jueves, 9 de enero de 2020

Después de muchos inviernos


Izaguirre, Marian (2019)
Después de muchos inviernos
Penguin Random House, Lumen Narrativa, Barcelona,  272 pp
ISBN: 9788426406453

Un misterioso asesinato sacude Madrid a mediados de los años sesenta: una mujer aparece muerta en un lujoso domicilio del barrio de Salamanca. Los orígenes del crimen se remontan a un encuentro anterior, cuando en 1959, en una playa cercana a Bilbao, la joven Henar Aranguren, que viste de Balenciaga y prepara su puesta de largo, se enamora perdidamente de Martín, hijo único de una familia de clase obrera y aspirante a escritor, que todas las tardes se acerca al muelle para pescar.

Arrastrados por un amor imposible al que no son capaces de renunciar, Henar y Martín huyen a Madrid para juntos cumplir sus sueños: él, ser un escritor de éxito, y ella, convertirse en la modista más importante de una nueva época. Pero la pobreza, la ambición y el duro juicio de una sociedad conservadora empezarán a abrir grietas insalvables en la pareja.

Tres décadas de la historia de España y un permanente suspense recorren esta novela que también explora las corrientes subterráneas del amor, el arte de la costura en el vestuario de cine y la emancipación femenina.

Esta podría ser la escena principal. Quizá no la primera, y posiblemente tampoco la última. Nada empieza en el punto donde creemos que empieza. Las cosas siempre vienen de algún momento anterior, lejos de nosotros, y terminan en un futuro que  ni siquiera sospechamos.

Hace muchos años puse en palabras algo en lo que creo firmemente: 
“La  "verdad" es tan relativa... en cada situación, en cada relación que establecemos en nuestra vida hay tantas "verdades", como protagonistas existan.
Cuando alguien te cuenta su historia, te cuenta su verdad, la suya al 100%, pero en realidad es solo, en el mejor de los casos, un 50%... nunca nos paramos a pensar en el otro 50%, en ese otro que también tiene el 100% de su verdad... […]. En toda relación, en toda situación, siempre existirán al menos tres versiones... la de uno, la de otro... y la VERDAD.”

Os preguntareis porque os he soltado este rollo sin venir a cuento, pero es que si viene a cuento…
En esta historia hay varias historias o mejor dicho, varias visiones de como cada uno de los personajes viven la misma situación.

No es una novela negra, por más que la sinopsis comience hablándonos de un asesinato, eso es lo de menos, esa es solo la excusa para contarnos una historia más íntima, una historia que trasciende el crimen.

Aparentemente es cierto que resulta más fácil señalar el comienzo exacto de las cosas que su final. Pero la vida no está organizada así; en nuestra memoria los acontecimientos se mezclan, se confunden, y lo que parecía el principio ya no lo es. Los detalles secundarios lo alborotan todo.

Unas veces en primera persona y otras en tercera la autora nos sumerge en el interior de los personajes para que podamos comprenderlos, para que podamos vivir a través de su piel sus frustraciones, sus miedos, su furia… pero también sus alegrías, sus pequeñas victorias y sus anhelos o para convertirnos  en meros espectadores de los sucesos que van yendo y viniendo como las olas del mar. Y lo hace magistralmente pasando de una a otra forma sin aviso previo y sin que apenas nos demos cuenta.

Desde el presente en unas ocasiones  y desde el pasado en otras nos obliga a mirar de frente los hechos o a hacerlo a través de los ojos de la memoria que queramos o no distorsiona la realidad.

Marian hace un recorrido histórico desde los años 60 hasta casi los 90, nos hace viajar desde  España hasta las Islas Griegas, a los lugares en los que los personajes intentan vivir y, sobretodo, sobrevivir.
Conocemos el muelle de Arriluce, Las Arenas, el Club Marítimo de Bilbao donde se celebraban las fiestas de puesta de largo de la alta sociedad Bilbaina, las corralas donde malviven las viudas de guerra, por Buenos Aires y Granada, por los entresijos de no tan glamouroso mundo del cine, por el barrio de Salamanca, por las comunidades Hippies que poblaron las islas griegas en los 70.

