ya he encontrado "evolucionado". 
 
Escucha, Malart —dijo—. Por lo que he observado, tú ya no eres aquel zumbado que era incapaz de controlar sus emociones. Tal vez te falta pulir el tema de los nervios, pero eso nos ocurre a todos de vez en cuando. Salvo pequeños detalles, tu actitud es más tranquila, más reposada.

Puedo suponer como era en las anteriores entregas porque el autor, a través de él y de otros personajes va dando pinceladas del antes, pero reconozco que tal vez la lectura habría sido más plena de haber leído estas, asique un consejo, y no soy de dar muchos pero en este caso me atrevo, si podéis leed en orden, esta novela es tremenda pero seguro que ganará ir conociendo al protagonista desde el principio. Y es que os aseguro que este es un personaje que merece ser conocido a fondo, un personaje con un método propio que le vale múltiples críticas por parte de sus compañeros, pero que acaba resultando eficaz y una intuición que le lleva a enfrentarse a la evidencia, a la de los demás, claro, hasta las últimas consecuencias.

Se le erizó la piel, se le aceleraron el pulso y la respiración, y empezó a notar el sudor resbalando por la espalda, señales atávicas que lo conminaban a retroceder, a huir de allí. No les hizo caso.

Y es que en esta historia, todos se empeñan en señalar al culpable fácil, al obvio, todos menos Malart, que se empeña en ir más allá, enfrentándose a compañeros y superiores, enfrentándose a menudo incluso a sí mismo, porque lo que va encontrando no le cuadra con nada, es demasiado oscuro, demasiado viscoso, demasiado complicado… y su situación personal tampoco ayuda. Milo ha vuelto antes de tiempo de sus vacaciones obligadas y ha vuelto tocado por algo que no conoceremos, que no sabremos si es real o producto de su imaginación hasta el final de la historia.
El autor consigue mantener hasta el final la intriga en todos los frentes, en la vida personal y profesional del protagonista, en el caso que nos ocupa y que va dando giros y más giros hasta poner nuestras certezas del revés, en los casos y las historias que han quedado pendientes…
Y no se conforma el autor con esta trama policial, especial, eso sí, porque nos muestra el trabajo de la Policía Judicial, un cuerpo no demasiado explotado en las novelas del género, sino porque hace, además, una radiografía de la situación política y social de la Cataluña actual, de cómo se vive en las calles el enfrentamiento entre los que quieren la independencia y los que se niegan a ella, porque pone el dedo en la llaga del terrorismo islámico, porque se sumerge en los fangos de la corrupción y de la falta de ética de algunos miembros de las fuerzas de seguridad, porque nos habla de mafias y de abusos y se metre de lleno en el peor de los sufrimientos, el de la mente y como cada uno es capaz o
no de enfrentarlo.

Mediante el dolor físico logran anestesiar el dolor emocional, algo que a la larga puede convertirlas en adictas a esa sensación y a otra más importante, la de control. Al menos pueden controlar el dolor físico y esto las alivia.

Os aseguro que es una novela de las de no dejar escapar, una novela en la que he conocido a Mili Malart al que no descarto buscar, no tardando en El verdugo de Dalí y El ángulo muerto.

Todas hieren, la última mata

jueves, 23 de abril de 2020

La huella del mal


Rios San Martin, Manuel (2019)
La huella del mal
Editorial Planeta, Barcelona, 576 pp.
ISBN: 9788408206910

Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.
En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Sin embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.

El instinto de la violencia se esconde dentro de nosotros, en lo más profundo, agazapado. En el ADN, en el alma. Cada uno puede llamarlo como quiera, pero la realidad es que está presente, que no se puede eliminar sin matar la esencia del ser humano. Es primitivo, atávico, esencial. Existe desde hace millones de años. Es el misterio que nos define. Y tan solo debemos esperar a que la rabia o el dolor lo despierten. O la envidia. O el miedo. O la lujuria. Y entonces…

Nunca he visitado un yacimiento arqueológico y no he tenido la suerte de conocer ninguna cueva, pero he de reconocer que con esta novela he conseguido ambas cosas.
Manuel hace una descripción pormenorizada de estas estructuras y de su funcionamiento y, sin dogmatismos, hace una exposición magnifica de la forma de vida en la prehistoria.

