Michaelides, Alex (2021)
Las doncellas (ebook)
Alfaguara, Madrid, 328 pp.
ISBN: 9788420455495
A sus treinta y seis años, Mariana intenta recuperarse de la pérdida de Sebastian, el gran amor de su vida, ahogado durante unas vacaciones en una isla griega. Ella trabaja en Londres como terapeuta, pero cuando su sobrina Zoe, la única familia que le queda, la llama desde Cambridge para contarle que Tara, su mejor amiga, ha sido brutalmente asesinada cerca de la residencia de estudiantes, decide acudir en su ayuda.
Allí conoce a Fosca, un carismático profesor de Filología
Clásica. El profesor mantiene un grupo de estudio con un número muy selecto de
discípulas, todas hermosas y de familias elitistas, del que Tara formaba parte:
las Doncellas. En el dormitorio de la joven, Mariana encuentra una postal con
unos versos en griego clásico que exigen un sacrificio. Pronto los cadáveres de
otras Doncellas irán apareciendo en el campus con los ojos arrancados y con una
piña en la mano, y Mariana no solo deberá enfrentarse a la resolución de estos
crímenes, sino a los fantasmas de su propio pasado.
“Mi gran problema con el psicoanálisis es la idea preconcebida de que el sufrimiento es un error, una señal de debilidad, o incluso señal de enfermedad. Cuando, de hecho, tal vez las mayores verdades que conocemos proceden del sufrimiento personal.”
Hoy os traigo la segunda novela de un autor que consiguió conquistarme a principios del 2020 con “La paciente silenciosa”.
Fue aquella una lectura magnifica, de las que dejan huella, y tal vez por ello, las expectativas respecto a la novela que hoy os comento eran altísimas, y a pesar de que la he disfrutado y me ha tenido enganchada desde las primeras líneas, no me ha dejado el mismo poso que aquella.
Nos encontramos ante una protagonista que no destaca por sus dotes detectivescas, y que además se encuentra en un momento de su vida, en el que más que poder ayudar necesita ayuda. Pero claro, todo eso cambia cuando quien solicita esa ayuda es la única superviviente de su familia. Y a Cambridge que se va, abandonando a quienes dependen de ella y volviendo al lugar donde vivió los inicios del amor con su marido ausente.
“Freud argumentaba
que, tras la muerte de un ser amado, debíamos aceptar la pérdida desde un punto
de vista psicológico y dejar partir a esa persona o, de lo contrario, corríamos
el riesgo de sucumbir al duelo patológico, que él llamaba “melancolía” y
nosotros conocemos como “depresión”.”
Influida, no solo por su capacidad de percibir las emociones de otros, sino por las sospechas que otros siembran en ella, se empeña en la culpabilidad del Profesor Fosca, líder de las Doncellas, un grupo de estudio al que este imparte la asignatura de Tragedias Griegas, que sirven, entre otros de eje central en esta trama.
“Los grupos
pequeños proporcionan un entorno perfecto para que las mentes excepcionales
florezcan… Eso es lo que hago: crear esos espacios.”
“- Fosca tiene un
grupo favorito de estudiantes. ¿Lo sabías, Clarissa? - Mariana miró a Zoe
segundo -. Se reúnen en privado… En secreto. Él las llama las Doncellas.
- ¿Las Doncellas?-
repitió la mujer -. La primera noticia que tengo. ¿Inspirado en los Apóstoles?
- ¿Los apóstoles?
- La sociedad
literaria secreta de Tennyson… Donde conoció a Hallam.
Mariana se la
quedó mirando. Tardó un segundo en recuperar la voz. Asintió.
- Tal vez.
- Por descontado,
los Apóstoles eran todos varones. Imagino que los miembros de las Doncellas
seran mujeres.
- Exacto. Y Tara y Veronica formaban parte del
grupo. ¿No crees que es una extraña coincidencia?.”
