jueves, 17 de septiembre de 2020

El mentiroso

Santiago, Mikel (2020)

El mentiroso

Ediciones B, Barcelona, 480 pp.

ISBN:     9788466667449

 


Hay novelas imposibles de abandonar una vez leídas las primeras páginas. Historias que reinventan el suspense y hacen dudar al lector cada vez que termina un capítulo. En este thriller absolutamente original y adictivo, Mikel Santiago rompe los límites de la intriga psicológica con un relato que explora las frágiles fronteras entre el recuerdo y la amnesia, la verdad y la mentira.

En la primera escena, el protagonista despierta en una fábrica abandonada junto al cadáver de un hombre desconocido y una piedra con restos de sangre. Cuando huye, decide tratar de reconstruir él mismo los hechos. Sin embargo, tiene un problema: no recuerda apenas nada de lo ocurrido en las últimas cuarenta y ocho horas. Y lo poco que sí sabe es mejor no contárselo a nadie.


Así arranc
a este thriller que nos traslada a un pueblo costero del País Vasco, entre sinuosas carreteras al borde de acantilados y casas de muros resquebrajados por las noches de tormenta: una pequeña comunidad donde, solo aparentemente, nadie tiene secretos para nadie.

 

- Decir la verdad. Siempre dicen que es lo más fácil, pero no estoy de acuerdo. La verdad es lo más difícil de sacarse del alma.

                                                                          

La primera vez que leí a Mikel Santiago, hace ya algunos años, me sorprendió qué la trama de “La última noche en Tremore Beach” me recordara tanto a un autor al que había profesado verdadera admiración durante mi adolescencia. No debí  ser la única pues muchos llamaron a Mikel el Stephen King de Barakaldo. Han pasado varios años y varias novelas que he tenido el placer de disfrutar y he de reconocer que sin perder la esencia de aquella primera historia, Mikel cada vez se parece menos a Stephen King para parecerse más a Mikel Santiago.

Creo, y esa es mi opinión personal, que Mikel ha ganado en madurez y en esta historia percibo más


seguridad, y poso de realidad que en todas las anteriores.

Pero si hay algo que no ha variado es la maestría del autor para construir tramas solidas y sorprendentes, con personajes perfecta y coherentemente construidos.

Mikel sigue siendo un perfecto ensamblador de piezas, un magnifico contador de historias, un experto autor de thrillers.

Aunque en esta novela renuncia, relativamente,  a los elementos fantásticos, tan patentes en sus dos primeras novelas, la amnesia le permite moverse entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira, entre el recuerdo y la construcción del recuerdo, porque al fin y al cabo, como decía García Márquez  “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” , y si de forma natural todos reconstruimos lo que fuimos, que no haremos cuando algo nos impide incluso tener puntos de anclaje sobre los que reconstruirnos…

Alex es un maestro de la mentira, un hombre al que la vida le ha obligado a desarrollar una agilidad excepcional para el fingimiento y el disimulo, un hombre al que las circunstancias de su existencia han obligado a moverse como pez en el agua entre la verdad y la mentira, un hombre al que, precisamente esa capacidad de mentir le hacen mas fácil enfrentarse a una situación que al común de los mortales nos dejaría absolutamente fuera de juego.

Y esa personalidad mentirosa, que en principio representa una ventaja, va poco a poco convirtiéndose en una carrera llena de obstáculos.


Una amnesia de fuga, creo que la llamo. Cuando prefieres olvidar a recordar lo que has visto.


Y, como esa casa, asomada al mar, a la que los embates del viento y el agua van ahondando las grietas que amenazan con hacer caer. Las mentiras que Alex va construyendo una sobre otra y otra, amenazan con hacer que su vida "perfecta" vinculada a través Erin  a la "alta sociedad" de Ilumbe se desmorone como un castillo de naipes sin que siquiera sea consciente de porqué.

 

La gente construye su mundo sobre cosas objetivas. Un trabajo. Un hogar. Conducir un coche. No puedes permitir que todo se derrumbe a la vez. Al menos, yo no estaba dispuesto a hacerlo. No todavía.

 


He disfrutado con la magnifica descripción de esos paisajes del Norte que Mikel tan bien conoce y cuyo cariño trasciende las página, he gozado de los personajes desde el primero al último, de Ane, de Mirari, de Joseba, de Dana, de Carlos… e incluso de Denis y de Félix, aun no siendo “buenos personajes”,  he sonreído con los guiños que Mikel hace a la escritura y a los escritores, a las editoriales e incluso, me atrevo a decir a su propia editora. Y me ha conmovido el pasado del protagonista, un pasado marcado por los abandonos y las ausencias, un pasado que, inevitablemente marca el presente del protagonista.

 

Con 18 años en imposible saber muchas cosas, cómo que siempre hay un “jefe” esperándote en todas partes. Cómo dice Bob Dylan: “ you have to serve somebody”-, o qué los que dicen que el dinero no da la felicidad nunca han sido pobres.  Aunque también es cierto que a los 18 somos mucho más listos que algunas cosas, sobre todo en los relativos los gilipollas.

 


La novela arranca con una escena potente que te mete de lleno en la historia y que avanza in crescendo envolviéndote en la incertidumbre del protagonista, que no deja de ser la nuestra hasta la última página; una historia que no da tregua en ningún momento, que obliga a  leer sin pausa, a sospechar de todo y todos  y a errar el tiro una vez tras otra.

 

Es como esas veces que abres los ojos en medio de la noche y no sabes dónde estás. Esperas un poco y la información se va reconstruyendo ante ti.

 


El mentiroso es una novela que he disfrutado de la primera a la última línea, en la que la trama me ha envuelto, si,  pero en la que también me ha conmovido ese cariño y ese respeto del autor a la tierra y a las personas que lo habitan, una ternura, la de los personajes del abuelo y la madre que han traspasado las paginas para tocarme inevitablemente la fibra sensible.

Las expectativas con las que comencé la lectura, que ya eran altas no se han visto mermadas, todo lo contrario, y es que Mikel es un autor que no defrauda, un autor al que siempre merece la pena leer.

 

No siempre consigues lo que quieres, pero a veces consigues lo que necesitas.

2 comentarios:

  1. No era de esas novelas que me llamaran mucho, pero viendo cómo la has disfrutado, al final me has tentado.
    Besotes!!

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  2. Totalmente de acuerdo contigo!!. Los perdonajes, todos y cada uno de ellos, fantasticos!! He disfrutado con la lectura totalmente adictiva y es que Mikel es mucho Mikel. Gran reseña como siempre, amiga. Besos

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