Sainz de la Maza, Aro (2019)
Dócil
Ed. Destino, Barcelona, 496 pp.
ISBN: 9788423356782
El lunes al amanecer un joven se presenta en comisaría. Va
empapado de sangre de pies a cabeza. «Todos están muertos», balbucea, y acto
seguido se desmaya. El análisis de sus ropas constata que la sangre pertenece,
como mínimo, a tres personas. ¿Se encuentran ante una víctima más, un
superviviente? Pero, entonces, ¿por qué guarda silencio cuando recupera el
conocimiento? Cabe otra posibilidad: que se trate de un asesino múltiple. Sin
embargo, todo su entorno lo define como un chico dócil, incapaz de matar a una
mosca. ¿Qué es en realidad Lucas Torres?
Milo Malart, policía judicial de los Mossos, vuelve a su
puesto después de unas vacaciones forzadas. El caso con el que se enfrenta será
uno de los más sanguinarios y complicados de su carrera y el principal sospechoso
es un joven que esconde muchos secretos.
Una historia donde se mezclará la investigación, una ciudad
convulsa, los problemas familiares y sus demonios interiores.
Detesto a los
investigadores que se basan en la intuición, que tratan de ponerse en la piel
del asesino y todas esas bobadas. Sois la peste, lo contrario al rigor y el
peso de las pruebas.
[...]
—Pero a vosotros
se os escapa el contexto emocional, y es clave para comprender. La ciencia no
llega a todas partes. Hay algo que ni todos los laboratorios del mundo juntos
podrán jamás esclarecer: el comportamiento humano. —Está claro, nos basamos en
mundos opuestos. Tú buscas el porqué; yo, el cómo, el qué y el quién. —¿Y qué
hacemos con el dónde y el cuándo? ¿Nos repartimos su custodia? —También son
cosa mía, pero no quería parecer acaparado.
Hoy os traigo la reseña de uno de los libros que he leído
durante el confinamiento, un libro que llevaba tiempo esperando su turno entre los
ejemplares digitales y que se adelanto a la primera posición cuando comenzaron los
días de encierro obligado y necesitaba algo que me hiciera abstraerme de esta
funesta realidad que nos está tocando vivir.
En Dócil la
trama no desmerece, es original, vertiginosa y absorbente, pero si por algo me
ha conquistado ha sido por los personajes, potentes, enormes todos ellos, desde los protagonistas a los secundarios y los cuasi secundarios, y permitid que me pare en uno de estos últimos, uno que a pesar de estar presente durante todas las páginas de la novela, de sobrevolar continuamente la trama, sólo tiene una escena, Hugo, ese hermano que hace que Milo sienta pena, culpa, vergüenza, miedo y también e irremediablemente amor
fraternal, un personaje al que no se si la enfermedad vuelve un capullo, o es simplemente un capullo que está enfermo.
Pero volvamos al principio. Reconozco que no conocía
al autor, no había oído hablar de Milo Malart y que me vi arrastrada a leer
esta novela animada por los muchísimos comentarios positivos que iba leyendo
sobre ella, comentarios, no sinopsis, ni reseñas, una manía que tengo, la de no
leer ni las unas ni las otras de las novelas que me interesan. No me gusta
determinarme con opiniones ajenas, prefiero acertar o darme el piñazo bajo mi
única responsabilidad. En este caso el acierto ha sido pleno, ya os lo digo. Lo
dicho, que este ha sido mi primer acercamiento a Milo Malart al que creo que ya
he encontrado "evolucionado".
Escucha, Malart
—dijo—. Por lo que he observado, tú ya no eres aquel zumbado que era incapaz de
controlar sus emociones. Tal vez te falta pulir el tema de los nervios, pero
eso nos ocurre a todos de vez en cuando. Salvo pequeños detalles, tu actitud es
más tranquila, más reposada.