“Era un asesino.
Aquello era un
hecho, no algo que Mariana intuyera solo en un plano intelectual, como una
idea. Se lo decía el cuerpo. Lo sentía en los huesos, en la sangre, en cada
célula de su ser.
Edward Fosca era
culpable.”
La gran mayoría de ellos, presentan, además de indicios para ser el asesino citado, una vinculación, más o menos directa con Grecia, país que vincula el pasado de Mariana siendo además la cuna de las tragedias que se citan a lo largo de todo el texto.
Como veis candidatos no le faltan y todos lo parecen en algún momento y de una u otra forma, pero aquí sí, como en la novela anterior, el autor ha conseguido sorprenderme absolutamente con el desenlace de la trama.
La voz del narrador cuasi omnisciente, tampoco aclara nada, limitándose a narrar lo que los personajes viven, pero sin incorporar ninguna pista adicional.
Existe, además del narrador citado, un narrador en cursiva, un narrador en primera persona, un personaje que a través de su diario nos traslada una personalidad enfermiza, que podría ser la del asesino, pero que, sin embargo, tampoco nos ofrece ninguna pista de la identidad de su identidad.
Como en la novela anterior, el autor abunda en los sentimientos y pensamientos que, llevados al extremo, pueden desestabilizar nuestra vida, comenzando por la propia depresión y el complejo de inferioridad en la que está inmersa nuestra protagonista y siguiendo por la ira del asesino, el sentimiento de abandono y maltrato infantil de alguno de nuestros sospechosos, la envidia, la dependencia, el desdén y el desprecio llevado a su máximo extremo incluso dentro de un grupo cuyas relaciones deberían ser justo las contrarias, al menos como nuestra protagonista lo entiende.
Es cierto que este barrido de sentimientos se centra demasiado en lo que Mariana siente o presiente y no en los propios actos de los protagonistas, lo cual ha provocado que se hayan quedado en lo superfluo dejando a los personajes, excepto los protagonistas principales, como personajes excesivamente planos.
“Qué ridículo,
pensó, dejar que un grupito de
veinteañeras la amedrantara por muy guapas o inteligentes que fueran. Mariana
se sentía otra vez como en el patio de la escuela: un patito feo en un rincón,
frente a una pandilla de chicas populares. La niña de su interior sentía miedo,
y por un segundo se preguntó cómo serían
las niñas interiores de esas jóvenes, y si su aparente seguridad no ocultaría
sentimientos de inferioridad similares. Por debajo de esa actitud altanera, ¿se
verían tan pequeñas como ella?. Le costaba imaginarlo.”
Además de los personajes propios de la novela, las doncellas, los profesores, los distintos terapeutas, así como las “camareras”, existen en esta novela dos aspectos más que se dibujan como auténticos personajes:
- Tennyson : Autor al que he conocido a través de estas páginas
“Así lo creo ,
indiferente al azar;
así lo siento, aun
en la pena hundido;
es mejor haber
amado y perdido
que no haber amado
jamás…”
En resumen, si me preguntáis si os recomiendo leer esta historia, la recomiendo sin duda, pero con la expectativa de pasar un buen rato de lectura y sin las expectativas de encontrar una novela, ni parecida a “La paciente silenciosa”, a la que por cierto el autor hace varios guiños en esta obra.
“Existía una
palabra para designar ese momento en las tragedias griegas: anagnórisis, el
reconocimiento, el instante en el que el héroe al fin de la verdad y comprende
su destino… y que siempre ha estado ahí,
desde el principio, ante sus ojos.”
Esta novela participa en la Yincana Criminal 2021, en la sección Islas Enigmáticas dentro del apartado El escritor/a ha nacido y/o reside en una Isla.
Pues tengo que estrenarme con este autor. Por lo que cuentas, parece mejor la anterior novela, pero no me importaría tampoco leer ésta.
ResponderEliminarBesotes!!!