jueves, 5 de agosto de 2021

Todos buscan a Nora Roy

Franco, Lorena  (03/03/2021)

Todos buscan a Nora Roy

Planeta, Barcelona, 384 pp.

ISBN: 9788408237198


Nadie sabe qué fue lo que impulsó a Nora Roy, una paciente del centro psiquiátrico Vera de la Cruz, a asesinar a su psiquiatra y a una de las enfermeras. Nadie entiende cómo fue capaz de encerrarlos en el sótano, matarlos y huir sin ser vista.

Mientras todos buscan a Nora, Eva alquila una habitación a Charlotte, una parisina extraña y discreta. Una noche, Eva coincide en una discoteca con Adrián, un hombre al que apenas conoce, y terminan en su piso lo que parece una prometedora cita.

A la mañana siguiente, Adrián no está y Charlotte ha desaparecido dejando tras de sí las paredes salpicadas de sangre y la vida de Eva perturbada de manera irremediable.

Con su estilo altamente adictivo, Lorena Franco nos sumerge en una trama impredecible y llena de giros que te lleva hasta un final sorprendente e inesperado.

 

“Me puse a pensar en la milenaria leyenda oriental sobre el hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse sin importar tiempo lugar o circunstancias. Un hilo que se puede estirar, contraer o enredar pero que nunca podrá romperse.”


Esta es la cuarta vez que me adentro en una historia de Lorena Franco, una autora en la que confió ciegamente para que me regale una buena novela negra, muy negra.

No ha sido distinto en este caso, en el que además, he de añadir, que esta historia fue una magnifica forma de evadirme de una situación personal a la que era preferible no darle demasiadas vueltas.

Pero vamos a la historia que es lo que cuenta en este caso.

Nuestra protagonista, salvando el propio de la nombrada en el título Nora Grey es Eva, una joven tanatopractora que no pasa por sus mejores momentos y que está comenzando una nueva vida después de sufrir dos abandonos, alguno de ellos irreparable.

Hace, no demasiado tiempo que os hable de esta profesión, los tanatopractores, cuya protagonista también ejercía este trabajo, para lo que no lo leyerais y simplificando mucho el término, un tanatopractor es la persona que “maquilla” a los fallecidos para mejorar su aspecto antes de ser expuestos en los tanatorios.

 

“Todo lo que esté relacionado con la muerte asusta, y lo entiendo. Soy la primera en impedir que mi vida pierda luz a causa de mi trabajo, de tantos cadáveres sobre una mesa de metal a la espera de que les dé un mejor aspecto,  pero esa palabra que nos da tanto miedo, ”muerte”, es lo único garantizado que tenemos. Todos, tarde o temprano, terminaremos en una camilla fría cubiertos por una sábana blanca, a la espera de que un profesional nos deje presentables para que nuestros seres queridos se despidan de nosotros, en ocasiones sin atreverse a cruzar el cristal que nos separa de su mundo. Después de haber trabajado con tantos muertos, de haber visto tantos rostros de personas cuya esencia real jamás conoceré, me pregunto quién será el encargado o encargada de darme una mejor apariencia a mí cuando me llegue la hora.”

 

Pues bien, esta mujer, joven y que debería estar viviendo la vida loca, hace justo lo contrario. Con escasas relaciones de amistad mas allá de Natalia, la antigua cuidadora de su abuela en la residencia, y su compañera de trabajo Lola, pocas ganas de comenzar relaciones con el sexo opuesto, adicta al tabaco y a las series y viviendo sola, su vida se limita a ir y volver del trabajo, hasta que decide compartir una de las habitaciones en lo que supone le supondrá compañía y un aumento en su economía. Y a partir de este momento todo se precipita, porque está claro, hay que tener más miedo a los vivos que a los muertos.

Lorena ha estructurado la novela de forma que los personajes principales, Eva, Nora y Mateo  tengan su propia voz y voto en la historia contándonos en primera persona su situación y sus reflexiones a lo largo de todo el desarrollo de la trama. A esta narración alternativa de cada uno de ellos, se van introduciendo las noticias que el Periódico Barcelona Ahora va publicando en torno al caso que se investiga y del que Nora Grey es la única sospechosa, así como entrevistas y fragmentos de una novela que se está escribiendo y que podría, de alguna forma estar relacionada con el crimen cometido.

 

“Los medios solo enseñaba lo que el verdadero asesino nos quería hacer ver. Todo estaba manipulado. Todo. Y la prensa sensacionalista sin escrúpulos,  más preocupada por los datos de audiencia que por la información contrastada, se lo creyó.”

 

Esta alternancia de personajes y la escasa longitud de los capítulos hacen que las paginas vuelen entre tus manos haciendo la lectura muchísimo más ágil y desde mi punto de vista mucho más atractivo.

No os voy a hablar más de la trama, porque entre la sinopsis y lo que os he contado hasta aquí, creo que puede deducirse que Lorena ha hecho un verdadero ejercicio de arquitectura en el que las tramas que desarrolla encajan para construir un puente que te lleve del crimen al crimen peor, porque lo malo no es el asesinato que presuntamente ha  cometido Nora Grey, sino las razones que han llevado a dichas muertes.

Una novela negra en el que la autora se sumerge en los problemas mentales y en las instituciones que deberían ayudarnos a superarlos. Una novela que bucea en los abusos, la muerte y la venganza, una novela en la que no puedes dejar de sufrir el horror de las múltiples victimas que van apareciendo para explicar ese porque.

Desde un lenguaje claro, directo, llamando a las cosas por su nombre y bajo un ímprobo ejercicio de encaje que me ha parecido maestro, la autora vuelve a regalarnos una de esas novelas que te mantendrán pegado a las paginas, no solo durante el tiempo que te dure esta novela entre las manos (que seguro que no serán muchas), sino mucho más allá, porque los personajes que ha construido son de aquellos que te sorprenden y se quedan dando vueltas en tu cabeza durante mucho, mucho tiempo.

 

“Pero ella, a diferencia de mí, no solía hablar de los temas que le preocupaban o le dolían, se lo iba guardando todo, y eso no es bueno. Cuanto más reservada es una más posibilidades tiene de estallar el día menos pensado.”

 

Del final, obviamente no os voy a hablar, deberíais descubrirlo por vosotros mismos, y es que, a pesar de que en algún momento las pistas sobre quien puede ser el culpable parecen claras, lo que no lo es tanto es la razón de que así sea y esa si es la verdadera sorpresa de la novela ese ¿POR QUÉ?, así, escrito es mayúsculas.

Puedo aseguraros, como ya hice la primera vez que me acerque a una de sus historias que Lorena es una autora a la que voy a seguir de cerca y de la que estoy esperando ansiosamente su próxima aventura, que visto lo visto, seguro volverá a sorprenderme.

 

“La vida se va complicando a medida que cumples años. El paso del tiempo no perdona, avanza como si nada, sin importarle cuánto duele a veces. Los papeles se invirtieron y, al final, fui yo la que terminó cuidando de naná. La miraba a los ojos, esos ojos de color azulado que iban perdiendo su brillo, y recordaba cada cuento que me leía por las noches en mi niñez, cada beso en la frente, cada pastel preparado con cariño, cada riña adolescente… Los años parecían haberse congelado. Y yo me esforzaba en recordar, pese a lo mucho que algunos recuerdos hieran, porque ella había perdido esa capacidad. Y solo cuando perdemos algo de manera irremediable comprendemos lo mucho que significaba.” 

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