Plana, Ines (2019)
Antes mueren los que no aman
Editorial Espasa, Barcelona, 512 pp.
ISBN: 978-8467056402
En las Navidades de 2009, con un país aplastado por la
crisis, una funcionaria de la Seguridad Social muere al ser empujada
violentamente contra una cristalera. Quien lo hace es una joven que huye del
lugar sin dejar rastro. Este es el caso que investiga Julián Tresser, teniente
de la Policía Judicial de la Guardia Civil, cuando surge la primera pista
fiable sobre el paradero de Luba, una chiquilla de doce años que desapareció
misteriosamente dos años atrás.
Desde entonces, Tresser ha buscado desesperadamente a esa
niña que no es su hija pero que debería serlo. No imagina que la pequeña ha
escapado del sórdido mundo de la prostitución en la que la habían confinado. El
azar la lleva a esconderse en una casa en un pueblo perdido donde dos mujeres
parecen ocultar un secreto inconfesable que podría arruinarles la vida. Luba
debería pedirles ayuda, puesto llega herida hasta allí, pero los abusos que ha
sufrido le impiden confiar en nadie. Esas circunstancias, caprichosas y
crueles, no se lo van a poner fácil al teniente, pues, a la vez que busca a la
niña, deberá elegir entre la responsabilidad que conlleva su oficio y la fuerza
de los vínculos de sangre.
Tras el éxito de Morir no es lo que más duele, Inés Plana
sumerge al lector en una trama vertiginosa por la que transitan personajes
atormentados y complejos y en donde el teniente Tresser se someterá a un dilema
moral que pondrá a prueba sus convicciones.
Convivimos
con más monstruos de los que imaginamos.
En mi reseña anterior os hablaba sobre Morir no es lo
que más duele, hoy me centro en esta segunda novela de Inés Plana que podría
considerarse una segunda parte de aquella. No hay duda de que son novelas que
pueden leerse de forma independiente, pero para captar toda su esencia os
aconsejo acercaros a la primera.
Y esto lo digo porque en esta historia Inés lleva a
los personajes un paso más allá. Los personajes de la primera novela
evolucionan ante nuestros ojos, algunos de ellos a pasos agigantados, otros, que
en aquella fueron secundarios, de lujo, eso sí, cobran en esta un protagonismo
innegable.
Julián comienza a mostrarnos esa parte vulnerable que
le hace humano, aunque siga conteniéndose consciente o inconscientemente dentro
de esa coraza de profesionalidad que sigue primando en su día a día y que a
veces le pesa como un lastre.
Estaba
emocionado y no recordaba haberlo estado nunca, al menos de ese modo, tan
acostumbrado siempre a mantener el control de la situación y a no soltar el
amarre de sus sentimientos, como un barco eternamente atracado en el puerto.
Coira, al contrario que su superior, se ve obligado a
controlar sus sentimientos familiares, atar sus afectos en pro de su faceta
profesional, sin poder evitar que ambos ámbitos se enreden sin remedio.
Adelaida reaparece con una fuerza distinta a la que
le llevó su intervención en la primera novela, si en esta vimos la parte
profesional de esta psiquiatra comprometida, en esta vemos sus propias zozobras
y como estas afectan a una vida personal y familiar que, en muchas, la mayoría de
las ocasiones se niega siquiera a permitir existir.
Me
obligarás a esperar tu llamada y detesto el control sobre mí. Además, si un día
no puedes hacerlo, me preocuparé por si te ha pasado algo. Vives rodeado de
malos.
Y si a los protagonistas les lleva un paso más allá
no hace menos con los lectores. Inés ha compuesto una novela que se nutre de
muchas historias, una novela en la que las tramas evolucionan y se encuentran
para construir una imagen difícil de ver en las primeras paginas.
La autora vuelve a adentrarse de manera magistral en
la psicología rota de los personajes, porque todos ellos son personajes,
hombres, mujeres y niños tan destrozados que parece imposible que los pedazos
en que ha quedado convertida su vida vuelven a encajar para darle una segunda
oportunidad de vivir.
Nos obliga a mirar de nuevo de frente al mal más
absoluto, ante el de quienes lo sufren, al de quienes
lo infligen, ante el mal
institucional, al terrorismo… pero también a ese instinto de supervivencia que
todos guardamos en nuestro interior.
Los
débiles se vuelven fuertes cuando el fuerte se vuelve débil. Entonces
aprovechan y se comen sus despojos.
Vuelve a sumergirnos en las relaciones familiares, en
las relaciones personales, en las mentiras que somos capaz de inventar y de
creernos para escapar de una realidad que se nos vuelve insoportable, de los
secretos que somos capaces de guardar aun a costa de nuestra tranquilidad, de
nuestra propia salud mental.
Inés hace una crítica social intensa a lo largo de
toda la novela, a la crisis económica y a quienes la provocan dejando
indefensos a quienes la sufren de manera indirecta en sus carnes, a la
corrupción continua que impera en las cloacas del estado, a la cosificación de
las mujeres y las niñas que hace millonarios a los que viven de su infierno, al
maltrato a las mujeres, al acoso…
Ha sido, una lectura intensa, asfixiante, agotadora…
pero también esperanzadora… una historia que nos muestra que aún hay vida
después de experiencias que matan la mente aunque no consigan matar el cuerpo.
Cerramos
círculos de cariño y solidaridad constantemente.
La autora vuelve a llevarnos de la mano por Uvés,
pero también por Galicia y esa costa que es capaz
de dar la vida y también la
muerte, y nos lleva por esos paisajes nevados e inhóspitos de los paisajes
castellanos de la mano de personajes ya conocidos y otros que nos invita a
conocer. Personajes con un importantísimo punto en común, todos actúan, todos
mienten por obligación o por afición, pero todos, ninguno se libra, tienen algo
que esconder, algo que estará velado a lo largo de la historia y que nos será
desvelado, poco a poco a lo largo de la trama.
Como la anterior esta me ha resultado una magnífica
novela, mucho mas compleja en la trama que la anterior, pero como aquella,
igual de bien resuelta. Si queréis una novela que os haga pasar un buen rato y
que, a la vez, os haga reflexionar, si disfrutáis de una buena trama, bien
hilada y bien narrada, no puedo más que recomendaros leer a Inés Plana, os
aseguro que no os dejará indiferentes. Por mi parte, espero y deseo, volver a
reencontrarme con Tresser y lo que desee contarme.
Le
molestaba exponer tanto su vulnerabilidad cuando él se había construido a sí
mismo como un ser rocoso, esculpido en piedra, invulnerable, sin pensar que el
agua, con su insistencia, era capaz de horadar las rocas más resistentes.