La tensión entre los personajes es un continuo a lo largo de toda la novela; supongo que no es fácil para un profesional dejar un caso sin resolver, saber que, debido a nuestra falta de pericia, un asesino está suelto. Los círculos sin cerrar nos persiguen para siempre y cada uno enfrentamos los temas inconclusos de una manera distinta. Y esto es lo que le pasa a la pareja protagonista Silvia se tortura consciente y continuamente en su día a día, exigiéndose cada dia más en su carrera profesional. Daniel, por su parte, en una huida hacia adelante abandonó el cuerpo para dedicarse a actividades mucho más rentables.
Y, a pesar de todo lo que les separó,  no tienen más remedio que volver a trabajar juntos, intentando dejar a un lado la relación personal que les unió y les distanció sin remedio. Esta misma relación es la que dificulta hasta el extremo la confianza necesaria para remar en la misma dirección, y su distanciamiento, no solo físico y temporal, sino también físico, hace que vean y traten los hechos desde perspectivas y de forma totalmente opuesta. Estos desencuentros, esta falta de confianza la sufre también Rodrigo, el nuevo compañero de  Silvia, que se ve, en la mayoría de las ocasiones relegado en la investigación, que se intuye a si mismo como un mero convidado de piedra.

Él también hablaba solo de los hechos. ¿Dónde quedaba la intuición, el escuchar cómo respira una persona mientras es interrogada, cómo mira, cómo se mueve incómoda en la silla? ¿Esos no son también hechos?

El reencuentro de los protagonistas se superpone a la búsqueda del asesino de Eva, un asesino que puede encontrarse entre los amigos de la victimas, entre sus más allegados, entre los estudiantes que acuden a trabajar al yacimiento o incluso entre los responsables, Samuel e Inés. Y eso es lo que tendrá que desvelar este trío singular, quien tiene motivos para asesinar y colocar a la víctima como en un  ritual y que conexión existe con el crimen anterior, cual es el origen del mal que alguien debe tener dentro para acabar con la vida de otro, aunque el otro no sea como nosotros pensamos.


Cuando tocamos el mal, es fácil verlo en las demás personas, en los que calificamos como criminales, pero complicado ver qué hay dentro de cada uno de nosotros.

Esta, la primera novela que leo del autor, ha sido para mí un magnifico estreno. He encontrado una novela con una trama compleja, perfectamente  ensamblada y con un final a la altura de la historia, con unos personajes sólidos, poliédricos, con virtudes y defectos… unos personajes reales y creíbles. Una novela en la que se adivina  un grandísimo trabajo de documentación, un conocimiento profundo y exhaustivo de la vida en la prehistoria y una exposición de la misma, tan brillante, que despierta el deseo de conocer mucho más de esta época, de visitar los parajes que he descubierto en las páginas de La huella del mal.

Ha sido la primera pero, con seguridad, no será la última vez que lea a este autor, me ha fascinado la
trama de esta novela, su forma de contarla y, sobretodo, la sensibilidad para profundizar en la mente de los personajes, para analizar y exponer sus sentimientos de la manera más cruda y a la vez con una sensibilidad exquisita.

