Morales, Guillem (2020)
El accidente de Lauren Marsh
Plaza & Janes, Barcelona, 320 pp.
ISBN: 9788401023927
Lauren Marsh sale a correr, como cada mañana, y cae en un
socavón mal señalizado en las obras de reforma de la urbanización Century
Europa donde vive. Afortunadamente, la mujer no sufre heridas mortales, pero
Cédric, el inspector de seguros encargado de la investigación, descubre
indicios de que el accidente no ha sido fortuito. A partir de ese momento, se
verán envueltos en una trama de misterio donde nada es lo que parece: sucesos
sangrientos, vecinos que guardan secretos y una verdad oculta de la que es
imposible salir indemne. Los accidentes en Century Europa no han hecho más que
empezar...
El accidente de Lauren Marsh, la primera novela del director
de cine y guionista Guillem Morales, es una reflexión sobre la soledad, la
culpa y el aislamiento en una gran ciudad, con la forma de un original y
demoledor thriller de ritmo absorbente, trama retorcida y un final sorprendente
incluso para los lectores más avezados.
Todo seguía igual.
El mundo se había congelado durante un año y se había vuelto a activar de nuevo
esa misma mañana.
El accidente de Lauren Marsh no es una novela negra
al uso; no es una novela de asesinos y asesinados, de hecho, no comienza, como
tantas otras con una víctima terriblemente torturada, con un asesinato
macrabro, ni con un asesino cruel y despiadado.
Es esta una novela de personajes rotos, devastados,
desesperanzados. Unos personajes que se desmoronan como lo hacen los edificios
de Century Europa, una decadente “ciudad” dentro de una Bruselas gris,
lluviosa, oscura; un paisaje perfecto para esta trama absorbente y asfixiante.
Una novela con un final impredecible, con un final épico, con el único final
posible, porque la historia se desarrolla como en un embudo llegando al único
punto al que podría llegar para resultar coherente, para resultar una historia
redonda.
Century Europa se
erigía como la absoluta demostración, el ejemplo fehaciente y la indiscutible
constatación de que destruir era mucho más fácil que construir.
Pero no nos engañemos, que no haya muertos no
significa que no haya victimas, que no haya que no haya asesinatos no
significa que esta sea una novela ligera. Al contrario, es una de las novelas más
duras con las que me he topado, porque me ha hecho pararme a pensar, porque me
ha hecho reflexionar sobre nuestra reacción ante acontecimientos inesperados de
nuestra vida, ante esos accidentes que no somos capaces de controlar, que se
escapan de nuestras manos como el propio devenir de nuestra existencia, esos
instantes fugaces que cambian nuestra vida para siempre y paralizan nuestra
mente en rememorar lo acaecido una y otra vez, en inventar uno y mil finales
alternativos que cambien aquello que no dejará de atormentarnos.
asesinos no significa que no haya
psicópatas,
Cedric recordó que
una vez oyó a alguien decir que las historias mas tristes no se cuentan nunca
porque se instalan en el corazón del que las escucha, muy adentro, y después es
difícil librarse de ellas. Por eso, pensó, las historias mas tristes deben
llorarse en silencio y recordarse en soledad, para que se acaben olvidando y
así no entristezcan el corazón de nadie mas.
Cedric es un protagonista inusual, un inspector de
seguros que aun no está preparado para volver a la rutina, un personaje
empeñado en llegar al fondo de la verdad, cueste lo que cueste, un hombre
empeñado en proteger a una victima que a veces parece no querer ser protegida.
Y es que Lauren tampoco es un personaje usual es, como todos los personajes de
esta novela un ser poliédrico, con mas sombras que luces, un personaje al que
no llegamos a conocer del todo, porque todo en esta novela sucede a través de
los ojos de Cedric y eso supone que la trama nos sorprenda tanto como le
sorprende a él descubrir lo que se esconde tras la vida de Lauren, del Doctor
Tremblay, de Emile, de Majewski, de la señora Dunkel.
Cada
cosa que nos ocurre nos cambia un poco,
supongo.
Guillem nos cuenta una historia tremenda y angustiosa
y trepidante, una historia directa que no se pierde en descripciones eternas, que se centra en detallar claramente solo aquello
que importa a la trama y que se desarrolla ante nuestros ojos como una película,
y es que esta historia, sin duda, bebe de la experiencia como guionista de su
autor.
Ha sido una magnífica lectura, una trama que me ha
provocado angustia y desazón, y que me ha provocado también una profunda
tristeza, por las vidas que se desmoronan, por el sufrimiento que provoca ese
desmoronamiento, por la soledad buscada o impuesta de los personajes que
pueblan sus páginas, por la culpa con la que cargan como un lastre, por la
falta de empatía o la empatía mal entendida en esa existencia urbana que los
obliga a vivir deprisa y aislados aun rodeados de gente y los lleva a pasar por alto las cosas importantes de la
vida, la lealtad, la amistad y la esperanza en un futuro.
Y empezó a
inundarle por dentro una calma paulatina, una serenidad que no había conocido
hasta entonces, la que surge después del arrebato de la destrucción, cuando se
llega a la inequívoca convicción de haberse roto tanto que ya no queda nada más
para destrozar y la única alternativa es empezar a construir de nuevo.
Se nota que lo has disfrutado al máximo. Si se cruza, no voy a dejarlo pasar.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola. Pues has despertado mi curiosidad para leer El accidente de Lauren Marsh. Me lo anoto. Gracias por la reseñas. Un saludo.
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