martes, 26 de mayo de 2020

Los malos vientos


Manteca, Manuel  (2020)
Los malos vientos
Talento Caligrama, Barcelona, 300 pp.
ISBN: 9788418104404

Tras una vida marcada por la tragedia, un inesperado regreso a sus orígenes le mostrará la verdad, cruel y descarnada, que decidió su destino, desencadenando un amargo episodio de muerte y venganza. Una vuelta al pasado que, de haber sabido sus consecuencias, quizá no hubiese iniciado jamás.

Uno a uno, y me temo que mientras viva, aun desfilan por mi mente cada noche, puntuales y sin tregua, apropiándose hasta la asfixia de la totalidad de mis sueños: con las espaldas abiertas y agusanadas, descarnadas por las cadenas de sus propios errores;  arrastrándose tras las vanas ilusiones con las que los mortales adornamos las miserias que nos depara nuestra fugaz existencia; esa que malogramos absortos en una absurda autocomplacencia, o corriendo insatisfechos tras nuevos logros y quimeras, mientras nos precipitamos, ignorantes en una caída infinita al abismo de la irrelevancia de este breve periplo que llamamos vida.

La historia a la que hoy me acerco es obra de un paisano, de uno de los tantos abulenses que a día de hoy ocupan, en su mayoría, el tiempo libre que les deja su trabajo para volcarse en una pasión, que, cómo  en este caso se convierte en realidad con la publicación de una de sus historia.
Es posible que en algún momento de mi vida mis pasos se hayan cruzado con los de Manuel Manteca, Ávila es una ciudad pequeña, en la que todos, más o menos, nos conocemos, pero he de decir que no tengo conciencia de haber compartido espacio y tiempo con el autor, por lo que os aseguro que mi opinión es totalmente objetiva, máxime cuando el libro me llegó en forma de regalo de manos de, esta sí, una amiga, una mujer, a la que la vida me ha llevado a reconocer, que mi amistad no ha estado a la altura de la suya. Pero bueno, ese es otro tema y no viene al caso más que para agradecerle que me haya dado la oportunidad de acercarme a este autor y a su historia.

Comencé la lectura sin saber que me iba a encontrar, como veis, tampoco la sinopsis aclara demasiado, y en las primeras páginas pensé que igual no era el momento de leer más desgracias, porque la historia bonita no es, ya os lo digo. El caso, es que cuando me quise dar cuenta habían volado 50 páginas entre mis manos y ya no podía parar.
La lectura me recordaba  a los miserables, a Oliver twist… a esas novelas universales de finales del XIX que narraban la realidad de aquellos que no se habían sido tocados por la varita de la fortuna.  Pero no me retrotraía a estas historias por su telón de fondo, ni por una trama similar,  sino por el clima asfixiante de la novela, por el abuso de poder que destila cada una de las situaciones narradas  y por la vida miserable de unos personajes que se sitúan en la castilla rural a caballo entre los siglos
XIX y XX y la Cuba de los últimos años del colonialismo y de los primeros de su independencia.
Manuel se maneja con una increíble soltura por épocas y paisajes muy alejados de su realidad, de nuestra realidad. Y lo hace de forma precisa, lo que denota el increíble trabajo de documentación que debe haber detrás de esta historia.

Liberados desde hacia una década por orden expresa del rey, miles de esclavos, denominados después “patrocinados”, deambulaban por la isla descontentos y abandonados a su suerte, en busca de sustento. Ahora eran libres de todo amo, del látigo o el cepo, pero tenían que mendigar a esos mismos a quienes pertenecieron para conseguir un trabajo igual de lastimero y penoso que en los años de esclavitud y retribuido con un mísero salario. Esos mismos que, desesperados, pasaban a formar parte de los denominados “mambises”; hombres y mujeres sin nada que perder que constituían el grueso de las tropas revolucionarias que,  alentadas y dirigidas por las elite criolla, iban a luchar por independizarse de España.


Y si es un virtuoso de de épocas y paisajes, os aseguro que no lo es menos en la construcción de los personajes. Unos personajes sólidos todos ellos, unos personajes en cuya psicología, ya sean hombres o mujeres,  el autor bucea con pericia y nos muestra  con mas pericia si cabe. Unos personajes  que sufren, odian, abusan  y se deleitan imaginando las más terribles  venganzas. Personajes que en su inteligencia practica son capaces de adaptarse a las situaciones más adversas, que son capaces de normalizar situaciones que a nuestros ojos son aberrantes e incomprensibles, aunque por desgracia,tal vez con otros nombres y en otras casas, con otros medios y otras tecnologías, aun hoy se siguen dando en nuestra sociedad.    Personajes que no son capaces de “reinventarse”, de levantarse tras la más profunda caída  a los infiernos. Y personajes a los que sus privilegios de cuna, como en tantos momentos de la historia, les confiere, además el privilegio de vivir por encima del bien y del mal,  el privilegio de decidir sobre el futuro de sus paisanos, si es que deciden que estos deban tener futuro, privilegio que, llevado aun más allá, les permite decidir sobre su vida o su  muerte.


No había opción para decir que no, para poder expresar su repulsa por este tipo de degradante  juego, pero él, un superviviente nato, con cada ocasión en que se veía arrastrado su orgullo, se levantaba aun más fuerte.

Una novela que nos muestra, sin duda, lo peor del ser humano. La hipocresía que disfraza de bondad las acciones más ruines,  la prostitución, el rechazo a quienes son carne de tu carne sin que en ningún caso estos tengan  la culpa, el abuso psíquico y físico, la locura y sobretodo y en fin, la desesperanza que a menudo mueve a acciones desesperadas, irreflexivas.
Una novela, en fin,  de bajos sentimientos y aun más bajas acciones para los que aquella época era un magnifico caldo de cultivo. 
He quedado gratamente sorprendida por la solidez de la trama y por la calidad literaria de esta novela por la que, como decía al principio,  no tenía ninguna expectativa previa. Dicho lo cual, no puedo más que recomendaros que os acerquéis a esta novela con la mente abierta y con la única idea de disfrutar de una lectura que no va a dejaros indiferentes y cuyos personajes pervivirán más allá de la última página.

Tanto su tío como el mulato Tomasin, cada uno a su modo, le habían enseñado que todo tiene un precio y que nada hay en este mundo que no se pueda lograr si se tiene la suficiente predisposición e inteligencia. Y él iba sobrado de ambas.

Por último, si queréis conocer un  poco más de este autor, os aconsejo que os acerquéis a su blog donde podréis leer sus relatos, esta novela es el resultado de lo que iba a ser uno de ellos y que acabó “yéndosele de las manos”.

Tras una vida entera dedicada a superar la adversidad, luchando por materializar cada deseo hasta llegar a lo más alto, ahora, una vez logrado, contemplaba desolado la cruda realidad; la vacuidad de aquello en lo que había basado su existencia y convertido en su único fin.

1 comentario:

  1. Pues me pasaré por su blog. Y desde luego este libro tiene pintaza. Bien apuntado me lo llevo.
    Besotes!!!

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