viernes, 27 de septiembre de 2019

Una jaula de oro


Läckberg, Camilla (2019)
Una jaula de oro
Maeva Noir, Madrid, 360 pp
ISBN:     978-84-17708-18-4

Una nueva y sorprendente Camilla Läckberg.
Una novela de suspense psicológico, sexy y con una protagonista fascinante y ambigua.
Faye, con un oscuro pasado, ha conseguido todo lo que siempre había soñado, un marido atractivo, una hija a la que quiere y, sobre todo, estatus social y una vida llena de lujo. Pero cuando, de un día para otro, esta vida perfecta se va al traste, surge una nueva mujer intrépida y vengadora. Con Faye ha nacido una nueva heroína sorprendente y polifacética, y con algunos secretos muy oscuros.

—¿Qué quieres decir? —Que parece como si llevaras dentro una pena. Y me parece bonito. La gente que siempre está contenta me aburre. No estamos hechos para ser felices sin solución de continuidad, de ser así, se pararía el mundo.

Leer a Camila Lackberg en "Una jaula de oro" ha sido como charlar con una vieja amiga a la que hace tiempo que no ves. Cambia el registro y el tema para ponerte al día de lo que ha vivido en el tiempo que lleváis sin veros pero sigues reconociéndola en esa nueva voz, sigues captando su esencia.

Contemplé a la gente que bailaba, cerré los ojos y pensé en cómo eran las cosas en Fjällbacka. En la curiosidad de la gente, en las miradas, que me seguían allí donde fuese, en aquella mezcla de fascinación y compasión, una mezcla pegajosa, agobiante, asfixiante. Aquí nadie lo sabía. Nadie lo veía. Aquí estaba mi sitio. En Estocolmo.

Camila abandona, en esta ocasión su serie de los crímenes de Fallbacka para presentarnos un thriller psicológico muy alejado de los crímenes abyectos que nos presentan Erica Falck y Patrik Hedström, pero en el que sigue utilizando esos recursos tan suyos para mantenernos, como en aquellos, pegados a sus páginas.

Y hasta aquí los paralelismos, es la misma autora y la protagonista es una mujer. Una mujer, a la que debo reconocer que he odiado durante gran parte de esta novela, hay situaciones que, por quedar tan lejos de mi experiencia vital, me resultan imposibles de entender.
La autora hace un perfecto perfil psicológico de la Faye, es un personaje  de manual, una mujer cuyas actitudes y sobre todo pensamientos y sentimientos te van indignando más y más a medida que vas descubriendo su autoflagelación, la destrucción de su autoestima, que no es más que el reflejo de lo que a veces por acción y muchísimas por omisión, su “vida de ensueño”  hace de ella.

Estocolmo era una selva cuyas reinas eran ella y otra media docena de esposas de millonarios. Faye sabía que la gente analizaba cada palabra, cada sílaba que pronunciaba, que revoloteaban a su alrededor y le hacían la pelota solo porque era la mujer de Jack. Sabía que Lisa no dudaría un segundo en dejar a su marido por Jack. O por otro como él. Las mujeres se sentían atraídas por el poder y el dinero. Incluso las que se las daban de feministas como Lisa

Frente a Faye y siempre a su lado Cris, esa amiga que todas tenemos, esa mujer que es la cara opuesta de la protagonista, que sabe más de lo que le cuentan, esa amiga que dice verdades como puños a esa mujer que se niega a ver, que intenta salvarla aunque solo reciba su desprecio, y que es tan generosa, que después de todos los desplantes, cuando su amiga, por fin se da de bruces con la realidad recoge los pedazos en los que queda rota y la empuja, la obliga y la ayuda a reconstruirse.

—¿Sabes cuál es tu problema, Chris? Que te crees mejor que yo. Te has creído que todos quieren vivir esa vida absurda que llevas tú, pero a mí no me parece tan divertido pasarme las noches follando con un entrenador personal de veinticuatro años o acabar tan borracha que no recuerde
nada al día siguiente. Es vulgar y vergonzoso. En lugar de darme lecciones, deberías crecer. Yo quiero a mi marido, quiero a mi hija, ¡tengo una familia! Y quiero estar con ellos. Y creo que lo que te pasa en realidad es que sientes envidia de mí y de la vida que llevo. Creo que es eso lo que te pasa. ¡Y comprendo que ningún hombre quiera vivir contigo! Y... Chris había colgado. Faye se quedó mirando su propia imagen en el espejo. Ya no sabía quién era la mujer que la miraba desde el otro lado.