Todos tenemos pensamientos de los que avergonzarnos, pero no tantas acciones terribles de las que arrepentirnos.

martes, 21 de abril de 2020

La Colina del Almendro


Esteban, Mayte (2019)
La Colina del Almendro
Harlequin Iberica, Madrid, 512 pp.
ISBN:     9788413283104

El mundo y la vida de Mary Ellen se quiebran cuando su padre, el conde de Barton, entra en su cuarto. Ha decidido casarla con un rico comerciante sin rastro de nobleza afincado en Boston. Mary no puede creer que su padre renuncie a que su prometido sea aristócrata, pero sabe que de nada le servirá protestar. Ha sido educada para aceptar que todas las decisiones de su vida las tome el varón de la familia.
Tras una precipitada boda, se ve obligada a trasladarse a Londres desde Almond Hill. Poco después de llegar a la ciudad, Mary descubrirá los secretos que encierra su extraña boda. Y también que al corazón no se le puede atar con un contrato.
Ambientada entre el final de una época y los convulsos años que marcan el principio del siglo XX, La colina del almendro es una historia de venganzas, supervivencia, amor y guerra.

¿Quién dice que no podemos conseguir lo que nos propongamos solo por ser mujeres?
-Probablemente los mismos que tienen miedo de que lo consigáis.

Desde que leí Detrás del Cristal, no había vuelto a acercarme a ninguna historia de Mayte.
Nos conocimos hace varios años, hemos compartido encuentros, presentaciones y charlas, siempre alrededor de los libros y de conocidos comunes.
Hace un tiempo, en un momento crucial de mi vida, me regalo un pañuelo naranja con una historia prendida, un pañuelo y una historia que me emocionaron hasta las lágrimas, hay cosas que no se olvidan, ni las palabras, ni los silencios.
Hoy me ha regalado una historia que habla de coraje, de lucha, de supervivencia y aunque el escenario y el tiempo sean distintos, ese pañuelo ha vuelto a mi memoria.

La primera parte de la historia voló ante mis ojos, la segunda y la tercera lo hicieron de forma más pausada, no por resultar menos interesante o por presentar menor calidad, sino porque en ella Charles que ya era un cretino en la primera parte, en la segunda y la tercera se adueña de la trama pasando a ser EL CRETINO y sus maldades y maquinaciones me angustiaban hasta acelerarme el pulso, hasta llegar a temer su aparición, casi tanto como lo temen los personajes de la historia.

Sabía que nunca sentiría nada por su prima. Sin embargo, el amor no era lo mismo que el matrimonio, eso lo tenía claro desde hacía mucho tiempo, y la única renuncia que veía casándose con ella era tener que prescindir de su soltería.

Y es que hay personas en las que vive el mal, personas que se alimentan del sufrimiento y la pena, que tienen un don para sacar rédito de las desgracias ajenas, mayor, cuanto mayor es la catástrofe que se vive. Y ese es Charles, que aprovecha las miserias de todo el que está a su alrededor desde su primera hasta su última aparición en la trama.
Mary Ellen, Mary, la gran protagonista de esta historia, podría haber sido una sufragista de manual, una de tantas mujeres que se dejaron arrastrar por los mítines de salón y las reacias convicciones, pero es que Mary no es rebelde por convicción, sino por necesidad vital, por supervivencia.

Aunque tu creas que sí. A lo que he hecho no puedes llamarlo valor, era solo el menor de los males. No estoy luchando por cambiar el mundo, trato de no pasar hambre. Es pura supervivencia.

Claro que la hubiera gustado poder decidir sobre su matrimonio, pero no por ideología, sino porque al
conde de Barton la jugada le había salido mal, muy mal en lo que a su hija se refiere.  La única razón para recorrer la brecha entre "ser una señora" o ser una trabajadora, entre la realidad entre algodones de Almond hill y la realidad de Londres, entre la educación recibida y grabada a fuego en su mente y la necesidad de saciar el hambre y evitar el frío no es ideológico, sino vital y si se me permite, la soberbia, ese negarse a volver con el rabo entre las piernas, y la responsabilidad hacia quienes siguen viendo en ella "una señora".

-              Soy una persona hambrienta, sana, con dos manos con las que puedo ganarme un jornal. Con las que puedo contribuir a que no nos muramos. Abigail deje de preocuparse por lo que fui. Ahora es esto lo que soy.

