jueves, 12 de agosto de 2021

Premonición

Blanco, Rosa (23/6/2021)

Premonición

Maeva, Madrid, 336 pp.

ISBN: 9788418184437

 

El Maeva Noir que todo el mundo leerá este verano La doctora Simonetta Brey desembarca en Menorca, un genuino enclave mediterráneo .

Llegan la forense Simonetta Brey y el comisario Darío Ferrer, una nueva pareja de investigadores que siguen la pista de unos médicos asesinados en la isla de Menorca. Simonetta Brey, una joven y prestigiosa forense, recala en Menorca invitada por el comisario Darío Ferrer, antiguo compañero y también amante, para acortar una pena de prisión que está cumpliendo por un turbio delito. La condición es resolver una serie de asesinatos cuyas víctimas son médicos jubilados. Para cumplir el encargo, se instala como médico de familia en la isla y oculta su verdadera profesión. A medida que avanza en las investigaciones, descubre la belleza de la isla, establece lazos de amistad con un grupo de gente singular e inicia una relación sentimental con un atractivo hombre de negocios. Sin embargo, alguien la vigila y la acecha hasta en su propia casa.

 

“Si te digo que todos huimos de algo te parece demasiado filosófico, pero pasados los treinta,  el que recala en esta isla de algo huye.”

 

Hoy traigo al Blog mi opinión sobre la última lectura conjunta que hemos realizado en #SoyYincanera antes de empezar las vacaciones estivales.

Hoy os traigo mi opinión sobre una novela catalogada como una novela trepidante que a mí no me ha parecido tal. Y es que a veces las catalogaciones las carga el diablo y donde piensas encontrar un ritmo frenético, encuentras más bien el hilo pausado de un mar en calma en el que las olas van y vienen a un compás definido. Y que conste que esto no es una crítica a la novela, sino a la forma de transmitir lo que es, o lo que no es. No todas las novelas negras  deben ser thrillers ágiles y trepidantes para ser buenas historias, y esta lo es, pero no deja de ser un poco decepcionante esperar algo que no está.

Dicho lo cual, vamos a hablar de la novela, que es lo que toca en este caso.

Simonnetta llega a la isla huyendo de un pasado reciente del que es difícil presumir, el motivo de la huida  lo conoceremos desde el primer momento, aunque el motivo que le llevó a ese pasado se nos oculta casi hasta el final de la novela.

 

“Y hay quien piensa que en prisión se vive bien. Qué atrevida es la ignorancia. Y qué bien supremo la libertad”.

 

Esta salida, ese intentar recuperar su vida, aunque sea huyendo hacia adelante en un lugar tan alejado y tan aislado, lo vive nuestra protagonista como efecto de la casualidad, pero es, en realidad, parte de una causalidad que la une a un antiguo compañero (el comisario Ferrer)  que la necesita para desentrañar, como hicieron en el pasado, un misterio que parece no tener muchos hilos de los que tirar.

 

“Fueron amantes y ahora Simonetta temía sucumbir de nuevo a una tentación que siempre podía volver a presentarse, máxime cuando se encontraba sola y, en cierto modo, desamparada.”

 

El comisario Darío Ferrer, que apenas sirve como apoyo a la investigación de Simonetta ha sido, tal vez, el personaje con el que menos he empatizado, ejerce en la sombra tanto su papel profesional como el personal y esa cobardía, esas llamadas y encuentros a escondidas, obligan a Simonetta a buscar otro partener en su investigación, un hombre que no tiene nada que ver con su pasado, que no pertenece ni siquiera  a su generación, pero que por ello mismo es vital para las pesquisas que llevan a cabo, su enfermero Sergi Pons.

En esta historia, como en toda buena novela negra, existen múltiples candidatos a ser el “posible asesino”, por que de entrada, las muertes presentan pocos visos de no ser más que mera mala suerte, teniendo en cuenta, además la avanzada edad de las víctimas.

Pau Martí, el amable y enigmático casero, el Doctor Quique Coll, compañero y pretendiente “cansino”, Toni Sagrera, con quien habrá algo más que palabras, Ferrán García el dueño del mejor restaurante asiático de la Isla, Wenceslao el guardián y casi habitante del Lazareto, e incluso Serafhine o Margalida. Cada uno de ellos presentan algún rasgo, en algún punto de la novela que les hace parecer un criminal, pero claro, nada es lo que parece y el final no deja de sorprender apuntando a quien de entrada menos lo parece.

 

“Su “deformación profesional” la incitada a catalogar, basándose en indicios, a todo aquel con quien se cruzaba. No lo podía evitar. Durante una época tuvo que hacer una “cura de catalogación” porque esa costumbre se había convertido en una auténtica obsesión que estaba afectando a su vida cotidiana.”