Pero no nos engañemos, no es Faye quien pone pie en pared, es más que no tiene otro remedio que reinventarse cuando se encuentra en la calle con una mano delante y otra detrás.
Faye no es ninguna tonta, aunque  en esa burbuja de lujo y glamour llegará a parecerlo, es una mujer inteligente, marcada por un pasado que intuimos pero no descubrimos hasta las últimas páginas de la novela.
Una mujer que tiene la suerte de encontrarse en su peor momento con otra mujer (si, esta novela es una novela de mujeres fuertes y sobretodo de mujeres supervivientes) que junto a Cris le dan la estabilidad que necesita para salir definitivamente y por la puerta grande de un pasado infame.

¿Cuántas veces las engañarían? ¿Cuántas verían sus sueños frustrados? Delante de ellas se extendía un largo collar de maldades que los hombres les harían sufrir. La experiencia de sentirse apartado, de que te juzguen por el aspecto físico, la ambición de encajar, de agradar: eso era lo que unía a las mujeres de todas las edades, de todos los países y de todos los tiempos. Y entonces lo vio. Había un ejército entero allí fuera.

Pero no creáis que está es una novela intimista, ni contemporánea.... No es una novela de amor, ni siquiera de desamor, no es una novela de sumisión, ni de dominación y sin embargo es todo eso y mucho más.
Y para rematar la faena, es una historia plagada de secretos, de sexo y de algún que otro crimen sin resolver.
Leer esta nueva historia ha sido, como siempre, una grandísima experiencia, Camila es una autora en la que lo menos importante es lo que cuenta, lo que más, como lo hace, como consigue mantenerte en la historia sin posibilidad de que te despistes ni una sola línea.

En momentos de cinismo, Faye podía preguntarse dónde estaba el mensaje feminista de las imágenes de un culo bien entrenado mirando a la cámara en biquini o en la publicidad de tés de adelgazamiento. Pero Chris apuntaba tajante que a veces había que aceptar el feminismo que se ofrecía, y que el camino nunca era totalmente recto. Por lo demás, la red era un hormiguero de influencers masculinos que hacían fotos de su torso desnudo y publicitaban proteínas en polvo

jueves, 19 de septiembre de 2019

La esperada lluvia


Imedio, Myriam (Publicación 19 de Septiembre de 2019)
La esperada lluvia
Roca Editorial, Barcelona, 336PP
ISBN: 9788417541002

Un secreto milenario, una cuenta atrás y un cielo a punto de estallar. Nadie escapará de la tormenta ni de la verdad. No se puede huir del destino.
Afganistán, siglo VI d. C.
Un monje anciano recibe en su cueva a Xincheng, una joven bella y fuerte que ha llegado hasta él a través de la Ruta de la Seda. Es la primera KIU de veintiocho hombres y mujeres que seguirán lo que ella está a punto de iniciar.
En la actualidad:
Lluvia se despierta sobresaltada, su madre la obliga a levantarse, desayunar e ir a la casa de la playa. Las indicaciones son concisas: entrará y cerrará con llave, se dirigirá a la biblioteca, buscará un ejemplar de El retrato de Dorian Grey y tirará de él, se abrirá la puerta de una estancia secreta a la que entrará con un código. Una vez dentro, localizará la caja número dieciocho y posará la palma de su mano sobre ella, lo que hay en el interior es suyo.
Atónita y a regañadientes, Lluvia va hasta la playa y todo sucede como le había narrado su madre; en el interior de la casilla encuentra un manuscrito: La esperada Lluvia, que inmediatamente empieza a leer. ¿Estará preparada para descubrir la verdad? La partida debe continuar.