Mary me parece un personaje redondo, lleno de contradicciones, un personaje en lucha constante consigo misma, una mujer capaz de sobreponerse una y otra vez a los reveses de la vida o a las trampas ruines de algunas personas. Pero si un personaje ha conseguido enamorarme ha sido Abigail,
esa mujer recia, curtida en la realidad de una vida que nunca le ha regalado nada, al contrario, siempre, de una u otra forma le ha ido quitando. Una mujer, empeñada, a toda costa a mantener esa distancia entre los señores y los criados, por más que el tiempo y las circunstancias se empeñen en igualarlo en una realidad cruel y despiadada. Aún en esos momentos, Abigail se erige como la sirviente fiel, como la mujer decidida a mantener la única realidad que ha conocido toda su vida.
Está novela, es sin duda una novela de mujeres, fuertes, decididas, luchadoras, invencibles... Su presencia llena las páginas de la novela. Pero hay también personajes masculinos memorables.
James es un hombre herido por la vida, imbuido por altos ideales y por una vocación de servicio que hace que ponga su vida en riesgo sin necesidad, unos ideales que le hacen intentar que otros u otras, mejor dicho, vean la realidad como él la ve.

-              Votar solo es el principio- apunto James-. Lo importante es hacerse escuchar, tener voz propia en cualquier decisión que afecte a sus vidas.
Y hasta donde yo sé, Mary, solo vivimos una vez. Deberíamos hacerlo de acuerdo con nosotros mismos.

Y John, un personaje al que me he pasado odiando buena parte de la novela, pero que poco a poco he llegado a entender. Un personaje al que en la última parte de la historia incluso he llegado a apreciar casi al mismo nivel que a Mary, Abigail y James.
Junto a estos personajes, columnas de la historia, no quiero olvidar a Madeimoselle Leduc, que se convierte en un personaje importante a pesar de no aparecer en la novela más que a través de las misivas de Mary, una mujer sin duda, adelantada a su tiempo en todos sus ámbitos y la responsable, en gran parte, de que Mary pueda, en ciertos momentos salir adelante.

Mary había aprendido a coser por la perseverancia de madeimoselle Leduc, la mejor amiga de su madre, una afamada y excéntrica modista francesa que adoraba a su ahijada. Camille era de la opinión de que una mujer tenía que tener siempre una habilidad que le permitiera salir adelante sin la ayuda de un hombre e insistió en que las dos jóvenes Davenport aprendieran su oficio.

Elisabeth, que pasó por mis sentimientos desde el desprecio, a la ira y, por último,
sorprendentemente,  a la admiración.
Las gemelas, dos personajes a los que descubrir, dos personajes que ponen en algunos momentos el punto "hilarante” de la novela", Virginia es todo un personaje.
El Conde de Barton y Charles, no consiguieron más que enfurecerme durante toda la historia, uno por pusilánime y manirroto y el otro por vil y cobarde....

El dilema entre mantener el honor de la familia o el patrimonio llevaba torturándole más de una semana, y el ofrecimiento de Charles de escucharle era tentador. Podría ayudarle a ver la situación con más perspectiva.
Hay una serie de secundarios que le dan sentido, tensión y estabilidad a toda la trama, pero os aconsejo, encarecidamente, descubrirlos por vosotros mismos.
Ha sido una delicia descubrir esta historia que lleva de la mano por todos los sentimientos posibles, el amor, el dolor, el abandono, la lucha, la supervivencia... y que lo hace en unos escenarios que determinaron la existencia del mundo tal y como lo conocemos. Unos escenarios que comienzan en la bucólica Almond Hill, para llevarnos a la cosmopolita Londres de principios del  siglo XX y más tarde a los terribles años de la gran guerra, a los terribles paisajes de sangre, muerte  y destrucción. Unos escenarios que la autora describe con acierto y realismo, no solo los paisajes propios del campo de batalla sino la desolación de una ciudad y sus habitantes a los que vendieron una ilusión de brevedad y victoria que acabó explotando como una pompa de jabón.