Es esta, sobretodo, una novela de sentimientos, una novela que habla del amor y del odio, de la amistad y la solidaridad y sobretodo de la traición y de cómo afecta a quien la sufre y también a quien la lleva a cabo. De los verdugos y de las víctimas y del papel que cada uno nos asignamos.

El resentimiento. Guía mis pasos como un siniestro ángel de la guarda. ¿Dónde acaba el amor propio y empieza la venganza?.

No he conseguido ponerme en la piel de Henar, no ha despertado mi empatía, no he sido capaz de
entender ese afán por no cerrar los círculos, por no buscar a paz.

Los acontecimientos sin resolver tienen algo de eternos. Se quedan con nosotros por los tiempos de los tiempos.

Y a pesar de todo ello, ha despertado mi admiración, porque es capaz de salir de los férreos límites marcados para las mujeres de la época que le toca vivir.

Pero tampoco he sido capaz de empatizar con Martín, aunque he comprendido sus razones mucho mejor que las de Henar.
Son dos personajes opuestos, como dos trenes avanzando en dirección es opuestas por distintas vías que en un momento coinciden, pero que en el camino de vuelta, en algún punto uno de los dos equivoca la vía y se encuentra de enfrente con el otro haciendo el choque inevitable.

Ella vivía en otro mundo, tan cerrado sobre sí mismo que todo lo demás no existía. Quizá debería haberme dado cuenta entonces de su auténtica incapacidad para aceptar cualquier cosa que quedara fuera de ese espacio cerrado.

Ambos viven en dos realidades que nada tienen que ver, Henar renuncia a la suya por voluntad propia, en lo que a mí me parece un capricho de niña bien y Martin se ve obligado a vivir una vida que no es la suya, se ve arrastrado a un ambiente que nada tiene que ver con lo que ha sido su existencia anterior, a la que de una manera u otra acaba volviendo.
 
Tu y ella erais dos buenas personas a las que la vida volvió peores de lo que tenían que haber sido. Y que solo alejados el uno del otro podíais volver a ser decentes.

Y a pesar de esta falta de empatía o tal vez por ella, me ha subyugado esta historia, he disfrutado cada palabra, me he pasado 272 páginas intentando entender las razones y los hechos… y he gozado con la experiencia de principio a fin.

¿Cuando se produce el proceso de envilecimiento que nos convierte en otros? ¿Estaban agazapadas nuestras miserias en algún rincón oscuro? Ella no era como yo la veía. Tampoco yo. Pienso ahora en esa Henar alegre, atrevida, franca, sin recovecos para la traición, y sé que no era así. Pero necesitaba que fuera así. ¿Para enamorarme de ella con coartada? ¿Para tener un motivo que me eximiera de otras intenciones menos sublimes? El tiempo lo descompone todo. Hasta lo que creemos haber visto con nuestros propios ojos.

La autora teje una historia compleja, llena de aristas y dimensiones, narra  la historia de manera cuidada, con una exquisita prosa, y nos regala una historia magistral rematándola con un final perfecto, exacto, magnífico.
Una novela que sin duda ha merecido la pena conocer, una autora a la que sin duda volveré a acercarme más pronto que tarde.

Por un instante pienso en la maldad que habita en cada uno de nosotros. Es inexpugnable y clandestina, siempre latente a la espera de que las circunstancias los despierten. No sabemos lo verdaderamente malos que podríamos llegar a ser hasta que nos vemos frente a una situación que desafía nuestras convicciones.

2 comentarios:

  1. Es una autora que me gusta, así que terminará cayendo. A veces no hace falta empatizar, comprender a sus personajes, para disfrutar de una buena historia. Y parece que éste es el caso.
    Besotes!!!

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  2. Solo he leído uno de esta autora y me gustó mucho, me apunto este para cuando pueda hacerme con el. Un beso!!

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