miércoles, 10 de abril de 2019

Los miércoles salvajes


HERNÁNDEZ MARCET, Susana (2019)
Los miércoles salvajes
Ed. Milenio, Lleida, 216 pp
ISBN: 978-84-9743-856-8

Samanta y Hugo, amigos desde la infancia en las duras calles de Ciudad Meridiana, en el extrarradio barcelonés, trabajan juntos en la empresa de seguridad propiedad de Hugo. Sam necesita dinero, mucho más dinero del que gana como escolta privada, para procurarle un tratamiento a su novio que padece una grave lesión medular desde hace doce años. Su amigo y jefe le propone un trabajo ilegal y muy bien pagado que los arrastrará a ambos al oscuro mundo del tráfico de medicamentos en un espiral de violencia y traiciones. Los miércoles salvajes nos lleva desde las chabolas de Accra, en Ghana, donde Sirhan y Lewa luchan por conseguir medicinas que traten la diabetes tipo1 que aqueja a su madre, a los entresijos del tráfico ilegal de medicinas comandado por María y Joao, dos hermanos portugueses, y al frío y hermético universo de la industria farmacéutica.

El negocio de los medicamentos falsificados funcionaba como un reloj y resultaba bastante menos arriesgado que el tráfico de estupefacientes, muchísimo más lucrativo y en el peor de los casos, las penas de cárcel, gracias a la laxitud de las leyes y las lagunas jurídicas existentes en la mayoría de los países, menos severas.

Los miércoles salvajes es una de esas novelas a las que no le sobra ni les falta absolutamente nada, ni una frase, ni una palabra, ni un punto, ni siquiera una coma.

A priori podría parecer una novela breve, o así lo suponen sus escasas 200 páginas.

Pero os engañaría si os dijera que la brevedad la determinan las palabras escritas, porque esta historia es cualquier cosa pero breve.

La novela nos cuenta tres historias que convergen en algún punto, de forma concreta o colateralmente, nos muestra tres historias que como el efecto mariposa nos demuestran que las acciones, lo que se sucede en un lugar tiene consecuencias imprevisibles en el otro lado del planeta.

Susana nos pone frente a los ojos una cruel realidad que los que vivimos en el primer mundo, los que tenemos la suerte de poder acceder a la asistencia sanitaria universal ni siquiera somos capaces de imaginar.

Piensa que solamente un porcentaje de la población se droga de manera más o menos asidua, en cambio todo el mundo sin excepción, se medica en algún momento de su vida

La autora nos enfrenta, sin paños calientes a la ambición exenta de cargas morales de María la portuguesa, un personaje que me ha fascinado por su falta de escrúpulos, por su frialdad, por una crueldad que nace del rencor, de la ira y de la falta de amor que ha sentido toda su vida y que la convierten en un ser odioso y temible y con el que es imposible sentir empatía. Un personaje al que es imposible querer y por todo ello o tal vez precisamente debido a ello, para mi es EL PERSONAJE.

Jamás se permitía sonreír del todo.
No estaba  el mundo para regalar sonrisas.

Alguien, que dada su incapacidad de amar, se había especializado en inspirar terror. Esa era su hermana.

Frente a esta personalidad carente absolutamente de sentimientos, deshabitada de sentimientos proclives al amor, se encuentra Sam.

Una mujer que ha renunciado a su vida, que ha convertido el amor y el sentimiento de culpa en el centro de su existencia.

Y ese sentimiento, ese  amor que ella coloca en la cúspide de su pirámide vital es, precisamente la que le empuja a meterse, del tirón y sin escudo en un mundo tan  desconocido como peligroso, un mundo, al que su razón le exige negarse, pero al que su corazón y la posibilidad de recuperar a quien fue vital para su vida a los 18 años,  le arrastra sin remedio.

Esa posibilidad de conseguir dinero “fácil” y en general, su vida, la que le permite vivir holgadamente, es consecuencia de su relación con Hugo, un hombre de éxito, un hombre hecho a sí mismo. Su amigo, su hermano elegido, el que lleva protegiéndola desde su adolescencia por motivos menos nobles o mejor dicho, menos fraternos de los que Sam quiere reconocer, porque en realidad, no hay mas ciego que el que no quiere ver.

Si perdía a Hugo, perdería a la persona que había estado a su lado toda la vida, a las buenas y a las malas. Al amigo que nunca le fallaba, al hermano que siempre le prestaba su hombro para llorar.
Si perdía a Hugo se quedaría sola para siempre.
Le sobrevino un estremecimiento.

Y en esa aventura peligrosa Sam involucra, sin remedio a Asier, un  ejecutivo farmacéutico, pintor frustrado, deseoso pero indeciso  de abandonar una vida aburrida y rutinaria a la que Sam dará la vuelta sin remedio.