Cariño, cuando no se saben las reglas del juego es difícil ganar, pero no imposible, por eso existen las trampas, los libros y la intuición

La esperada lluvia es una novela llena de historia, de intrigas y aventuras y de amor... Amor carnal, amor fraternal, y amor y respeto por la familia y algo vital, algo de lo que andamos faltos en los tiempos que corren, de solidaridad femenina, de eso que somos capaces de conseguir cuando caminamos de la mano, cuando nos apoyamos las unas en las otras en lugar de ponernos la zancadilla.

No olvidamos, lluvia, con suerte dejamos de atormentarnos y seguimos el camino. Con suerte y valor

Una novela de mujeres valientes, de mujeres fuertes llenas de debilidades, de mujeres valientes muertas de miedo.
Mujeres que miran la vida de frente y que siguen remando bajo la tormenta que hace zozobrar su barca, que siguen adelante sin soltar los remos.
Mujeres obligadas a crecer antes de tiempo, abocadas a asumir responsabilidades que les quedan muy grandes, pero que no queda más remedio  que asumir.

Aceptar el dolor es el primer paso para aceptar la vida. Vivir es aprender a conducir bajo la lluvia, no solo sacarte el carné. Y más nos vale hacernos amigos de la lluvia

Miryam  cose pasado y presente con hilos de seda, nos lleva de expedición por lugares lejanos y nos pone frente a nuestra actualidad más cercana, nos sumerge en  grandes leyendas y en pequeñas certezas y lo hace de una forma tan concreta, tan armada que no sabes en qué lugar te estás moviendo en cada paso de la lectura.
En el pasado nos da una lección de historia, abriéndonos los ojos a un país al que llevamos años mirando de soslayo, un país y una cultura a la que sólo prestamos atención cuando cuatro terroristas majaderos acaban con ella a martillazos o con cargas explosivas.
He disfrutado descubriendo los secretos que esconden las piedras y la vida de los ermitaños a los que sirvieron de hogar. Y he disfrutado, muchísimo, esa trama oscura, esa trama en este presente que nos habla de poder y de quienes lo ostentan, en la mayoría de los casos escondidos entre las sombras, muchas veces frente a nuestros ojos, en organizaciones totalmente lícitas.
Un poder que no es económico ni político, ese poder que es infinitamente mayor, los secretos porque como bien dice el refrán, “la información es poder”.

Las personas con dinero, influencias y poder, son las que mueven el mundo

En este presente, que es producto irremediable del pasado se mueven, piensan, odian y aman, sufren
y ríen  Lluvia y su abuela, Victoria, Doña Pilar, Sara, Andrea, Carla… mujeres maravillosas, grandísimos personaje, grandísimas mujeres que son y una maravillosa niña que llegará a ser  y que se convierte en coprotagonista de esta historia, Olivia, un personaje que me conquistó desde el primer momento.

Cuando crezcas entenderás  que hay personas que te hacen volar sin moverte del sitio, que te hacen bailar sin música; personas que consiguen que nieve, a cualquier hora, de cualquier mes, y no sientes frio. Esas personas son magia. Cuando las encuentres, no las dejes marchar. Que formen parte de ti, cariño, que envuelvan tus días y tus noches, tus locuras y tus avatares. Las reconocerás porque tienen el encanto propio de los seres que se siguen sorprendiendo por todo. Las reconocerás porque son luz. Y Olivia era pura luz.

Sobre ellas, la sombra de las ausentes, una madre, una vecina, una tía, una amiga incondicional… y frente a ellas o contra ellas, una selección de personajes masculinos que con sus actos y actitudes, salvo raras excepciones, no salen demasiado bien parados.
Con un lenguaje sencillo y cuidado, lleno de metáforas y salpicado de párrafos reflexivos y con una trama que no da tregua, en la que hasta en los momentos de aparente calma  no dejan de sucederse acciones, las páginas se deslizan sin apenas darnos cuenta.

“Un recuerdo inventado es mejor que no tener ningún recuerdo”. Con el tiempo, lo entendí. No somos nada sin recuerdos. Una hoja en blanco, vacía e inerte. Y los folios en blanco, a veces, dan miedo.

Hay mucha documentación tras estas páginas, estoy segura, pero hay sobretodo imaginación y trabajo, mucho trabajo, todo el que hace falta para que en esta confusión de realidad y ficción, de intrigas y misterios y personas corrientes, todo encaje y acabe funcionando como el mecanismo de un reloj, para que todo lo que leemos, hasta lo más increíble, resulte creíble en esta historia.

