Estiballes, Guillermo (13.2.20)
Otra luna enterrada
Editorial Roca, Barcelona, 270 pp.
ISBN: 9788417805760
Otra luna enterrada constituye una atmósfera de fábula donde
la naturaleza tiene voz propia y donde los antiguos hechizos cobran vida en la
voz y la presteza de un joven descendiente de sefardíes.
Buñol (Valencia), siglo XIX. Teodoro el judío, Julia la
gitana y Alberto el andaluz se conocen desde niños y, por avatares del destino,
sabiendo aprovechar un horrible suceso acaecido a la muchacha, ellos dos
consiguen llevar su amor al término que siempre desearon. Así pues, los tres
consiguen convivir bajo el mismo techo en una sociedad rural que, a priori, no
admite una relación entre dos hombres.
Pero el destino es un traicionero bastardo y pronto los problemas
tocarán a la puerta en esta inusitada familia, pues en el pueblo vive Roberto
Cotino, hijo pródigo de un poderoso empresario que, obsesionado con la muchacha
y enemistado desde antaño con el judío, sacudirá los cimientos hasta desbaratar
sus planes de felicidad y convivencia. Pero Julia tiene otros planes y una
poderosa herramienta: Sabiero el autómata, la creación de su amigo Teodoro.
Una novela pincelada con las luces y oscuridades de los
primeros librepensadores españoles, en una tierra que se recupera después más
de cincuenta años de guerra civil, mientras avanza a traspiés ante el cambio
social y tecnológico de aquella no tan lejana época. Una novela ambientada en
el costumbrismo sobrenatural de siglo XIX y en las raíces de la intrahistoria española.
LA HISTORIA DE ESPAÑA SE HA CONSTRUÍDO SIEMPRE SOBRE
SILENCIOS ENTERRADOS.
UNA NOVELA COSTUMBRISTA Y SOBRENATURAL QUE DA VOZ A LAS
ENTRAÑAS DE LA TIERRA.
UNA VILLA VALENCIANA EN EL SIGLO XIX LLENA DE SECRETOS Y
MISTERIOS.
UNA OBRA QUE ILUMINA LA HISTORIA OCULTA DE LOS
LIBREPENSADORES Y MASONES EN ESPAÑA.
Con tiempo cada
cual desvela sus demonios o parte de ellos para quien quiere y sabe interpretar
los gestos.
Cuando comencé a leer esta novela
no podía ni imaginar lo que iba a encontrara entre sus páginas, esta es una de
las ventajas de no leer la sinopsis de las novelas que llegan a tus manos en
forma de precioso regalo.
No me gusta catalogar las novelas
en un genero concreto excepto que la trama sea muy evidente, pero es que en
este caso, aunque quisiera me sería casi imposible hacerlo.
En la sinopsis que he leído por
encima para poder escribirla al inicio de esta reseña se habla de un ambiente de fábula y tal vez esa sea una
buena descripción, pero mi impresión es que nos encontramos ante una novela
predominantemente de personajes, unos personajes que me han conquistado desde
la primera hasta la última línea.
Es una novela de solidaridad y de
lealtad, de amor y sobretodo de amistad, la que une a tres personajes que a
priori no son los candidatos idóneos para formar un grupo compacto. Una gitana,
un judío y un “señorito andaluz”. Tal
vez esta alianza a tres no sea tan extraña en los tiempos que corren, pero lo
es si nos situamos a finales del siglo XIX, con todo lo que ello implica.
Hablamos de tres personajes que
se encuentran, en todo punto, fuera de los límites sociales, éticos y morales
que marcan su época, tres personajes que luchan contra viento y marea para
conseguir sus sueños a lo largo de su, nada sencilla, existencia.
Me ha enamorado Julia, esa gitana
orgullosa que es capaz de renunciar a sus sentimientos en pos de un bien común,
que se traga su soledad y sus lágrimas para vivir la menos mala de las vidas
posibles.
Y también
entenderíamos que desde siempre fue una luchadora, una guerrera que lidiaba
cada día consigo misma y ganaba. Triunfaba ante la envidia, pues la amistad y
el amor que la ataba a ellos dos eran más fuertes que ningún otro sentimiento
cruzado.
Orgullo
de raza que de nada sirve pero que, a fuerza de costumbre, es la única arma que
le queda en ese preciso momento.
Teo, Teodoro, el judío, es un personaje enorme, de esos que se
quedan a vivir contigo. El niño arrojado que conocemos al principio de la
novela se convierte en un joven valiente que persigue los sueños que encuentra
en un cuaderno ajado, herencia de la rama rica de la familia y que no para
hasta hacerlos realidad, esos sueños que son lo mejor y lo peor que hace en su
vida. Es el personaje más mágico de la novela, en el más amplio sentido de la
palabra, cuando la leáis entenderéis porqué.
Se
siente orgullosa de él, de su niño grande, de la valentía que, según ella,
demuestra al combatir las costumbres a favor de sus sentimientos.
Alberto, el andaluz, es el
personaje más voluble de toda la trama,
y, desde mi punto de vista, el más débil de los tres. Un personaje que no
encuentra su lugar en ningún momento de la novela y que se empeña en ser quien
no es, en encajar en un mundo que no es el suyo y esto, como todo en la vida,
pasa factura.
Y luego está el malo, malísimo,
ese personaje que siempre da juego en cualquier novela, Cosino, un personaje al
que odié desde el primer momento y cuya animadversión duró hasta el final.
Estos personajes se mueven en
maravillosos parajes naturales que Guillermo describe de forma exquisita y
viven sus vidas en una época social concreta en la que ha conseguido indignarme
en más de una ocasión.
Es
una mujer, ¿no? Pues hará con ella lo que crea conveniente, que para eso se han
casado.
La novela que comienza en 1895
encuentra su final en 1931 cerrando la
historia a través de los recuerdos convertidos en confesiones y de los misterios
perseguidos por una sociedad secreta que consiguen completar, de forma sublime
la trama de la historia.
Ha sido una magnifica experiencia
conocer a este escritor, su historia, que esta fuera de mis lecturas habituales
y ha sido sublime la Fábula de la Fuerza Viva.
Pero
en realidad el tiempo es algo que, queramos o no, se nos escapa de entre los
dedos como una maraña de hormigas inquietas, que nos muerden en su huida y
saltan al vacio sin pensar ni conocer que habrá más abajo. No les afecta. Ellas
se esfuman correteando con sus patitas queratinosas y no importa si atrapamos alguna y la aplastamos,
el reto continuará su transitar sin mirar atrás, sin preocuparse por quien o
quienes se quedan en el camino.
Así
es el tiempo.
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