Ya sabes. Es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho que de lo que no llegaste a hacer. […]
Merecía ser feliz, sentirse a gusto en su piel, mirarse al espejo y no apartar la mirada.

Y en el otro extremo del mundo dos niños obligados a comportarse como adultos antes de tiempo,
luchan por conseguir los medicamentos que salven a su madre de una muerte a la que está condenada por una enfermedad cuyos medicamentos no cubre la sanidad pública inexistente en un país como Ghana.

Dos niños que serán capaces de todo que se doblegaran a la maldad de los adultos que les rodean para conseguir los medicamentos legalmente y que, cuando desaparezca tal posibilidad acudirán a la única solución posible.

La solución que conecta su existencia con María La Coja, con Joao y con sus truculentos negocios.

Los traficantes campaban a sus anchas, colocaban la mercancía adulterada con harina, tiza o almidón a precios de saldo y se marchaban a las fronteras con Togo y Burkina Faso, Mumbai, La India, destino a Ghana o Nigeria prestos a inundar las calles de Accra y de otras ciudades africanas con total impunidad otro día más. La gente de María vendió sin mayores problemas todo el excedente de medicamentos caducados o en mal estado que llevaban consigo.

Es una novela original, novedosa, una historia que te obliga a reflexionar sobre todo en general y en particular:
Sobre lo que algunos son capaces de hacer por dinero.
Sobre lo que otros son capaces de hacer por amor.
Sobre lo que somos capaces de arriesgar por los de nuestra sangre y por los que, sin serlo, son parte de nuestra familia.
Sobre la suerte que,  a veces, olvidamos que tenemos,  de vivir donde vivimos.

Una novela que te hace pararte y mirar alrededor y analizar eso que llamamos vida.

Una magnifica lectura y una autora sensible y descarnada  en su justa medida, una mujer que llama a las cosas por su nombre, exponiendo una realidad que aunque nos resulte alejada está presente en nuestro mundo, más de lo que deseamos pensar.

Una autora a la que voy a seguir de cerca y a la que os aconsejo conocer si aun no lo habéis hecho.

Y  ya sabéis lo que se dice “Lo breve, si bueno, dos veces bueno”. Y en este caso muchas más de dos.

Se encontró, de repente, con que no tenía a nadie de quien cuidar ni por quien desvelarse, ya no había trincheras tras la que esconderse. […] Suponía que algún día llegaría a un pacto de no agresión con su pasado, a una especie de convivencia pacífica y respetuosa. Por el momento, no era así. Los recuerdos conservaban su carga maligna, un potencial arrollador

10 comentarios:

  1. Una reseña sublime, como esta historia, como sus personajes, como los buenos ratos que nos ha hecho pasar y, sobre todo, por lo que da para pensar por todo lo que en ella ocurre y por lo que no ocurre.

    Un beso.

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  2. Magnifica reseña a la que no le sobra ni le falta nada. Y para mí María también es el PERSONAJE, el alma mater de esta historia, sin ella sin duda sería otra, más amable, porque tanta maldad sería imposible. Sirhan y Lewa me robaron el corazón, no pude evitarlo, hicieron que la rabia me ahogara por momentos. Una denuncia social la que hace este libro más que necesaria

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  3. Por desgracia, una realidad muy presente. Una gran novela de Susana Hernández. Me he estrenado con ella y repetiré seguro.
    Besotes!!!

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  4. Es difícil no ponerse en los zapatos de los personajes que lo están pasando mal. Coincido contigo en que María es uno de los personajes que no se puede sentir empatía.
    Para mí ha sido un descubrimiento, tanto autora como libro y sospecho, que leeré sus publicaciones anteriores.

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  5. Es una novela que te hace reflexionar y mucho, te lleva a darte cuenta que cosas que para nosotros son tan asequibles para otros son vitales. Me ha gustado mucho como escribe Susana ya que no la conocía, todo un acierto de lectura!!

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  6. Hola. Me gustó la frase, "Lo breve, si bueno, dos veces bueno” Los miercoles salvaje es una novela llena de acción y que no decae en ningún momento. Una gran lectura como tu reseña. Siempre un placer leerte. Besos.

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  7. Tu reseña invita a leer el libro con creces, apuntado queda. Un saludo, Cometa.

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  8. Parece una historia alucinante, tendré que hacerle un hueco.

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  9. Menuda reseña, muy completa. No te voy a decir que me la apunto porque la hemos leído juntas y estoy de acuerdo en prácticamente todo. Una gozada.
    Besos

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  10. Pues si Gema yo también creo que ha sido una lectura magnifica, y descubrir a la autora una suerte, estaré pendiente de lo que publique porque me ha ganado como lectora. Un beso

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