Engman, Pascal (22.10.2020)
Tierra del Fuego
Roca Editorial, Barcelona, 480 pp.
ISBN: 9788417805883
Dos amigos de la infancia se convierten en gánsteres
esperando encontrar la vida que creen merecer, pero pronto se encontrarán
atrapados en un peligroso juego que escapa a su control.
En Chile, un mercado de tráfico de órganos muy bien
organizado lucha por mantener el delicado equilibrio entre la oferta y la
demanda. Pero, para encontrar nuevos cuerpos, necesitarán mirar más allá de la
sombra de los Andes y de las antiguas colonias nazis, donde todo comenzó una
vez.
La detective Vanessa Frank se implicará de nuevo en un caso
que se terminará convirtiendo en el más importante de su carrera profesional.
¿Hay algo que le
pese mas a una persona que ir arrastrando secretos?
El pasado verano volvimos a Chile, después de siete
años, ha pasado poco tiempo desde ese mes de Agosto, pero han sucedido tantas
cosas y la situación de hemos vivido ha sido tan extraña, que a veces me da la impresión
de que ha sucedido en otra vida.
En esos días decidimos visitar el Museo de la Memoria,
era algo pendiente desde que en mi primera
visita me empeñara en visitar la
Moneda y la estatua de Allende. No era un mal día, por la tarde íbamos a hacer
una barbacoa, asique la mañana la utilizamos para acercarnos al museo.
Cuando acabamos la visita, las ganas de fiesta se
quedaron perdidas entre los testimonios que desde los monitores me hacían temblar
de miedo, de ira y de tristeza, testimonios de niños robados, de supervivientes
de la tortura, de hijos y nietos de los que no superaron el dolor…
Colonia Dignidad, escuchar el nombre hace que las
lagrimas afloren de nuevo, colonia dignidad hace que me plantee si el instinto
de supervivencia es capaz de superar la maldad de los que se empeñan en
doblegar la vida de otros, en destruirlos sin matarlos, en convertirlos en
despojos humanos que ya no volverán a vivir, aunque sus corazones sigan latiendo.
El libro de Pascal Engman me ha traído esos recuerdos
a la memoria, ¿como es posible conectar Suecia con la Colonia Rhein?, no es fácil,
eso es evidente, pero así como la maldad humana no tiene límites, parece que
tampoco tiene fronteras y es capaz de manifestarse en un lugar y tener su eco
en la otra punta del mundo, en la tierra del fuego.
Y es que hay cosas que no cambian y aunque no lo
creamos, o no lo queramos creer, por desgracia, siguen existiendo en el mundo
lugares, que disfrazados de legalidad, siguen siendo escenarios de iguales
atrocidades, búnkeres subterráneos escondidos en paisajes idílicos de bosques y
lagos, en comunidades en las que todos intuyen, pero todos callan, porque los
brazos del poder llegan muy lejos y no se sabe muy bien en quien se puede
confiar, pues hasta aquellos cuyo deber
es servir y
proteger a veces se olvidan de que se deben a los demás y se cuidan solo de sí mismos, a costa de lo
que sea y de quien sea.
proteger a veces se olvidan de que se deben a los demás y se cuidan solo de sí mismos, a costa de lo
que sea y de quien sea.
Ya antes del golpe
militar de 1973, los inmigrantes habían sido recibidos con ilusión y habían
sido protegidos por los políticos locales, los altos mandos policiales, la
iglesia católica y el tejido industrial chileno. Pero a partir de la llegada al
poder del general Pinochet el flujo de alemanes fue en aumento. Colonia Rhein y
Colonia Dignidad se convirtieron en centros de tortura y fabricas de armas,
financiados y protegidos por la dictadura. En los laboratorios se experimentaba
con armas químicas: en Colonia Rhein todavía había contenedores enterrados
llenos de gas sarín.
Mientras que el
otro enclave alemán, Colonia Dignidad, había implosionado desde que su
gobernador había sido condenado por abusos a menores chilenos, Colonia Rhein
había sobrevivido y se había adaptado a los nuevos tiempos.
[…]
Los alemanes
generaron miles de puestos de empleo. Y por esa razón los políticos dejaron que
hiciera la suya, siempre y cuando pagaran sus impuestos y contribuyeran a
mantener el empleo.
El autor conecta magistralmente dos escenarios,
Suecia y Chile, y lo hace a través de una serie de personajes enormes, unos personajes
sin fisuras.