Puedo suponer como era en las anteriores entregas
porque el autor, a través de él y de otros personajes va dando pinceladas del
antes, pero reconozco que tal vez la lectura habría sido más plena de haber
leído estas, asique un consejo, y no soy de dar muchos pero en este caso me
atrevo, si podéis leed en orden, esta novela es tremenda pero seguro que ganará
ir conociendo al protagonista desde el principio. Y es que os aseguro que este
es un personaje que merece ser conocido a fondo, un personaje con un método
propio que le vale múltiples críticas por parte de sus compañeros, pero que
acaba resultando eficaz y una intuición que le lleva a enfrentarse a la evidencia,
a la de los demás, claro, hasta las últimas consecuencias.
Se le erizó la
piel, se le aceleraron el pulso y la respiración, y empezó a notar el sudor
resbalando por la espalda, señales atávicas que lo conminaban a retroceder, a
huir de allí. No les hizo caso.
Y es que en esta historia, todos se empeñan en
señalar al culpable fácil, al obvio, todos menos Malart, que se empeña en ir más
allá, enfrentándose a compañeros y superiores, enfrentándose a menudo incluso a
sí mismo, porque lo que va encontrando no le cuadra con nada, es demasiado
oscuro, demasiado viscoso, demasiado complicado… y su situación personal
tampoco ayuda. Milo ha vuelto antes de tiempo de sus vacaciones obligadas y ha
vuelto tocado por algo que no conoceremos, que no sabremos si es real o
producto de su imaginación hasta el final de la historia.
El autor consigue mantener hasta el final la intriga
en todos los frentes, en la vida personal y profesional del protagonista, en el
caso que nos ocupa y que va dando giros y más giros hasta poner nuestras
certezas del revés, en los casos y las historias que han quedado pendientes…
Y no se conforma el autor con esta trama policial,
especial, eso sí, porque nos muestra el trabajo de la Policía Judicial, un
cuerpo no demasiado explotado en las novelas del género, sino porque hace,
además, una radiografía de la situación política y social de la Cataluña
actual, de cómo se vive en las calles el enfrentamiento entre los que quieren
la independencia y los que se niegan a ella, porque pone el dedo en la llaga
del terrorismo islámico, porque se sumerge en los fangos de la corrupción y de
la falta de ética de algunos miembros de las fuerzas de seguridad, porque nos
habla de mafias y de abusos y se metre de lleno en el peor de los sufrimientos,
el de la mente y como cada uno es capaz o
no de enfrentarlo.
Mediante el dolor
físico logran anestesiar el dolor emocional, algo que a la larga puede
convertirlas en adictas a esa sensación y a otra más importante, la de control.
Al menos pueden controlar el dolor físico y esto las alivia.
Os aseguro que es una novela de las de no dejar
escapar, una novela en la que he conocido a Mili Malart al que no descarto
buscar, no tardando en El verdugo de Dalí
y El ángulo muerto.
Todas hieren, la
última mata
Arreglado. Otra para la buchaca, cuando logre rebajar la lista interminable Xd Si es que teneis un arte para describir los libros que no se pueden dejar pasar, jodías XD
ResponderEliminarQue grande eres!!! Pues no te digo nada y te lo digo todo, en breve te contaré de otra que es más de "tu palo" y que no te puedes perder de ninguna manera. Gracias por pasarte y comentar. 😘
EliminarSi me lo cuentas así, no me puedo resistir!
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola, Gema!
ResponderEliminarPues que puedo decir, comienzo a leer tu reseña y antes de finalizarla ya sabía que "Dócil" se iría derechito a mi lista de libros por leer. Y resulta que además, me gusta seguir los consejos... total que me voy con tres libros apuntados ;)
Después me pregunto porque la lista de pendientes nunca baja...
Felicitaciones por tu reseña, pues tendrás que cargar con tu porcentaje de culpa por no ayudar a bajar pendientes :))
Un besote, un gusto leerte ♡