martes, 10 de noviembre de 2020

Las hogueras del cielo

Fidalgo, Yolanda (2020)

Las hogueras del cielo

Roca Editorial, Barcelona, 352 pp.

ISBN: 9788417968960

 

¿Qué sacrificarías para conseguir lo que deseas?

¿Cuánto podrías mentir?

Una extraordinaria novela histórica sobre la creación del observatorio más grande del mundo y sobre los grandes descubrimientos astronómicos de la primera mitad del siglo XX.

Los Ángeles, mayo de 1910.

La misma noche en que la Tierra atraviesa la cola del cometa Halley, llamado "El Destructor", en la casa de los mellizos Henry y Ellie Blur sucede algo terrible que los obliga a huir. Se dirigen hacia el monte Wilson, donde se ubica el observatorio astronómico más grande del mundo. Bajo ese cielo transparente encontrarán su propio destino, incluido el amor.

Hasta que uno de los dos desaparece.

 

Si, la vida es un sendero de un solo sentido, y nunca, nunca, podemos volver atrás y cambiar lo que ya ha sucedido, por mucho que duela, que desgarre, que raje.

 

Las hogueras del cielo es la segunda novela de Yolanda Fidalgo que con su primera obra, Mas allá de los volcanes, se alzó con el IV Premio Internacional de narrativa Marta de Mont Marçal. No tuve ocasión de leer aquella historia, pero no descarto hacerlo después del gran sabor de boca que me ha dejado la lectura de la novela cuya opinión comparto hoy.


Las hogueras del cielo puede considerarse una novela histórica, por lo que se refiere a la construcción del observatorio astronómico más grande del mundo y al trabajo que los astrónomos y demás personal llevaban a cabo, no solo en este, sino en los observatorios de la época.  Pero es, sobre todo, una novela intimista, centrada, sobretodo, aunque no de forma única, en los sentimientos y las emociones más íntimas de Ellie, la gran protagonista de esta historia.

 

- Abra su corazón, porque si no, hará de todo menos vivir

- Tampoco sufriré.

- La carencia también puede ser un sufrimiento. Es necesario un equilibrio.

 

Las hogueras el cielo es una novela que se centra en los férreos estereotipos sexuales y de género de principios del siglo XX y en el afán de superación de quienes se vieron constreñidos por ellos. Una novela en la que podemos identificar los primeros pasos de la revolución sexual, y el principio del empoderamiento femenino, aunque ni lo uno ni lo otro pudieran darse abiertamente sino tras un disfraz que muchas veces, más que una armadura constituían una jaula.

 

-              A la mayoría de  nosotras nos cortan las alas al nacer.

-              No solo a vosotras

-              A nosotras más

A ellas y a cualquiera que se sintiera diferente, que pensara que podía volar. Todos debían crecer con la mirada fija en el suelo, con la cabeza baja

 

Es una novela de perdidas vitales, de la inocencia, de la identidad e incluso, en ocasiones de la propia

vida, una novela sombría, en la que la oscuridad de la noche que se contempla desde el monte Wilson se confunde con la oscuridad con que la protagonista, en realidad prácticamente todos los protagonistas de esta novela, cubren su propio pasado, una oscuridad que trasciende de su interior, lleno de momentos difíciles, de tragedias que no son capaces de superar y que llevan a rastras para continuar una existencia que a menudo no se puede llamar vida.

 

En realidad no estaba vivo. Todo era un engaño. Uno no está vivo si no vive como desea. Se le puede llamar otra cosa, pero no vida.

 

Con una prosa cuidada y con capítulos cortos que enhebran en sí mismos el pasado y el  presente de forma continua, con una maestría que no conoce de bruscos cortes innecesarios, ni de la alternancia de los tiempos en capítulos separados, la autora nos ofrece una historia lóbrega, cruda, oscura y llena de secretos inconfesables pero iluminada siempre por un halo de esperanza.

La documentación manejada por la autora traspasa las páginas y tal y como enhebra presente y pasado, así enhebra los estudios astrológicos y las historia que hay detrás de las constelaciones, su conexión con la mitología, sin que en ningún momento esta información desentone ni resulte pesada, haciéndola parte de la trama casi como si de un personaje más se tratara.

 

Así vivía ella, oculta como esa pobre estrella, sin fuerzas para hacer otra cosa que quedarse allí, fija y escondida en la negrura de la noche.

 

En la historia encontramos personajes tiernos y personajes abominables. Personajes que son capaces de despertar nuestra empatía y nuestra solidaridad, como Ellie y Henry  esos gemelos que se erigen en el centro de la trama, como Oliver y Gant como Paul, personajes empeñados en comportarse como lo que no son, sin darse cuenta de que nadie puede, por mucho tiempo, luchar contra lo que somos, por mucho que nos empeñemos en escondernos, en ser otro. Una lección que Ellie aprende de Ckumu, un personaje que me ha parecido maravilloso, un indio sabio que es como el pepito grillo de la protagonista y que encuentra en ese ser la conciencia, en ese afán de protegerla, incluso de ella misma, la razón para vivir que creía perdida. Las conversaciones entre estos dos personajes me han parecido deliciosas, adelantadas al tiempo y el lugar en el que ambos viven y de lo más cabal.

 

A veces hay que mirar a la cara a nuestros propios demonios, sin miedo, aunque sea bajo la tormenta. Si no, nunca podremos aceptarlos.

 

Y junto a ellos, personajes odiosos, como ese padre, cuyo nombre no llegamos a conocer, o esos otros padres, que si identificamos y que se convierten en villanos buscando, según ellos, el bien de sus hijos aunque en realidad, solo pretendan salvaguardar su “respetabilidad”,  o el señor Jonhson, al que no sabría muy bien si definir como malo o simplemente como una marioneta cuyos movimientos están amarrados a las “veleidades” de su esposa o Hazel, esa mujer de su tiempo, a la que le han inculcado que llegar a ser una buena mujer pasa por ser una buena esposa y cuyo deseo, el de casarse al precio que sea, se convierte en el único objetivo de su vida.

 

Una mujer debe ser limpia. Esa es su principal virtud. Mira la casa de una mujer y podrás ver su alma. Casa pura, mujer pura. Casa sucia, mujer sucia.


Estamos, sin duda, ante una novela de grandísimos personajes que se mueven en una trama consistente. Una novela que nos habla de la igualdad y de la lucha por conseguirla, en todos los ámbitos, una novela que he disfrutado de la primera a la última página y a la que no puedo ponerle ni un pero. Una novela que me ha permitido conocer a una nueva autora, a la que, desde luego voy a seguir de cerca y disfrutar de una historia magnifica, llena de luchas, de incertidumbre, de secretos y, sobretodo, de la lucha por vivir de la forma en que nos dicta nuestro corazón, sin limitaciones sin sentido impuestas por la sociedad.   

 

La noche hay que sentirla, hay que dejarse abrazar por ella. Solo así podremos llegar a descifrar todos sus secretos. 

1 comentario:

  1. Pues después de leerte me gusta lo que cuentas de la novela, no conocía a la autora una vez más. Apuntada. Un beso.

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