Aceptar el dolor es el primer paso para aceptar la vida. Vivir es aprender a conducir bajo la lluvia, no solo sacarte el carné. Y más nos vale hacernos amigos de la lluvia.
-¿Por qué?
-Porque la tormenta aparece cuando menos te lo esperas

miércoles, 4 de septiembre de 2019

La sinagoga del agua


De Aguilar González, Pablo (5 de Septiembre 2019)
La sinagoga del agua
Roca Editorial, Barcelona, 320 pp.
ISBN: 9788417305994

1391, durante el pogromo, los cristianos atacan la sinagoga donde un judío esconde a su hijo David, recién nacido, junto a su hermano.
Época actual, en Úbeda donde unas excavaciones encuentran restos de aquella sinagoga destruida.

El día en que David es arrancado de los brazos de su hermano, nadie es consciente de a cuántas personas y durante cuántos siglos tendría repercusión tal acto.
Francisco, un albañil de Los Cerros, acaba de perder a su hijo recién nacido. Antes de poder tomarlo de los brazos de su madre para enterrarlo, un grupo de cristianos exaltados por las arengas de algunos predicadores mendicantes que culpan a los judíos de haber emponzoñado los pozos llaman a su puerta armados con aperos de labranza para animarlo a seguirlos. Es el pogromo de 1391. Francisco, en mitad de la masacre dentro de la Sinagoga, encuentra escondido a Abraham con su hermano bebé en brazos. En ese momento, cree ver el remedio a toda su pena, a toda su frustración y a los reproches de su mujer. A pesar de la oposición del hermano mayor, que había prometido cuidar de él, Francisco se lo lleva para sustituir al hijo muerto. Desde ese momento, la vida de Abraham se centra en cumplir la promesa que le hizo a su madre antes de morir y regresar a David al sitio que le pertenece para cuidar de él y devolverlo a su verdadera fe.
Pasado el tiempo David tendrá un hijo que llegará a calificador de la inquisición; pero al descubrir que su sangre cristiana no es tan pura como siempre le habían dicho, se labrará fama de implacable a pesar de todo lo que tiene que ocultar.
Seis siglos después, unas obras descubren lo que parece que pudo ser una sinagoga junto a la casa del inquisidor. Dante y Mara van a los Cerros a trabajar en las excavaciones. Poco a poco irán descubriendo por qué aquella sinagoga no fue destruida y cómo aquellas viejas piedras les cambia la vida igual que a sus antiguos habitantes.

“Uno nunca sabe donde esperan las cosas importantes”

Si tuviera que elegir un género sería sin duda la novela negra, lo sabéis quienes me conocéis. Pero mi otro gran amor es la novela histórica y cuando se desarrolla en enclaves reales, en lugares que no sólo puedo imaginar me siento atraída hacia la narración como las moscas a la miel.

Si a esto añadimos mi curiosidad por la cultura judía, quizá porque desde niña he paseado por calles llenas de simbolismo y presencia sefardí, a veces sin ser consciente de ello, quizá porque aun se siguen descubriendo  y, por fin poniendo en valor en aquellas calles de mi infancia vestigios de aquellas gentes, tal vez porque  hace años descubrí al abrigo de las murallas el jardín de Moshé de León, donde se rinde homenaje al universal autor del Sefer ha-Zohar, el hecho es que disfruto enormemente con cualquier historia que me acerque a ellos y si, como en esta ocasión es una historia tan bien encajada, tan bien fundada, con tanto trabajo previo, aún más.

La sinagoga del agua es una novela histórica, si, pero no es solo eso, no es solo la recuperación de esta joya arquitectónica cubierta de capas de olvido y cemento lo que se nos desvela página tras página. Pablo va más allá. Como en La Sinagoga, el autor va derribando poco a poco los muros de los personajes  hasta permitirnos ver su interior,  conocer los motivos de sus actos, los pensamientos y los sentimientos que los mueven y que los llevan y los mantienen o los hacen huir de Los Cerros, antes, ahora y siempre.