 

Menorca, como tal, se convierte en esta novela en un personaje más, un lugar de huida y a la vez un

lugar del que es difícil huir. Un personaje central que aglutina gran parte de la novela, sobretodo en la primera parte, una isla, que sin lugar a dudas, me quedo con muchas ganas de conocer.  

 

“La mayoría de los que llegamos lo hacemos huyendo de algo (y no te voy a enumerar las posibles causas de nuestra huida, porque son variadas, aunque siempre las mismas), y nuestra esperanza es encontrar aquí, además de olvido, un cachico de paz, un buen chute de energía. Pero no todo el mundo está hecho para vivir en una isla. Muchos bienes vienen buscando el paraíso, pero se topan con un trozo de tierra rodeado de agua: una isla, vamos. No es fácil asentar el culo aquí si has nacido en la península. Sin embargo, si le encuentras el punto, te quedas para siempre. “

 

Y tirando de un hilo casi invisible, en un lugar desconocido, rodeada de personas a las que apenas conoce y amenazada, más o menos veladamente, nuestra protagonista conseguirá llegar a la solución de lo ocurrido y a la razón que propicia lo que ha ocurrido, desvelada en las últimas 90 páginas de la novela, que son el verdadero quid de la cuestión y de la que, obviamente, no voy a hablar para que podáis descubrirlo por vosotros mismos.

Ha sido una lectura entretenida, ideal para estos momentos en los que ya estamos pensando en vacaciones y es que me ha despertado unos tremendos deseos de pasear por los paisajes en los que se desarrolla la trama y visitar un edificio singular del que no sabía nada hasta encontrarlo en esta historia.

 

“Según la RAE, un lazareto es un “establecimiento sanitario para aislar a los infectados o sospechosos de enfermedades contagiosas”.

Los lazaretos se encontraban en ciudades costeras con puertos importantes. Su finalidad era albergar a los viajeros que deseaban entrar en el país procedentes de lugares que podrían estar infectados y también las mercancías que portaban. Estos viajeros debían permanecer en el lazareto durante la cuarentena antes de entrar en España. Si alguna persona enfermaba, se la trataba y se ventilaban tanto las mercancías como los equipajes para que quedaran “libres de enfermedad”, según relataban los informes científicos de la época. Si alguien moría, se le enterrada allí mismo. Un lazareto estaba perfectamente aislado y cercado. Nadie podía escapar.” 


Esta novela  participa en la Yincana Criminal 2021,  en la sección Islas enigmáticas , dentro del apartado  La Isla en la que se desarrolla la acción es española.


8 comentarios:

  1. ¡Hola!
    creo que hemos estado todas de acuerdo en el ritmo tranquilo del libro, pero también hemos hecho turismo por la isla porque a mi la ambientación es lo que más me ha gustado de la historia.
    ¡Besos! :)

    ResponderEliminar
  2. Me temo que a mí me ha gustado menos que a ti, no he visto el thriller con que lo etiquetan, y tampoco me ha parecido tan negra, y con lo que sí que me he quedado ha sido con ganas de coger un vuelo a Menorca.
    Besos

    ResponderEliminar
  3. Hola, es verdad que le falta ritmo, es una novela correcta de género negro pero a la que, en mi opinión, le faltan cosas para ser una gran lectura

    ResponderEliminar
  4. El ritmo es demasiado pausado, creo que estamos de acuerdo en ello. Lo mejor sin duda,la ambientación. He paseado por Menorca gracias a este libro y no me importaría visitar la isla.
    Besos.

    ResponderEliminar
  5. Coincido en que el ritmo es pausado y hace lenta su lectura. Lo mejor, sin duda, su ambientación.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  6. Efectivamente, lo del ritmo trepidante es pura fantasía y, en cierto modo, da coraje que te vendan algo inexistente cuando la novela tiene otros atractivos, como un suspense continuado y una ambientación excelente. Por ello, creo que el día en que las editoriales se tomen el serio el catalogar correctamente, ganaremos todos.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Completamente de acuerdo en todo lo que dices Gema. El ritmo no ha sido trepidante aunque el objetivo de disfrutar de un rato entretenido con Simonetta y sus paseos por la maravillosa Menorca lo consigue por goleada. Un beso.

    ResponderEliminar
  8. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Para mi ha sido una lectura entretenida y fácil pero la verdad es que esperaba otra cosa. Eso sí, me ha dejado con ganas de viajar a conocer Menorca. Besazos!!

    ResponderEliminar