La guerra parecía más bien una fiesta, y no el horror en el que se acabaría convirtiendo no mucho después.

He disfrutado muchísimo de la trama, de una historia original, bien urdida y bien contada, he disfrutado muchísimo de los personajes que han acabado siendo un poco como esos amigos que no te gustaría perder de vista, he disfrutado de la ambientación, que me ha hecho viajar en estos días de confinamiento y he disfrutado de esa visión al pasado, de ese respeto con el que se trata a aquellas que lucharon para que nosotras podamos disfrutar, sino de completa igualdad, si, al menos, de muchísima más libertad y de unos derechos ganados a pulso.
Si no habéis leído La colina del Almendro, os aconsejo que lo hagáis cuanto antes, porque estoy segura de que la vais a disfrutar tanto como lo he hecho yo.

Hace unos meses me habría parecido una idea descabellada, pero ahora, obligada por las circunstancias a salir adelante, me doy cuenta de que tienen mucha razón, que no podemos quedarnos sentadas esperando a que nos solucionen todo. Que tenemos que empezar a alzar la voz y dejar de conformarnos con las decisiones que timan en nuestro nombre. Puede que sean por nuestro bien, pero yo, por ejemplo, cada vez me siento menos cómoda con haber obedecido a mi padre, haberle dejado que me casara con un extraño al que ni siquiera conozco.

jueves, 16 de abril de 2020

Cava dos fosas


García Hernán,  Félix
Cava dos fosas (2020)
Alrevés, Barcelona, 352 pp.
ISBN:     978-84-17847-45-6

Javier Gallardo, a sus cincuenta y cinco años, es uno de los comisarios de policía más respetados y brillantes del país. Sin embargo, desencantado, decide aislarse un tiempo en la Vall de Boí y replantearse su futuro en el cuerpo. Allí, mientras disfruta de este retiro, tendrá que enfrentarse a una oscura y reaccionaria forma del mal con la que se encaró recién salido de la academia y que marcó su carrera y su corazón para siempre.
Porque los inicios de Gallardo en el cuerpo, en una sociedad frágil que afrontaba sin ninguna garantía su transición hacia la democracia, no fueron fáciles. A fuerza de desengaños, pronto aprendió que el enemigo, a veces, estaba mucho más cerca de lo que podía imaginar. Treinta años después, sus adversarios, que ya creía sepultados, volverán con más inquina que nunca para saldar cuentas pendientes con un plan maquiavélico que atacará directamente a aquello que más le importa.
Con una tensión dramática digna de los mejores autores del género y una prosa directa y contundente, Félix García no da tregua al lector hasta la última palabra y lo sumerge en un viaje sin concesiones por las más oscuras trincheras del poder, para descubrir que treinta años no son suficientes para enterrar todos los demonios del pasado.

Él, al contrario que el resto, estaba convencido de que la democracia se había instalado en España para quedarse definitivamente, pero esa democracia tenía que ser tutelada.

Si hay algo que he disfrutado sobremanera en esta novela ha sido la ambientación, o mas exactamente una de las ambientaciones, porque esta historia se desarrolla en dos momentos históricos, el presente y el pasado lleno de lodos, de los que se alimentan los “barros” del presente.
De ese momento histórico pasado, aunque no tanto para que hayamos podido olvidarlo, el autor hace un magnifico retrato de la España que empezaba a despertar, de esa España que ansiaba abrirse al mundo y a los nuevos aires, pero sobretodo hace una radiografía precisa del Cuerpo de Policía.
No debió de ser fácil, por no decir que tuvo que ser un infierno, la convivencia en una institución como la policía de los "aperturistas" chocando frontalmente con la vieja guardia despótica. Ese antagonismo de las primeras promociones democráticas de la academia de Ávila que asumieron el principio de servir y proteger a todos los ciudadanos por igual frente a aquellos que consideraban que su misión en el mundo era salvar a la patria de rojos y masones a cualquier precio y utilizando cualquier medio, colocándose por encima del bien y del mal, asumiendo un rol de dios despiadado con la prerrogativa de decidir la vida y la muerte, de decidir el grado de sufrimiento del "enemigo" que era simple y llanamente el que no se plegaba a su forma de ver la vida.

