Rios San Martin, Manuel (2019)
La huella del mal
Editorial Planeta, Barcelona, 576 pp.
ISBN: 9788408206910
Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de
Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones
humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años
es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido
colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro
homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.
En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles
recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los
policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV,
y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Sin
embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental
que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución
del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus
sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida
abierta en su pasado.
El instinto de la violencia se esconde dentro de
nosotros, en lo más profundo, agazapado. En el ADN, en el alma. Cada uno puede
llamarlo como quiera, pero la realidad es que está presente, que no se puede
eliminar sin matar la esencia del ser humano. Es primitivo, atávico, esencial.
Existe desde hace millones de años. Es el misterio que nos define. Y tan solo
debemos esperar a que la rabia o el dolor lo despierten. O la envidia. O el
miedo. O la lujuria. Y entonces…
Nunca he visitado un yacimiento arqueológico y no he
tenido la suerte de conocer ninguna cueva, pero he de reconocer que con esta
novela he conseguido ambas cosas.
Manuel hace una descripción pormenorizada de estas
estructuras y de su funcionamiento y, sin dogmatismos, hace una exposición
magnifica de la forma de vida en la prehistoria.
La tensión entre los personajes es un continuo a lo
largo de toda la novela; supongo que no es fácil para un profesional dejar un
caso sin resolver, saber que, debido a nuestra falta de pericia, un asesino
está suelto. Los círculos sin cerrar nos persiguen para siempre y cada uno
enfrentamos los temas inconclusos de una manera distinta. Y esto es lo que le
pasa a la pareja protagonista Silvia se tortura consciente y continuamente en
su día a día, exigiéndose cada dia más en su carrera profesional. Daniel, por
su parte, en una huida hacia adelante abandonó el cuerpo para dedicarse a
actividades mucho más rentables.
Y, a pesar de todo lo que les separó, no tienen más remedio que volver a trabajar
juntos, intentando dejar a un lado la relación personal que les unió y les
distanció sin remedio. Esta misma relación es la que dificulta hasta el extremo
la confianza necesaria para remar en la misma dirección, y su distanciamiento,
no solo físico y temporal, sino también físico, hace que vean y traten los
hechos desde perspectivas y de forma totalmente opuesta. Estos desencuentros,
esta falta de confianza la sufre también Rodrigo, el nuevo compañero de Silvia, que se ve, en la mayoría de las
ocasiones relegado en la investigación, que se intuye a si mismo como un mero
convidado de piedra.
Él
también hablaba solo de los hechos. ¿Dónde quedaba la intuición, el escuchar
cómo respira una persona mientras es interrogada, cómo mira, cómo se mueve
incómoda en la silla? ¿Esos no son también hechos?
El reencuentro de los protagonistas se superpone a la
búsqueda del asesino de Eva, un asesino que puede encontrarse entre los amigos de la victimas, entre sus más allegados, entre los estudiantes que acuden a trabajar al yacimiento o incluso entre los responsables, Samuel e Inés. Y eso es lo que
tendrá que desvelar este trío singular, quien tiene motivos para asesinar y
colocar a la víctima como en un ritual y
que conexión existe con el crimen anterior, cual es el origen del mal que
alguien debe tener dentro para acabar con la vida de otro, aunque el otro no
sea como nosotros pensamos.
Cuando
tocamos el mal, es fácil verlo en las demás personas, en los que calificamos
como criminales, pero complicado ver qué hay dentro de cada uno de nosotros.
Esta, la primera novela que leo del autor, ha
sido para mí un magnifico estreno. He encontrado una novela con una trama
compleja, perfectamente ensamblada y con
un final a la altura de la historia, con unos personajes sólidos, poliédricos,
con virtudes y defectos… unos personajes reales y creíbles. Una novela en la
que se adivina un grandísimo trabajo de
documentación, un conocimiento profundo y exhaustivo de la vida en la prehistoria
y una exposición de la misma, tan brillante, que despierta el deseo de conocer
mucho más de esta época, de visitar los parajes que he descubierto en las
páginas de La huella del mal.
Ha sido la primera pero, con seguridad, no será
la última vez que lea a este autor, me ha fascinado la
trama de esta novela, su
forma de contarla y, sobretodo, la sensibilidad para profundizar en la mente de
los personajes, para analizar y exponer sus sentimientos de la manera más cruda
y a la vez con una sensibilidad exquisita.
Todos
tenemos pensamientos de los que avergonzarnos, pero no tantas acciones terribles
de las que arrepentirnos.
Se nota que lo has disfrutado. Otra novela que va a mi lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!