Una mujer policía, que no lo es por vocación, ni por convicción, ni siquiera por necesidad,
sino por rebeldía y que, sin embargo, es una grandísima policía, intuitiva,
perspicaz y que cuenta, además, y aunque a ella misma le cueste reconocerlo con
el don de la empatía y un instinto más que desarrollado para saber con quién
serlo.
Un delincuente con principios, un delincuente con un
pasado de honor manchado, un delincuente intentando hacer el bien a través de
los medios equivocados, un delincuente que busca a través de mal bien superior,
para él y para los suyos.
Una pareja extraña, que funciona, que se complementa,
que se alía para llevar a cabo una misión que parece desde el principio abocada
al fracaso, una misión solo apta para valientes o para suicidas.
Estaba convencido
de que, quitando algunas vidas, había salvado muchas otras.
Un amigo que le debe todo a los principios del
anterior, un amigo que es capaz de vender al único referente de su vida a
cambio de dinero, mujeres y un lugar en el mundo, un amigo, al que el
resentimiento, la desconfiada y su propia inseguridad transforman en un ser
irracional y como tal, en un peligroso enemigo.
Eso Nicolas no lo entendía.
El siempre lo había tenido fácil,. Con las chicas, los amigos, el deporte, la
escuela. Nicolas había sido la razón por la que Iván había sido aceptado. Su
salvoconducto para acceder al mundo.
Un líder que disfruta siendo líder, un líder del mal
a quien no le importa el delito, ni lo que implica si supone prestigio y
sobretodo dinero, a montones, para él.
Con estos personajes y los de allende los mares que
se creen por encima del bien y del mal, que bofetadas de realidad y rompe esa coraza que
la distancia crea en nosotros, porque su novela hace esas imágenes reales, cercanas,
VERDAD.
suponen que los tentáculos de su poder pueden llegar a cualquier parte sin sufrir consecuencias y que manejan con mano de hierro sus “inversiones”, el autor se empeña en ponernos delante todas las miserias humanas, hasta las que, a fuerza de imágenes mil veces repetidas, parecen no hacer mella en nuestro espíritu, la corrupción, el tráfico de personas, los niños de la calle, el acoso, la violencia contra mujeres, niños y discapacitados, la drogadicción, la tragedia de los refugiados… el autor nos da una tras otra cientos de
suponen que los tentáculos de su poder pueden llegar a cualquier parte sin sufrir consecuencias y que manejan con mano de hierro sus “inversiones”, el autor se empeña en ponernos delante todas las miserias humanas, hasta las que, a fuerza de imágenes mil veces repetidas, parecen no hacer mella en nuestro espíritu, la corrupción, el tráfico de personas, los niños de la calle, el acoso, la violencia contra mujeres, niños y discapacitados, la drogadicción, la tragedia de los refugiados… el autor nos da una tras otra cientos de
Vanessa recordaba
las imágenes de las largas colas de gente que en verano y otoño de 2015 habían
caminado hacia el norte por las autovías de Europa cargando sus pertenencias a
la espalda. Había sentido compasión por ellos, pero al mismo tiempo le había
resultado irreal. Eran tantos que al final las caras se fundían en una amalgama
gris. Pero en algún punto de esa masa había estado caminando la chica que ahora
tenía enfrente. Sola.
Con un ritmo ágil que consiguen los capítulos cortos
y la alternancia de los escenarios y las tramas, el autor consigue que la
novela se pegue a nuestras manos y a nuestra mente, que no seamos capaces de
parar, que necesitemos saber que ocurrirá después, que guardemos la esperanza de
que los malos no ganen siempre, no lo ganen todo.
Ha sido una gran experiencia descubrir a este autor y
ha sido una grandísima experiencia leer esta novela que, de ninguna manera, te
deja indiferente.
Llorar seguro que
es bueno y purificante. Supongo que la gente se sienta aquí y te llora todo lo
que quiere, y seguro que eso les hace bien. Cuando tú vuelves a casa te
imaginas que has conseguido penetrar en sus mentes. Que has hecho un buen
trabajo. Que has salvado otra alma. Seguro que lo has hecho, pareces amable e
inteligente y supongo que has ido a una buena universidad. Pero te aseguro una
cosa. A mí no me veras nunca llorar, porque yo no lloro.
No me sonaba de nada, así que apuntadísimo me lo llevo que se nota que lo has disfrutado un montón.
ResponderEliminarBesotes!!!