Izaguirre, Marian (2019)
Después de muchos inviernos
Penguin Random House, Lumen Narrativa,
Barcelona, 272 pp
ISBN: 9788426406453
Un misterioso asesinato sacude Madrid a mediados de los años
sesenta: una mujer aparece muerta en un lujoso domicilio del barrio de
Salamanca. Los orígenes del crimen se remontan a un encuentro anterior, cuando
en 1959, en una playa cercana a Bilbao, la joven Henar Aranguren, que viste de
Balenciaga y prepara su puesta de largo, se enamora perdidamente de Martín,
hijo único de una familia de clase obrera y aspirante a escritor, que todas las
tardes se acerca al muelle para pescar.
Arrastrados por un amor imposible al que no son capaces de
renunciar, Henar y Martín huyen a Madrid para juntos cumplir sus sueños: él,
ser un escritor de éxito, y ella, convertirse en la modista más importante de
una nueva época. Pero la pobreza, la ambición y el duro juicio de una sociedad
conservadora empezarán a abrir grietas insalvables en la pareja.
Tres décadas de la historia de España y un permanente
suspense recorren esta novela que también explora las corrientes subterráneas
del amor, el arte de la costura en el vestuario de cine y la emancipación
femenina.
Esta podría ser la
escena principal. Quizá no la primera, y posiblemente tampoco la última. Nada
empieza en el punto donde creemos que empieza. Las cosas siempre vienen de
algún momento anterior, lejos de nosotros, y terminan en un futuro que ni siquiera sospechamos.
Hace muchos años puse en palabras algo en lo que creo
firmemente:
“La "verdad" es
tan relativa... en cada situación, en cada relación que establecemos en nuestra
vida hay tantas "verdades", como protagonistas existan.
Cuando alguien te cuenta su historia, te cuenta su
verdad, la suya al 100%, pero en realidad es solo, en el mejor de los casos, un
50%... nunca nos paramos a pensar en el otro 50%, en ese otro que también tiene
el 100% de su verdad... […]. En toda relación, en toda situación, siempre existirán
al menos tres versiones... la de uno, la de otro... y la VERDAD.”
Os preguntareis porque os he soltado este rollo sin
venir a cuento, pero es que si viene a cuento…
En esta historia hay varias historias o mejor dicho,
varias visiones de como cada uno de los personajes viven la misma situación.
No es una novela negra, por más que la sinopsis
comience hablándonos de un asesinato, eso es lo de menos, esa es solo la excusa
para contarnos una historia más íntima, una historia que trasciende el crimen.
Aparentemente es
cierto que resulta más fácil señalar el comienzo exacto de las cosas que su
final. Pero la vida no está organizada así; en nuestra memoria los
acontecimientos se mezclan, se confunden, y lo que parecía el principio ya no
lo es. Los detalles secundarios lo alborotan todo.
Unas veces en primera persona y otras en tercera la
autora nos sumerge en el interior de los personajes para que podamos
comprenderlos, para que podamos vivir a través de su piel sus frustraciones,
sus miedos, su furia… pero también sus alegrías, sus pequeñas victorias y sus
anhelos o para convertirnos en meros
espectadores de los sucesos que van yendo y viniendo como las olas del mar. Y lo hace magistralmente pasando de una a otra forma sin aviso previo y sin que
apenas nos demos cuenta.
Desde el presente en unas ocasiones y desde el pasado en otras nos obliga a mirar de frente
los hechos o a hacerlo a través de los
ojos de la memoria que queramos o no distorsiona la realidad.
Marian hace un recorrido histórico desde los años 60
hasta casi los 90, nos hace viajar desde España hasta las Islas Griegas, a los lugares
en los que los personajes intentan vivir y, sobretodo, sobrevivir.
Conocemos el muelle de Arriluce, Las Arenas, el Club
Marítimo de Bilbao donde se celebraban las fiestas de puesta de largo de la
alta sociedad Bilbaina, las corralas donde malviven las viudas de guerra, por
Buenos Aires y Granada, por los entresijos de no tan glamouroso mundo del cine,
por el barrio de Salamanca, por las comunidades Hippies que poblaron las islas
griegas en los 70.