El bofetón del capitán le reveló, mejor que ningún discurso, que sólo eran tres peones sin ninguna importancia en el cínico juego de poder por el que se regía el Estado.

Félix describe ese poder con absoluta maestría, dándonos pinceladas de quien es la mano que mece la cuna, porque por encima de esos que aún aguardaban la vuelta al pasado con la pistola en la sobaquera y sus aires de superioridad, están los poderes facticos, los que dirigen desde la sombra, los que cuentan con el verdadero poder para mover el mundo, con el dinero.
Y bajo ese amparo, el del dinero y el de los apellido compuestos grandilocuentes, algunos piensan que las cosas han cambiado solo para los otros sin atisbar que los aires nuevos pueden llevárselos por delante como si de un huracán se tratara.

Frente a este poder, frente a la injusticia del que se cree intocable, el autor construye tres personajes magníficos, Javier, Fernando, Carmen. Ellos tres son la esperanza de futuro y su enemigo, esos que creen estar por encima del bien y del mal, son la lucha para quedar anclados en el  pasado.

- Batman piensa que no sabe si con vosotros es donde va a estar más seguro. Lo que sí tiene claro es que es donde más se va a divertir - contestó Fernando.

Y en esa lucha, como en todas, hay vencedores y vencidos, y los vencidos prepotentes son muy peligrosos, lo que queda meridianamente demostrado en la parte de la novela que se desarrolla en el presente y que pone ante nuestros ojos como se las gasta una mente enferma, más, si tiene cierta inteligencia, una mente retorcida que ha recreado el pasado a la medida de su maldad para pergeñar una venganza cruel y altamente elaborada, una venganza a la altura de aquel de quien pretende vengarse.
La novela me ha producido desasosiego, desesperanza, ira y un odio visceral que pocos personajes habían despertado en mí, me ha mantenido en tensión en cada una de las páginas, prendida sin remedio a esa historia en la que nunca acababa de ver la luz, en esa trama en la que el autor demuestra que es un maestro de las estocadas, cuando piensas que algo ha salido bien, te demuestra, con otro golpe maestro, que incluso las buenas noticias pueden convertirse en las peores.
Y esta novela que es negra, muy negra, consigue, en algunos momentos contrarrestar su oscuridad, pues sobre la historia se elevan la esperanza, las segundas oportunidades, el amor, la lealtad y sobretodo la amistad indestructible a pesar de los años, a pesar de los altibajos, a pesar de los pesares.

Por un momento le ha parecido oler el ligero rastro de un perfume que le resulta familiar. Sabe que el olfato, al igual que la música, es el más valioso de los asistentes de la memoria.

El autor me ha conquistado, no solo por la trama que es de diez, sino también, y no menos importante, por su estilo directo, sin artilugios narrativos y por el frenético ritmo que consigue imprimir a la historia incluso en los momentos de calma.
Si aún no la habéis leído, no deberíais dejarla pasar, os aseguro que no os dejará indiferentes

- Llámame borracho, si lo deseas, pero tengo la intuición de que nada será lo mismo a partir de hoy. Ni para nosotros ni para este país. Los que nos han perseguido por media Europa y sus protectores habrán tomado buena nota de todo lo que ha pasado. No tardarán en cambiar de estrategia, desmantelar sus chiringuitos y declararse demócratas de toda la vida.