Es una historia de personas corrientes en dos épocas, con dos realidades vividas en un mismo lugar.
La historia que pudo haber sido la vida en Úbeda entre 1391 y 1492, la que nos desgrana un narrador que lo sabe todo y que nos va dosificando acertadamente la información sobre Francisco, Abraham, Alina, Elena, José de los Cerros, Tomás, Benicia… ese narrador que nos hace odiarlos y sin embargo entenderlos, el que nos muestra la “humanidad” en toda su extensión, con las virtudes y los defectos que pueblan cualquier vida, más aun si la época en la que te toca vivir te depara el lado de los ganadores o de los perdedores, ese lado de la realidad que no pueden decidir ninguno de nuestros protagonistas.

No sabe lo que dicen, algunas cabezas niegan, apenas nadie sonríe. Es fácil calentar los ánimos. No lo es tanto soportar las consecuencias una vez enfriados. Él lo sabe bien.

Y la historia de los que pasean sus calles entre 2007 y 2009 a los que están unidos a esta por sus propias raíces o por su propia conciencia, Ermelindo, Adnan, Elena… a los que solo se mueven por el interés, Ladislao, Mara… y a los que llegan por casualidad o por causalidad y acaban sintiendo también esa tierra como propia entre los que destaca Dante de Alcaraz, ese que nos cuenta su historia de primera mano, el que nos narra sus cuitas en primera persona, el que nos descubre su realidad y la de los que le rodean, ese personaje cercano, con fortalezas y debilidades, un personaje que despertó mi ternura desde el momento en que apareció por primera vez, tanta como desagrado despertó Ladislao, tanta como desconfianza me produjo Mara, como tristeza me produjo Elena a pesar de su risa permanente y su aparente frivolidad… porque a menudo, las cosas no son lo que parecen.

La vida para ella era eso: aprovechar cada instante al máximo. En un momento dado, se giró hacia mí, sus caderas a un lado y a otro, sus ojos fijos en los míos, su sonrisa. Esa sonrisa llena de franqueza y malicia al mismo tiempo.

La sinagoga del agua es una novela histórica, si, pero ante todo es una novela que habla de las
personas, de los errores cometidos y de los repetidos, de esos que parece que llevamos anclados a nuestro ADN como el color de nuestros ojos. Es una novela de sentimientos, de los más sublimes y de los más despiadados, es una historia que disecciona las pasiones, el amor y el odio, el sentido de perdida y la culpa, los celos y el odio exacerbado e irracional que nos hizo cometer actos atroces en muchas épocas de nuestra historia, pero especialmente durante aquel oscuro siglo XV.

El odio de nuevo acumulado, la miseria, el hambre, la sequia y todas las maldiciones apuntando otra vez a los deicidas, a los usureros, a ese pueblo orgulloso y altivo que los predicadores señalan como culpable de todos sus males.

Se descubrió a sí mismo, dentro de sus propios pensamientos, mezquino y ruin, acusándola de los más graves pecados con tal de librarse el.

Una historia de promesas cumplidas y de promesas casi imposibles de cumplir. La historia de un lugar descubierto por casualidad y rescatado del olvido, un lugar sobre el que y sobre la vida entre sus muros podrían escribirse cientos de historias y el autor ha escrito la mejor posible.

Y mientras leía no he tenido más remedio que asomarme a esa sinagoga aunque solo haya sido a través de una pantalla, de haber estado cerca os aseguro que habría corrido a pasear por sus estancias. Y he revivido esa historia que ha salido de la mente del autor, pero que bien podría haber sucedido tal como en la cuenta, porque es una historia compacta, preciosa y triste y sobretodo verosímil, porque las cosas podrían haber sido así o podrían haber sido de la forma que cada uno de vosotros queráis imaginar.

Descubrir a este autor y su historia ha sido una grata experiencia, una experiencia que espero repetir pronto y que os aconsejo viváis, porque este descubrimiento merecerá la pena, os lo aseguro.

-El primer día de clase, un profesor nos dijo que la historia no son solo fechas y hechos señalados, ni los grandes actos de los grandes hombres. La historia es la vida de las personas normales, de los que, como nosotros, apechugaban con los actos de los notables.