Es esta, sobretodo, una novela de sentimientos, una
novela que habla del amor y del odio, de la amistad y la solidaridad y
sobretodo de la traición y de cómo afecta a quien la sufre y también a quien la
lleva a cabo. De los verdugos y de las víctimas y del papel que cada uno nos
asignamos.
El resentimiento.
Guía mis pasos como un siniestro ángel de la guarda. ¿Dónde acaba el amor
propio y empieza la venganza?.
No he conseguido ponerme en la piel de Henar, no ha
despertado mi empatía, no he sido capaz de
entender ese afán por no cerrar los círculos,
por no buscar a paz.
Los
acontecimientos sin resolver tienen algo de eternos. Se quedan con nosotros por
los tiempos de los tiempos.
Y a pesar de todo ello, ha despertado mi admiración,
porque es capaz de salir de los férreos límites marcados para las mujeres de la
época que le toca vivir.
Pero tampoco he sido capaz de empatizar con Martín,
aunque he comprendido sus razones mucho mejor que las de Henar.
Son dos personajes opuestos, como dos trenes
avanzando en dirección es opuestas por distintas vías que en un momento
coinciden, pero que en el camino de vuelta, en algún punto uno de los dos
equivoca la vía y se encuentra de enfrente con el otro haciendo el choque
inevitable.
Ella vivía en otro
mundo, tan cerrado sobre sí mismo que todo lo demás no existía. Quizá debería
haberme dado cuenta entonces de su auténtica incapacidad para aceptar cualquier
cosa que quedara fuera de ese espacio cerrado.
Ambos viven en dos realidades que nada tienen que
ver, Henar renuncia a la suya por voluntad propia, en lo que a mí me parece un
capricho de niña bien y Martin se ve obligado a vivir una vida que no es la
suya, se ve arrastrado a un ambiente que nada tiene que ver con lo que ha sido
su existencia anterior, a la que de una manera u otra acaba volviendo.
Tu y ella erais
dos buenas personas a las que la vida volvió peores de lo que tenían que haber
sido. Y que solo alejados el uno del otro podíais volver a ser decentes.
Y a pesar de esta falta de empatía o tal vez por
ella, me ha subyugado esta historia, he disfrutado cada palabra, me he pasado
272 páginas intentando entender las razones y los hechos… y he gozado con la experiencia de principio a fin.
¿Cuando se produce
el proceso de envilecimiento que nos convierte en otros? ¿Estaban agazapadas
nuestras miserias en algún rincón oscuro? Ella no era como yo la veía. Tampoco
yo. Pienso ahora en esa Henar alegre, atrevida, franca, sin recovecos para la
traición, y sé que no era así. Pero necesitaba que fuera así. ¿Para enamorarme
de ella con coartada? ¿Para tener un motivo que me eximiera de otras
intenciones menos sublimes? El tiempo lo descompone todo. Hasta lo que creemos
haber visto con nuestros propios ojos.
La autora teje una historia compleja, llena de
aristas y dimensiones, narra la historia
de manera cuidada, con una exquisita prosa, y nos regala una historia magistral
rematándola con un final perfecto, exacto, magnífico.
Una novela que sin duda ha merecido la pena conocer,
una autora a la que sin duda volveré a acercarme más pronto que tarde.
Por un instante
pienso en la maldad que habita en cada uno de nosotros. Es inexpugnable y
clandestina, siempre latente a la espera de que las circunstancias los
despierten. No sabemos lo verdaderamente malos que podríamos llegar a ser hasta
que nos vemos frente a una situación que desafía nuestras convicciones.
Es una autora que me gusta, así que terminará cayendo. A veces no hace falta empatizar, comprender a sus personajes, para disfrutar de una buena historia. Y parece que éste es el caso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Solo he leído uno de esta autora y me gustó mucho, me apunto este para cuando pueda hacerme con el. Un beso!!
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