jueves, 23 de abril de 2020

La huella del mal


Rios San Martin, Manuel (2019)
La huella del mal
Editorial Planeta, Barcelona, 576 pp.
ISBN: 9788408206910

Durante una visita escolar a la excavación arqueológica de Atapuerca, un chico de catorce años descubre que una de las reproducciones humanas que imitan los enterramientos de los homínidos de hace miles de años es, en realidad, el cuerpo de una chica muerta. La joven parece haber sido colocada con una simbología ritual, y todas las pistas apuntan a un macabro homicidio similar al ocurrido seis años atrás en otro yacimiento en Asturias.
En el pueblo se desata la inquietud. Demasiados detalles recuerdan el caso anterior, por lo que el juez piensa en reunir de nuevo a los policías que se hicieron cargo entonces: Silvia Guzmán, inspectora de la UDEV, y Daniel Velarde, un expolicía dedicado ahora a la seguridad privada. Sin embargo, nadie sabe que en el pasado ambos vivieron una relación sentimental que acabó de manera abrupta y que tuvo mucho que ver en la truncada resolución del caso. Ahora, Silvia y Daniel tendrán que aprender a colaborar y aclarar sus sentimientos para descubrir al asesino del yacimiento y cerrar aquella herida abierta en su pasado.

El instinto de la violencia se esconde dentro de nosotros, en lo más profundo, agazapado. En el ADN, en el alma. Cada uno puede llamarlo como quiera, pero la realidad es que está presente, que no se puede eliminar sin matar la esencia del ser humano. Es primitivo, atávico, esencial. Existe desde hace millones de años. Es el misterio que nos define. Y tan solo debemos esperar a que la rabia o el dolor lo despierten. O la envidia. O el miedo. O la lujuria. Y entonces…

Nunca he visitado un yacimiento arqueológico y no he tenido la suerte de conocer ninguna cueva, pero he de reconocer que con esta novela he conseguido ambas cosas.
Manuel hace una descripción pormenorizada de estas estructuras y de su funcionamiento y, sin dogmatismos, hace una exposición magnifica de la forma de vida en la prehistoria.

La tensión entre los personajes es un continuo a lo largo de toda la novela; supongo que no es fácil para un profesional dejar un caso sin resolver, saber que, debido a nuestra falta de pericia, un asesino está suelto. Los círculos sin cerrar nos persiguen para siempre y cada uno enfrentamos los temas inconclusos de una manera distinta. Y esto es lo que le pasa a la pareja protagonista Silvia se tortura consciente y continuamente en su día a día, exigiéndose cada dia más en su carrera profesional. Daniel, por su parte, en una huida hacia adelante abandonó el cuerpo para dedicarse a actividades mucho más rentables.
Y, a pesar de todo lo que les separó,  no tienen más remedio que volver a trabajar juntos, intentando dejar a un lado la relación personal que les unió y les distanció sin remedio. Esta misma relación es la que dificulta hasta el extremo la confianza necesaria para remar en la misma dirección, y su distanciamiento, no solo físico y temporal, sino también físico, hace que vean y traten los hechos desde perspectivas y de forma totalmente opuesta. Estos desencuentros, esta falta de confianza la sufre también Rodrigo, el nuevo compañero de  Silvia, que se ve, en la mayoría de las ocasiones relegado en la investigación, que se intuye a si mismo como un mero convidado de piedra.

Él también hablaba solo de los hechos. ¿Dónde quedaba la intuición, el escuchar cómo respira una persona mientras es interrogada, cómo mira, cómo se mueve incómoda en la silla? ¿Esos no son también hechos?

El reencuentro de los protagonistas se superpone a la búsqueda del asesino de Eva, un asesino que puede encontrarse entre los amigos de la victimas, entre sus más allegados, entre los estudiantes que acuden a trabajar al yacimiento o incluso entre los responsables, Samuel e Inés. Y eso es lo que tendrá que desvelar este trío singular, quien tiene motivos para asesinar y colocar a la víctima como en un  ritual y que conexión existe con el crimen anterior, cual es el origen del mal que alguien debe tener dentro para acabar con la vida de otro, aunque el otro no sea como nosotros pensamos.


Cuando tocamos el mal, es fácil verlo en las demás personas, en los que calificamos como criminales, pero complicado ver qué hay dentro de cada uno de nosotros.

Esta, la primera novela que leo del autor, ha sido para mí un magnifico estreno. He encontrado una novela con una trama compleja, perfectamente  ensamblada y con un final a la altura de la historia, con unos personajes sólidos, poliédricos, con virtudes y defectos… unos personajes reales y creíbles. Una novela en la que se adivina  un grandísimo trabajo de documentación, un conocimiento profundo y exhaustivo de la vida en la prehistoria y una exposición de la misma, tan brillante, que despierta el deseo de conocer mucho más de esta época, de visitar los parajes que he descubierto en las páginas de La huella del mal.

Ha sido la primera pero, con seguridad, no será la última vez que lea a este autor, me ha fascinado la
trama de esta novela, su forma de contarla y, sobretodo, la sensibilidad para profundizar en la mente de los personajes, para analizar y exponer sus sentimientos de la manera más cruda y a la vez con una sensibilidad exquisita.

Todos tenemos pensamientos de los que avergonzarnos, pero no tantas acciones terribles de las que arrepentirnos.

1 comentario:

  1. Se nota que lo has disfrutado. Otra novela que va a mi lista de pendientes.
    Besotes!!!

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